Serpientes

Serpientes

1. Introducción

“La verdad no vino al mundo desnuda, sino que vino en

forma de tipos e imágenes. No existe otra forma de recibir la

verdad…”

Evangelio de San Felipe

La serpiente, símbolo de la energía y de la fuerza, es uno de los animales con mayor representación iconográfica a lo largo de la Historia presentando significados duales y multivalentes. Existen varias razones que explican esta diversidad: por un lado, se deben a las características de este animal como avance reptante, asociación con los árboles y analogía con ramas y raíces, muda de la piel, lengua amenazante, movimiento ondulante, silbido, forma de cuerda y agresividad por enlazamiento de sus víctimas y por otro lado, su multitud de hábitats como los lagos y estanques, pozos, fuentes, bosques, desiertos e incluso el mar. El papel de la serpiente en la mitología de todo el mundo está ampliamente documentada y ha sido figura central en numerosos cultos a través de la historia.

En el Paleolítico y Neolítico ya se encuentran numerosas pruebas de su importancia en forma de líneas serpenteantes grabadas en piedras y paredes de grutas y cavernas. Y en civilizaciones Sumerias y tribus antiguas del Golfo Pérsico y Mesopotamia existía el culto a la serpiente o a la figura de dioses y diosas serpiente. En Grecia y Roma eran protectoras de los hogares y símbolo de la salud, característica que perdura hasta nuestro tiempo y cuyo ejemplo lo tenemos en los logotipos que representan a la Medicina y Farmacia.

La serpiente siempre ha estado muy ligada al principio femenino y así en las culturas primitivas fue el símbolo de la diosa o la diosa misma probablemente debido a la energía que emanan sus anillos, y que enroscados en espirales se convierten en grafismo del eterno devenir, del ciclo de la naturaleza y del cosmos. Esta conexión es evidente en numerosas deidades mediterráneas que se representaban llevando una serpientes en una o ambas manos (Astarté, Demeter, Artemisa), en las sacerdotisas cretenses o en personajes mitológicos con cabellos de serpientes (Gorgonas, Erinias).

Los canales de energía natural magnética que se mueven en el interior de la tierra, son a menudo descritos como una corriente serpenteante. Los movimientos de los planetas y estrellas modifican la fuerza de estas corrientes. La comprensión de estos movimientos ha sido de enorme importancia no sólo en el mundo antiguo sino para la humanidad en todas las épocas. Muchos movimientos de la tierra visibles sólo desde el aire, y que todavía no han sido definidos con precisión, representan serpientes sinuosas.

En culturas orientales budistas e hinduistas son protectoras de las fuentes de la vida y de la inmortalidad. En el hinduismo, su imagen está muy relacionada con la sabiduría y su ejemplo más evidente está en el concepto Kundalini representada como una serpiente femenina enrollada en la zona pélvica del cuerpo que se va levantando a medida que se va desarrollando el conocimiento personal y mediante la práctica del yoga. La serpiente, sobre todo la cobra, es un animal tremendamente respetado y que forma parte de la iconografía de muchos de sus dioses como Shiva Nataraja, señor del universo y que, curiosamente, se representa danzando sobre el diablo de la ignorancia.

Sin embargo, la dualidad es precisamente lo más característico de la serpiente y así también presenta aspectos negativos relacionados con la muerte, la destrucción, el mal y el pecado que, aunque presentes en casi todas las culturas, se hizo muy evidente con el Cristianismo y otras religiones centradas en lo masculino como el Judaísmo e Islamismo. En este aspecto, fue especialmente determinante para la figura femenina ya que se asoció mujer con el mal y el pecado y se representó con la imagen de una serpiente, o mujer con serpientes o serpiente con cabeza de mujer de las que existen múltiples ejemplos en los templos románicos y góticos y en los códices iluminados de la Edad Media. Estas imágenes tuvieron una influencia clave sobre el pensamiento de la época, y con toda probabilidad sirvieron para expandir en esa época la misoginia, que ya había empezado en Grecia y Roma, y cuyo momento más dramático fue la “caza de bruzas” con la Inquisición. Los mensajes que transmitían esas imágenes, el pecado y el castigo, eran accesibles y fácilmente interpretables por una población que, mayoritariamente analfabeta, no tenía acceso a los libros y manuscritos.

En la actualidad, el poder de la imagen es más evidente que nunca. Debido al desarrollo de los medios audiovisuales la influencia sobre la sociedad de la imágenes emitidas a través del cine, la televisión o internet es más grande que nunca. Debido a la omnipresencia de estos medios de masas en nuestra sociedad es posible recibir gran cantidad de información de una manera rápida y eficaz y hemos pasado a recibir hasta 60 imágenes por segundo con los formatos de alta definición. La televisión, los ordenadores y los móviles se han convertido en potentes medios generadores de imágenes y son la fuente más utilizada de información, educación y, en muchos casos, de manipulación a través de mensajes subliminales.

La serpiente no sólo ha estado presente en la cultura de forma estática en obras de arte tanto pintura, escultura o arquitectura sino que su movimiento es la base de numerosas danzas tanto primitivas como actuales. Este es el caso de las Danzas Orientales en las que el movimiento serpenteante es una seña de identidad. Diferentes pueblos de la antigüedad, celtas, sumerios, aborígenes, indígenas, egipcios, persas, hindúes, etc. la han utilizado, y siguen utilizándola, bien con un fin práctico para atraer la lluvia, mejorar las cosechas y la fertilidad pero también como espectáculo para generar arte, belleza y entretenimiento.

A lo largo de la historia la serpiente ha estado ligada a la figura femenina, desde las diosas  primitivas a Eva, en relación con el poder femenino de fuerza y regeneración pero también con el pecado. Y también en la Danza y el Arte del siglo XXI nos encontramos con esa misma situación ya que desde finales del siglo XIX muchas figuras femeninas claves e innovadoras en el mundo de la Danza y de las Artes han utilizado la figura o el movimiento de la serpiente como distintivo de su libertad e independencia y con el objetivo de luchar por la visibilidad de la mujer en la sociedad.

Por todo lo anterior, el objetivo principal del presente trabajo es realizar un estudio de la iconografía de la serpiente a lo largo del tiempo, analizar su simbolismo y compararlo en las distintas culturas de Oriente y Occidente, con especial interés en la relación de la figura femenina y la serpiente y con el nexo común de las Danzas Orientales serpenteantes. Para lograrlo se plantean los siguientes objetivos parciales:

  1. Plantear una revisión de las características generales de la iconografía y simbolismo de la serpiente y su presencia en las Danzas Orientales.
  2. Realizar un recorrido histórico y búsqueda de imágenes representativas desde la Prehistoria hasta el momento actual en culturas de todo el mundo.
  3. Estudiar sus características y propiedades cómo símbolo en la iconografía desde la Revolución industrial a la actual época de la globalización en la que los medios audiovisuales se han hecho omnipresentes. En este objetivo se pretende profundizar en el papel del cuerpo femenino como formato visual.
  4. Analizar comparativamente las similitudes y diferencias en distintas culturas de Oriente y Occidente a lo largo del tiempo y establecer la influencia de la asimilación serpiente-mujer en la consideración de la figura femenina.

1.1 SÍMBOLOS Y SIGNOS: definiciones y diferencias conceptuales desde la antropología y la semiótica

La palabra símbolo tiene una variedad de significados según se analice bajo el punto de vista de la lingüística, la atropología, la semiótica, la filosofía o la psicología. Su significado se hace más complejo en relación al sentido que le dan una u otra corriente de esas disciplinas y de la época y contexto en que se localice su uso.

Para los griegos el símbolo designaba un contrato, un convenio o una señal convenida y, entre otros, podía referirse a un estandarte, un santo y seña, un distintivo, un credo confesional, un billete de entrada a un teatro, un talón o billete que de derecho a algo o cualquier expresión de sentimiento.

1.1.1. Definiciones desde la antropología

Claude Lévi-Strauss define la cultura como un conjunto de sistemas simbólicos que tienen situados en primer término el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones económicas, el arte, la ciencia y la religión. Según él estos sistemas tienen la finalidad de expresar determinados aspectos de la realidad social, e incluso las relaciones de estos dos tipos de realidad entre sí, y las que los sistemas simbólicos guardan los unos frente a los otros. También postula que la sociedad y la cultura tienen un origen simbólico y que lo simbólico determina el orden del mundo (1). Otros antropólogos como Clifford Geertz opinan que el concepto de cultura es entendido como sistemas de signos interpretables que él llama símbolos y para Víctor Turner símbolo es una cosa de la que, por general consenso, se piensa que tipifica naturalmente, o representa, o recuerda algo, ya sea por la posesión de cualidades análogas, ya por medio de asociación de hecho o de pensamiento (2).

1.1.2. Definiciones desde la semiótica

Ferdinand de Saussure diferencia símbolo de signo por el grado de arbitrariedad, pero que el primero se distingue por cierta continuidad asociativa entre el significante (imagen acústica) y el significado (concepto) que supone la presencia de un cierto lazo natural. Lo característico del símbolo sería no ser nunca completamente arbitrario; no está vacío. El signo sería completamente arbitrario o inmotivado. Para Charles S. Peirce el símbolo es un signo que se refiere al objeto que denota en virtud de una asociación de ideas generales que son la causa de que el símbolo se interprete como referido a dicho objeto. Y para Iuri M. Lotman la idea de símbolo está ligada a la idea de cierto contenido que, a su vez, sirve de plano de expresión para otro contenido, por lo regular más valioso culturalmente (3).

A pesar de las diferencias en cuanto al significado de la palabra símbolo se puede destacar una característica común que coincide en las definiciones de todos los autores señalados que es que el símbolo representa una realidad física o espiritual, corpórea o psíquica. En torno a este eje común surgen otros atributos: el símbolo tipifica, recuerda, conecta (Victor Turner), reemplaza o sustituye (MarioTrevi), denota (Charles S. Peirce), evoca e indica (Mario Trevi), transporta (Iuri M. Lotman, Clifford Geertz), expresa (Claude Lévi-Strauss, Iuri M. Lotman) y revela (Sigmund Freud y Carl G. Jung).

Si se homologan revelar, conectar, denotar, indicar y expresar en razón de “poner de manifiesto” tanto lo desconocido como lo conocido; evocar y recordar en razón de “traer alguna cosa a la memoria”; reemplazar y sustituir en razón de “poner una cosa por otra”; entonces el símbolo representa revelando, evocando, reemplazando, tipificando o transportando. En una visión más cercana a Jung, los símbolos son también elementos estables que nunca pertenecen a un solo corte sincrónico de la cultura, siempre atraviesan ese corte verticalmente, viniendo del pasado y proyectándose al futuro (4).

1.1.3. La visión de Carl Gustav Jung (1875-1961)

Carl Gustav Jung, psiquiatra, psicólogo y psicoterapeuta suizo dedicó su vida al estudio de los símbolos y su importancia en la vida psíquica. Distinguía los símbolos de los signos conscientemente inventados de la vida diaria, definiéndolos como “términos, nombres o incluso imágenes que pueden resultarnos familiares en la vida cotidiana, pero que también tienen connotaciones específicas además de su significado obvio y convencional. Implican algo vago, oculto y desconocido para nosotros”. Se generan en el inconsciente como expresión espontánea de algo interno que no podemos expresar con palabras. Como tal el símbolo se convierte en palabras de Jung en “un constante desafío a nuestras ideas y sentimientos” (5). Algunos tipos de símbolos constituyen un lenguaje universal, porque las imágenes y sus significados se presentan

en forma similar y contienen un poder similar a través de las culturas y de los siglos. Los símbolos que constituyen este lenguaje son la expresión natural de fuerzas psicológicas internas (6).

Para Jung una palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio. Tiene un aspecto inconsciente más amplio que no suele estar definido con precisión y si la mente intenta explorarlos se ve llevada a ideas más allá de la razón.

Analizando los sueños de pacientes normales, neuróticos y psicóticos se dio cuenta de la aparición recurrente de ciertas imágenes simbólicas. También le resultó llamativa la similitud entre los símbolos que aparecen en las religiones, los mitos, las leyendas y los rituales orientales y occidentales, particularmente los de movimientos como la alquimia. Para él el simbolismo juega un papel importante en los procesos psíquicos que influyen en todos los aspectos del pensamiento y la conducta humana. Jung pensaba que la psique humana (suma de la actividad mental consciente e inconsciente) poseía una estructura real y discernible. La conciencia comprende las ideas y las acciones que están bajo el control de la voluntad. Bajo ésta está: a) el preconsciente, facultades mentales y los recuerdos que se pueden fácilmente extraer hasta la conciencia; b) inconsciente personal, recuerdos individuales (percepciones, experiencias y deseos reprimidos) que pueden emerger a la consciencia a través de sueños o recuerdos repentinos y; c) inconsciente colectivo más profundamente soterrado en la psique y sede de los modelos instintivos de pensamiento y comportamiento que a lo largo de milenios la humanidad ha configurado como lo que ahora reconocemos como emociones y valores. Estas imágenes no pueden ser extraidas hasta la consciencia, sólo pueden ser examinadas de forma simbólica, personificadas en hombres o mujeres, o como imágenes proyectadas por nuestras mentes en el mundo exterior. Jung llamó a estos símbolos primordiales arquetipos (7).

Según Jung un individuo es psicológicamente sano cuando la mente consciente e inconsciente están en equilibrio dinámico y la energía psíquica (fuerza vital) fluye desde el inconsciente hasta la consciencia y viceversa. El hallazgo de Jung de que los símbolos arquetípicos pueden utilizarse para explorar los vínculos entre la mente consciente y la inconsciente tuvo una influencia decisiva en sus técnicas clínicas que son muy utilizadas en psicoterapia hoy en día. Las teorías actuales sobre los significados y la utilización de los símbolos proceden en gran parte de las teorías de Jung.

Está demostrado que la humanidad siempre ha utilizado símbolos para expresar su idea de las fuerzas que sustentas la existencia identificadas como elementos, dioses o cosmos y los relatos simbólicos como los mitos y leyendas se han utilizado para expresar cualidades abstractas como la verdad, la justicia, el heroismo, la clemencia, la sabiduría, el valor y el amor. Según Jung todos hemos nacido con predisposición instintiva hacia esas cualidades como una serie de anteproyectos internos o arquetipos de lo que significa ser humano.

Los principales arquetipos con sus aspectos positivos y negativos serían los siguientes:

  • Anima o arquetipo femenino: es la encarnación de los elementos femeninos en la psique masculina. Aparece en la mitología como diosa, prostituta, hada o bruja. Puede estar dotada de poderes espirituales y poseer la sabiduría secreta de la tierra, de los elementos y los océanos o aparecer como la mujer seductora, despiadada y calculadora.
  • Ánimus o arquetipo masculino: representa el aspecto masculino en la psique femenina y que a  menudo cambia conforme la mujer se desarrolla psíquicamente. Puede ser el ideal de virilidad, héroe, aventurero o el hombre cruel y destructivo que trata a la mujer como objeto sexual.
  • Madre: rige el mundo invisible de las emociones y sentimientos. Aparece como la Madre Naturaleza, la madre tierra, las diferentes diosa de la fertilidad o animales nutricios o tener un aspecto destructivo ya que puede negar el alimento.
  • Padre: amo del mundo material y temporal. Puede tener presencia protectora, el rey sabio de la leyenda, el legislador y juez justo o el tirano, el monstruo, el dios Cronos que devora a sus propios

    hijos.
  • Tramposo: energía rebelde de la vida psicológica que se complace en negar o cuestionar el statu quo. Puede destruir nuestra confianza en nosotros mismos y socavar nuestras creencias más preciadas, pero también puede cumplir objetivos positivos, al despojarnos de nuestra satisfacción y hacer que nos replanteemos nuestras metas.
  • Sombra: Es una expresión de los deseos básicos y antisociales de los que nos avergonzamos y que tratamos de ocultar en el subconsciente. Responsable de las crueldades que la gente ha inflingido a los demás desde los albores de la Historia. Es la parte obstinada y egoísta de la naturaleza humana. También juega un papel positivo proporcionándonos un obstáculo interior que hemos de superar.

En la Edad Media y mucho antes que los fisiólogos demostraran la presencia de hormonas masculinas y femeninas en todos los seres humanos, se decía que “cada hombre lleva una mujer dentro de sí”. Este elemento “femenino” es lo que Jung llamó el “ánima” (8).

1.2. IMPORTANCIA DEL SÍMBOLO EN LA CULTURA

La comunicación humana depende en gran parte de signos, ya sea en forma de palabras escritas o habladas, imágenes o gestos. Estos signos son representaciones de la realidad: ecos conscientemente emitidos e inmediatamente reconocibles de objetos, acciones y conceptos del mundo que nos rodea. Están diseñados para ser precisos en su significado como los mapas, señales de tráfico, palabras y para transmitir información sucinta e inequívoca. Pero hay otro aspecto relacionado con el símbolo que es menos explícito y que es un aspecto relacionado con nuestro inconsciente. En este mundo interior un símbolo puede representar algo que se escapa a la expresión directa (9).

Las antiguas civilizaciones reconocían el poder de los símbolos y los utilizaban profusamente en su arte, sus religiones, sus mitos y sus rituales. Hoy en día toda su carga está en el arte, literatura, cine, y sobre todo en la publicidad que utiliza subliminalmente símbolos de raíces profundas.

Las formas culturales y religiosas de las sociedades se practican y han sido pensadas por los antropólogos como sistemas de símbolos. Dependiendo casi siempre de prejuicios de un evolucionismo unilineal, dichos símbolos fueron teorizados tomando como muestra las sociedades en su evolución y considerados sistemas de pensamiento. Todo esto dio origen a ideas y formulaciones diversas a través de escuelas y métodos que parecían justificar un uso específico de los símbolos religiosos y culturales que utilizaban los antropólogos para explicar otras culturas.

La antropología ha tenido como cometido durante mucho tiempo el análisis de las culturas de una forma específica y algunos autores prefieren referirse a la cultura viva , es decir, a las formas de acción social que pueden ser observadas mediante signos y símbolos (10).

La importancia de los signos en la comunicación y la pervivencia de los sistemas humanos está ampliamente reconocida. En la transmisión de la información en las culturas humanas el ritual sería un elemento importante ya que se comporta como un comunicador de primer orden de una sociedad y el de sus componentes de manera incluso más fiable que el lenguaje. Se puede definir un ritual como “un sistema complejo de actuaciones más o menos fijas organizadas en secuencias temporales, dentro de un calendario, fijo o variable, donde tales acciones estructuradas tienen un sentido político, económico o social y están orientadas a fines importantes para la sociedad que las realiza”. Estos rituales se cargan de múltiples significados sociales utilizando símbolos de condensación, analogías y metáforas (11).

1.3. LOS ANIMALES COMO SÍMBOLOS

Los animales han sido frecuentemente revestidos de un significado simbólico profundo y complejo con el cual las sociedades del pasado y presente pretendieron manifestar diferentes ideas y creencias, difíciles de expresar con otros lenguajes.

La importancia de los animales en el simbolismo es tanto por sus cualidades como por su relación con el hombre. El origen se relaciona con el totemismo y la zoolatría. Por un lado, la caza y ganadería fueron actividades fundamentales para el desarrollo y crecimiento humano y de la civilización y, por otro, los animales fueron divinizados y recibieron culto, convirtiéndose en símbolos de poder. Es más, se les convierte en signos que representan cualidades morales.

El papel de los animales en la Protohistoria y Edad Antigua está íntimamente relacionado con la esencia misma del hombre ya que no se puede entender al ser humano sin tener en cuenta su relación con el medio en el que habita. La cultura sería el mecanismo que utiliza para sobrevivir, física y anímicamente. Las explicaciones ultraterrenales del comportamiento del medio sería una forma de reducir la tensión de la propia existencia y de la certeza de la muerte. El hombre hace suyos los valores que observa en los animales para mimetizarse con la naturaleza en esa búsqueda del equilibrio existencial (12).

Según Jung, “el animal representa la psique no humana, lo infrahumano instintivo, así como el lado psíquico insconsciente”.

En Occidente, las primeras referencias de simbolismo animalístico son Aristóteles y Plinio, pero más concretamente del libro Physiologus escrito en Alejandría en el siglo II d.C. Uno o dos siglos más tarde la Hieroglyphica de Horapolo supuso una aportación clave para entender los jeroglíficos egipcios que continuó en la Edad Media con los bestiarios medievales.

En la antigüedad, el hombre y los animales convivían en un plano de igualdad pero el Cristianismo colocó al hombre en la cúspide de la creación. Así en el tratado sobre los animales de San Isidoro de Sevilla, se resume el conocimiento antiguo del mundo animal según la tradición de Plinio el Viejo y se sienta las bases de esa nueva visión moral que establece la supeditación de los animales al hombre. Según Santiago Sebastián todos los bestiarios medievales se basan en esas fuentes y repiten sus ideas insistentemente (13). Los animales aunque estén dominados no dejan de producir inquietud en la mente humana. Además, en esa época existían dificultades para comprender el papel del hombre en la Naturaleza y se cree que esta es la razón que explica las afirmaciones de Santo Tomás que afirmaba que tras la resurrección, en el reino de los Cielos los animales no existirán porque ya no serán necesarios.

En la Edad Media ya se realizaba un programa iconográfico más elaborado partiendo de las fuentes clásicas greco-latinas y de la tradición bíblica. Más tarde se amplió con aportaciones de origen germánico, al mismo tiempo que se enriquecía y creaba un código propio de significados simbólicos en torno a los animales.

Durante el Renacimiento se recuperó la filosofía de Aristóteles y Plinio el Viejo comprendiéndose que la naturaleza humana y animal era la misma lo que ha demostrado la ciencia hoy en día.

Los animales además de presentar características positivas o negativas constantes expresan la jerarquía de los instintos. Por ejemplo, la lucha del águila contra la serpiente, la victoria del león sobre el toro suele significar la del día sobre la noche, de la luz sobre las tinieblas y la del bien sobre el mal. La clasificación simbólica suele corresponder a la de los cuatro elementos y así los seres acuáticos y anfibios corresponden al agua; los reptiles a la tierra; las aves al aire y los mamíferos al fuego. También se clasifican en naturales y fabulosos (quimera, esfinge, lamia, minotauro, sirena, unicornio, grifo, arpía, dragón…). Y solares y lunares siendo éstos a los que muestran alternancia en su vida con apariciones y desapariciones periódicas (14).

Algunos animales por sus características sobresalientes, como el águila y el león, han desempeñado un papel importante en el alegorismo mundial.

1.4. LA SERPIENTE COMO SÍMBOLO

1.4.1 Características y atributos

Los atributos de la serpiente son múltiples y varían en las diferentes culturas siendo las cualidades centrales que determinan sus significados:

a) es un animal de fuerza magnética;

b) por su muda de piel es símbolo del rejuvenecimiento ya que al renovar la piel simboliza resurrección y vida;

c) por su carácter reptante (y sus anillos estranguladores) significa la fuerza y el poder y

d) por su peligrosidad, el aspecto maligno de la naturaleza.

La muda de la piel impresionó poderosamente a los autores antiguos y así Filón de Alejandría citaba que la serpiente, al desprenderse de la piel, se desprende de la vejez; que puede matar y curar, siendo por ello símbolo y atributo de los poderes adversarios, positivo y negativo, que rigen el mundo (idea gnóstica y maniquea de origen persa) y llega a considerarla como “el más espiritual de los animales” (15).

La serpiente desempeñó un papel muy importante entre los gnósticos, especialmente en la secta de los nasesios (de naas, serpiente). Hipólito, autor de dicha doctrina, decía que la serpiente “vive en todos los objetos y en todos los seres”.

Para otros, las serpientes alejan las enfermedades por ser animales proféticos y encantadores. Enrolladas en un palo forman el caduceo de Hermes/Mercurio representando enfermedad y salud, veneno y medicina y una serpiente enrollada a un bastón es el símbolo de Esculapio, dios de la curación. En la antigüedad se creía que la serpiente tenía la habilidad de descubrir hierbas medicinales.

Las serpientes enrolladas simbolizan las fuerzas creativas duales. La contraposición de dos serpientes, como en el caduceo, indica el equilibrio de fuerzas, la contraposición de la serpiente domada (fuerza sublimada) a la serpiente salvaje (bien y mal, salud y enfermedad) y la curación por lo que causó el daño. La serpiente es entonces fuente de salud del daño causado por la serpiente.

Como las serpientes viven en el suelo, son asociadas con la muerte y el inframundo, y a menudo están en arte funerario y asociadas con la iniciación. Como una criatura ctónica, terrenal es la enemiga tradicional de los pájaros, solares. La mayoría de deidades lunares y ctónicas suelen ser representadas como una serpiente o tienen una serpiente como atributo.

Por su veneno letal la serpiente también simboliza muerte y destrucción y sus ojos vigilantes y sin párpados se asocian a la sabiduría y conciencia.

En Egipto eran consideradas deidades existiendo numerosos dioses que tenían representación como serpientes o que aparecían con serpientes. En el arte egipcio los soberanos se representan con el uraeus, la cobra, el símbolo de soberanía, realeza, poder, luz, vida y muerte, el ojo de Ra y la destrucción de enemigos. El uraeus representaba el poder real y la sabiduría, mientras que el coluber representaba a Seth y Apep como el demonio de la oscuridad y los aspectos maléficos.

En la América precolombina, en la mitología azteca el dios más importante era Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, síntesis también de los poderes contrarios (cielo y tierra).

En muchas zonas del mundo, muchas deidades del agua están asociadas con serpientes. En la India, el culto de las serpientes y de sus genios no sólo está vinculado a las aguas y a la inmortalidad, sino también a la sabiduría a través del concepto yoga kundalini que representa la energía evolutiva del ser humano. Kundalini es una palabra sánscrita que significa “enroscado” y se representa como una serpiente (almacén de energía psiquica) enrollada en un centro en la base de la columna vertebral, pero con el potencial de desenrollarse a medida que el individuo avanza en el conocimiento (16).

En Occidente, algunos autores interpretan que la serpiente puede simbolizar la sabiduría abisal y los grandes arcanos debido a su morfología similar a las olas marinas. En cambio en el desierto y en gran número, como se relata en el Antiguo Testamento con el viaje desde Egipto de Moisés, las serpientes son símbolo de destrucción. También se ha relacionado la serpiente con la seducción de la fuerza por la materia (Jasón por Medea, Hércules por Onfale, Adán por Eva) constituyendo la manifestación concreta de la involución, la persistencia de lo inferior sobre lo superior. En este aspecto, la serpiente es símbolo del principio del mal inherente a todo lo terreno.

El mito nórdico de la serpiente Mitgard expresa lo mismo y ya en textos como el Völuspa se anuncia que el diluvio dará comienzo al despertarse la serpiente para la destrucción universal (17).

La identificación de la serpiente con la fuerza vital que determina nacimientos y renacimientos, o Rueda de la Vida aparece gráficamente expresada en los símbolos gnósticos del ouróboros, o serpiente que se muerde la cola y que simboliza la eternidad. Cuando está enrollada sobre sí misma suele representar ciclos de manifestación.

La serpiente aparece con frecuencia asociada a otros elementos. El más frecuente es el árbol. El árbol y la serpiente prefiguran míticamente a Adán y Eva. Algunos autores creen que por analogía, habría en esa situación de envolvimiento del árbol por la serpiente (comparado con el bastón de Esculapio) una imagen simbólica del dualismo moral o también consideran que el árbol correspondería al principio masculino, simbolizando entonces el ofidio el femenino.

Existen diferentes modalidades de serpiente. La serpiente marina parece tan sólo integrar más fuertemente el simbolismo del inconsciente y de lo abisal. La multiplicación del número de cabezas sólo agrega al sentido simbólico del animal y de su situación el correspondiente al referido número. Por ejemplo, es frecuente encontrar leyendas y mitos de serpientes de siete cabezas porque el siete lo concreta en los órdenes esenciales del cosmos. La serpiente de siete cabezas invade las siete direcciones del espacio, los siete días de la semana, los siete dioses planetarios, y se relaciona con los siete vicios. La serpiente de tres cabezas se refiere a los tres principios (activo, pasivo, neutro). En alquimia la serpiente alada es el principio volátil; la carente de alas, el principio fijo. La serpiente crucificada, fijación del volátil y sublimación (como en el mito de Prometeo). También la alquimia descubrió la serpiente como “lo femenino en el hombre” o su “esencia húmeda”, identificándola con Mercurio, el dios andrógino y probablemente como Shiva, el dios hindú, dotado de capacidad para el bien y el mal (como las dos serpientes de los gnósticos: Agathodaemon y Kakodaemon). Hay también serpientes con cabeza de carnero que se ven en relieves de sepulturas galorromanas y que asimilaban también el sentido favorable del carnero (Aries, primavera, inicio, fuego) (18). De otro lado, la situación opuesta a la de la serpiente envolvente (triunfante) es la de la serpiente crucificada, que aparece en las figuras de Abraham le Juif (32 de siruela). La serpiente vencida y clavada en la cruz, el principio ctónico y femenino dominado por el espíritu, es también figurado en los mitos por la victoria del águila sobre la serpiente. En la Ilíada un águila se aparece a los griegos llevando entre las garras una serpiente herida. El adivino Calcante interpretó el signo como presagio del triunfo helénico (perteneciente al orden masculino y patriarcal ario, sobre el principio de prevalecimiento femenino y matriarcal de Asia).

La multitud de significados que presenta la serpiente está en sus propias características biológicas. James H. Charlesworth en su libro “The Good & Evil Serpent, How a Universal Symbol Became Christianized” hace una de las más extensas revisiones sobre el tema (19) y esquematiza las características que la definen junto con su posible significado como sigue:

  1. No tiene brazos ni piernas por lo que permanece en la tierra cuando se mueve.Esto podría ser la causa de su relación con la Madre Tierra. El movimiento serpenteante hace que avance pero moviéndose de izquierda a derecha e incluso hacia atrás con un ritmo casi circular. Este hecho pudiera ser lo que le ha hecho ser vista como un símbolo del tiempo ya que la historia es una repetición de acontecimientos que hacen avanzar a la humanidad. El símbolo aquí es representado como el ouróboros o la serpiente con la cola en su boca.
  2. No tiene orejas por lo que no puede oír. La razón por la que algunas, como la cobra, responden a la música o sonidos rítmicos es porque responde a ondas de baja frecuencia por lo que simplemente está siguiendo los movimientos de la flauta de los encantadores de serpientes. Para algunos esta sordera para los sonidos terrenales puede hacer imaginar que podría estar en sintonía con voces de otros mundos.
  3. No tiene voz y, aunque puede sisear, no puede haber comunicación vocal con los humanos. Según el autor, puede implicar que vive en el mundo del silencio donde sólo la palabra de Dios (o de los dioses) puede ser escuchada o incluso que, dado que la comunicación es imposible donde no hay silencio, el silencio es la esencia del lenguaje.
  4. No tiene párpados, simplemente una escama que cubre los ojos (incluso algunas serpientes son ciegas). Este hecho hace pensar que las serpientes siempre tienen los ojos abiertos y no parpadean. Junto con el hecho de no tener oidos pudiera hacer que para nuestros ancestros fuera el símbolo de una sabiduría especial.
  5. El cuerpo es alargado lo que puede dar imagen de unidad. Es también símbolo de simplicidad.
  6. Se mueve rápidamente y sin hacer ruido lo que puede ser asociado a ligereza y destreza. También puede relacionarse con ser esquiva, como algunas deidades.
  7. Los machos tienen dos penes (o hemipenes). Esta característica pudo ser lo que les relacionara con el erotismo y la fertilidad. En este aspecto también la cantidad de descendencia que tienen las hembras pudo ser la clave para considerarlas el símbolo de la fertilidad.
  8. La serpiente tiene la lengua dividida que puede salir de su boca a través de un agujero por lo que no tiene que abrir la boca. La lengua bífida junto con la presencia de los dos penes puede simbolizar dualidad, duplicidad, habilidad de decir dos cosas al mismo tiempo (tal vez mentiras).
  9. Todas las serpientes son carnívoras y comen de una manera viciosa ingiriendo enteras presas incluso más grandes que ellas. Esto puede causar miedo, preocupación, estupor y temor y así muchos artistas las utilizan en sus obras cuando quieren transmitir esos sentimientos.
  10. Pueden estar meses sin ingerir ningún alimento y alimentarse de su propio cuerpo. En la antigüedad esto podría haberse interpretado como una característica de los dioses.
  11. Es socialmente independiente y permanece solitaria, sólo se le ve en grupos cuando tienen crias o cuando termina la hibernación. No hay jerarquías, ni dominación ni territorialidad. Esto puede hacer pensar en un animal de naturaleza superior. Sólo algunas serpientes acuáticas nadan en grupos.
  12. Tienen sangre fría y obtiene su calor del ambiente que le rodea. Esto significa una estrecha relación con la tierra y vivir de ella y del sol. Incluso una cobra cuando se excita se puede asemejar a un sol y así los antiguos egipcios la eligieron para colocarla en la corona real como el “uraeus”.
  13. Es casi invisible cuando descansa ya que se mimetiza con el medio (está pero no se ve). Este hecho le confiere un halo de misterio que es también uno de los simbolismos de este animal.
  14. Se puede esconder en una multitud de ambientes: árboles, cuevas, bajo rocas, agua, agujeros, túneles, nidos…Incluso se puede esconder en la arena.
  15. No muestra miedo o temor. Cuando se encuentra en peligro toma alguna estrategia pasiva o se enfrenta a él. Esto hace que sea admirada y reverenciada.
  16. En un reptil ubicuo. Puede moverse en la tierra, agua, subir a los árboles…lo que significa que puede ir a cualquier sitio donde quiera debajo de la tierra, sobre la tierra, debajo y encima del agua, e incluso según algunas culturas al cielo.
  17. Cambia su piel (ecdysis) hasta 4 veces al año. Significa la posibilidad de rejuvenecer y conseguir un nuevo cuerpo y una nueva existencia por lo que se la relaciona con la inmortalidad.
  18. Puede desaparecer en la tierra. Es ctónica, es decir, entra en el inframundo desconocido para los humanos. Puede penetrar en la fuente de la vida a través de las raíces de las plantas y los árboles.
  19.  Pueden ser sorprendentemente bellas. Por ejemplo una cobra levantada y extendida o una mamba verde pueden hechizar a quien las mire. La belleza que tienen puede ser considerada como una atracción diabólica o divina. El uraeus para los egipcios significaba tanto divinidad, belleza, sabiduría, realeza y poder.
  20. A menudo tiene veneno mortal lo que hace que puedan matar rápidamente. Y es por esto que la serpiente es también símbolo de muerte y peligro. Este símbolo incluso se puede encontrar en algunas banderas tanto antiguas (en la de la Guerra Revolucionaria y en una de las primeras del estado de Tejas) como actuales, por ejemplo la bandera de México.
  21. No expresa ninguna emoción ni gesto facial. No puede reír ni hacer muecas, únicamente puede abrir su boca. También esta característica se suele asociar a superioridad, está por encima de las emociones, es de otro mundo.
  22. Tiene forma fálica lo que le da poder sexual que unido a que tiene dos penes hace que simbolice el falo, el erotismo, la sexualidad y fertilidad.
  23. Su fisiología es muy distinta a la humana por lo que puede ser vista como algo inhumano, subhumano o superhumano. Es por ello que es el centro de muchas religiones, muchos mitos y leyendas. Se le considera el animal más espiritual que existe.
  24. La hibernación es un hecho misterioso. Entra en la tierra durante periodos largos de tiempo.
  25. Su consistencia es babosa y fría lo que añade una connotación negativa y más relacionada con lo diabólico o demoníaco.
  26. La serpiente cava y mueve la tierra favoreciendo el crecimiento de las plantas.También come roedores y ratones. Es por ello que también es un símbolo de la fecundidad.
  27. Matan animales peligrosos para los humanos por lo que se les puede considerar como guardianes beneficiosos.
  28. Puede indicar grandeza y majestad como la cobra.
  29. No huele por lo que es imperceptible e impredecible su aparición.
  30. Algunas parece que tienen dos cabezas, una de ellas en la cola con lo que puede significar dos opuestos en uno. Y si están en círculo representarían la perfección y la unidad del tiempo y del cosmos.
  31. Es misteriosa y desconocida. Crecen durante toda la vida y, a veces, por errores genéticos pueden tener un solo ojo o dos cabezas lo que es inquietante. La serpiente con dos cabezas se llama anfisbena y fue ya descrita por Plinio en su Historia Natural (libro VIII, 35) y por San Isidoro en sus Etimologías (XII, 4, 20). Este animal debido a su facultad de poder desplazarse en dos direcciones contrarias se convirtió en la representación del bien y del mal en toda Europa medieval representadas de color blanco y negro, respectivamente (20).

Tampoco se sabe con exactitud algunos de sus comportamientos como la danza sexual que se realiza entre dos machos y considerado por unos como un combate por una hembra y por otros, una aproximación homosexual.

1.4.2. El ouróboros como símbolo universal

Ouróboros (ouroboroz) es una palabra griega que significa “devorando su propia cola” y es el símbolo de la naturaleza cíclica del cosmos. Es una serpiente en círculo devorando su propia cola y aparece ya en la antigüedad donde se cree que los griegos lo tomaron de los egipcios (hay textos del año 2300 a. C.) El ouróboros no significa sólo tiempo repetitivo sino también movimiento y progresión. Denota optimismo, armonía, ciclo constante y eternidad.

Simboliza la continuidad del tiempo y el cosmos tanto en la mitología griega como romana y ya en la Metamorfosis de Ovidio menciona a la serpiente cósmica o a la constelación de la serpiente. Incluso hay un décimotercer signo del zodiaco que se llama Ophiuchus, el que manipula a la serpiente. No se sabe muy bien si es parte o no del Zodiaco. Debería estar incluido si el calendario fuera lunar (21).

Algunos incluso ven una representación armónica de lo femenino (boca-vagina) y masculino (cola-pene) en una entidad andrógina que para los griegos y romanos era el ser humano completo (22).

La serpiente representada de esta manera significaría la fuerza vital que determina nacimientos y renacimientos, por lo cual se identifica con la Rueda de la Vida. La leyenda de Buda dice que la serpiente circundó siete veces su cuerpo y la misma imagen con el mismo significado está en las efigies de los chronos mitraicos. La identificación de la serpiente con la rueda aparece también gráficamente expresada en el símbolo chino del Yang-Yin, lo cual expone la ambivalencia esencial de la serpiente y su pertenencia a los dos aspectos (activo y pasivo, afirmativo y negativo, constructivo y destructivo) del ciclo (23).

La asociación de la serpiente con la muerte, renacimiento y el ciclo de la naturaleza es universal. Hay imágenes de ouróboros en culturas de todo el mundo y se encuentran en manuscritos egipcios, árabes, pinturas de pueblos mayas y aztecas, de indígenas norteamericanos, en códices medievales europeos, en libros chinos, etc. (Fig. 2 y 3).

Figura 2. Simonetta Vespucci pintada por Piero di Cosimo entre 1500 y 1510.

Figura 2. Simonetta Vespucci pintada por Piero di Cosimo entre 1500 y 1510.

Figura 3. “Alegoría de la vida humana” pintada por Guido Cagnacci en el siglo XVII.

Figura 3. “Alegoría de la vida humana” pintada por Guido Cagnacci en el siglo XVII.

1.4.3. La serpiente en la iconografía médica

El símbolo actual de la Medicina es el bastón de Esculapio, a veces también denominado vara de Aarón, que es un palo recto, grueso y con nudos, con una serpiente enroscada (Fig. 4). El palo representa a los árboles sagrados, conexión entre el mundo real, el infierno y el cielo. La serpiente representa por un lado, el rejuvenecimiento y la curación, pero por otro se asocia a la destrucción y la muerte. Esta naturaleza dual significa la lucha entre la vida y la muerte, simbolismo derivado de los movimientos ondulantes de la serpiente entre la superficie y los mundos subterráneos.

En la medicina del antiguo Egipto ya se hablaba de la naturaleza dual de la serpiente como uno de los atributos más importantes: la serpiente que mata es la serpiente que cura. Meresger (“la que ama el silencio”), la diosa serpiente egipcia podía causar enfermedad a aquellos que la ofendían así como proteger frente a las mordeduras de serpiente a los piadosos. Era frecuente el uso de amuletos y ya hay referencias en el papiro de Ebers de las propiedades médicas de la grasa de serpiente (24).

A veces se ha utilizado como símbolo de la Medicina el caduceo de Hermes que tiene dos serpientes enfrentadas (Fig. 4). Según la mitología griega, Hermes utilizó su palo para separar dos serpientes que estaban luchando, simbolizando la paz. Las dos serpientes representan curación y veneno, salud y enfermedad, unión y desunión, el bien y el mal, el fuego y el agua. Juntas, representan el equilibrio, la sabiduria y la fertilidad. Sin embargo, la relación de Hermes con la Medicina en aquel tiempo era más bien remota ya que entre sus atributos estaban restablecer la armonía y la concordia, era el protector de los pastores, dios del comercio y de los ladrones y el conductor de las almas de los muertos hacia el infierno (25).

Esta imagen del caduceo aparece ya en Mesopotamia en la copa ritual de libaciones del Rey Gudea de Lagash, datado en al 2000 a. C. Que muestra al dios serpiente Ningishizda como dos serpientes enroladas en una barra. Cuenta la leyenda épica que Gilgames, un jefe legendario de Uruk, encontró la hierba de la eterna juventud pero se la robó una astuta serpiente mientras se bañaba en su manantial. Así la serpiente, y mediante la muda de su piel, alcanzó la vida eterna mientras que los hombres por otro lado fueron condenados a la enfermedad y la muerte. A partir de entonces se invocaría la serpiente como protectora frente a las enfermedades.

Pero sin lugar a dudas, la serpiente sanadora más famosa es la asociada con Esculapio, el Dios griego de la Medicina. Sus templos eran lugares de curaciones milagrosas. Los enfermos, si tenían suerte, eran visitados en sueños por este médico divino, a menudo en la forma de serpiente, y eran así curados en el momento o les daba las instrucciones para curarse. Incluso Galeno describe en sus textos que fue curado de esa manera de un absceso. Estos sueños terapéuticos no eran originarios griegos sino que también se realizaban en Egipto y Mesopotamia. Esculapio fue una de las deidades más reverenciadas en Roma y durante un tiempo fue un rival muy importante para la cristiandad.

No sólo se usó la serpiente como imagen iconográfica de la salud si no que también se utilizaba ampliamente para preparar remedios. En los textos de Hipócrates se recomienda tomar serpiente en vino para la retención de placenta, la grasa de serpiente para la infertilidad y un caldo de serpiente para enfermedades de la piel. Celso, escritor latino, recomienda serpiente para la escrófula y Dioscórides, el recopilador de la mayor farmacopea de la antigüedad, recomienda serpiente para agudizar la vista y para el dolor nervioso.

Figura 4. Los dioses Esculapio y Hermes con los símbolos que representan a la Medicina.

Figura 4. Los dioses Esculapio y Hermes con los símbolos que representan a la Medicina.

El remedio terapéutico más conocido de la antigüedad fue la sustancia conocida como triaca. La triaca o teriaca era un preparado compuesto por varios ingredientes distintos (en ocasiones más de 70) de origen vegetal, mineral o animal, incluyendo opio y carne de víbora. Se usó desde el siglo III a. C. como antídoto contra venenos, incluyendo los derivados de mordeduras de animales, y posteriormente se utilizó también como medicamento contra numerosas enfermedades, siendo considerado una panacea universal. Se popularizó en la Edad Media, y durante muchos siglos se empleó con variaciones en su formulación, registrándose en las principales farmacopeas de la época hasta que perdió auge en los siglos XVIII y XIX (26).

La palabra triaca deriva del griego thèrion que significa “fiera, animal”, y hace referencia a las serpientes y su veneno. Las triacas eran resultado de numerosas tradiciones. Venenos y contravenenos eran mencionados en documentos mesopotámicos y de la época del Egipto de los faraones. En India, durante la época de los Brahmanes, el Ayurveda o “ciencia de la prolongación de la vida” ya abordaba este tema como puede comprobarse en tratdos médicos como el Chákara y Sucruta (siglos II y V d. C.). Sin embargo, serán los griegos quienes desarrollen las triacas empleadas en el mundo musulmán y cristiano. El primer texto importante sobre este tema se debe a Nicandro de Colofón, médico de la corte del rey Atalo de Pérgamo (hacia 240 a. C.) autor de un tratado en verso sobre las mordeduras de serpiente.

Su origen más legendario se cree que fue durante el reinado de Mithridates VI rey del Ponto (120-63 a. C.) que vivía con el miedo constante a ser envenenado. Para evitarlo inventó un antídoto tan efectivo, el mitrídato o antídoto de Mithridates, que cuando quiso suicidarse tuvo que pedir a su criado que le asesinara. Este antídoto fue codificado por Andrómaco, médico de la corte de Nerón, que la mejoró y sobre los 54 ingredientes habituales le añadió más hasta llegar a 74.

Este remedio fue posteriormente ensalzado por Galeno, médico griego del siglo II d. C., lo que quizás fue suficiente para asegurar su éxito. Galeno cuenta que fue a los dominios de una tribu en Italia Central conocida como los Marsianos, famosos por sus conocimientos sobre las serpientes, para aprender de ellos. Su tradición todavía vive en Cocullo en las montañas Abruzzi.

Allí el santuario de San Domingo de Foligno, famoso por sus curaciones, tiene un festival anual de la serpiente el primer jueves de Mayo.

Todos los grandes médicos árabes como Ibn Màsawayh, Hunayn ibn Ishàq, Al Ràzi, Ibn Rushd o Averroes también se interesaron por los antídotos y fueron traductores de muchos de los textos clásicos.

Este remedio tuvo una larga vida pero se abandonó en Occidente durante los siglos XVII y XVIII. Por el contrario, los remedios con serpientes siguen siendo muy usados en Medicina Tradicional como la china que utiliza profusamente serpientes para preparar sustancias terapéuticas bien macerando serpientes en distintas soluciones, utilizando partes secas o en algunos casos la sangre recién extraída. Habría que destacar que en los últimos años muchos grupos científicos de investigación están analizando e identificando cientos de sustancias en distintas especies de serpientes que están demostrando tener un potente efecto terapéutico y que se presentan como tratamientos muy prometedores en el futuro (27).

El culto a Esculapio tuvo su cénit en el siglo II a.C. y fue un serio contrincante para el Cristianismo por lo menos en un aspecto ya que presentaba el mismo mensaje que Cristo en lo referente a símbolo del remedio supremo. Este dios fue objeto de descrédito en la literatura de los Padres de la Iglesia y aunque temporalmente revivido por Julián el Apóstata, con el tiempo pasó a la clandestinidad. Muchos dioses paganos no desaparecieron verdaderamente si no que fueron asumidos bajo el nombre de santos cristianos de la misma manera que los amuletos y talismanes han vivido en las reliquias con poder curativo. En cierta manera Esculapio fue asumido por Cristo aunque éste estaba fuertemente unido a los patrones de la Medicina, los santos Cosme y Damian. Estos santos curan a los enfermos apareciéndose a ellos en sueños.

En astrología la constelación denominada Ophiucus o el manipulador de serpientes también se llamaba Esculapio en el mundo antiguo y medieval. Los manipuladores de serpientes eran entonces algo más que encantadores o vendedores de pociones y antídotos, eran vendedores públicos de fármacos y remedios. El manipulador de serpientes en el mercado era el curandero, el saltimbanqui y el vendedor de medicinas. En una ilustración del “Dresden Galen”, manuscrito del siglo XV, se puede ver un vendedor ambulante trabajando, con sus serpientes de acompañantes.

A pesar de la desaparición de Esculapio, la serpiente como remedio retuvo su poder curativo y esto se transmitió a través de la cultura popular y escolástica. Por ejemplo Avicena, el médico árabe cuyo “Canon” fue el mejor texto médico de la Edad Media y se estudiaba en todas las Universidades europeas, recomendaba la serpiente para la lepra. Durante el Renacimiento los remedios con serpientes, tan habituales en la Edad media, se utilizaron más como promotores de juventud y belleza. En el siglo XVII la ciencia experimental siguió estudiando las propiedades tradicionales de la serpiente mediante el análisis químico y se consideraban remedio valioso para la urticaria, paperas, sarampión, lepra y que tenían un valor tremendo para tener una preciosa piel.

En el siglo XVI se vuelve a utilizar el caduceo como símbolo de la Medicina. En Inglaterra fue utilizado por Sir William Butts, médico de Enrique VIII y por John Caius que representó al Royal College of Physicians con un caduceo en 1556. Incluso en el museo de Philadelphia se puede ver un retrato de un médico datado en 1500-1510 que sujeta un caduceo.

El origen de la relación entre el caduceo y la medicina pudiera estar en el dios egipcio Thoth, el dador de sabiduría, que fue identificado por los griegos como Hermes. Incluso en algunos de estos textos el conocimiento es impartido de Hermes a Esculapio como de maestro a alumno. Sea cual fuera la razón en caduceo se convirtió en símbolo de la Medicina y puede encontrarse en numerosos textos médicos, farmacopeas, y en insignias oficiales.

Existe una tercera deidad, Hygea, relacionada con la salud y que es símbolo de la Farmacia. Hygea, la hija de Esculapio se representa alimentando una serpiente de su mano o de un cuenco que ella sostiene (Fig. 5). De ella deriva la palabra higiene. En sus representaciones la serpiente tiene una actitud dócil y cariñosa. También se la representa junto a Esculapio (28).

La asociación de la serpiente y la medicina, con la vida y la muerte, con lo bueno y lo malo no es accidental y representa un símbolo natural de las fuerzas poderosas de la naturaleza y por ello está en los emblemas de las Ciencias de la Salud (Fig. 6).

Figura 5. Hygea en dos representaciones comunes de la época alimentando a una serpiente y con Esculapio, dios de la Medicina y su padre

Figura 5. Hygea en dos representaciones comunes de la época alimentando a una serpiente y con Esculapio, dios de la Medicina y su padre

Figura 6. El bastón de Esculapio y el caduceo de Hermes (símbolos de la Medicina) y la copa de Hygea (símbolo de Farmacia).

Figura 6. El bastón de Esculapio y el caduceo de Hermes (símbolos de la Medicina) y la copa de

Hygea (símbolo de Farmacia).

1.4.5. La serpiente como representación del pecado

En esta sección es necesario mencionar a la serpiente más famosa en la cultura occidental, la serpiente del Jardín del Edén que representa el lado oscuro de la serpiente. Con la expulsión de Adán y Eva vino la enfermedad y la muerte. También aparecen serpientes en el castigo a los israelitas que iban con Moisés en el desierto.

En el Cristianismo generalmente representa al diablo aunque también sabiduría (“sed tan prudentes Como la serpiente y buenos como palomas” Mateo 10,16) y también sutileza (Génesis 3,1). Pero lo más habitual es su presentación como la tentación de Adán y Eva para que comieran la fruta del árbol de Conocimiento del Bien y del Mal. En Irlanda, la serpiente representa el paganismo y en la leyenda de St. Patrick, patrón de Irlanda, éste alejó a todas las serpientes de la isla. Representa al diablo como tentador. Debajo de la cruz de Cristo, representa el triunfo sobre el diablo; debajo del pie de la Virgen María, se compara con la serpiente de Eva.

Sin embargo, en contra de la creencia general no siempre fue así, y de hecho los primeros cristianos llamaban a Cristo “La Buena Serpiente” (Juan 3, 15). En el manuscrito medieval “Book of Kells” cuando se ilustra Mateo 27:38 que trata de la crucifixión está iluminado con serpientes.

Una serpiente enrollada en el árbol de la vida es beneficiosa pero enrollada en el del conocimiento es maléfica (excepto entre los gnósticos). El cáliz de San Juan es representado con una serpiente emergiendo de él representando poderes beneficiosos. Y en Monasterboice, Louth, Irlanda, hay una Cruz de Muiredach que tiene dos serpientes una hacia arriba y otra hacia abajo, con tres cabezas humanas entre las colas y que terminan en una mano humana con un círculo arriba representando un círculo solar. Se le conoce como Dextra Dei o la mano derecha de Dios.

San Agustín decía “¿qué es una serpiente alzada? La muerte del Señor en la cruz”. Cristo era el sanador divino y la identificación con la serpiente fue hecha frecuentemente sobre todo por los ofitas (sectas agnósticas de Siria y Egipto que se desarrollaron alrededor del año 100 d.C.), una secta cristiana que representaba a Cristo como una serpiente. El nombre se deriva del griego ophis (ojiz) que significa “serpiente”. El pensamiento común que tenían estas sectas es la gran importancia que dan a la serpiente de los relatos bíblicos, puesto que este animal es la conexión entre el árbol del conocimiento posteriormente considerado del bien y del mal) con la gnosis o conocimiento (32).

En el Judaísmo la serpiente representa el diablo, tentación, pecado, pasión sexual, y las almas de los condenados en Sheol (sepultura común de la humanidad). Pero también hay descripciones de la serpiente retorcida como referencia al conocimiento y también el brazo de la serpiente de Moisés es un símbolo de curación. Y en la Kábala el hombre primordial lleva una serpiente en el cuello.

A pesar de todos los aspectos positivos que la serpiente tenía en los primeros tiempos del Cristianismo, todos quedaron anulados por el hecho de que la caída que provocó a través de Adán y Eva fue lo que trajo la enfermedad al mundo. Y ya en la Edad Media fue una de las representaciones de la lujuria, uno de los pecados que más preocupaban a las autoridades eclesiásticas, y muchas obras de arte mostraban los motivos de la serpiente, la caída, el pecado, la enfermedad y el castigo (Fig. 8 y 9).

Figura 8. “Los amantes muertos” de Matthias Grünewald (1470-1528).

Figura 8. “Los amantes muertos” de Matthias Grünewald (1470-1528).

Figura 9. Iglesia de Santa María de Uncastillo, Zaragoza (España)

Figura 9. Iglesia de Santa María de Uncastillo, Zaragoza (España)

1.4.6. Mensajeros de los dioses y del “más allá”

La serpiente es el animal más importante en la cultura espiritual indígena de los Nativos Americanos ya que poseían la sabiduría de la naturaleza y buenos y malos poderes. En general eran protectoras, animales medicina y de buena suerte y se les rezaban para pedir la curación de los seres queridos.

En numerosos pueblos que habitaban los bosques en Norteamérica creían que las serpientes y otras criaturas acuáticas se comunican con los poderes del inframundo.

En la mitología de la zona sudeste tiene un papel importante Uktena, la Gran Serpiente. En la mitología Cherokee aparece adornada con una gran joya en la cabeza y siete bandas de colores en el cuello. En otras versiones tiene cuernos como un ciervo o alas y puede moverse por la tierra, agua o aire. Según la leyenda un chamán Shawano prometió matar a la serpiente para salvar su vida y llevar el cristal mágico de su cráneo para que con sus poderes curase a los enfermos, llenara de peces los ríos e hiciera crecer al maíz (33). Los hechiceros de los Seminola, Creek, Cherokee y Choktaw hablan también del cristal sanador que puede curar enfermedades, acabar con la esterilidad de las mujeres y profetizar el futuro.

Uktena adquirió el estatus de tótem y aparece en incisiones de conchas, cerámica y joyería. En materiales pertenecientes a tribus de Florida se ha encontrado imágenes que representan una serpiente con cabeza de puma y que se cree es una variación del mito (Fig. 10).

Diferentes tribus tenía diferentes dioses y tradiciones relacionados con las serpientes y así los Iroqueses y Hurones tenían el mito de la Gran Serpiente de Agua que devoraba a la humanidad, pero que fue matada por Hino el Espíritu del Trueno y sus guerreros. El Gran Manitou, el creador, también adopta la forma de una serpiente con cuernos y Onnioni es una serpiente con cuernos dios de la mitología Hurón cuyo cuerno podía traspasar montañas y rocas.

Figura 10. Grabado de Uktena y totems de los Nativos Norteamericanos

Figura 10. Grabado de Uktena y totems de los Nativos Norteamericanos

El mito de la Gran Serpiente de la tribus de los bosques del sudeste podrían tener su máxima expresión en el montículo de la Gran Serpiente en el condado de Adams, Ohio, construcción que se atribuye a los indios Adena (1000-100 a. C.) y que representa una gran serpiente que está engullendo un sapo (Fig. 11). También se les atribuye a los que habitaron sucesivamente ese territorio como los Hopwell (100 a. C.-500 d. C.) y a los representantes de la llamada Cultura del Fuerte Antiguo (900-1400 d. C.) ya que los tres pueblos fueron constructores de monumentos con forma de animal.

Figura 11. Colina de la Gran Serpiente en el condado de Adams (Ohio, Estados Unidos) atribuido a los indios Adena (1000- 100 a. C.).

Figura 11. Colina de la Gran Serpiente en el condado de Adams (Ohio, Estados Unidos) atribuido a los indios Adena (1000- 100 a. C.).

1.4.6.1. El ritual de la serpiente, Indios Hopi de Nuevo México

Este ritual se conoce gracias a los estudios de Aby M. Warburg (1866-1929) pionero en la investigación de la historia cultural mediante el análisis de las imágenes y la interpretación de los símbolos y considerado fundador de los métodos contemporáneos en iconología.

Los indios Hopi (Moki) vivían en el suroeste de Estados Unidos, en el altiplano de las Montoñas Rocosas donde se unen los estados de Colorado, Utah, Nuevo México y Arizona. Se les denominó indios “pueblo” porque vivían de manera sedentaria en pueblos de casas de abobe y de piedra. El objetivo fundamental de sus prácticas mágicas y religiosas era solucionar la escasez de agua y dominar las inhóspitas fuerzas de la naturaleza en la región. Los indios adornaban con frecuencia sus piezas de alfarería y representaban dibujos con imágenes de una casa, que según la cosmología india representa el universo, junto a una serpiente. Pero la forma de animación espiritual de la naturaleza era una danza de máscaras que se manifestaba como danza de animales, de culto a los árboles y, finalmente, como danza con serpientes vivas (34).

Los motivos más utilizados en alfarería eran el pájaro y la serpiente que entre los Hopi era considerado como el símbolo de culto más influyente. La alfarería encontrada con estos motivos, y que aún se seguía fabricando a finales del siglo XIX, procedía de técnicas prehistóricas independientes de la introducida por los españoles. La iconografía de la serpiente aparecía exactamente en vasijas recientes igual motivo que en vasijas prehistóricas, enroscada y con la cabeza emplumada. Los recipientes se situaban en unos adoratorios subterráneos llamados kiwa en donde la serpiente ocupaba una posición central dentro del culto como símbolo del rayo de la tormenta (Fig. 12).

En algunos lugares como Oraibi y Walpi, los indios realizaban una danza con serpientes vivas, la danza de la serpiente, que duraba varios días y en la que se utilizaban serpientes de cascabel que participaban voluntariamente o al menos no oponían resistencia, según las descripciones de Warburg. Los participantes pertenecían a dos clanes: el del antílope y el de la serpiente.

En el mes de Agosto, cuando tienen que llegar las tormentas, se capturaban serpientes (serpientes de cascabel sin manipular y a las que no se les quitaban sus colmillos venenosos) en una ceremonia que tenía lugar en el desierto durante 16 días. Luego se las trasladaba al kiwa donde los caciques de los clanes del antílope y de la serpiente las guardaban cautelosamente. Allí se les hacía pasar por ceremonias de las que la más sorprendente era la del lavado. Según Warburg se trataba a la serpiente como si fuera un iniciado sumergiendo su cabeza a la fuerza en una especie de agua bendita que contenía todo tipo de hierbas medicinales. Luego se las arrojaba sobre un dibujo de arena que estaba delineado en el suelo y que mostraba a las cuatro serpientes de la tormenta, y en el centro, un cuadrúpedo. En otro kiwa, un segundo dibujo de arena mostraba un cúmulo de nubes del cual emergían cuatro rayos en forma de serpientes de diversos colores, que correspondías a los cuatro puntos cardinales. Arrojada violentamente sobre la primera pintura de arena, la serpiente acababa destruyéndola. El objetivo era obligar a la serpiente a actuar como propiciadora de los rayos y generadora de la lluvia. Serían como santos de la lluvia vivientes y zoomórficos. El último día de la ceremonia eran trasladadas a un arbusto.

En la parte final de la ceremonia, los indios se acercaban al arbusto, atrapaban a la serpiente viva, la acariciaban un rato y luego la envíaban a la llanura como mensajera de sus plegarias. Para cada serpiente había un grupo de tres indios, uno la agarraba rápidamente y se la colocaba en la boca, otro revoloteaba un plumero para desviar la atención del reptil y un tercero era el cuidador y atrapaba a la serpiente en caso que se deslizara de la boca de su portador (Fig. 13). Duraba media hora y se hacía al ritmo de unos cascabeles y caparazones de tortugas con piedras que los indios llevaban atados a las rodillas (35).

Parece ser que este culto se remonta a leyendas cosmológicas que hablan del semidios Ti-yo que desciende al inframundo en busca de la fuente originaria del agua. Tras pasar por diferentes lugares llega al gran kiwa de las serpientes donde se encuentra el baho mágico para la invocación de la lluvia. Ti-yo regresa también con dos serpientes hembras con quienes engendra hijos serpiente, criaturas peligrosas que obligan a las tribus a emigrar (36).

La serpiente no es sacrificada sino convertida en mediadora y enviada junto a las almas de los muertos para que, en forma de rayo, provoque la tormenta en el cielo. Y está totalmente prohibido comer serpiente.

Figura 12. Plato de cerámica y altar ritual de los indios Hopi

Figura 12. Plato de cerámica y altar ritual de los indios Hopi

Figura 13. Indios Hopi durante la fase final de la danza de la serpiente (año 1924)

Figura 13. Indios Hopi durante la fase final de la danza de la serpiente (año 1924)

1.5. EL MOVIMIENTO SERPENTEANTE EN LAS DANZAS ORIENTALES

La serpiente no sólo ha tenido un especial protagonismo como símbolo iconográfico estático y así el movimiento serpenteante y ondular es una de la características principales de las Danzas Orientales. Según la descripción de Patricia Passo, autora de “El Universo que Danza,Visión antropológica de la Danza en Oriente y Occidente” y experta en el estudio antropológico de las Danzas Orientales y en su ejecución, este movimiento representaría la energía infinita y renovable de la serpiente y expresaría “el poder femenino a través de la curva en un movimiento infinito, aparentemente imposible y mágico, hipnótico” (37).

Al contrario de lo que se cree en Occidente, en donde generalmente se ha desvirtuado de su contexto, la Danza Oriental se enmarca principalmente en la esfera de lo ritual. De hecho autoras como Wendy Buonaventura en su libro “Serpent of the Nile, Women and Dance in the Arab World” y que ha estudiado en profundidad no sólo la Danza Oriental sino muchas otras a lo largo del mundo recomienda llamar a esta forma occidentalizada “Danzas Orientalistas” dado que su origen estuvo en las impresiones de los europeos en la época colonial. Incluso describe como en España se la llamaba antiguamente “La Danza Serpiente” por sus característicos movimientos ondulantes que hacen serpentear la columna hacia arriba y abajo y alrededor de las caderas considerando éste el nombre que mejor la describe (38).

En textos originales de los primeros europeos en la época colonial se pueden leer las descripciones que hacen cuando ven estas danzas. El pintor inglés James August St. John realiza esta descripción en 1845 de un grupo de bailarinas en El Cairo “…sus cuerpos adoptaban las más variadas posturas. Se enrollaban unas a otras como serpientes con una flexibilidad y gracia como nunca había visto antes…”. En las impresiones de Lucie Duff Gordon, en la misma época, se relata como al principio la danza le parece aburrida y gimnástica pero que de pronto la bailarina, llamada Latifeh, se convirtió en “La Serpiente del Nilo, la cabeza, hombros y brazos inclinados hacia delante, la cintura y caderas avanzaron sobre las rodillas flexionadas con la posición de una cobra a punto de empezar un combate” (39).

Una de las mejores y más conocidas bailarinas de Egipto fue una ghawazee llamada Kutchuk Hanen con la que el escritor Gustave Flaubert tuvo una especial relación dejando muchos documentos escritos sobre ella y las danzas que interpretaba. Uno de los que más impresión le causó fue la “Danza de la Abeja” una danza antigua y perdida en la que la bailarina simulaba tener ese insecto entre la ropa que se iba quitando para atraparla. En uno de sus relatos Flaubert escribe cómo en el año 1850 Aziza, una bailarina nubia competencia de Kutchuk se le presentó así “Soy una bailarina, mi cuerpo es más flexible que el de una serpiente…” (40).

La ondulación de estas danzas egipcias se realiza dentro del propio eje gravitacional siendo un movimiento “…vinculado a la regeneración de energía, al redondeo del ciclo constante, al movimiento infinito de la serpiente…” (41). La polarización del cuerpo en miembros superiores (espiritual) e inferiores (terrenal) mantiene el carácter ritual de la danza aunque, en muchos momentos de la historia, la danza pasó de ser un rito religioso a un entretenimiento social (Fig. 14).

Se sabe que en Egipto acontecimientos como el parto era un ritual y estaba acompañado de danza (42). Incluso se ha descrito la costumbre de vecinas y amigas de la parturienta que bailaban para ella con el fin de favorecer el parto haciendo que la parturienta imitara sus movimientos de manera inconsciente. En este aspecto y, cómo ejemplo de cómo influyó el “orientalismo” en esta separación de la danza de su significado ritual y cómo acabaron representándose en cabarets, se puede constatar en las impresiones de Armen Ohanian, una magnífica bailarina de origen armenio pero que vivió en Persia, Egipto y finalmente en París durante los primeros años del siglo XX en donde tuvo un tremendo éxito. La escritora Anatole France escribió varios libros sobre ella, uno de ellos titulado “Les Rires d’une Charmeuse de Serpents” en el que se puede leer la siguiente impresión de su visita a un cabaret en El Cairo a principios del siglo XX en su viaje hacia Europa:

“ …En El Cairo una noche vi con incredulidad algo que me enfermó, una de nuestras danzas más sagradas degradada a un bestialismo horrible. Era nuestro poema del misterio y dolor de la maternidad. En la Asia antigua, en la que la danza se conserva en su estado puro, representa la maternidad, el misterio de la concepción de la vida, el sufrimiento y alegría con el que una nueva alma es traída al mundo…pero el espíritu del Oeste ha tocado esta danza sagrada y la ha convertido en el hoochie koochie, danse du ventre, la danza del vientre. Oía a los europeos reirse entre dientes. Incluso vi sonrisas lascivas en los labios de los asiáticos y huí” (43).

También en otros grupos étnicos es evidente la importancia del movimiento serpenteante como por ejemplo en los bailes de los gitanos y gentes del pueblo Rom. Y en la cultura de la India, la serpiente tiene un lugar muy importante tanto entre sus dioses y diosas como en la danza. En la tribu Kalbelia del Rajastán los encantadores de serpientes son un espectáculo habitual. También es frecuente verlos en Oriente Próximo y Medio. En esos lugares la serpiente con sus ondas y sinuosidades se incorpora al baile. Y en palabras de Patricia Passo “…El dominio sobre la serpiente representa el intenso intento de control sobre la vida y la muerte. El poder de decisión sobre el propio modo de vida, está ligado a la libertad que tanto inspira y estima el gitano…” (44).

Figura 14. Imagen vintage coloreada de Ouled Nail, Argelia.

Figura 14. Imagen vintage coloreada de Ouled Nail, Argelia.

2. LA SERPIENTE EN LA ANTIGÜEDAD

“Lee lo que dicen los libros apropiados y lo encontrarás.

Debes saber que: “Habla a -los reptiles de- la tierra y te

adoctrinarán, pregunta a las bestias, y te instruirán; a las aves del

cielo, y te enseñarán; los peces del mar te informarán (Job, 12.)”.

En todo ello hay un significado muy útil”

Dhuoda, Liber manualis, III, 10, 117-124

2.1. PALEOLÍTICO Y NEOLÍTICO

La serpiente como motivo iconográfico aparece ya en el Paleolítico Superior, en el Magdaleniense (15000 a. C.), en objetos fabricados en astas y huesos de animales decorados con líneas espirales y onduladas, como los encontrados en el yacimiento de Lortet (sureste de Francia) donde la serpiente está asociada con aves y plantas lo que tendría probablemente relación con ritos estacionales de primavera.

En el Neolítico es muy frecuente encontrar la asociación de la serpiente con grafismos acuáticos: líneas verticales paralelas o convergentes, líneas verticales cruzadas en retículas o tramas, zigzags paralelos verticales y líneas paralelas ondulantes o rectas.

En esa misma época se han encontrado abundantes sellos circulares con espirales grabadas en yacimientos como el de Katai Huyk (Anatolia) y en vasos de cerámica en asentamientos de la cultura Cucutemi de Frumusica (Moldavia) y en Karanovo (Bulgaria) (45).

También se han encontrado reproducciones de cabezas de serpiente en algunos vasos de cerámica en yacimientos de Cerdeña o en terracotas en Centroeuropa. En Aberdeenshire, Escocia, se encontraron unas piedras datadas en el Neolítico Tardío (3000 a. C.) y talladas con espirales. Y también se han encontrado en piedras monolíticas verticales en tumbas en Irlanda (yacimiento de Newgrange) espirales que coexisten con zigzags y líneas paralelas.

Otros hallazgos similares se han encontrado en platos de cerámica en asentamientos en Dimini al norte de Atenas (5500-4500 a. C.), en grabados sobre piedra en Tende al sur de Francia, en Hacilar en Anatolia (6500-5500 a. C), Beletinci en Yugoslavia (4500 a. C.) y en Munhata en Palestina (4000 a. C.).

Pero quizás la primera representación clara de una serpiente está en la cueva de La Baume-Latrone en el sur de Sainte-Anastasie en Gard, Francia, datada entre el 40000 y 26000 a. C. En ella se hace evidente una línea larga serpenteante donde ese distinguen unos colmillos y lengua bífida (Fig. 15). La serpiente parece estar amenazante, y se intuye la figura de una mujer.

Algunos autores han interpretado esta imagen como un juego de palabras visual que iría de la serpiente como mujer a la serpiente como diosa. La escena está animada con unos mamuts que apoyan a la serpiente-mujer-diosa. Se le llama Nuestra Señora de los Mamuts.

Figura 15. Cueva en La Baume-Latrone en el sur de Sainte-Anastasie en Gard, Francia (40000- 26000 a. C.)

Figura 15. Cueva en La Baume-Latrone en el sur de Sainte-Anastasie en Gard, Francia (40000-

26000 a. C.)

También en Italia en Porto Badisco se han encontrado pinturas datadas en el 39000 a. C. con líneas serpenteantes y en zig-zag. Las líneas tienen un extremo ancho y otro elongado lo que podría significar la cabeza y la cola. Todas las imágenes son representaciones de la vida en un ambiente agrícola (46).

En España se podría destacar la estela-menhir del dolmen de Navalcán (Toledo), en la que se puede apreciar en una cara una serpiente grabada y, en otra cara, varias incisiones serpenteantes (Fig. 16). Estas imágenes de serpientes grabadas, abundantes en las tumbas megalíticas asociadas a temas antropomorfos y solares, se han relacionado con el carácter mítico del personaje enterrado (47).

Figura 16. Estela-menhir del dolmen de Navalcán (Toledo)

Figura 16. Estela-menhir del dolmen de Navalcán (Toledo)

2.2. CENTRO RELIGIOSO DE GÖBEKLI TEPE, TURQUÍA

Göbekli Tepe (monte panzudo) es un centro religioso descubierto en el sur de Turquía de más de 11600 años de antigüedad (7000 antes que la pirámide de Keops) que representaría el templo más antiguo del mundo y sugiere que la civilización pudiera haber empezado por la conciencia de lo sagrado y no por la agricultura (48).

La construcción consta de decenas de enormes columnas (de hasta 5,4 metros de altura y con un peso de 16 toneladas) dispuestas en una serie de círculos, apiladas unas encima de otras, y que recuerda a Stonehenge. Pero es más antiguo y, al contrario de éste, los pilares son piedras de caliza tallados y con bajorrelieves de animales, gacelas, serpientes, zorros, escorpiones y jabalíes.

Figura 17. Columnas encontradas en Göbekli Tepe, Turquía. En primer plano, una columna con un sacerdote tallado y un poco más atrás otra con imágenes de serpientes.

Figura 17. Columnas encontradas en Göbekli Tepe, Turquía. En primer plano, una columna con

un sacerdote tallado y un poco más atrás otra con imágenes de serpientes.

Uno de los edificios más importantes con pilares monolíticos en los que aparecen grabados de serpientes es la llamada “Casa del pilar de la serpiente” pero hay otras dos zonas del complejo con pilares con grabados similares (Fig. 17). Parece claro que fue un centro de culto en el que las serpientes tenían una alta consideración pudiendo simbolizar quizás fertilidad, vida y divinidad aspectos muy importantes para los habitantes del Periodo Neolítico (49).

Su importancia es tal que incluso está cambiando la idea de que la revolución neolítica fue un suceso único ocurrido en un único lugar, Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates (actual Iraq) y que más tarde se extendió a la India, Europa y el resto del mundo favorecido por los cambios climáticos. Sin embargo, Göbekli Tepe hace pensar que esa revolución fue obra de muchos lugares que actuaron en un área muy extensa y a lo largo de millones de años. Incluso que su motor no fuera el medio ambiente (50).

Los pilares en forma de T representan figuras humanas que miran al centro del círculo como en una reunión o danza. Las figuras de animales, a los que pudieron atribuir un carácter totémico, podrían estar protegiendo a las figuras humanas.

La construcción de este templo parecen indicar que la religión pudo haber surgido antes que la agricultura y sugiere que el impulso humano de congregarse para la práctica de rituales sagrados apareció cuando el ser humano dejó de verse como parte del mundo natural y empezó a tratar de dominarlo. Algunos investigadores creen que la necesidad de conseguir alimento para quienes trabajaban en Göbekli Tepe y los que allí se reunían para sus ceremonias pudo conducir al cultivo de cereales silvestres.

Algunos de los primeros indicios de la domesticación de plantas empezó en el sur de Turquía en Nevalt Çori, situado a 30 kilómetros de Göbekli Tepe. Allí se hallaron pilares en forma de T con imágenes parecidas a las de Göbekli Tepe y datados en el neolítico precerámico (8000 a. C.). Pero lo más sorprendente es una escultura humana de tamaño natural con una serpiente en la parte posterior de la cabeza (Fig. 18).

Figura 18. Nevalt Çori, Turquía (8000 a. C.)

Figura 18. Nevalt Çori, Turquía (8000 a. C.)

2.3. PUEBLOS CELTAS

En la Edad del Hierro los celtas mantienen el icono aunque con variaciones como añadiéndole cabeza y brazos humanos. Como ejemplos de este periodo tenemos los hallazgos en la tumba de una princesa celta encontrada en Reinheim (Alemania), las piedras grabadas de los pueblos Pictos en Escocia y otros pueblos en distintos puntos de Europa Central y Occidental. Los celtas ocuparon Gales, Escocia, Irlanda, la Bretaña francesa y el Norte de España, aunque hay investigadores que localizan su origen en el suroeste de Alemania, en el curso superior del Danubio. Fueron grandes orfebres y fabricaron verdaderas obras de arte en forma de joyas en plata y oro.

En todas estas zonas se han encontrado santuarios o templos para el culto de la diosa Serpiente, casi siempre situados en grutas o lugares subterráneos. Algunos que se remontan al Neolítico conservan grabadas en las paredes imágenes de serpientes. En otras se han hallado figurillas de la diosa a veces formando círculos lo que sugiere la realización de rituales más o menos elaborados (51).

En la iconografía celta europea, la serpiente aparece con cabeza de toro o carnero y suele estar asociada a personajes antropomorfos y a otros animales. En España suelen aparecer solas y de manera esquemática en fíbulas y formando parte de broches de cinturón. Cabe destacar la encontrada en la tumba 350 de la necrópolis de la Osera (Ávila), donde la urna funeraria era un caldero de bronce con asa en forma de serpiente (52).

La figura de la serpiente con cabeza de carnero o cornuda está conectada con el dios cornudo que se representa en el caldero de Gundestrup, vaso de plata ricamente decorado datado en la edad de hierro (200-300 a. C.) y encontrado en Dinamarca en 1891 (Fig. 19). También en Meigle (Peethshire, Escocia) se han encontrado imágenes que muestran un dios con cuernos de toro y piernas de serpiente (Fig. 20). Son las piedras grabadas de los Pictos que eran una confederación de tribus que vivieron en el este de Escocia hasta aproximadamente el año 850.  Fueron convertidos al cristianismo en los siglos VI y VII.

Este tipo de imágenes con serpientes también se han encontrado en otros lugares como Cirencester, Gloucestershire (Reino Unido) en altares dedicados al dios celta Vitiris “el poderoso”. También en Lypiatt Park, Gloucester.

Los druidas consideraban a la serpiente como imagen de la vida que surge en primavera y como icono que ocultaba y defendía el conocimiento para que no cayera en manos perversas.

También en este caso podía estar representada con cabeza de carnero como en los ritos órficos de Grecia y Tracia (53).

Figura 19. Caldero de Gundestrup encontrado en Dinamarca (200-300 a. C.).

Figura 19. Caldero de Gundestrup encontrado en Dinamarca (200-300 a. C.).

Figura 20. Dios con cuernos de toro en una piedra grabada de los Pictos encontrada en Meigle (Peethshire, Escocia)

Figura 20. Dios con cuernos de toro en una piedra grabada de los Pictos encontrada en Meigle

(Peethshire, Escocia)

La mitología celta conectaba la serpiente con las aguas curativas y la diosa Brighid, diosa de la inspiración relacionada también con la sanación y la adivinación. También otros muchos cultos acuáticos incorporaban la veneración a las serpientes. Por ejemplo, Borvo, dios sanador asociado con las aguas de manantiales burbujeantes era representado con una serpiente con cuernos enrollada hacia él. Verbeia, diosa del río Wharfe (Yorkshire, Reino Unido) era representada como una diosa sujetando dos serpientes.

La diosa gala Rosmerta diosa de la fertilidad y abundancia era a veces representada con un caduceo y según la mitología celta estaba emparejada con Mercurio en la síntesis de los panteones romano y celta, especialmente en el este de la Galia. Otros ejemplos han sido encontrados en Mavilly en Francia también con una diosa con dos serpientes en su mano izquierda. Las serpientes también pueden ser malévolas en la mitología celta. En Irlanda en las Dindshenchas (poemas épicos) se describe una poderosa serpiente que podría haber consumido todo el ganado de los irlandeses pero que fue asesinada por el dios de la curación, Diancecht. Y también la historia del héroe MacCecht cuenta que mató en combate a Mechi porque se había profetizado que causaría un desastre en la isla de Irlanda descubriendo que tenía tres corazones con una serpiente en cada uno (54).

La decoración más frecuente que ese encuentra en el arte celta son dibujos de líneas entrecruzadas sobre todo grabadas en piedra. En la mitología cósmica celta es muy conocida la imagen del “wuivre”, dos serpientes entrecruzadas. Se utilizaban como talismán ya que se cree que como serpientes se arrastran por el interior de la tierra, se entrecruzan en puntos determinados, provocando concentraciones de energía que convierten tales encrucijadas en enclaves sagrados. La serpiente simboliza la fuerza de la tierra.

2.4. PUEBLOS INDOEUROPEOS: SUMERIA Y MESOPOTAMIA

En la antigua cultura sumeria la manifestación de la divinidad se representaba a través de una serie de niveles simbolizados por sus construcciones en forma de torres escalonadas, llamados zigurats y consideradas reflejo de las etapas o niveles de desarrollo de la conciencia humana. En un kudurru o piedra babilónica utilizada para señalar el límite de unos terrenos y datada en el siglo XII a. C. se muestran los seis niveles de la Montaña del Mundo que en orden descendente son: el planeta Venus representado por Ishtar, la diosa de la vida, la luna creciente del dios lunar Sin y el disco solar de Shamash, bajando hasta los elementos del abismo oceánico.

Una enorme serpiente se yergue por todo el lateral izquierdo inclinándose en la parte superior para mostrar su cabeza por encima de la luna creciente (Fig. 21). La fluidez de la serpiente sugiere el agua y su roja lengua bífida, el fuego (55).

Figura 21. Kudurru representando los niveles del mundo

Figura 21. Kudurru representando los niveles del mundo

En la mitología sumeria la diosa Ishtar, diosa del amor, de la guerra y la fecundidad, se decía que estaba cubierta con escamas como una serpiente. Las serpientes también estaban presentes en muchos ritos religiosos y eran el emblema principal de Sabazios cuyos sacerdotes dejaban caer serpientes doradas a través de sus túnicas para simbolizar el dios en su seno.

En mitos Asirio-babilónicos Ea o Enki dios de las aguas, es algunas veces dividido en Lakhmu y Lakhamu, serpientes masculina y femenina de los que nace Anshar (el principio masculino del cielo) y Kishar (el principio femenino de la tierra).

La diosa Nidaba, diosa de la escritura, educación, ciencia y del maíz llevaba serpientes subiendo por sus hombros. En el templo de Inanna en Uruk (Mesopotamia) la escritura se hacía en forma de pictogramas; las mujeres eran escribas, poetas, escolares y autoras de textos religiosos. En la figura 22 se muestra una de estas diosas serpiente amamantándo un bebé.

Algunos autores creen que Mesopotamia era originariamente un matriarcado y que gradualmente se hizo patriarcado con la emergencia de las ciudades estado. Durante ese proceso, las diosas serpiente de la antigüedad se convirtieron en temidas como manifestaciones del poder femenino y del misterio.

Y cómo ya se ha comentado en la introducción, en la “Epica de Gilgamesh” se cuenta la leyenda del héroe y de la serpiente que le roba la hierba de la inmortalidad.

Figura 22. Diosa serpiente de terracota. Ur , IV milenio

Figura 22. Diosa serpiente de terracota. Ur , IV milenio

Sin embargo, uno de los hallazgos más representativos de esta cultura es el vaso de libaciones del rey Gudea de Lagash (2000 a. C.) que tiene una ornamentación del dios serpiente Ningishzida (dios del inframundo) manifestado como una pareja de víboras copulando enrolladas en un palo. Ningishzida era el dios del Árbol de la Vida. La imagen tiene una gran importancia ya que se asemeja tanto al caduceo de la mitología griega como a los chakras de la sushumna en la mitologia hindú.

En la tradición ofítica a la diosa de la Luna Cibeles (diosa de la Madre Tierra, adorada en Anatolia desde el neolítico y equivalente de Gea, de la Rea minoica y la Magna Mater romana se la suele representar ofreciéndole una copa a una serpiente. En Canaan y Palestina, la serpiente enrollada en un palo fue adorada como dios de la curación y también como representación de la diosa Tierra. A la diosa de los cananitas, Astarté, también se le relaciona con serpientes. Otra diosa serpiente era Kadi, una deidad asirio-babilónica adorada en Der que controlaba la mortalidad, se representaba como una serpiente con senos humanos. Y a los dioses de la muerte se les representaba con serpientes subiéndoles por los hombros. También la serpientes representaba al dios de la oscuridad, Tuiamat.

2.5. EGIPTO

Entre los egipcios existe constancia de la serpiente como símbolo desde el año 3000 a. C. Incluso su lenguaje está influenciado por la iconografía de la serpiente ya que los jeroglíficos son también un arte pictórico. Entre el lenguaje escrito entre los años 2240 hasta 1740 a. C. dos de los 24 fonogramas son el símbolo de la serpiente: el sonido f se representa como una víbora cornuda y la d como una cobra en la forma del uraeus. El signo de la babosa o serpiente cornuda (fonéticamente f) se refiere a lo primigenio y a las fuerzas cósmicas.

El origen del mundo para los egipcios antiguos estaba representado por cuatro parejas de dioses en los que los elementos masculinos se representaban por serpientes. Nun y Naunet, la primera pareja de demiurgos representaban el agua primigenia; Heh y Hehet, el espacio infinito, Kek y Keket, la oscuridad y Nia y Niat (luego fueron Amón y Amonet) lo oculto.

La cobra sagrada era el animal protector de los faraones y miembros de la realeza y por eso se colocaba en las coronas y tocados en actitud de vigilancia siendo el más preciado adorno de la diadema real (Fig. 23). Representaba a la diosa Uadyet, “la Verde”, hija de Anubis, ojo izquierdo de Ra. Los antiguos egipcios creían que el ojo de Ra destruía a sus enemigos con fuego. En su origen se cree que era el símbolo del crecimiento pues el Delta del Nilo, lugar del que procedía, estaba lleno de serpientes (56).

Figura 23. Uraeus en la máscara de Tutankamon y en una diadema real.

Figura 23. Uraeus en la máscara de Tutankamon y en una diadema real.

Renenutek, mujer con cabeza de cobra, protege los graneros, las cosechas y los ciclos agrícolas y es la encargada de los nacimientos, de amamantar al rey y de que no falte la leche a las madres.

En general, los nombres de las diosas presentaban como signo determinativo el de la serpiente. También se empleaba para aludir a lo primordial, a los estratos más primitivos de la vida. En el Libro de los Muertos los reptiles son los primeros en aclamar a Ra cuando aparece sobre la superficie del Nou. La asimilación como demonio estaba representada a través de Tuat, cuyos genios maléficos se representan como serpientes, pero que también podían aparecer en forma benéfica y en esta expresión corresponden a las diosas Nekhbet y Bouto (57).

En Egipto la serpiente tiene gran importancia adoptando características tanto benignas como malignas. El dios Amón en su papel de dios creador, puede adoptar la forma de serpiente primordial denominada “Amon Kamutef” (“el que está en el origen del doble país”).

En el lado negativo estaba Apofis, que encarnaba a todas las serpientes excepto a la cobra, de carácter solar. Representa a las fuerzas del mal que acechan desde el “más allá” para entorpecer el recorrido de la barca solar en la noche y destruir el orden cósmico. Nunca lo consigue de la misma manera que tampoco ella puede ser destruida ya que ayuda a mantener la balanza equilibrada. Sin su concurso tampoco podría existir el Bien. Cuenta la leyenda que una vez herida por uno de los defensores de la barca su sangre tiñe de rojo el cielo del amanecer. Es la hora 12 del Amduat (libro de aquello que existe en el inframundo) y en la que el dios Sol se encarna renovado en una gran serpiente que asoma en el horizonte.

Uno de los ejemplos más impactantes de iconografía de la serpiente está en las catacumbas de Kom el-Shuqafa, Alejandría, y datada en el siglo I-II d. C. (aunque originariamente más antigua, los romanos la utilizaron para sus enterramientos) La entrada a la cámara funeraria está llena de simbolismo (58). Para entrar hay que pasar por una puerta en cuya parte superior hay un disco bajo un friso de cobras. En cada lado hay un escudo circular cubierto de escamas y con una cabeza de Medusa en el centro (para petrificar a los posibles ladrones de tumbas), y dos serpientes (representando a Agathodaimon, el dios benevolente) llevando puesta la doble corona de Egipto. Es más, cada enorme Agathodaimon a los lados de la entrada sujeta un caduceo de Hermes Psychopompos (el dios que lleva a los muertos al siguiente mundo). Por encima, cada enorme serpiente tiene un escudo con la representación de Medusa con serpientes en el pelo (Fig. 24).

Una de las asociaciones más conocidas es la de la serpiente y Cleopatra VII que es representada con un áspid mordiéndole o a punto de morder su pecho aunque no se sabe si fue.

realidad o un mito que ha hecho que la reina sea inmortal. Su historia es casi idéntica a la de Dido, una reina africana cartaginesa cuyo suicidio se relata en la Eneida de Virgilio (59).

En algunas imágenes encontradas se pueden ver serpientes con dos piernas, con pies y dos manos. En muchas descripciones y mitologías de la antigüedad se asumía que tenían piernas, incluso el hecho que Dios condenara a la serpiente a caminar sobre su abdomen es interpretado por algunos como que en algún momento de la historia las pudieron tener.

Figura 24. Catacumbas de Kom el-Shuqafa en Alejandría (anteriores al siglo I-II d. C.)

Figura 24. Catacumbas de Kom el-Shuqafa en Alejandría (anteriores al siglo I-II d. C.)

La serpiente también se relacionaba con la Medicina y así Meretseger era la diosa cobra, diosa de la Medicina y curaba las picaduras de serpiente (Fig. 25). Personificaba una montaña cercana al Valle de los Reyes y velaba las tumbas de los faraones escupiendo veneno a los que intentaban perturbar su descanso. Y en la tumba de Merit Ptah, la primera mujer médico de la que hay constancia en la historia se encontró una estatua representándola con una tiara en la que llevaba el uraeus.

Figura 25. Meretseger, diosa de la Medicina, representada en la forma de una cobra

Figura 25. Meretseger, diosa de la Medicina, representada en la forma de una cobra

2.6. CRETA, GRECIA Y ROMA

2.6.1. Creta

En la era del Bronce Minoico (2000 a. C.) ya se encontró una corona o tocado de la diosa Serpiente en cuya parte trasera se representa un entrelazado de serpientes. La representación más conocida de la diosa Serpiente fue hallada en el palacio de Cnosos en forma de figurillas de cerámica o terracota decoradas con espirales serpentiformes a lo largo del tronco, falda y brazos (Jesús Herrera Marcos, 2012, p. 178). Datadas alrededor del año 1600 a. C. también hay algunas fabricadas en marfil que son ejemplos del periodo más esplendoroso del arte minoico (Fig. 26).

Figura 26. Diosas serpiente de terracota y de oro y marfil (Knossos, 1600-1500 a. C.)

Figura 26. Diosas serpiente de terracota y de oro y marfil (Knossos, 1600-1500 a. C.)

La gran diosa a menudo es representada con serpientes, especialmente en Creta donde puede sujetar una en cada mano, como protección doméstica y signo fálico. Parece que en Creta había un culto a la serpiente y en monedas de esa época se ve a la Gran Diosa sentada debajo de un árbol acariciando la cabeza de una serpiente. También aparece una serpiente en el culto a Eileithya, diosa del nacimiento. Las serpientes son asociadas con el embarazo en muchas mitologías, en las que la serpiente se ve como el marido de todas las mujeres.

El ejemplo más antiguo de diosa serpiente apareció en Creta en una terracota encontrada en Kato Chorio. Datada en el Neolítico (6500-3500 a. C.) representa a una mujer sentada con el cuerpo de una serpiente (Fig. 27). También se ha encontrado muchos vasos y jarrones de la cultura minoica, tanto de uso doméstico como religioso, que se adornan con serpientes (60).

Figura 27. Diosa serpiente Kato Ierapetra (4500 a. C.)

Figura 27. Diosa serpiente Kato Ierapetra (4500 a. C.)

Característicamente en la sociedad minoica lo femenino no era temido ni estaba marginado; por el contrario las mujeres dominaban de la manera más atractiva en las ceremonias religiosas bien como diosas o como sacerdotisas. Y existen evidencias que hacen creer que en uno de los laberintos de Knossos se guardaba una serpiente que representaba a la diosa. El hecho que estas diosas se representaran con los senos expuestos, habitual en la vestimenta de las clases privilegiadas, hacen creer que esta pudiera ser la causa de la relación de la serpiente con la fertilidad, poder, belleza, maternidad y todo lo que se pueda desear. Incluso se han encontrado pruebas de una fuerte relación entre las sacerdotisas, la serpientes y la danza como se constata en un anillo encontrado cerca de Knossos, en la tumba de Isopata, ejemplo de tumba-edificio del periodo neopalacial entre el 1700-1400 a. C. (Fig. 28). También se ha encontrado una serpiente en un amuleto. La cultura minoica influenció a los canaanitas y así se han encontrado numerosos cuencos y jarras con dibujos de serpientes en la antigua Palestina (61).

Figura 28. Anillo con figuras de sacerdotisas danzando con serpientes encontrado cerca de Knossos, en la tumba de Isopata (1700-1400 a. C.)

Figura 28. Anillo con figuras de sacerdotisas danzando con serpientes encontrado cerca de

Knossos, en la tumba de Isopata (1700-1400 a. C.)

2.6.2. Grecia y Roma

Los griegos, seguidos muy de cerca por los romanos fueron los que más emplearon la simbología de la serpiente y ambos estuvieron grandemente influenciados por los egipcios. El desarrollo común de la simbología ofídica en Grecia y Roma se ve clara cuando se comparara con los mitos Persas (62). El dios diabólico Angra Mainyu (Ahriman) puede adquirir la forma de lagartija o serpiente. En una piedra del siglo II se ve al dios con dos serpientes levantadas cerca de su hombro izquierdo, y parece que dos serpientes sobresalen de sus hombros. El médico y guerrero Thraetaona considerado el “más victorioso de todos los victoriosos cercano a Zaratustra” curaba el daño causado por la serpiente y peleaba contra los dragones.

En la antigua Roma el Mithraismo fue muy importante y hay constancia de su culto desde la alta Alemania hasta Persia. Mithra, el dios sol que todo lo conquista, se representa matando un toro habitualmente acompañado por una serpiente, un escorpión y un perro (Fig. 29). Algunas veces el perro y la serpiente pueden estar bebiendo la sangre del toro o incluso, en algunas imágenes, la serpiente no sólo bebe la sangre sino que le muerde los testículos.

Otro dios en el Mithraismo denominado Aeon es un dios con cara de león y con serpientes enrolladas en su cuerpo, representando la naturaleza repetitiva del tiempo. A veces, en Roma y en el oeste, Mithra aparece con cabeza de león con el cuerpo enrollado por una serpiente.

Algunos piensan que era una deidad benevolente (Aion, Chornos, Zurvan) mientras otros piensan que está asociado con el dios diabólico Ahriman (63).

Durante mucho tiempo la adoración a Mithra fue considerada una religión militar, pero ahora se sabe que Mithriates construyó santuarios y fue adorado en ciudades importantes, incluyendo Ostia y Roma. Originaria del este fue transformada por griegos y romanos y se hizo muy popular.

El Mihtraismo fue un peligro para el Cristianismo y así se destruyeron muchos de los templos y se obligó a abandonar su culto aproximadamente en el siglo IV d.C. Eso sí, se apropió de la fecha de nacimiento de Mithra, el 25 de diciembre. También otro culto denominado Deus sol invictus celebraba el nacimiento del sol en esa misma fecha (64).

La serpiente fue un símbolo positivo en el Mithraismo y éste se asoció con la astronomía y astrología. Se le asignó un sitio en el zodíaco situándolo entre las dos osas, mayor y menor.

Figura 29. Representación del dios Mithra

Figura 29. Representación del dios Mithra

Al contrario que en la cultura persa, las imágenes de serpientes sí abundan en la literatura, arte y culturas griegas y romanas. Aparecen en frescos en villas de Pompeya, en vasijas, jarras, monedas, etc. y en poemas y documentos oficiales.

En Griego hay 41 nombres para la taxonomía de la serpiente e incluso hay una palabra que significa perteneciente a las serpientes, ophiakos. Hay palabras para designar la comida de las serpientes, el matador de serpientes, el luchador de serpientes el encantador de serpientes, etc.

En Grecia la serpiente se asocia a la divinidad y simboliza fertilidad y muerte. Algunos ejemplos son Medusa, la serpiente que guarda las manzanas de oro de las Hesperides, la Pitón Apolonia, la serpiente que mata a Laooconte y sus hijos, y con la lucha de Hércules niño. Y también un atributo de la Madre Tierra, personificada en Demeter (Fig. 30). Demeter y su hija Perséfone se representan enviando a Triptolemus a los humanos con el regalo del trigo. Habitualmente se le representa sentado en un carruaje tirado por serpientes.

Figura 30. Demeter

Figura 30. Demeter

El mito de Pitón, la serpiente que enviada por Hera, cuenta que oficiaba y guardaba el oráculo de Demeter en Delfos y tenía el don de la predicción. Tenía 100 cabezas y por sus bocas escupía fuego. Como sabía que uno de los hijos de Leto le habría de matar, intentó asesinar a la diosa durante su embarazo, pero Zeus, el padre, le salvó y Pitón tuvo que esconderse en el monte Parnaso. A los cuatro días de nacer, Apolo hirió a la serpiente con una flecha y, aunque se escondió en Delfos la siguió hasta allí y acabó con ella. Se ha comparado a Apolo con Cristo pues también fue vencedor del mal.

Tifón, hijo de Gea se representaba con piernas de serpientes enroscadas y los dedos de sus manos cabezas de serpientes. También la serpiente fue el emblema de las sacerdotisas de Dionisio y en las ceremonias las llevaban en las manos. El cambio de su piel era señal de los cambios en las personas para mejorar o transformarse mental o espiritualmente.

En la leyenda de Jasón, capitán de los argonautas, el Vellocino de Oro está custodiado por una serpiente o dragón del que se apropió con la ayuda de Medea, símbolo de la búsqueda de lo imposible. El patrón iconográfico de este mito guarda similitudes con el patrón de Adán y Eva en el románico.

Cuando Roma conquistó militarmente a Grecia, la cultura romana fue conquistada intelectualmente por la cultura griega tanto en el arte como en la iconografía. En definitiva, y según la visión de Horacio, “la civilización griega fue hija de las culturas del este, y la romana el producto de la educación griega”.

En Roma las serpientes eran protectoras del hogar, de la familia y los animales domésticos. Aseguraban la fertilidad, la felicidad y la salud de los hogares. Se creía que su energía vital se transmitía a los humanos y que si se mataba una serpiente algún miembro de la familia iba a morir. Por esta razón en las casas solían existir altares de ofrendas para los reptiles (Fig. 31).

En muchos hogares griegos las serpientes eran mascotas y servían para proteger la casa de bichos, ratas y otros animales. En Roma podían representar al padre de la familia y también se les asociaba con las tumbas de los antepasados.

Plinio en su Historia Natural dice que después de que el culto a Esculapio llegara a Roma se encontraban frecuentemente serpientes en las casas. Incluso había un juego denominado mehen que significa el enroscado en el que el tablero tiene dibujada una serpiente. Este juego se ha encontrado en Egipto, Creta, islas del Egeo, Chipre, Líbano y Siria.

También la serpiente era empleada para indicar erotismo. Hay representaciones de Príapo con una serpiente por pene y con serpientes en un plano inferior balanceándose con su música. Aunque está claro esa relación con el falo y el erotismo parece ser que no era ese su simbolismo principal.

Figura 31. Fresco de un altar romano encontrado en Pompeya en el que se ve a la pitón protectora del hogar que aparece junto a los Lares o dioses domésticos.

Figura 31. Fresco de un altar romano encontrado en Pompeya en el que se ve a la pitón protectora del hogar que aparece junto a los Lares o dioses domésticos.

La iconografía ofídica en Grecia y Roma es importante y hay evidencias de ella en todos los países en los que estuvieron. En joyería no sólo tenía un papel de ornamentación si no que tenía un objetivo religioso y simbólico. Hasta las fuentes se decoraban con serpientes acuáticas.

Los personajes mitológicos más importantes y que se relacionan con serpientes son los siguientes:

  • Hermes (Mercurio) : el mensajero de los dioses, asociado con el caduceo.
  • Agathadaimon: dios serpiente benevolente. Alejandro el Grande le construyó un santuario en Alejandría.
  • Hércules: héroe al que se le suele representar matando serpientes o también en el jardín de las Hespérides con una serpiente enroscada en un árbol.
  • Cancerbero: perros guardianes de las puertas del inframundo para que nadie escape de él. A veces tienen rabos que son serpientes.
  • Laocoonte: asesinado por serpientes para que no avisara a los troyanos sobre el contenido del famoso caballo de Troya.
  • Glicón; serpiente a menudo representada con cabeza humana. A veces aparece con Esculapio. Su nombre significa “el dulce” y es como la serpiente que acompaña a esculapio pero siempre se le dota de una personalidad diferente y con emociones Humanas. Es un símbolo positivo.
  • Gorgonas: la más famosa de las hermanas fue Medusa y se utilizó su imagen como símbolo de poder, magia, misterio, temor a los dioses y, sobre todo para proteger los hogares.
  • Ladón o la serpiente que nunca duerme y que guarda las manzanas de las Hespérides.
  • Chronos: significa eternidad, tiempo de vida, edad y generación. Puede denotar la vida entera, el destino. Chronos se representaba desnudo con una serpiente enrollada en su cuerpo y con la cabeza de la serpiente descansando en su cabeza (Fig. 32). También Aion, su hijo puede tener la misma representación.
  • Ouróboros: serpiente formando un círculo y devorando su propia cola que personifica tiempo, continuidad y el cosmos. Significaría la circularidad del tiempo y el movimiento del cosmos como un ente completo.
  • Babi, Sid: dios serpiente. Una imagen suya se encontró en el siglo V-VI a. C.
  • Chnoubis: figura de serpiente encontrada en gemas mágicas. De origen egipcio.
  • Zeus: dios del cielo representado algunas veces con una serpiente.
  • Apolo: dios de la música y la poesía que mató a la Pitón de Delfos.
  • Mithra: dios sol que a veces aparece con una serpiente y un perro que le ayudan a matar al toro. A veces aparece también bebiendo la sangre del toro o mordiéndole los testículos.
  • Abraxas: demonio muy citado en los textos de los primeros cristianos. Se le representa con torso humano, cabeza de gallo y dos serpientes como piernas (Fig. 33).
  • Esculapio, Asclepio: dios de la Medicina cuyo bastón con serpiente enrollada es simbolo.
  • Hygea, hija de Esculapio: se la representa alimentando a una serpiente de su mano o de una copa, siendo ésta última el símbolo de Farmacia. Es la diosa de la salud y la higiene.

Figura 32. Imagen de Chronos con una serpiente enrollada en su cuerpo (Museo de Mérida)

Figura 32. Imagen de Chronos con una serpiente enrollada en su cuerpo (Museo de

Mérida)

Figura 33. Sellos con la imagen de Abraxas

Figura 33. Sellos con la imagen de Abraxas

3. ORIENTE: ISLAM, HINDUISMO Y BUDISMO

“La pasión hace nueva a la vieja medicina

la pasión corta la rama del cansancio

la pasión es el elixir que renueva

¿cómo puede haber cansancio cuando

está presente la pasión?

oh! no suspires con pesadez por la fatiga

¡busca la pasión, búscala, búscala”

Jalal al-Din al-Rumi

Mathnawi VI, 4302-4304

3.1. PAISES CON INFLUENCIA DEL ISLAM

El arte islámico abarcaría las obras producidas no sólo en el territorio que se extiende entre España y Marruecos y Afganistán, sino también el arte musulmán en la India, Sureste Asiático y África subsahariana. Sin embargo, a efectos prácticos este apartado se centrará en lo que tradicionalmente se conoce como países árabes.

Existe una creencia generalizada que en la cultura islámica la representación figurativa está tajantemente prohibida. La prohibición está dentro del contexto de no representar seres vivos en cuanto que puedan suponer un intento de imitar al único Creador y ello explica que no haya este tipo de representaciones en las mezquitas. Sin embargo, y desde muy antiguo, en parte por influencias siria, persa, egipcia, mesopotámica, etc. se extendió la representación animal en telas, cerámica, talla de madera, miniaturas y objetos cotidianos conviviendo con la decoración vegetal y caligráfica (65).

A los intelectuales de la cultura islámica les gustaba discutir de muchos temas y las conversaciones eran redactadas con frecuencia. No hacían lo mismo con las artes visuales por lo que la mayor cantidad de información, sobre todo en lo que concierne a su arte en la Edad Media, viene dado por poesías, libros de viajes, tratados científicos y sobre todo por códices iluminados.

La prohibición contra la reproducción de imágenes ha sido y es fuente de mucha controversia y así no parece que haya ninguna certeza absoluta de que el Corán contenga ninguna absoluta prohibición contra la representación de seres vivos. Lo que sí existe en el Islam, herencia de otras tradiciones orientales, es la “aversión por el intento sacrílego de imitar  al Creador”. Ni en el Corán ni los hadices (tradiciones, dichos….) del Profeta expresan unadoctrina del arte o de las imágenes, fueron los teólogos los que establecieron una jurisprudencia y así condenarán la soberbia de aquellos que intenten imitar la creación de Alá mediante imágenes e ídolos (66).

De lo que sí existía prohibición explícita en el Corán es contra la fabricación de ídolos y de esculturas en general. En la sura 5:92 se dice “Oh creyentes, el vino, los ídolos y la adivinación por medio de las flechas son una abominación, obra de Satanás, así es que evítenlos”. Algunos hadices que mencionan expresamente este tema son “Los ángeles no entrarán en la casa que tenga el dibujo de un perro”;”Aquellos que serán más severamente castigados en el Día del Juicio serán los asesinos de un Profeta, los que hayan sido sentenciados por un Profeta (…) y los que hagan imágenes o pinturas”/ “¿Cuáles son las tres clases de enemigos de Dios? El hechicero (…) y el que hace imágenes o pinturas es enemigo de Dios…” .

Sin embargo, no habían pasado 50 años de la muerte del Profeta y ya existía un arte del Islam promocionado por los califas omeyas de Damasco. Y con la instalación del califato en Damasco se entró en contacto con la rica herencia de Bizancio.

En la Edad Media los territorios bajo influencia del Islam fueron inmensos y muy diversos abarcando desde España y las costas marroquíes hasta el norte de la India. Y, como en todas las culturas, el entendimiento de sus obras artísticas es inseparables de su historia y religión.

El Profeta Mahoma nació en el 570-1 en La Meca y hacia el 610 recibió la primera de una serie de revelaciones visionarias del arcángel Gabriel, en las que le dictó el Corán. En los años siguientes, Mahoma predicó el Islam como la realización del Cristianismo y Judaísmo, y como la revelación definitiva de la palabra de Dios. Era monoteísta, y proclamaba la unión de los creyentes para obedecer las mismas leyes y luchar en misma guerra santa, la jihad. Dado el atractivo por su simplicidad y austeridad y que había un antiguo sentido de identidad cultural en las sociedades tribales de Arabia, en muy pocos años la cantidad de conversos no tuvo precedentes. Para cuando murió Mahoma en el 632 sus seguidores ya controlaban La Meca y Medina y gran parte de Arabia occidental. Bajo los califas que le sucedieron, los ejércitos árabes derrotaron a los bizantinos en el sur de Palestina y a los sasánidas en el sur de Mesopotamia conquistando una extensión de territorio que incluía Palestina, Siria, Iraq y la mayor parte de Irán. Las dinastías siguientes desde los omeyas, abasí, samaní, gaznaví, selyuquí hasta los safavíes y turcos otomanos consiguieron que el Oriente Medio islámico abarcara toda la cuenca del Mediterráneo hasta Irán y parte de la India (67).

Sin embargo, entre ellos merece la pena destacar la contribución de los sufíes y las órdenes derviches sin las que es muy difícil entender la historia cultural del mundo islámico. Safi al-Din, fundador de la dinastía safaví en el siglo XIV, ya ha sido descrito como un jeque sufí. El sufismo no es ni fue un único movimiento. El término describe un número extenso de creencias místicas dentro del Islam. Sin embargo, mientras algunos sufíes nunca se apartaron de la corriente oficial, otros fueron influidos por el misticismo cristiano, el cabalismo judío o el chamanismo de Asia Central. En el sufismo existe una estrecha relación con el arte ya que estos tomaban parte en gremios y prácticas artesanales y sus escritos son base fundamental del estudio de arte islámico, y ellos, mas que nadie consideraban fundamental el siguiente pensamiento atribuido al Profeta: “Dios es bello y ama la belleza”. Obras importantes son Kimmiya l-Saadat (La alquimia de la felicidad) de al-Ghazali y datada en 1016, Mathnawi (discursos rimados) escrito por Jalal al-Din al-Rumi (1207-1273) persa que fue una de los grandes maestros místicos y en cuyos escritos el arte y la artesanía se plasman frecuentemente en alegorías y metáforas (68). Otro texto importante, y que fue leído por Rumi, es el Kalila wa-Dimna (Calila y Dimna) que consta de una serie de fábulas animales, como una serie de alegorías sufíes. Así se les van dando interpretaciones a las miniaturas y los animales que aparecen en ellas.

La contemplación de la belleza tenía un papel muy importante entre los sufíes y así el místico andalusí Ibn al-Arabi (1165-1240) declaró que “el amor a las mujeres forma parte de la perfección de los gnósticos, pues viene heredado del Profeta y es un amor divino”. Según él ver a Dios en la forma de una mujer era la visión más perfecta de todas las posibles.

Sin embargo, las fuentes documentales de los significados de las imágenes son escasas y ni siquiera hay evidencia del simbolismo atribuido a los libros persas bajo “lectura sufí”. Ni siquiera las evidencias que se tienen son claras ya que muchos edificios y objetos solían estar protegidos por la veneración religiosa y muchos de los que no lo estaban, como los objetos profanos, obras ilustradas, palacios, etc., no han sobrevivido hasta nuestros días.

3.1.1. Iconografía de la serpiente en el arte islámico

La serpiente también ha formado parte de la mitología en muchos países y así por ejemplo en la mitología iraní, la serpiente es un aspecto de Ahriman o Angra Mainyu, la Serpiente de la Oscuridad, el mentiroso. La serpiente Azi-dahak, el enemigo del dios sol. En el Islam también la serpiente está muy asociada con la vida. Se le llama el-hayyah, y la palabra para decir vida es elhyat. Sin embargo, una de las representaciones más extendida es la que le relaciona con los yinn que son entidades que irrumpen en la vida humana, animal y vegetal causando enfermedades y males. Dotados de ambivalencia, son también protectores a los que conviene respetar. Se les describe con multitud de apariencias a veces como hombre joven y guapo, un gigante, animal, espíritu de la Naturaleza, mujer joven o vieja, servidor del fuego, príncipe, rey de los océanos, servidor del anillo, bebedor de sangre, desecador de arterias, etc. Forman familias con sus congéneres y con los seres humanos con los que pueden mantener relaciones sexuales. Todas estas características están reflejadas en el libro de Las Mil y Una Noches donde aparecen, entre otras, como serpientes y serpientes aladas.

Los yinn se transforman en pez, serpiente o rana. Pueden vivir en árboles, jardines, bosques, grutas, mar, montañas, caminos, pozos e incluso en el cielo. Se les describe con poderes para volar, hacer magia, mostrarse en sueños, mandar sobre las bestias salvajes, trasladar a la gente de un punto a otro, producir enfermedades, etc.

Otras descripciones que aparecen en la narrativa son de vigilantes de los días de la semana, genio del árbol, bosque, etc. Con lo que se podría decir que el yinn sería espíritu protector o habitante de la Naturaleza verde, árbol, bosque o jardín, guardián de casas, identificado entre otras con animales ctónicos como la serpiente y la rana que puede relacionarse con el fuego o con el agua, vinculado a pozos y subterráneos y con relación con las enfermedades.

Etimológicamente yinn significa ocultar (todo lo que se oculta a la vista, ángel o genio) y a veces estar cubierto por una vegetación abundante. Muy relacionados con los ellos están los saytan, diablos en su sentido religioso que se aplica tanto a los genios como a los hombres rebeldes, a la planta que crece muy rápidamente como a todo ser humano que tiene un espíritu vivo, pronto o inteligente. La raiz stn parece indicar indócil o contrario a algo. La palabra saytana es a la vez ruindad y agudeza de espíritu. Entre ellos, el más importante es Iblis, el ángel custodio del Paraíso que se niega a prosternarse ante Adán, es condenado por Dios, y a partir de esta condena y durante la tentación a la que como venganza somete al primer hombre, es llamado al-saytan (Satanás).

Antes del Islam la estirpe de los yinn era equiparable en lo celeste y terrestre a la humana. Fueron sometidos por Salomón pero una vez que el Profeta empezó a predicar el Islam, muchos genios se convirtieron por lo que no todos los yinn son sayatin (69).

3.1.2. Manuscritos iluminados

Las obras ilustradas se podían dividir en educativas y de ficción y así la mayor parte de imágenes de serpientes nos las encontramos en tratados de Medicina, como remedios para muchas enfermedades, zoología, etc. y en miniaturas de manuscritos iluminados formando parte de mitos y leyendas.

El libro iluminado árabe más antiguo data del siglo XI y es un tratado astronómico de Abd al-Rahman ibn Umar al-Sufi, Kitab al-Kawakib al-Thabita (Libro de imágenes de las estrellas fijas) realizado en el año 1009. Sin embargo hubo textos ilustrados de los que quedan fragmentos antes de esa fecha muchas veces influenciados por técnicas y lugares comunes de libros cristianos. La práctica sasánida de realizar historias ilustradas continuó en el periodo islámico. Aunque la mayoría con decoraciones abstractas también hay dibujos. Uno de los más antiguos de los que hay constancia es una historia de los reyes iraníes que había sido traducida al árabe para el califa omeya Hisham en 731 con retratos de gobernantes sasánidas. Y en el 841 ya hay constancia de la copia ilustrada del Kalila wa-Dimna (Calila y Dimna), una traducción de fábulas animales indias.

Sin embargo parece que la ilustración de libros empezó a ser frecuente a partir del año 1200 pero que sorprendentemente hacia el 1350 esta moda desapareció de tierras árabes. La iluminación del Corán tuvo su cima en los siglos XIII y XIV bajo los sultanes mamelucos y los iljaníes mongoles (70).

La mayoría de obras ilustradas proceden de textos educativos a menudo en libros escritos en tiempos preislámicos. Como ejemplos esta el Kitab al-Diryaq (Libro de antídotos para venenos) escrito por un médico autodenominado Galeno (Pseudo-Galeno) en el año 1199. También De Materia medica tratado de remedios naturales escrito por Dioscórides en el año 77 d. C.

Estos tratados de medicina, zoología, veterinaria y filosofía siguen la tradición de libros helenística-bizantina e incluso se encuentran similitudes entre las posturas de los sabios y doctores con las de los padres de la Iglesia cristiana. Los retratos de autor que solían aparecer en el frontispicio de los manuscritos árabes también parecen seguir estos modelos.

Un famoso autor al-Jazari escribió e ilustró un tratado sobre autómatas (que estuvo muy de moda en el periodo mameluco) y manuales sobre la guerra a finales del siglo XII.

 3.1.2.1. El Kitab manafic al-hayawan (Libro de las utilidades de los animales) 

Es uno de los códices árabes mejor conservados en España. Data del siglo XIV y se debe al iraquí Ibn al-Durayhim el de Mosul que recoge la obra de importantes médicos anteriores. Sin embargo, el autor original de la obra es Ibn Bajtisuc, célebre médico sirio del siglo XI. El interés del libro es tanto práctico como estético ya que reune elementos médico-científicos junto con otros folklóricos. Hay ciertos contenidos mágicos y algunos autores lo han relacionado con varios bestiarios semejantes de época mogol (71). Es una obra en la que caligrafía e imagen están perfectamente organizadas dando como resultado un destacable ejemplo de calidad artística y científica.

En el manual se describen las propiedades beneficiosas de diferentes partes de los animales junto con utilidades excepcionales y las para preparar todo tipo de remedios incluso para otros fines como la preparación de venenos o filtros amorosos.

En las miniaturas se cumplen varios principios generales en la estética de la pintura islámica:

a) el principio de inverosimilitud en el que el artista no busca imitar lo real;

b) horror alvacío y

c) la estética de la ambigüedad y de la ambivalencia microcosmos de la miniatura y macrocosmos del universo.

Además el mundo animal del Islam medieval está dotado de gran simbolismo y los animales

representan tipos psicológicos.

Dedica un capítulo completo a los “reptiles y animales que reptan: el dragón, la víbora y las serpientes” (Fig. 34). En él se describen distintos tipos de víboras como la pitón o ajadna de la que dice que hay una variedad que mata con la mirada. Distingue aquellas elegidas para fabricar antídotos y que tiene la piel suave, cabeza ancha, movimiento acompasado y conducta no maligna y otras de piel áspera, rabo corto y escamada que produce unos cálculos beneficiosos para muchos problemas de salud. Otros tipos son la negra, la roja, la que tienen cuernos y también nombra a la de dos cabezas que llaman “escondidas”.

Habla de la fisiología de las víboras destacando dos aspectos citados también en códices medievales occidentales en cuanto a su reproducción y a la muda de la piel. De las distintas partes beneficiosas nombra la carne, el cerebro, el colmillo izquierdo, el corazón, grasa, hiel, sangre, rabo, piel, vértebras, huevo, etc. En algunos de estos remedios cita a autores previos como cIsà b. cAli, al-Ahwazi y Galeno (72).

Figura 34. Libro de las utilidades de los animales.

Figura 34. Libro de las utilidades de los animales.

3.1.2.2. El Kalila wa-Dimna

Este libro es una colección de fábulas animales, originalmente de la India, que fue traducida del persa al árabe por Ibn al-Muqaffa a finales del siglo VIII. En una versión posterior del siglo XIV se expresa que el objetivo del autor de la representación de imágenes animales en una variedad de colores y pigmentos fuera para deleite de reyes y que la popularidad del texto diera trabajo a pintores y escribas.

En realidad se cree está basado en frescos soghdianos en Panjikent (región Transoxiana-Soghdania, entre Samarcanda y Bujara) que datan de los siglos V al VIII y representan escenas del Panchatantra, colección de fábulas animales.

Las ilustraciones del Kalila wa-Dimna representan momentos dramáticos de las historias que tratan de intrigas cortesanas en las que se ofrecen consejos sobre cómo hacer alianzas, tomar precauciones contra enemigos y usar la astucia en la guerra (Figs. 35, 36 y 37). Aunque descrito para príncipes, también fue muy leído por burócratas y escribanos. También los niños de los ricos formaban parte de este público lo cual puede hacer pensar que éste era el objetivo de las imágenes. Fue un libro muy valorado para la enseñanza del árabe y el propio autor decía que los niños se verían atraídos por el hecho que los animales hablasen. Todas las fábulas tenían un fin educativo y moralizante. En uno de los capítulos aparece la serpiente, el capítulo XVII “El peregrino y el orfebre (“ El hombre, la serpiente y el ratón” tradición oral marroquí) (73). El libro fue traducido del árabe por Alfonso X el sabio y tuvo una amplia difusión no sólo durante la Edad Media si no hasta la actualidad ya que existen ediciones recientes.

Junto con este libro existieron otros iluminados con narraciones épicas e historias moralizantes en las que aparecían animales siendo los más destacados el Maqamat escrito por al- Hariri de Basora (1054-1122) copiado del original de Badi al Zaman al-Hamadhani (968-1008) y el Shahnama escrito por Firdawsi alrededor del 1010. y que es el poema más largo en la historia de la literatura universal con entre 50 y 60.000 pareados (no hay un texto fijo) (74).

Figura 35. Kalila wa Dimna, Imagen número 21(Museo Nacional de Baviera).

Figura 35. Kalila wa Dimna, Imagen número 21(Museo Nacional de Baviera).

Figura 36. Kalila wa Dimna, Imagen número 63 (Museo Nacional de Baviera).

Figura 36. Kalila wa Dimna, Imagen número 63 (Museo Nacional de Baviera).

3.1.2.3. El Libro de la Felicidad

Fue una obra realizada por orden del sultán Murad III que fue considerado el califa más refinado de toda la historia del Imperio Otomano. Durante su sultanato se protegió a miniaturistas, poetas y artistas, astrónomos y astrólogos. En su reinado se acomodaron todos los que tenían cierta relevancia en el mundo de las artes, medicina y adivinación. Fue nieto de Solimán el Magnífico pero siempre se mantuvo alejado de las guerras dejando muchas facetas de su gobierno a sus mujeres, siendo conocido su sultanato como “el sultanato de las mujeres”. El libro lo encargó para su hija Fátima.

Tanto Solimán el Magnífico como Murad III, cultos y sibaritas, fueron grandes mecenas y responsables del espectacular desarrollo de los talleres del Serrallo, que crearon un arte otomano original pero de influencia persa.

El Libro de la Felicidad fue copiado por Mohamed ibn Emir Hasan al-Su’udi y contienen los signos del zodiaco con magníficas miniaturas, predicciones según las conjunciones de los planetas, tablas de concordancias fisonómicas, para la interpretación de los sueños y un capítulo sobre adivinación.

Las fuentes son el Corán, Las mil y una noches, el Shahnama (Libro de los reyes), el Libro de las maravillas de Marco Polo, el Libro de las natividades de Albumasar, el Ikhtilajnama o Libro de los espasmos, etc. Y sobre todo el Iskendername o Vida de Alejandro Magno, héroe con influencia fundamental en la literatura árabe, persa y turca.

En las miniaturas aparecen personajes con exóticas vestiduras, palacios y mansiones, mezquitas, caballeros sobre caballos y multitud de animales exóticos como pavos reales, serpientes, peces, águilas, golondrinas y garzas entre otros. También hay un capítulo dedicado a los yinn o genios. Todas las pinturas parecen haber sido realizadas en el taller de un célebre maestro Ustad Osman entre 1559-1596 (Figs. 37, 38 y 39).

Figura 37. Libro de la Felicidad. La Serpiente Reidora f.83v .

Figura 37. Libro de la Felicidad. La Serpiente Reidora f.83v .

Figura 38. Libro de la Felicidad. La Muralla de Gog y Magog f. 76r

Figura 38. Libro de la Felicidad. La Muralla de Gog y Magog f. 76r

Figura 39. Libro de la Felicidad. Un hombre dando muerte a una serpiente f. 83v

Figura 39. Libro de la Felicidad. Un hombre dando muerte a una serpiente f. 83v

3.2. INDIA

La civilización de la India ha tomado forma partiendo de la idea de que este mundo con los cielos, infiernos y todo su contenido es un gigantesco sueño de un solo ser cuyos personajes sueñan a su vez. El gran soñador, Vishnú, se representa recostado flotando en el Océano de Leche cósmico, acunado en medio de los anillos de una cobra de múltiples cabezas, la serpiente abisal Ananta cuyo nombre significa “ interminable” (Fig. 40). En muchos casos se le representa con el objeto del sueño que son los cinco hermanos Pandava, héroes del poema épico Mahabharata, que representan los cinco sentidos y con Draupadi, su esposa que representa la mente. A los pies de Vishnú, la diosa Sri-Lakshmi masajea su pierna derecha y así estimula el sueño cósmico (75).

En algunas representaciones del dios Vishnu le acompañan dos Nagas, mitad humanos mitad serpiente que representan las aguas fertilizadas a partir de las cuales surge la diosa tierra. Krishna, la encarnación de Vishnú, también es protegido por la serpiente cósmica de múltiples cabezas cuando su padre en la tierra, Vasuveda, intenta salvarlo del malvado rey Kansa, tirano de Mathura, que asesinaba a todos los recién nacidos por miedo a una predicción que pronosticaba su muerte.

Esta misma representación de la cobra está también en muchas de las imágenes de Buda en las que la cobra de siete cabezas, el Naga Muchilinda, le protege mientras medita. En el budismo, la serpiente está a veces asociada con Buda porque se convirtió en naga para curar a la gente. Es uno de los animales centro de la Rueda de la Existencia, donde representa la ira. El sueño de Bramha también se simboliza con dos serpientes, una hacia arriba y otra hacia abajo representando el sueño y el despertar y el lingam de Shiva a veces se representa con una serpiente enroscada alrededor de él.

Hay grupos que reverencian a la serpiente como guardian y los que creen que Vishnu se manifiesta como Shesha, la serpiente cósmica (76). La serpiente es también uno de los animales que sujeta el mundo en la cosmología hindú, junto con el elefante, la tortuga, el toro y el cocodrilo.

El dios del fuego Agni es una serpiente feroz y oscura. Y Vitra es una serpiente de tres cabezas que fue matada por Indra y que encarcela las aguas causando sequías aunque también las puede producir con su rayo.

Figura 40. El gran soñador Vishnú junto con Ananta la cobra de múltiples cabezas.

Figura 40. El gran soñador Vishnú junto con Ananta la cobra de múltiples cabezas.

En la cultura de la India, la mayoría de representaciones iconográficas estarán ligadas a los textos religiosos y épicos. Veda en sánscrito significa “ciencia, sabiduría” y Puranas “antigüedades” son los textos sagrados del hinduismo con relatos legendarios sobre el universo, la genealogía los dioses, etc. Los más conocidos son el Bhagavata Purana y el Visnú Purana que pretenden pasar como el quinto libro de los Vedas. En ellos existen numerosas leyendas que describen dioses y diosas-serpiente como la leyenda del elefante en el Bhagavata Purana 8, 2-4 (77).

En la India, el culto de las serpientes y de sus genios está vinculado a las aguas. Las serpientes son poderes protectores de las fuentes de la vida y de la inmortalidad. La serpiente cobra es sagrada en la India, se le llama la buena serpiente y se le considera protectora y presagio de éxito. A pesar que es muy venenosa, muy pocos hindúes harían daño a una cobra, y menos matarla. Incluso en muchos pueblos durante el festival de Nagapanchami, en honor de los semidioses serpiente, las cobras tienen especial protagonismo. Son acaparadas por los lugareños que las dejan libres como un acto religioso meritorio.

No todas las serpientes son adoradas, es la cobra la que es sagrada por sí misma.

Es más en una gran parte de la India se pueden encontrar rudimentarias tallas representando una serpiente, o una piedra redonda en representación, cerca de casi cada gran árbol. Estas representaciones se llaman Nagas y se les hace ofrendas de comida y flores y se encienden velas.

3.2.1. Semidioses-serpiente: Nagas

Naga en sánscrito quiere decir serpiente y en la India hay dioses serpiente y gente serpiente. Los Nagas son seres o semidioses que se representan mitad humanos y mitad serpiente. Se cree que la veneración a esta serpiente viene probablemente del culto al Sol en civilizaciones antiguas y esto está apoyado por numerosas investigaciones a través de textos clásicos y otros que a través de pruebas arqueológicas, históricas y antropológicas (79).

Aunque algunos escritores europeos han considerado a los Nagas y a los Devas dioses, es más correcto denominarlos semidioses ya que serían seres humanos deidificados y cuyo origen serían héroes de la antigüedad. Aquí también se debe distinguir a los semidioses Naga en el cielo y a la gente Naga en la tierra. Los actuales son los descendientes de los ancestros deidificados.

Los escritores Brahmánicos utilizan el término Naga para distinguir a aquellos que veneran a la cobra, o serpiente con capucha.

El folklore de la India está lleno de leyendas sobre los rajás y guerreros de la estirpe de las serpientes. En el del norte del país está lleno de leyendas en relación a la conexión del poder de la lluvia con los Nagas. Cuando en el país hay inundaciones se pide a ellos antes que a cualquier otro dios (Fig. 41) e incluso la tradición habla de que se les llegaba a ofrecer sacrificios humanos en el pasado (80).

La religión de la antigüedad en la India es el culto Brahmánico en el que se basa el sistema de castas y en cuyos ritua

La religión de la antigüedad en la India es el culto Brahmánico en el que se basa el sistema de castas y en cuyos rituales incorporaban sacrificios de animales. Sin embargo surgieron disidencias a este sistema, sobre todo en las ciudades donde eremitas y ascetas predicaban doctrinas opuesta al ritual védico. Entre los siglos VI y IV a. C. durante lo que se denomina periodo védico tardío se racionalizan los textos védicos y se perfilan los dos conceptos centrales del pensamiento religiosos y filosófico de la India: el del karma (la impronta de la acción sobre el alma) y el del samsara (la transmigración de las almas, como consecuencia de esa impronta). En el curso del siglo V a. C. el Brahmanismo empieza a ser contestado por dos corrientes ascéticas y éticas de significación atea: el Budismo y el Jainismo (Javier Pérez-Embid Wamba,

2012, p. 25-9). Y durante al segunda mitad de primer milenio el Brahmanismo, en constante relación dialéctica con el Budismo y Jainismo, se transformó y renovó dando lugar al Vishnuismo y Shivaismo (78).

Figura 41. Altar dedicado a los Nagas

Figura 41. Altar dedicado a los Nagas

La cobra erguida fue un tótem para los pueblos de la antigüedad que se Creían descendientes del Sol y los semidioses Naga, que están descritos en los textos Brahmánicos como “Las Serpientes Celestiales pertenecientes a Surya (el dios Sol), fueron caudillos deificados del linaje Solar. Estos semidioses son una clase de deidaes muy populares que todavía tiene sus templos, sus sacerdotes y sus adoradores, tanto en el norte como en el sur de la India. Incluso es a ellos, incluso más que a los grandes dioses de los Brahmanes, a los que el pueblo hindú ruega para tener buenas cosechas y en épocas de hambre. Les ofrecen la primera leche de sus vacas y las primeras frutas de sus árboles.

Existe bastante confusión en el origen de este culto pero se cree que tanto los Asuras y Serpas del Rig Veda, los Asuras y Nagas de Manu y el Mahabharata, y los Asuras o demonios de los Brahmanes, representan tribus hostiles de la antigüedad que se opusieron a la invasión de los Aryan. Por ejemplo en el Rig Veda el término Ahí, o serpiente, se aplica a los Asuras o Dasyus. Los Asuras veneraban al dios Sol del que creían que eran descendientes y veneraban a la cobra, como el tótem protector de su raza. Una o más capuchas de esta serpiente expandida sobre la cabeza era la marca tanto de un semidios Naga como del jefe solar deidificado. Y en la India, Surya, el dios Sol, se representa con un dosel sobre la cabeza formado por las capuchas de una cobra de siete cabezas; y de esta misma manera Asura Rahu, los semidioses Naga Vasuki o Baska Naga, Indru Naga y otras deidades.

En tiempos de Herodoto existen ya numerosos escritos describiendo muchas de esas tribus, sus continuas guerras, sus costumbres entre las que estaban el culto a la serpiente en el que se incluían crueles ritos como el sacrificio humanos. En el Shahnama se cita que las serpientes del culto de Azi-dahaka tenían que ser alimentadas todos los días con cerebros humanos. Ahí y Azi significan serpiente y hacían referencia a dinastías tribales, no a nombres personales. Se creía que Azi-daaka tenía serpientes creciéndole en los hombros y en la India algunas de las esculturas de los semidioses Naga se representan igual (81).

Los Asuras a pesar de su fama como guerreros eran un pueblo muy civilizado y construyeron grandes ciudades y castillos. Tuvieron grandes logros en salud, lujo, uso de magia, arquitectura avanzada y habilidad para restaurar los muertos a la vida según los escritores Brahmánicos, que se cree era debido a sus grandes conocimientos de cirugía y de medicinas que hacía que enfermos y heridos graves se curaran (82).

Estos pueblos tenían mucho en común con los primeros habitantes de Babilonia, o incluso más con los de Elam y países limítrofes. Adoraban el sol, consideraban sagrada a la cobra que se representaba habitualmente con varias cabezas, deidificaban reyes y ancestros, veneraban el cedro, sus danzas religiosas, sus ritos de sacrificios, su comunicación con los dioses a través de profetas, su tendencia ocasional a instituciones democráticas, su uso de emblemas tribales o tótems y algunas otras costumbres.

A lo largo de los años los escritores Brahmánicos representaron a los Asuras como demonios que atacaron a los Devas, al igual que los Titanes atacaron a los dioses de Grecia. Y más tarde los Asuras se convirtieron en los Nagas de Patala, el infierno Brahmánico. Y así la palabra Naga se aplicó para nombrara a los descendientes de la tribus Solares que mantuvieron la religión y costmbres de sus antepasados. Hoy en día se han convertido todos en hindúes más o menos ortodoxos (83).

Antes de la invasión musulmana y que la población se convirtiera al Islam en Persia gobernaban también jefes-serpiente y los semidioses Naga eran muy populares en todo el territorio desde Kabul al Indo.

Estos viejos dioses también son populares en la mayoría de los valles del Himalaya. Y allí hay muchos templos como los dedicados a Kailang Nag deidad a la que se le ofrecían sacrificios humanos en la antigüedad en épocas de sequía. Y lo mismo con una Nagini conocida como “Ama Naga” que no provocaba la lluvia hasta que “no había comido hombres” (84).

La primera gente que encontró Alejandro Magno al pasar el Indo fue a las tribus de los Takhas o Kathas. Los Takha, Katha, Kathak, Kathia, Kathuria, y Kator, entre otros, eran adoradores del sol y la serpiente. La mayoría de los Kathas mantienen su nombre y siguen adorando a los semidioses Naga de sus ancestros y se encuentran en el Punjab, en el valle de Chenab, y de los ríos Ravi y Beas. Muchos sirvieron en los regimientos angloindios y la mayoría de los ejércitos de Cachemira estaban formados por ellos.

En la zona entre los ríos Chenab y Ravi, al norte de la India, perviven los Nagas del Mahabharata que se han resistido al cambio. Entre la población Takha perviven los dioses serpiente Sesha, Vasuki, Basdeo, o Basak Nag, Talshaka o Takht Nag y otros Nagas.

Los templos Naga no están dedicados a la serpiente, sino a los rajas Naga que eran los antiguos jefes de la raza, Sesh Nag. Basak Nag, Takht Nag, Prithu Nag, Karkota Nag, Karsha Nag, Sabir Nag, Santan Nag y otros que son adorados en forma humana. Cada uno, tiene las cabezas de 3, 5, 7 o más serpientes formando un dosel sobre sus cabezas. También hay templos dedicados a las Nagini Devis que eran las esposas de los jefes Naga (Fig. 42).

Los Asuras fundaron también colonias en el sur de la India, aunque algunos creen que en realidad fueron esclavizados por lo Aryas, y que finalmente se mezclaron ambas poblaciones lo que dio lugar a la difusión de sus costumbres y cultos. En este mismo sentido la civilización de los países Indo-Chinos también se relacionan con invasiones procedentes de la India. Y esto está conectado con los Nagas de Magadha, y del norte y oeste de India. También fueron expertos navegantes y llegaron a muchos lugares fundando colonias en costas distantes. Incluso se cree que el tridente de Neptuno fue tomado prestado de los semidoses Naga, y la concha de Tritón era ya usada por los Asuras (85).

En la isla de Bali en algunas ceremonias funerarias se lleva a la procesión una representación de la serpiente, que se llama Naga, que se quema junto con el cuerpo. En estos países la cobra se mantuvo sagrada, y se le denominaba por su nombre indio. Los escritores Budistas también hacen referencia a estos poderes sobre los elementos especialmente el agua a través de la lluvia en relación con inundaciones o sequías de los Nagas. Y peregrinos chinos budistas aluden ese este poder de los Nagas o dragones. Y este poder se sigue adscribiendo a dioses-serpiente en países en los que se adora al sol como en China,

Manchuria y Korea.

Religiones como el Budismo y el Jainismo (jainas, ascetas desnudos) estan también muy relacionados con el culto al Sol y la Serpiente. Según las autoridades Brahmánicas tanto Budismo como Jainismo tenía su origen entre los Asuras (86).

Desde el periodo Védico y el descrito en los poemas épicos, ha habido muchas modificaciones en la religión y costumbres de la India y el Hinduismo de hoy en día es bastante distinto del descrito en el Veda y el representado en el Mahabharata. El budismo es minoritario en la India y mucha gente se ha convertido al Islam. Sin embargo, al igual que se describía en sus poemas épicos, los rajás Nagas siguen siendo adorados como semidioses; el sol, el cedro y la serpiente son sagrados; Indra y sus Devas siguen siendo adorados en sus templos.

Figura 42. Dios y diosa serpiente

Figura 42. Dios y diosa serpiente

De algunas de las costumbres de los Nagas actuales tenemos referencias ya en el libro “La India” de Mircea Eliade, gran orientalista que vivió varios años en India aprendiendo sánscrito, en el que publicó su diario con las impresiones se sus viajes por el país en las que relata lo siguiente sobre los eremitas en Swarga-Ashram “Mi vecino es un naga (asceta desnudo) del Pendjab, corpulento, guapo y piadoso…se pasa los días leyendo los inmensos Bhagavata Purana y pronunciándo la misma palabra, Sankara…por la noche practica el yoga de la respiración (pranayama) y me invita a menudo a su choza después de salir las estrellas, para iniciarme en la terrorífica técnica de prolongar la consciencia durante el sueño, un sueño sin visiones oníricas, e incluso en una situación de pura catalepsia. Su método es el de la conocida escuela Hata yoga, tal y como se practica en el Himalaya y en el Tibet…El cuerpo adquiere una inmovilidad rígida, a veces catalépsica y por el ritmo de su respiración, se puede comprobar que el asceta duerme, en el sentido de que todas sus actividades sensoriales y mentales están en suspenso. En este estado, liberado de los obstáculos de la conciencia diurna, lúcida, el naga explora la zona inaccesible del sueño…” (87).

Y en las grutas de Brahmapuri “bajamos la orilla del Ganges a buscar la gruta de un naga…Nos pusimos a gritar ¡om!, ¡om! ¡Namo Narayan!, y el asceta abrió el ventanuco de madera que tapaba la entrada de la cueva….completamente desnudo, con la pelambrera recogida en un moño en la coronilla, salió a la entrada de la cueva a vernos. Mi guía me dijo que la gruta estaba llena de serpientes.” (88).

Y cuando relata las peregrinaciones a Hardwar, Rishikesh y Swarga-Ashram que es cuando vio por primera vez la cobra negra y su culto relata” Nunca he dejado de ver serpientes en el ashram, ya fueran víboras o cobras., pero aquí nadie las ataca, de modo que no revisten peligro. Además resulta chocante que nadie recuerde que alguna vez una serpiente mordiese a algún sadhu…” y lo compara con su experiencia acompañando a un ingeniero inglés por la jungla de Bengala “…nos detuvimos de pronto los dos, al escuchar un chillido de ave, era un grito extraño, humano, agónico. Yo ignoraba que era el de una paloma salvaje aterrorizada por los ojos de una cobra….una gigantesca cobra había clavado su mirada de acero azul en los ojos de una paloma que estaba en un árbol próximo.la cobra la hechizaba con su mirada telúrica y permanecía expectante. Pero mi camarada, tras descubrirme el drama cotidiano de la jungla,

mató a la cobra. Nos acercamos a la paloma. Había muerto de miedo.” (89).

3.2.2. Concepto yoga de la Kundalini

En el Hinduismo, la energía espiritual esencial es representada como la Kundalini, una serpiente blanca que descansa enrollada en la base de la columna denominado chakra muladhara. Kundalini significa circular, anillado o enrollado y es un sustantivo que significa serpiente femenina. La kundalini permanece dormida hasta que se despierta por efecto de las prácticas encaminadas a su espiritualización, como el Hata Yoga. Entonces comienza ascender a través de los chakras integrando el poder asociado a cada uno de ellos, hasta que llega al punto más alto de conciencia, a la región correspondiente al tercer ojo (frontal, de Shiva). La kundalini sería shakti primordial, la serpiente dormida poder de la psique. Desenrollar la serpiente kundalini es ascender a un nivel mítico de conciencia, donde la iluminación puede ser conseguida. En ese momento recupera el hombre, según la doctrina hindú, el sentido de la

eternidad (90). Este proceso es similar a la muda de piel de la serpiente. La kundalini cuando alcanza el chakra de la coronilla o sahasrara-padma o es como la luna llena con una luz tan poderosa como el sol. La kundalini es generalmente femenina y una manifiestación del poder universal (Fig. 43).

“The goddes is more subtle than the fibre of the lotus……..She uncoils herself and raises Her head, and enters the roral road of the spine, piercing the mystic centres, until She reaches the brain. These things are not to be understood in a day….you taste Her néctar, and know that She is Life.” (91).

Hay aquí, probablemente, un símbolo de la ascensión de la fuerza, desde la región dominada por el sexo, hasta la del pensamiento. El tratado fundamental del Yoga denominado Yoga Sutras está atribuida a Pantajali (panta significa “caida” y anjali significa “manos unidas”) llamado así porque cayó del cielo en forma de una pequeña serpiente en las manos del gramático Panini cuando éste unía sus manos para orar. El origen de esta práctica podría remontarse a primitivas civilizaciones del valle del Indo entre 2500 y 1500 a. C. donde se ha encontrado (aproximadamente durante el mismo periodo de la copa sumeria del rey Gudea) un sello datado en el 2000 a. C. en el que aparece una deidad en posición de yoga con dos fieles postrados a ambos lados y detrás dos serpientes gigantescas. Esta sería una referencia explícita del concepto de la fuerza espiritual simbolizado en la elevación del “poder de la serpiente” que promueve la práctica del yoga (92).

Figura 43. Representación del concepto kundalini

Figura 43. Representación del concepto kundalini

3.2.3. Danza y serpientes

Shiva Nataraja “Señor de la danza cósmica” se representa como un dios danzante que se presenta en sus múltiples manos con los atributos que representan el pulso de la creación del mundo, la llama de la espiritualidad, la disipación de temores y la enseñanza. Con su pierna izquierda elevada representa la danza de la vida mientras que con la derecha aplasta al enano de la ignorancia que mira a la serpiente del mundo. El dios siempre aparece rodeado de numerosas cobras (Fig. 44). En su cabeza refleja calma y serenidad en medio de la vorágine de creación y destrucción representada por sus brazos y el equilibrio de su pie derecho y se adorna con un pendiente masculino y otro femenino y alguna flor de datura, planta alucinógena, ampliamente usada en todo el mundo. También pueden aparecer pequeñas representaciones de la diosa Ganges, ya que Shiva, según la mitología hindú, recibe en su cabeza el impacto inicial del torrente de aguas celestiales que manan hasta la tierra (93).

Figura 44. Shiva Nataraja ejecutando la danza cósmica sobre el diablo de la ignorancia.

Figura 44. Shiva Nataraja ejecutando la danza cósmica sobre el diablo de la ignorancia.

La relación de la serpiente y la danza está también en determinados gestos o mudras de las danzas tradicionales de la India y así Sarpashirsa, o cabeza de cobra (Fig. 45), es el décimosexto gesto de los 28 mudras de una mano descritos en el Abhinaya Darpana (94).

Figura 45. Sarpashirsa o cabeza de cobra.

Figura 45. Sarpashirsa o cabeza de cobra.

4.OCCIDENTE: CRISTIANISMO

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que

era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la

sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dió también a su marido,

el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de

ambos, y conocieron que estaban desnudos…Y Dios le dijo:

¿Quién te enseñó que estabas desnudo?¿Has comido del árbol de

que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer

que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho?

Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios

dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre

todas las bestias y los animales del campo; sobre tu pecho

andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré

enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente

suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A

la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus

preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu

marido, y él se enseñoreará de ti…”

Génesis 3, 6-24

El pecado ha sido definido de manera genérica como la desobediencia voluntaria a la ley de Dios. Por ello durante la Edad Media la tarea principal de la Iglesia era adoctrinar a los fieles y prevenirles del castigo que sufrirían. En esta tarea la iconografía fue clave para que el mensaje llegara a la mayor parte de la población y ya San Bernardo en la Apología a Guillermo de Saint Thierry señala que los obispos pueden utilizar las imágenes porque a través de ellas se puede aleccionar y conseguir una mayor devoción de los feligreses. Según palabras de Gregorio Magno (540-604 d. C.) las imágenes no deben servir para ser adoradas, sino para enseñar a los ignorantes: “lo que los doctos pueden leer con su inteligencia en los libros, lo ven los ignorantes con sus ojos en los cuadros. Lo que todos tienen que imitar y

realizar, unos lo ven pintado en las paredes y otros lo leen escrito en los libros” (95).

Los soportes de imágenes en esa época fueron los templos románicos y los códices iluminados que tuvieron principalmente una función didáctica aunque también mostraban elementos meramente decorativos. El espectador medieval al que se dirigían era en el caso de los códices monjes y autoridades eclesiásticas y eruditos de la nobleza y que supieran leer pero los templos románicos eran accesibles a toda la población, incluso sin entrar en el recinto ya que muchas imágenes estaban en los canecillos y en las puertas exteriores el templo (Fig. 46).

Figura 46. San Lorenzo en Vallejo de Mena y Santa María de Siones, Valle de Mena (Burgos)

Figura 46. San Lorenzo en Vallejo de Mena y Santa María de Siones, Valle de Mena (Burgos)

La serpiente en la antigüedad ha tenido muchos significados tanto positivos como negativos. Sin embargo, con el advenimiento del Cristianismo como religión mayoritaria su multivalencia fue desapareciendo prevaleciendo sus aspectos negativos y así se convirtió en el símbolo del pecado y del Mal. Desde el momento que Eva come del fruto del árbol del conocimiento y trae los males a la humanidad, la asimilación de serpiente-mujer-pecado queda ya determinada. El desarrollo de esta imagen durante la Edad Media fundamenta una corriente de misoginia que ha sido clave para la consideración y situación de la mujer hasta la actualidad.

Su naturaleza inquietante que le convierte en un ser misterioso y temible y su mirada, seductora y mortal a la vez, representa la vida y la muerte y muchas cosmovisiones en la antigüedad la habían convertido en el símbolo de la fertilidad, de la vida y de la resurrección. Pero en Occidente se le ha relacionado tradicionalmente con el pecado y el Mal asimilándose a la religión cristiana como una de las principales iconografías del Diablo. En el Cristianismo la serpiente se presenta asociada a la mujer, no sólo a Eva que trajo la muerte y el pecado, sino también con María, la madre de Dios que trae la salvación derrotando al Mal y aplastándolo bajo su pie (Fig. 47). Mujer y serpiente simbolizan la vida

pero también el Mal, por eso debe ser vencida y la mujer dominada y vigilada por el varón. Este arquetipo cultural ha impregnado de misoginia el pensamiento occidental durante siglos, convirtiendo a la mujer en instrumento del Diablo.

Figura 47. Virgen de los palafrenieri, Caravaggio

Figura 47. Virgen de los palafrenieri, Caravaggio

4.1. SIGNIFICADOS NEGATIVOS DE LA SERPIENTE

En los capítulos anteriores se han descrito multitud de connotaciones positivas de la serpiente en la antigüedad pero también podía presentar aspectos negativos , muchos de los cuales fueron asimilados por el Cristianismo para derivar en la concepción del mal y del pecado (96). Las más importantes, y que tienen relación con la propia biología del reptil, serían las siguientes:

  1. Causante de muerte, incluso con un sólo mordisco. En muchas representaciones

    medievales la serpiente está acompañada de un esqueleto. Ejemplos como las serpientes que

    manda Hera para matar a Hércules, las que matan a Laocoonte y sus hijos, a Cleopatra, etc.
  2. Destrucción: debido a su capacidad de abrir la boca hasta el límite y tragar a sus víctimas enteras y vivas le convierten en el símbolo ideal de la destrucción. En Egipto estaba representado por el dios serpiente Apophis (Apep). Entre los griegos también se creía que su abdomen representaba a Hades. Otro ejemplo son los yinn en su faceta de demonios malignos.
  3. Caos y oscuridad: a veces no se sabe bien dónde empieza y acaba, puede romper barreras y desaparecer en la tierra o en el agua, deja su piel, entra por aberturas escondidas. Ejemplos de caos en la antigüedad serían Azì-Dahaka en Persia, Tiamat y Labbu en Babilonia, Apophis en Egipto y Pitón en Grecia. Como oscuridad podemos citar a Set símbolo de lo diabólico y oscuro y representado por una serpiente y que es matado por Horus representado como un águila, símbolo de la bondad y la luz.
  4. Portadora de conocimiento corrupto y diabólico: basado en su lengua bífida y sordera. El ejemplo más claro es la serpiente del jardín del Edén. También en algunos manuscritos del Talmud de Babilonia se advierte del conocimiento diabólico que puede venir de una serpiente. Y Prudencio, poeta español del siglo V, dice que el pecado es como la descendencia de una víbora y que asume que su origen está en que es capaz de transmitir conocimiento dañino a los humanos.
  5. Mentira: por su lengua bífida. Geryon, el monstruo de la falsedad, del que ya habla Virgilio, se describe como una serpiente. “Puede tener un rostro piadoso, sus pies como los de un oso, pero su cuerpo es una serpiente con una larga cola venenosa”. Dante lo coloca en el octavo círculo del infierno.
  6. Dualidad: por los dos penes (hemipenes) y la lengua bífida. El ejemplo más claro es el caduceo. El veneno de las víboras, puede matar o curar y en la mitología griega la sangre de las Gorgonas puede hacer lo mismo.
  7. Independencia, individualidad, aislamiento: debido a su sordera y su independencia social.
  8. Tentadora: también aquí su lengua bífida le da el carácter. El ejemplo más claro la serpiente del jardín del Edén.
  9. Antisocial, sin amigos: debido a su independencia, su falta de capacidad de parpadear, reir o hablar. No parece tener ningún afecto ni siquiera a las crías ya que las abandonan nada más nacer.
  10. Batallador o enemigo: debido a su potente veneno puede destruir a rivales más grandes (una cobra puede matar un elefante con un sólo mordisco).
  11. El antagonista de Dios: es sorda a la palabra de Dios y por lo tanto rebelde y desobediente. Esto también está en otras culturas como asirios en los que la palabra serpiente (sèru o serru(m)) es muy similar a serru que significa puerta de entrada para demonios pero también enemigo o adversario.
  12. Diablo, Satán: la serpiente es babosa y escurridiza y provoca sentimientos desagradables. Su esquivez, sordera, falta de temor, así como su sangre fría, le hacen el símbolo ideal del diablo.
  13. 13. Otras criaturas diabólicas: demonios del desierto, los espíritus diabólicos del desierto o yinn, en la mitología sumeria y akadia, en Egipto, en India (Kaliya) e incluso en los Nativos Norteamericanos donde los poderes de la oscuridad son controlados por Sisiul, la serpiente.
  14. Ojo diabólico: no parpadea porque carece de párpados. Muchos amuletos judíos, cristianos y gnósticos mostraban serpientes destacando el poder de sus ojos.
  15. Temor: su rapidez y su habilidad de aparecer inesperadamente, su capacidad de tragar a sus víctimas enteras y vivas, su tamaño…
  16. Sexo corrupto; debido a su forma, a que el macho tiene dos penes y a su capacidad de erguirse sobre su cola.

4.2. CRISTIANISMO Y DEMONIZACIÓN DE UN SÍMBOLO UNIVERSAL

Aproximadamente en el siglo IV el Cristianismo se convirtió en la religión dominante. Constantino el Grande prohibió a los magos por su paganismo y a la magia maléfica aunque permitió la magia para propósitos de salud y agricultura. También dictó un edicto contra el sacrificio pagano que fue la base para el Código Teodosio del 438 que proscribió cualquier sacrificio a dioses paganos.

Es aproximadamente en esos tiempos cuando se percibe a los “daimones” (espíritus) o al “demonio” como algo maligno ya que, hasta ese momento, era considerado bueno en las sociedades helénica y romana. Incluso Sócrates decía que un “buen demonio” había jugado un importante papel en su vida y le había guiado desde su juventud (97).

Así la serpiente se convirtió en algo diabólico como Satán y se fue eliminando de sus representaciones habituales. Por ejemplo, Orfeo en la antigua Roma y Grecia aparece con un arpa y todos los animales, incluida la serpiente pero cuando se copia esta imagen en la época cristiana se suele omitir la serpiente. Otro ejemplo es que antes del cristianismo el león y la serpiente eran la representación de la realeza, poder y divinidad. A partir del Cristianismo la serpiente es el diablo y el león está allí para matarla.

Relacionar la serpiente del Génesis con el diablo fue habitual entre los Padres de la Iglesia y también la relacionaron con los relatos del Apocalipsis 20,1 identificándola con el dragón encadenado por el ángel.

Los aspectos más importantes del Cristianismo que determinan esa visión son los siguientes:

  • La serpiente del Jardín del Edén: que convence a Eva para que coma de la fruta del árbol prohibido. De esta manera se provocó la ira de Dios trayendo todos los males a la humanidad. Es la  representación del pecado, la caída y el caos. Iconografía muy representada en el Cristianismo.
  • Dios condena a la serpiente a arrastrase por el suelo y comer sólo polvo, siendo éste símbolo del caos y oscuridad (Genesis 3:14).
  • La serpiente dado que es sorda y muy independiente se asemeja a los que no oyen la palabra de Dios o los que prestan oídos al conocimiento corrupto. En el jardín del Edén la serpiente es inteligente y lista y puede hablar con la mujer. En realidad no era mentirosa, mostró el camino al conocimiento pero a un conocimiento que separó al creado del creador lo que según las escrituras, no era sabiduría sino conocimiento corrupto.
  • En diversos textos bíblicos se interpreta que la serpiente del Jardín del Edén tenía una mente cruel, mostraba envidia e intenciones maliciosas por lo que Dios le quitó la capacidad de hablar y le enemistó con los humanos.
  • Cristo venciendo a la serpiente significa el triunfo sobre la muerte. En el Juicio Final Cristo sujeta una serpiente y en algún amuleto Copto se da a entender que Cristo bajó a la tierra el 25 de Diciembre para juzgar a todas las serpientes venenosas. Y en el evangelio de Bartolomé la Muerte y sus hijos van a la tumba de Jesús apareciendo en forma de serpientes.
  • El castigo de las mujeres que no seguían las normas de los evangelios sobre todo de malas madres y de las mujeres lujuriosas era la tortura en el infierno por dragones, fuego, serpientes y víboras.
  • Tanto en el Judaismo como en el Cristianismo la serpiente significa la mentira y también en la cultura árabe denota esa misma característica reflejada en el dicho “una serpiente no puede traer nada excepto una serpiente pequeña”. En el Talmud de Babilonia también se hace referencia a la mentira en cuanto a la mujer que rompe los votos matrimoniales y dice “No es posible para un hombre habitar de manera segura con una serpiente en la cesta”.
  • Mucha iconografía cristiana muestra al arcángel Miguel decapitando al dragón como al mal que hay que vencer y también en el arte copto y árabe se encuentra a la serpiente como símbolo del poder hostil. Constantino adoptó el símbolo de la serpiente para que se le viera cómo el que había derrotado a la serpiente y en los primeros cristianos la serpiente aparece como el enemigo vencido por Cristo representándolo algunas veces al pie de la cruz.
  • Es la representación del diablo. En la historia de la caída Adán dice: “El Señor Dios puso dos ángeles para guardarnos. La hora llegó cuando los ángeles ascendieron a adorar a Dios. Inmediatamente, el adversario, el diablo, encontró oportunidad mientras los ángeles estaban ausentes y engañó a tu madre que comió del árbol prohibido, Y ella comió y me lo dío a mí”. Y en el Génesis 3 está el relato de cuando el diablo habla a la serpiente y la convence para que coma del árbol del Jardín del Edén. Es ahí donde la serpiente y el diablo se hacen una entidad.
  • Representación de todo lo maléfico o pecaminoso. Incluso en algunos momentos de la historia como con Clemente de Alejandría (150-215) llevar símbolos de serpientes en joyas fue castigado ya que dado que la serpiente engañó a Eva, los adornos con serpientes conducían a las mujeres a prácticas viciosas, que usaban la forma de la serpiente como cebo tanto en adornos como en decoración.

En las figuras 48, 49 y 50 se pueden observar diferentes representaciones del Mal, el diablo y el infierno en las que las serpientes son protagonistas.

Figura 48. Demonio con cuerpo de serpiente y serpiente saliendo de la boca de lo que parece un yinn o demonio oriental. Santa María de Siones, Siones, Burgos.

Figura 48. Demonio con cuerpo de serpiente y serpiente saliendo de la boca de lo que parece

un yinn o demonio oriental. Santa María de Siones, Siones, Burgos.

Figura 49. Miniatura del Infierno del Beato de Silos (Infierno, f.2r) en el que se ve a los cuatro demonios (Átimos, Belcebú, Radamás y Barrabás) castigando a los pecadores que son mordidos por serpiente y sapos. En la zona superior, San Miguel portando la balanza para el pesaje de la almas.

Figura 49. Miniatura del Infierno del Beato de Silos (Infierno, f.2r) en el que se ve a los cuatro demonios (Átimos, Belcebú, Radamás y Barrabás) castigando a los pecadores que son mordidos por serpiente y sapos. En la zona superior, San Miguel portando la balanza para el pesaje de la almas.

Figura 50. Portada de la Iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena, Burgos

Figura 50. Portada de la Iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena, Burgos

4.3. LA SERPIENTE DEL JARDÍN DEL EDÉN

La historia del Jardín del Edén en el Génesis 3 muestra una narrativa pictórica que probablemente ha tenido más impacto en el Cristianismo que cualquier otra historia Las explicaciones del comienzo de la humanidad en el Edén con el pecado, la caída y el castigo siguen hoy en día vigentes en discusiones sobre la creación, evolución y ecología. Sin embargo, según algunos expertos los textos han sido malinterpretados y después de revisarlos desde muchos puntos de vista han concluido que esas interpretaciones no son correctas (98). La serpiente es la tentadora que seduce a Eva por medio de la manzana. Visualmente queda clara la causa del pecado que no es otra que la desobediencia de la prohibición divina de comer el fruto del Árbol de la ciencia del bien y del mal como se relata en el Génesis (Fig. 51).

Figura 51. Árbol del Jardín del Edén. Capitel de Santa María de Siones y portada de la iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena (Burgos).

Figura 51. Árbol del Jardín del Edén. Capitel de Santa María de Siones y portada de la iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena (Burgos).

Aunque se podría asumir que la serpiente es probablemente masculina aunque parece ser que no tiene connotaciones sexuales cuando se acerca a Eva, la evidencia que se extrae de la lectura del Génesis 3 es que la serpiente es femenina. La serpiente tienta a Eva y Eva misma es la serpiente (Fig. 52).

En muchas obras la serpiente es un híbrido y tiene cabeza humana. Cada artista decidía en su obra si la serpiente era femenina o masculina, si la colocaba en el árbol o detrás, si era fea o bonita. En algunos casos la apariencia es de belleza e inteligencia y muy cerca de la mujer, cómo si fueran almas gemelas (Fig. 53). Rafael para el Papa Julio II pintó en el Vaticano una serpiente angelical y con aspecto de querubín. Está cerca de la mujer y transmite tranquilidad. Y esta visión parece que también inspiró a Miguel Ángel que también la presenta con aspecto femenino. También Paolo Ucello, otro gran maestro italiano, la representa de la misma manera Sin embargo en la Biblia hebrea y en la antigua Palestina la serpiente se representaba como masculina o, al menos, carente de atributos femeninos.

Uno de los primeros escritos describiendo a la serpiente con cabeza femenina, está en la Historia scholástica: Liber Génesis, 21, escrita por el inglés Pedro Comestor en el siglo XII donde dice “elige una especie de serpiente que tiene una cara de virgen”. La misma asociación la hace posteriormente Vincent de Beauvais en Speculum Naturale (comentario al Génesis). Sin embargo es a Beda el Venerable, benedictino del siglo VIII al que se le considera la primera fuente con este comentario en sus escritos “El diablo eligió una serpiente que tenía cara de mujer”.

Uno de los más primitivos ejemplos de esta iconografía la tenemos en la catedral de Amiens donde se explica la figura transformada por el hecho seductor que lo femenino conlleva en sí mismo. A partir de ese momento la serpiente híbrida fue muy representada y asi lo podemos ver en miniaturas de textos como Speculum Humanae Salvationis, en la Biblia pauperum, en estampas de la Nave de los Locos, en la Biblia de Colonia de 1479 y en la Chrónica de Nuremberg (99).

Figura 52. Cruz de Kurutziaga en Durango, Bizkaia, España (datada en el s. XV)

Figura 52. Cruz de Kurutziaga en Durango, Bizkaia, España (datada en el s. XV)

Figura 53. Eva y la serpiente, pórtico de la catedral de Colonia, Alemania.

Figura 53. Eva y la serpiente, pórtico de la catedral de Colonia, Alemania.

4.4. ICONOGRAFÍA DEL PECADO DE LA LUJURIA

Autores como Goodenough en su libro “Jewish Symbols in the Greco-Roman Period” aseguran que cuando una mujer aparece con una serpiente o como una serpiente indica su relación con ella o el hecho que la serpiente puede tomar su lugar indica para algunas personas la pelea entre el espíritu y la carne. La serpiente del Edén, Eva, y la mujer en general, simbolizaron durante esa época indistintamente el placer sexual y el placer de la carne por excelencia. Y la destrucción o la victoria sobre ésta era la esencia de la salvación. En este sentido, y para algunos autores, en las imágenes de caballeros o santos, como San

Jorge, sería indiferente que mataran una mujer, una serpiente, o ambas (100).

Durante la Edad Media, los pecados que causaban mayor cantidad de condenados eran la lujuria o vicios de la carne y la mayor parte de esfuerzos eclesiásticos durante esa época fue imponer un comportamiento moral cristiano en el que la sexualidad era únicamente para la procreación dentro del matrimonio. Característicamente era uno de los pocos placeres más accesible a las clases más populares ya que los otros pecados más frecuentes, como la avaricia y el orgullo, sólo estaban al alcance de las clases privilegiadas.

Los pensadores medievales utilizaron la imagen de la mujer cuyo cuerpo desnudo ya era de por sí símbolo de este pecado junto con el castigo apropiado representado por serpientes y sapos mordiendo sus senos. A esta imagen se le denomina “femme aux serpents”. La idea de renuncia sexual tuvo sus antecedentes en el Imperio romano y ya en el siglo II con el emperador Marco Aurelio surge un ideal de ascetismo asumido después por la moral cristiana. Enunciaron esa moral de manera contundente San Jerónimo (340-420) y San Agustín (354-430) que después de haber disfrutado del mundo grecolatino se convirtieron en sus más firmes detractores.

Sin embargo, durante los siglos siguientes también coexistieron elementos que relacionaban la relación sexo, vida, fuerza y vinculación con la divinidad. En una placa de terracota de Grésin de época paleocristiana se representa Cristo con el globo celeste, los órganos sexuales apareciendo bajo un faldellín y más abajo hay una serpiente. Y no es único ya que representaciones del mismo estilo han sido encontradas en placas de cinturones y broches.

4.4.1. Sexo y serpientes en diferentes culturas

La serpiente ha sido símbolo tanto de la fertilidad y procreación como del falo y el sexo. Ya Aristóteles describía que las hembras tenían numerosa descendencia (una pitón reticulada puede poner 100 huevos en una puesta). Si a esto le unimos la presencia de dos penes en los machos y la posibilidad de erguirse sobre su propia cola es fácil imaginar el por qué de esta relación. Y no sólo en la antigüedad sino que en el siglo XX, Freud centró sus teorías del psicoanálisis en el sexo relacionando la serpiente con el pene.

La asociación de la serpiente con el pene está en todas las culturas del mundo y a menudo simboliza también sexo en la danza y el arte.

Como símbolo positivo ya en el antiguo Oriente Próximo y en la tradición semítica la serpiente tenía papel importante en los matrimonios sagrados y se han encontrado muchos amuletos de manos y falos que eran llevados por soldados judíos del siglo I.

Griegos y romanos consideraban a la serpiente como un símbolo fálico. El dios Dionisio era simbolizado como serpiente y falo. La “cista mística”, cofre que podía servir para guardar ungüentos o joyas, era usado en el culto de Dionisio/Baco para guardar una serpiente sobre hojas de parra aunque otros decían que guardaba el falo del dios. Los cristianos del siglo II se ofendían por este simbolismo y hay relatos que destacan que “los misterios de la serpiente eran un fraude devotamente observado en los hombres que, con piedad adulterada, promueven sus iniciaciones abominables y los ritos orgiásticos profanos”. Incluso se describen algunas de esas bacanales u orgías en las que el símbolo era una serpiente consagrada y donde los y las participantes se adornan con serpientes en la cabeza, comen carne cruda, y gritan el nombre de Eva. Curiosamente y según la interpretación del término hebreo, el nombre Hevia, aspirado, significa serpiente femenina (101).

No hay duda que la serpiente se ha usado para simbolizar sexo ilícito. Hay dioses griegos y romanos cuyo falo está erecto y en ocasiones se asemeja a una serpiente. Por ejemplo Bes, genio protector de la mitología egipcia también relacionado con el sexo y placeres libertinos, se muestra de manera itifálica, con un tamaño exagerado y algunas veces en forma de serpiente.

Numerosas deidades y héroes fueron descendencia de serpientes y concebidos por la unión de sus madres con un dios en forma de serpiente que se aparece en sueños o como entes en el templo de Apolo. Entre ellos Alejandro Magno, Escipión el Africano, César Augusto, etc. Incluso hay quienes relacionan estos mitos con el nacimiento de Jesús o se preguntan si un Agathadaimon habría visitado a María. En De natura animalium de Aelio, se habla de un manuscrito apócrifo que indicaría que la chica judía visitada por una serpiente durante la época de Herodes no era otra que María, la madre de Jesús. En ese mismo libro hay más pasajes que cuentan historias similares de mujeres y serpientes como la de Halia, hija de

Sybaris, en el recinto sagrado de Artemisa (102).

También las diosas-serpiente minoicas simbolizarían fertilidad y la necesidad de proteger la tierra y las cosechas. Sin embargo sus amplias caderas, cintura estrecha y senos expuestos pueden tener también una connotación sexual aunque la exposición de los senos era una costumbre habitual en la vestimenta de aquella época.  La figura de Afrodita con una serpiente en su muslo encontrada en Monte Carmelo y la

encontrada en Agrigento (siglo I-II d. C.) con una enrollada en su brazo claramente simbolizan buen sexo, poder y fertilidad (Fig. 54). También Diana o Artemisa como un ciervo con una serpiente alrededor del cuello tiene connotaciones positivas.

Figura 54. Afrodita encontrada en Monte Carmelo (continuación de las colinas Samaritanas, Palestina)

Figura 54. Afrodita encontrada en Monte Carmelo (continuación de las colinas Samaritanas, Palestina)

En cuanto a símbolo negativo la serpiente también ha sido la imagen del sexo corrupto. Su forma es fálica y tiene la capacidad de erguirse con lo que recuerda al acto sexual. La presencia de dos penes en el macho no hace más que corroborar esta idea. Ya en la antigüedad, Plutarco relataba que el padre de Alejandro Magno perdió la visión de un ojo cuando espiaba a través de la cerradura de una puerta a su mujer que se encontraba en la cama con un dios en forma de serpiente.

Algunos autores creen que dado que la serpiente puede representar elementos opuestos, como en el caduceo, puede simbolizar también el útero. En grabados prehistóricos la iconografía de la serpiente aparece como círculos y se le ha relacionado con la fertilidad femenina y los sembrados. Esos círculos formarían patrones cuyo significado es la vulva. La serpiente con estos dibujos podría significar la puerta al mundo ctónico (103). La violencia en el sexo ha estado presente desde el origen de la humanidad y hoy en día los crímenes sexuales, o de pasión, son bastante habituales. No es difícil imaginar que las orgías en la antigüedad podían degenerar en sexo corrupto ( referido al contrario a la relación amorosa y respetuosa de dos amantes) (Fig. 55). Príapo, uno de los dioses con una serpiente como falo, representaba el poder erótico masculino, pero también tenía connotaciones de sexo violento y corrupto. Y en el culto orgiástico a Dionisio, las Ménades bailaban con serpientes vivas llevándolas en la mano y sobre la cabeza a modo de diadema. El punto culminante de la danza religiosa era el sacrificio sangriento de la serpiente a la que se desgarraba (104).

Figura 55. Baco y Ariadna cuadro pintado por Tiziano entre 1520-1523.

Figura 55. Baco y Ariadna cuadro pintado por Tiziano entre 1520-1523.

Evidencias de la relación de la mujer y la serpiente en el aspecto sexual las encontarmos en textos como en Macabeos 4 donde se cita a “la serpiente seductora y engañadora” que contamina a las mujeres jóvenes. Esta misma idea está en Los Corintios 2 11:2-3 en donde se compara a los conversos con novias puras que pueden ser engañadas por la serpiente, como Eva.

De todas ellas, la serpiente bíblica juega un papel negativo principal siendo calificada como un animal inmundo y que se usa para representar la tentación y el poder del diablo o el deseo carnal, apetito sexual y concupiscencia.

4.4.2. La lujuria en el Occidente europeo medieval: la lujuriosa o “La femme aux serpents”

Los tres pecados más representados en el arte medieval son la lujuria, la avaricia y la soberbia, siendo los dos primeros los más destacados. La predilección por ellos ha sido explicada en parte por la secularización de la sociedad medieval y por el desarrollo de burgos y ciudades considerados “centros de corrupción y nidos de todos los males” (105). La lujuria sobre todo en los siglos XI y XIII tenía multitud de representaciones todas ellas con el objetivo de transmitir un contenido didáctico con finalidad doctrinal y moralizante a través de imágenes de gran impacto visual “a todas luces espectacular para los ojos del cristiano” como señaló Prudencio. Y así en los templos se pueden ver figuras abrazándose y besándose, relaciones sexuales explícitas, mujeres y hombres exhibicionistas, diversos gestos

procaces, destacando el onanismo, personajes itifálicos, representación del espinario, escenas de homosexualidad, de bestialismo, mujeres dando a luz e incluso escenas de danzarinas contorsionistas. También se representan animales relacionados con este pecado como la sirena, el centauro, macho cabrío y la cabra, mono y cerdo (106).

Sin embargo, la representación más significativa de este pecado y su castigo es la lujuriosa o femme aux serpents. Esta representación no hace sino corroborar el pensamiento de la Iglesia de aquel tiempo en el que el castigo inflingido al pecador, la pecadora en este caso, se recibe en los órganos del cuerpo con los que había pecado. Y así la femme aux serpents es mordida en los senos y en el sexo por serpientes, y a veces también por sapos u otros animales (Fig. 56).

La asociación de lujuria con el Pecado Original tiene su base en el discurso de San Agustín en La Ciudad de Dios. La lectura de esos textos que se hizo en la Edad Media fue simplificándose y radicalizándose de tal manera que el deseo de bienes materiales o terrenos se transformó en deseo sexual exacerbado o desordenado. Y así un pecado que en un principio había sido de orgullo y desafío hacia Dios, se convirtió en pecado sexual.

Figura 56. Femme aux serpents en diferentes iglesias de Francia (San Join de Marnes, Museo de Toulouse), España (Santa María la Real, Sangüesa) e Irlanda (Glendalough).

Figura 56. Femme aux serpents en diferentes iglesias de Francia (San Join de Marnes, Museo

de Toulouse), España (Santa María la Real, Sangüesa) e Irlanda (Glendalough).

Los vicios o pecados capitales ya ocupaban un lugar importante para los Santos Padres de la Iglesia oriental y occidental desde el siglo III aunque ellos los calificaron más bien como tendencias que llevaban al mal. Las primeras sistematizaciones fueron debidas a Evagrio el Póntico (siglo IV) y su discípulo Juan Casiano, siendo San Gregorio Magno el que basándose en esas clasificaciones determina ya los siete pecados capitales tal y como han llegado a nuestros días y así la lujuria aparece ya en la lista de los siete pecados capitales que Gregorio el Grande establece al final del siglo VI en los Moralia in Job.

Evagrio el Póntico y Juan Casiano no hablan de Lujuria sino de Fornicación, término que indica la unión carnal fuera del matrimonio, pero que acabará designando todos los pecados ligados a la sexualidad.

En la obra de San Gregorio la lujuria es la inclinación exacerbada hacia el placer de los sentidos con lo que su campo de actuación no se limita a los órganos sexuales, consideradas zonas inferiores y viles del cuerpo humano, sino también a los ojos que miran con deseo, a los oídos que oyen melodías y palabras dulces y suaves, a la nariz que inhala perfumes embriagadores, a la boca ávida de comida y bebida excitante y a las manos responsables de contactos y actos impuros (107).

Existió por tanto una tendencia a devaluar el cuerpo y sus funciones que ya venía heredada de concepciones de Platón, Aristóteles y de los primeros ascetas cristianos como Orígenes.

La renovación teológica y pastoral que se produce en los siglos XII y XIII modifica de manera importante el aspecto del cristianismo occidental. Y es ahí cuando la figura de la lujuriosa o mujer con serpientes alcanza su protagonismo. La sexualidad es uno de los problemas que más preocupan y las mujeres son consideradas objeto de tentación y causa del pecado, cuando no agentes del diablo. Ya advierte Santo Tomás de Aquino que el peligro de la lujuria frente a otros vicios o pecados es que inflinge daños al alma, de los cuales el más grave es que afecta a la más noble de las facultades, la razón. Los sermones de la época insisten en inculcar miedo y repulsión hacia el género femenino advirtiendo de sus artimañas destinadas a embellecer su aspecto físico y así tentar a los hombres. Y así Odón de Cluny decía “la belleza

física no va más allá de la piel. Si los hombres vieran lo que hay debajo de la piel, la mera vista de las mujeres les daría nauseas. Pero si nos negamos a tocar el estiércol o un tumos con la punta del dedo ¿cómo podemos desear besar a una mujer, un saco de heces?” (108).

Uno de los ejemplos más visuales de la “femme aux serpents” está en la portada de Moissac (datado entre los años 1115-1130) en donde la mujer es casi un esqueleto de cuerpo descarnado y pechos caídos succionados por dos serpientes y con el sexo cubierto por un sapo. Otra representación que se cree anterior a ésta es la que está en el Museo de los Agustinos de Toulouse en donde una mujer desnuda es atacada por una serpiente que se enrosca en su cuerpo y se introduce en su vulva. Y en la Basílica de Saint Sernin de Toulouse de finales de siglo XI el suplicio al que se somete a la lujuriosa es contemplado por dos mujeres horrorizadas. En la misma idea, en la pila bautismal de Rebanal de las Llantas

(Palencia) otra mujer que contempla la escena parece mirar hacia otro lado (Fig. 57).

Figura 57. Pila bautismal de Rebanal de las Llantas (Palencia)

Figura 57. Pila bautismal de Rebanal de las Llantas (Palencia)

Otros ejemplos a destacar están en la iglesia de Bourg-Argental, en la Sainte Croix de Bordeaux, en un capitel de Vezelay, en la capilla sepulcral de Monmorillon, en Notre-Dame de Mailhat o en la iglesia de Beaulieu-sur-Dordogne. En España, en la catedral de Santiago, San Isidoro de León, San Martín de Frómista, San Miguel de Estella, Santa María la Real de Sangüesa o en la catedral de Tudela.

En cuanto al origen de esta representación se barajan varias ideas. En la Visio Sancti Pauli o Apocalipsis de San Pablo de mediados del siglo III las mujeres que han pecado contra la castidad son entregadas a serpientes, aunque no se especifique el lugar de la mordedura. Se cree que se basa en la tradición griega y siríaca en el que el castigo a las prostitutas era ver sus pechos devorados por monstruos de dos cabezas.

Sin embargo, muchos investigadores ven en esta representación del castigo una influencia clara de los hadices árabes. En los textos teológicos musulmanes el castigo a los libidinosos es ser picados y mordidos por alacranes y serpientes, especificando que sería en los lugares que se han besado. Los hadices tuvieron mucha influencia en los exégetas cristianos, algunos de los cuales reproducen pasajes casi al pie de la letra, siendo así como los monjes serían los responsables de la cristianización del motivo (109). Y así se destaca el párrafo escrito por un monje de Saint-Victor: “…La cortesana pasa, como el resto. Ésta, que peinaba su bella cabellera con peines de oro, que coloreaba su frente y su rostro, que decoraba sus dedos con sortijas, ha pasado a ser presa de los sapos y de la culebra, la culebra se enrolla alrededor de su cuello y muerde sus senos”.

El castigo de las serpientes para los adúlteros y lujuriosos también se asocia al suplicio a las malas madres (prostitutas que abandonan a sus hijos y no les dan de mamar) en diferentes tradiciones donde se señala el tormento con mordeduras en los senos. En la visión de San Alberico de Montecassino, en 1130, el castigo a las adúlteras y lujuriosas se amplia a las madres solteras o las que rechazaban amamantar a los huérfanos. “Dos serpientes mordían las mamas de cada una de ellas…estas mujeres eran aquellas que habían rehusado dar de beber de sus pechos a los huérfanos y bebés sin madre o que debiendo amamantarlos no lo harían”.

Y en el Libro de las Maneras del obispo de Rennes Etienne de Fougerés (1168-1178) se dice “Sapos, culebras y tortugas que cuelgan de las mamas desnudas. Ay! Cuan mal fueron entonces vistos los amoríos de las frívolas amantes”. (Eukene, p. 152, Huertas poder y seducción de la imagen)

En cuanto a la búsqueda de fuentes visuales que den soporte al origen de esta iconografía la imagen de referencia es la representación de la Tierra en la antigüedad. La Gea griega, la Tellus y Madre Tierra romanas se representaban como diosas semidesnudas ofreciendo sus pechos a niños o a distintos animales entre los que figuraba en ocasiones la serpiente (110).

En el arte carolingio se recupera la imagen de la Madre Tierra romana que aparece representada en muchas crucifixiones junto al Oceáno. Su iconografía sigue siendo mujer que amamanta a una serpiente o a niños y porta una cornucopia. En este mismo sentido en la cubierta del Libro de los Perícopes de Enrique II y datado en el año 870 está representada en la Roma pagana en la parte inferior flanqueada por las personificaciones del Mar y de la Tierra. Ésta es una mujer de senos descubiertos, uno de ellos succionado por una serpiente.

Más ejemplos en este sentido están en el Codex Aureo de San Emerano de Ratisbona hacia el 870, en un códice de la abadía de Montecassino, en las ilustraciones del Exultet en el Canto de la Vigilia Pascual y en un rollo de Exultet de la Biblioteca Apostólica Vaticana.

En la imagen que se encuentra en la catedral de Santiago de Compostela se encuentra ya la asociación entre la Lujuria y el Pecado Original. Datado en 1075-1088 presenta un busto de mujer al que dos animales similares a sapos le succionan los pechos. Esta escena está enmarcada por dos árboles por los que trepan dos serpientes que acechan su cabeza. Y en este mismo sentido los capiteles de la parroquia de San Nicolás del siglo XIII en Teza de Losa, Burgos, parecen ser representativos de esta idea ya que la mujer está en actitud serena (desnuda pero cubierta con la toca medieval) con dos serpientes que se nutren de sus pechos mientras se lleva las manos a su abdomen en donde están dibujados unos círculos

concéntricos.

La mayoría de autores que han estudiado este tema coinciden en que la transmutación sufrida por la Madre Tierra romana podía deberse a varias razones. En primer lugar, la consideración de la mujer como objeto de tentación e incitadora al pecado. La serpiente fue un animal ligado a la mujer, fertilidad y al sexo pero en la mentalidad cristiana es una criatura diabólica y maléfica. La maldición divina hace que sea la serpiente sea la encarnación del demonio y que junto con la mujer sean las responsables del Pecado Original por lo que la asimilación entre ambas está clara. Las mejores imágenes de la asimilación de la serpiente y el Pecado Original las encontramos en las serpientes híbridas con cabeza femenina o incluso

en mujeres que se arrastran sinuosas como serpientes, como la Eva de San Lázaro de Autun que se muestra en la figura 58 (111).

La danza y la música en la mentalidad cristiana también eran vistas como incitadoras al pecado o pecaminosas en sí mismas y por tanto ampliamente representadas en el románico y Edad Media. Y así, otras imágenes mostrando el pecado pero no el castigo de la lujuria muestran exhibicionistas, parejas o danzarinas que se contonean al son de la música.

La presencia de juglaresas, soldaderas, cantaderas o dançaderas durante la Edad Media era común en los espectáculos de ocio y diversión. Muchas de las especialidades artísticas eran heredadas de las bailarinas de los festines romanos especialmente de las puellae gaditanae que ya eran citadas en los versos de los poetas Marcial y Juvenal pero otras procedían de las danzarinas musulmanas. La calidad y nivel artísticas de estas danzarinas musulmanas debía ser muy alta ya que su formación se realizaba en academias-conservatorios donde se impartían especialidades como canto, danza, música, juegos malabares con sables, y también formación en filosofía, gramática, bellas artes, etc. Una de las academias con más fama fue la de Úbeda auque también había otra en Játiva. Las características que estas bailarinas tenían que reunir están descritas por Al-Masúdi, el Herodoto de los árabes o el imán de los historiadores en su libro Las Praderas de Oro del s. X. (112).

Sin embargo, las bailarinas de la época medieval tuvieron que sufrir la moral del pensamiento cristiano sobre la mujer y en ese aspecto la actividad que desarrollaban era la imagen culminante de los vicios de todas las mujeres, personificada en la nefasta Salomé. Los moralistas de la iglesia censuraban tanto a las danzarinas como a “el espectáculo indecoroso y obsceno que hacían de su cuerpo convertido en un instrumento de lujuria, señalando que las habilidades del cuerpo que se ofrece a la contemplación les acerca a las prostitutas”. Por tanto la representación tanto de Salomé como de los juglares, danzantes y acróbatas serán representaciones pecaminosas. A partir del siglo XII la representación de Salomé reflejará las evoluciones de las juglaresas de la época adoptando una postura de contorsionista

que será la favorita de los escultores y pintores de la época (113).

Imágenes muy interesantes de este motivo iconográfico y que se muestran en la figura 59 están en Moarves de Ojeda (Palencia), en San Pedro el Viejo (Huesca), en la Abadía de Canigó (Cataluña), entre otros. En ellas se observan varias representaciones de bailarinas con el cuerpo contorsionado, probablemente realizando danzas ondulantes o serpenteantes y cuya vestimenta tiene reminiscencias claramente orientales.

Figura 59. Danzarinas musulmanas A) Moarves de Ojeda, Palencia B) San Pedro el Viejo, Huesca y C) Abadía de San Martí del Canigó, Cataluña

Figura 59. Danzarinas musulmanas A) Moarves de Ojeda, Palencia B) San Pedro el Viejo,

Huesca y C) Abadía de San Martí del Canigó, Cataluña

4.5. LOS HIEROGLYPHICA, FISIÓLOGOS Y BESTIARIOS MEDIEVALES

Volviendo a las palabras de Gregorio Magno que consideraba que las imágenes no deben servir para ser adoradas, sino para enseñar a los ignorantes: “lo que los doctos pueden leer con su inteligencia en los libros, lo ven los ignorantes con sus ojos en los cuadros. Lo que todos tienen que imitar y realizar, unos lo ven pintado en las paredes y otros lo leen escrito en los libros” no se puede pasar por alto la tremenda importancia que los textos escritos han tenido para desvelar los mensajes de los jeroglíficos y para entender la iconografía de la antigüedad y de toda la Edad Media.

Gran parte del conocimiento que hoy en día se tiene sobre el simbolismo en la antigüedad viene dado precisamente por textos como los Hieroglyphica, los Fisiólogos y los Bestiarios en los que se explicaban los motivos iconográficos usados por los artistas de aquéllas épocas junto con el significado que le querían dar.

4.5.1. Hieroglyphica de Horapolo

Los Hieroglyphica de Horapolo se presentan como el único tratado del mundo antiguo sobre la escritura jeroglífica egipcia que ha llegado a nosotros. Se desconoce el texto original y sólo se dispone de una traducción al griego realizada por Filipo. Incluso no está claro quién fue Horapolo si Horapolo del Nilo, un gramático que enseñaba en Alejandría y Constantinopla durante el siglo V d. C o un filósofo conocido como “el egipcio”. En la cultura alejandrina de la baja edad antigua, el jeroglífico se presenta como un elemento visual que esconde un significado arcano, o lo que es lo mismo desconocido o difícil de conocer (114).

La estructura de los Hieroglyphica es constante. En primer lugar se señala la idea que se desea significar, posteriormente se indica literariamente (nunca visualmente) el signo jeroglífico a que corresponde y, en tercer lugar se establece una correspondencia entre contenido significante e imagen.

Este tratado tuvo notable incidencia en el pensamiento humanista renacentista posterior pues la visión de los jeroglíficos como ideogramas caracterizó la cultura de la época moderna, siendo una de las fuentes esenciales que tanto eruditos como mentores y artistas utilizaron con profusión. Supusieron para los intelectuales de esa corriente una verdadera clave para el conocimiento de la sabiduría antigua considerándose un auténtico diccionario sin el cual no se podría comprender el jeroglífico egipcio.

Los jeroglíficos que se relacionan con la serpiente y los atributos que representan son los siguientes:

Capítulo I. Jeroglíficos sobre la idea del tiempo (115):

Jeroglífico I. La eternidad: “ si quieren escribir eternidad pintan una serpiente con la cola escondida debajo del resto del cuerpo, que los egipcios llaman ureo y en griego es basilisco….Los egipcios dicen que la eternidad se revela a través de este animal, porque, aunque hay tres clases de serpientes, las otras son mortales, pero sólo ésta es inmortal, porque destruye a todos los demás animales incluso soplando encima de ellos sin morder. Como parece ser señora de vida y muerte, por eso mismo la ponen sobre la cabeza de los dioses”.

– Jeroglífico II. El universo: “ cuando quieren escribir “universo” pintan una serpiente que se come su propia cola….Cada año quitándose la piel vieja se desnuda, como el año en el universo cambiándose se rejuvenece. El que use su propio cuerpo como alimento indica que todo cuanto se produce en el universo por la providencia divina también tiende a resolverse a sí mismo”.

Capítulo VII. Jeroglíficos sobre la idea de los sentidos; otros órganos y sus cualidades (116):

– Jeroglífico II. Boca: “Para escribir “boca” pintan una serpiente,porque la serpiente no tiene fuerza en ningún otro de sus miembros excepto en la boca”.

Capítulo VIII. Jeroglíficos sobre la idea de poder (117):

– Jeroglífico I. Rey muy poderoso: “Para escribir “rey muy poderoso” pintan una serpiente ,que adopta la forma del universo y ponen su cola en la boca; escriben el nombre del rey en medio del enrollamiento…”.

– Jeroglífico II. Señor del mundo:”…pintan la misma serpiente y en medio de ella indican “casa grande”…”.

– Jeroglífico III: Rey guardián: “…pintan la serpiente vigilante, y en vez del nombre del rey dibujan un centinela…”.

– Jeroglífico V. Rey que domina una parte del mundo: “…dibujan media serpiente, representando al rey por medio del animal…”.

– Jeroglífico VI. Todopoderoso: “…completando el animal, dibujando de nuevo la serpiente entera…”.

Capítulo XI 5. Jeroglíficos sobre el odio (118):

– Jeroglífico III. Odio de la mujer al marido: “Si quieren representar “mujer que odia a su marido y conspira contra él para su muerte, y que sólo lo halaga por la unión sexual” pintan una víbora. Pues ésta, cuando se une al macho, metiendo la boca en su boca, y después de separarse, mordiendo la cabeza del macho, lo mata.”.

Capítulo XI 8. Jeroglíficos sobre la impiedad (119):

– Jeroglífico III. Impiedad con las madres: “Si quieren expresar “hijos que conspiran contra sus madres” pintan una víbora. Pues ésta no es concebida en la tierra, si no que sale tras devorar el vientre de su madre”.

Capítulo XI 13. Jeroglíficos sobre la injuria (120):

– Jeroglífico I. Hombre injuriado: “Si quieren expresar “hombre injuriado por una acusación y que por ello enferma” pintan un basilisco. Pues aquél mata a los que se acercan a su aliento”.

4.5.2. Obras del pensamiento cristiano medieval: El fisiólogo atribuido a San Epifanio y El bestiario Toscano

4.5.2.1. El Physiologus atribuido a San Epifanio fue la obra capital de la literatura eclesiástica de la Edad Media y, después de la Biblia, el más leido hasta el siglo XIII.

Partiendo de una traducción del Physiologus griego fue traducido al latín y comentado por el español Gonzalo Ponce de León en la segunda mitad del XVI. Para algunos su origen pudo ser Alejandría en el siglo II d.C. en su versión griega pero otros los sitúan en la ciudad siria de Cesarea Stratonis en el siglo III. El libro que según el especialista italiano Sbordone podría definirse como pequeño manual zoológico-simbólico, llegó a tener 200 descripciones no sólo de animales sino de plantas y piedras por lo que la obra se dividió en bestiario, herbario y lapidario (121).

En cuanto a las propiedades contenidas tanto en el Physiologus como en los Bestiarios, se podrían establecer las siguientes: a) la interpretación está basada en el alegorismo místico y religioso; b) el simbolismo moral fue utilizado como ejemplos en los sermones de los predicadores y c) los motivos de los bestiarios pasaron al dominio de los poetas cultos populares y así los bestiarios religiosos y morales se convertirán en bestiarios amorosos. En la Edad media hubo otros bestiarios famosos como el de Filipo de Thaün (1121), Pedro de Picardía, Guillermo de Normandía (siglo XIII); De animalibus , atribuido a Alberto Magno; el Llibre de les Besties de Ramon Llull; y el Bestiaire d’Amour de Fournival (siglo

XIV) (Juan Eduardo Cirlot, 2011, p. 83) y no sólo en Europa si no también de origen árabe como el “Libro de las utilidades de los animales” de Ibn Bajtisu, célebre médico sirio del siglo XI.

San Epifanio de Salamis fue obispo de Constancia y nació cerca de Gaza (Palestina) hacia el año 315. Su vida estuvo llena de querellas porque fue un ardiente defensor de la fe de los Padres y opuesto a la especulación metafísica. Se enfrentó a Orígenes, teólogo alejandrino, al obispo de Jerusalén y a los “Hermanos Largos” y a San Juan Crisóstomo. Finalmente tuvo que huir de Constantinopla a Chipre y murió en alta mar en el año 403.

Fue contrario a la veneración de imágenes de los ángeles o santos e incluso consideraba indigno que se representase a Cristo. Envió un carta a Teodosio I sobre la inconveniencia de que los cristianos tuvieran un Dios pintado y que todas las representaciones que había eran falsificaciones y debían retirarse (122).

El texto de San Epifanio dedica cuatro capítulos a la serpiente (123). Las peculiaridades de la serpiente que se describen en su libro y que se muestran en la figura 60 son las siguientes:

  1. Primera peculiaridad: dice Cristo en el Evangelio “sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas”. El Fisiólogo comenta que cuando la serpiente está vieja se le nubla los ojos, deja de comer durante 40 días y al fin busca una roca y se mete por las hendiduras para arrancarse la piel. Y de esa manera se llena de alegría y rejuvenece. La interpretación que se realizaba a este texto es que ensalzaba las bondades del ayuno para el hombre espiritual. La serpiente tiene un cuerpo alargado, y los antiguos decían que tenía el corazón cerca de la faringe y los testículos próximos a la cola; tienen veneno mortífero; carecen de patas pero se arrastran a gran velocidad, dejando clara huella; son omnívoros y muchas veces recurren a ponerse verticales apoyándose en su cola.
  2. Segunda peculiaridad: “Cuando la serpiente contempla al hombre vestido, se llena de temor y huye de él; pero si lo ve desnudo, le ataca”. Esta característica se pretende incidir sobre la mentalidad bíblica hacia el desnudo como sinónimo de algo vergonzoso. Como en el caso de Adán y Eva que cuando se dieron cuenta que estaban desnudos fueron a cubrirse con hojas de higuera, Sem y Jafet ante su padre Noé, borracho y desnudo. El profeta Jeremías personifica a Jerusalén como una mujer libidinosa que levanta sus faldas dejando bien clara su indecencia. Sin embargo, está constatado que en la versión original latina el texto era el contrario “si la serpiente ve a un hombre desnudo, le teme, pero si lo ve vestido se abalanza sobre él”.
  3. Tercera peculiaridad: “si alguna vez el hombre ataca a la serpiente, ella oculta sólo su cabeza; el resto del cuerpo lo muestra” que se interpreta como que en tiempo de peligro se debe ofrecer el cuerpo entero a la muerte y guardar sólo la cabeza, no abandonar a Cristo que sería la cabeza de todo hombre. En la antigüedad se llegó a exaltar la cabeza como parte esencial hecho que se refleja en la serpiente anfisbena que tenía dos cabezas. En ella se vio la conjunción del Bien y del Mal

    lo que pasó al arte cristiano medieval representando a Cristo y a Satanás.
  4. Cuarta peculiaridad: “cuando la serpiente se dirige a la fuente para beber, no lleva veneno, sino que lo arroja en su cueva y así viene limpia, a fin de no infectar con su veneno a los que beban de aquellas aguas”. La idea que refleja es que debemos entrar en la iglesia inocentes y puros alejando el veneno de la maldad y corrupción.

Figura 60. Imágenes de las cuatro peculiaridades de la serpiente según “El fisiólogo” atribuido a San Epifanio

Figura 60. Imágenes de las cuatro peculiaridades de la serpiente según “El fisiólogo”

atribuido a San Epifanio

4.5.2.2. El Bestiario Toscano completa la fuente del simbolismo animal. Este bestiario y otros de origen catalán de la Baja Edad Media solían ser traducciones de los originales italianos y se escribió para ayuda de los predicadores.

La característica que aparece es que la víbora “cuando encuentra a un hombre bien vestido, se le echa encima y le hace tanto daño como puede pero cuando está desnudo, le huye y tiene gran temor”. Esto se ve también en la traducción original del fisiólogo aunque parece ser que la versión de Ponce de León cambia los términos para que encaje mejor con la moral cristiana.

En la interpretación la víbora significa el mundo malvado que nos acecha y en el que cuantos más adornos y riquezas tenga el hombre, el mundo más tribulaciones y daño les dará. Si se quiere huir del mundo se debe despojar de las riquezas mundanas (al morir o por decisión propia) y esa es la manera de encontrar a Dios (124).

4.5.3. El Bestiario de Oxford.

El manuscrito Ashmole 1511 del Bestiario de Oxford (finales del siglo XII y comienzos del XIII) ha tenido una influencia decisiva en los bestiarios iluminados. Destaca por su magnífica calidad artística con 131 miniaturas pintadas a la aguada sobre fondo de oro (Figs. 61 y 62). Esta decoración es la expresión de un dominio de los procedimientos y está considerada una de las obras más importantes de la pintura inglesa de transición del románico al gótico (entre 1180 y 1220).

Figura 61. Imágenes del Bestiario de Oxford, de izqda a dcha: Serpiente (Serpens), pág. 209 (fol.78 v.), Anfisbena (Amphivena) , pág. 225 (fol.17 v.) y Áspid (Aspids),pág. 225 (fol.80 v.).

Figura 61. Imágenes del Bestiario de Oxford, de izqda a dcha: Serpiente (Serpens), pág. 209 (fol.78 v.), Anfisbena (Amphivena) , pág. 225 (fol.17 v.) y Áspid (Aspids),pág. 225 (fol.80 v.).

4.5.4. Otros Fisiólogos y Bestiarios medievales

Entre los textos más importantes y que han tenido gran influencia en la sociedad se destacan los siguientes: Naturalis historia de Gaius Plinius Secundus (23-79 d. C.), el Fisiólogo griego (siglos II-V d. C.), el Fisiólogo armenio (¿siglo V?), el Liber monstrorum de diversis generibus (siglo VI), el Bestiario de Philippe de Thaün (PT) (1121-1152), el bestiis et aliis rebus cuyos cuatro libros han sido atribuidos a Hugo de Folieto, Enrique de Gante y Guillelmus Peraldus (siglo XII), el Bestiario de Cambridge (XII), Imago Mundi de Honorius Augustodunensis (siglo XII), el Bestiario de Pierre de Beauvais también llamado Pierre de Picard(1206), el Bestiario de Guillaume le Clerc (1210), la Image du monde de Gossouin (hacia 1250), el Bestiaire d’Amour de Richard de Fournival (1252), el Bestiaire d’Amour rimé anónimo (siglo XIII), el Livre du trésor de Brunetto Latini (XIII), las canciones de amor, pastorelas, etc., de Teobaldo de Champagne, rey de Navarra (1201-1253), los Bonum universale de apibus y De natura rerum del dominico Tomás de Cantimpré (1200-1274), De animalibus de Alberto Magno (1206-1280), De arte venendi cum avibus del emperador Federico II (siglo XIII), el Bestiario en prosa de Cambrai (1260), el Nuzhatu-l-Qulub (deleite de los corazones) de Al-Qazwini funcionario persa (XIII), Bestiario del párroco Gervaise basándose en el Dicta Chrysostomi (XIII), el Roman de la Rose por Guillaume de Lorris y Jean de Meun (1235 y 1270), el Liber de propietatibus rerum del franciscano Bartolomé el Inglés (1240), el Bestiario moralizado de Gubio (siglo XIV), el bestiario provenzal Aiso son las naturas… traducción del texto de Richard de Fournival (siglo XIII), textos de viajes del franciscano Odorico de Pordenone (siglo XIII), el Libellus de natura animalium (XIV y XV),

Deas propriotas de las animanças de Jaco (XIII), manuscrito de viajes de Mandeville (hacia 1400), Bestiarios catalanes como el de Saverio Panunzio (siglo XV) y el manuscrito G y Proprietez des bestes editado por Berger de Xivrey probablemente con traducciones de Bartolomé el Inglés. Y ya a partir del siglo XVI se editan tratados y enciclopedias de zoología que, hechos con parte del saber antiguo y medieval, mantienen la tradición de los bestiarios aunque desapareciendo el trasfondo moral.

A continuación se recopilan los datos de diferentes bestiarios medievales y sus respectivas fuentes en textos de la antigüedad donde hay referencia explícita a las serpientes anfisbena y el áspid.

– Bestiario de Cambridge, 176-177: “La llaman anfisvena (Amphisbena) porque tiene dos cabezas. Una cabeza se halla en el lugar adecuado, y la otra en la cola. Con una cabeza sujetando a la otra, puede rodar en cualquier dirección, como un aro. Ësta es la única serpiente que aguanta bien el frío y la primera que sale de la hibernación. Lucano escribe de ella:”alzándose sobre sus cabezas gemelas, llega la peligrosa Amphisbaena, y sus ojos brillan como lámparas” Y el áspid quema la hierba que se encuentra cerca de su nido. Al extenderse la sequedad de su aliento, quema toda la tierra en un círculo de tres pies, y ningún ser vivo puede acercarse a menos de siete pies, y si alguien, hombre o bestia, entra dentro de este radio, con seguridad ha de morir .

– Phys. griego; Carlil, 234-235: ¿Y de qué modo atrapa el encantador al áspid? Va al lugar en que aquél se encuentra, y hace siete gavillas de plantas secas, poniéndolas a remojo siete días hasta que se pudren. Toma una varilla de siete metros de largo y se obstruye los pulmones, los oídos y la nariz, de forma que el aliento del áspid no pueda alcanzarle. Y se acerca desde lejos, con palabras de adulación, arrima y lanza sobre el áspid, una tras otra las siete gavillas. Da fuego a la primera gavilla, lo mismo a la segunda, y así con todas las demás. Cuando el encantador se aproxima, el áspid yace muy cerca mirándole, y se tapa los oídos para no oir la voz del encantador, pues si oye su voz, muere en seguida. Y cuando él hallegado a la distancia de siete metros del reptil, alarga su varilla y separa la cola de sus oídos; el áspid muere inmediatamente. Y el encantador que la ha sometido se convierte en su amo, y obtiene de ella lo que quiera”

– Bestiario de Philippe de Thaün, vv 1615-1680: “De tal índole son los ricos de este mundo: tiene un oído en la tierra, para adquirir riquezas, y el otro lo tapan con los pecados que los esclavizan: por la cola de la serpiente, has de entender los pecados humanos. El rico apetece lo que ve, sea por medios malos o justos; una vez que lo ha conseguido, no dará limosna, ni se arrepentirá de perjudicar al prójimo…” Y continúa describiendo las diferentes clases de serpientes en el mundo “….los que resultan mordidos por una, morirán de inmediato; otros se hincharán, y morirán al cabo del tiempo; otros sufrirán sed, y morirán abrasados; a otros, después de morderles, les beberán la sangre. Esto resolvió Cleopatra, experta en artes –fue reina del país de Egipto- que hizo el siguiente prodigio: las colocó a sus

pechos, y mamaron de ella con tal violencia que bebieron su sangre; la reina murió.”

– Bestiario de Pierre de Beauvais, Cahier II, 147-148: en este caso se describe al áspid cómo una “…serpiente que custodia el árbol del bálsamo; y nadie se atreve a acercarse al árbol del que mana el bálsamo, mientras vela el áspid…”.

– Preste Juan: Denis, 200: “…existe en nuestra tierra el árbol de la vida, del que procede el crisma; este árbol está totalmente seco, y una serpiente lo cuida, velando todo el año día y noche, salvo el día de San Juan, en que duerme día y noche. Y entonces nos acercamos al árbol, y en todo el año no produce más que tres libras, que manan de él gota a gota. Cuando estamos junto al bálsamo, lo tomamos y después nos marchamos rápidamente, por miedo a que venga la serpiente. Y este árbol está cerca del Paraíso Terrenal…”.

– Brunetto, 133 (I:138): distingue varios tipos de áspid: 1) áspid, que hace morir de sed al hombre que muerde; 2) príalis, que lo hace dormir hasta que muere y 3) emorois, que le hace derramar toda su sangre hasta que muere. También cita otro tipo de áspid llamado prester que va siempre con la boca abierta, y que cuando muerde a alguien se hincha tanto que fallece, pudriéndose de inmediato. Destaca que el áspid tiene una piedra muy reluciente y preciosa, a la que llaman carbunclo.

Figura 62. Imágenes de la fecundación y apareamiento de la víbora procedentes de diferentes bestiarios medievales. Bestiario de Oxford y B.M. Sloane 278 (McCulloch).

Figura 62. Imágenes de la fecundación y apareamiento de la víbora procedentes de diferentes

bestiarios medievales. Bestiario de Oxford y B.M. Sloane 278 (McCulloch).

5. OTRAS CULTURAS DEL MUNDO

“Vinieron con sus artefactos de destrucción

a romper el vínculo sagrado con la tierra

a quebrar su lengua

para negar su identidad radical.

Vinieron el jinete calculador

sobre el caballo negro del poder

y en nombre de la eficacia

mataron a seiscientos mil hijos del maíz

que con ellas vivían.

Eran con las mujeres un proyecto infinito.

Las cuidadoras participaban del destino de los hombres…)

Conavigua (Confederación Nacional de Viudas de Guatemala)

Carmen Campelo, 2012

5.1. AFRICA

En la mitología Africana, la serpiente es símbolo de realeza. En la cultura Fon, en Benin, hay un culto muy importante a la sagrada pitón y las serpientes son asociadas con la fertilidad, la lluvia, el arco iris, el trueno y el relámpago.

Benin es un país que se encuentra en el África occidental y cuya riqueza cultural es debida a la presencia de numerosas etnias como los Yoruba, Aizos, Padah, Mina, Fon, Adja, Taneka, etc. Es famoso por haber sido un importante centro del tráfico de esclavos (principalmente de las etnias Fon y Yoruba) desde el siglo XVII al XIX. La ciudad de Ouidah, pueblo costero de población mayoritaria de la etnia Fon, fue el centro de venta más importante de África.

También es conocido por ser la cuna del Vudú o Vodun (en lengua Fon “lo inefable”, “lo místico”). En esta religión los dioses son representados por fenómenos naturales como el mar, la luna, el fuego o los árboles. La veneración a Dangbe o Dangwé, el dios-serpiente, y en especial a la pitón que es su ancestro, está muy extendida en Ouidah, ciudad del antiguo reino de Xwéda. Aunque Dan o Dangwé son deidades distintas, en realidad Dan está asociado con las serpientes en general y Dangwé con la pitón real, se han fundido en algunas culturas. Para los Fon las pitones son poseedoras de salud, buena suerte y cosechas y responsables de la continuidad de su etnia. Existen Templos de pitones custodiados por sacerdotes iniciados y está totalmente prohibido matarlas e incluso molestarlas (Fig. 63). Dangwé es la deidad de la

prosperidad y del dinero y la pitón sería su forma visible y todas son sagradas en su templo (125).

Existe en Ouidah un bosque sagrado, llamado Kpassé, que tiene multitud de estatuas de los dioses del Vudú siendo una de ellas de Dan y otra de una serpiente que se muerde la cola, el ouróboros (Fig. 64). En este aspecto a Dangwé se le considera también el dios de la inmortalidad, de la duración de las cosas y de la preservación de la vida.

Entre los siglos XVI y XIX compañías comerciales holandesas, británicas, francesas, danesas, portuguesas y españolas compitieron por el dominio del comercio de esclavos en África. La rivalidad entre los estados africanos fue muy violenta ya que este comercio implicaba riqueza y poder. En Benin en 1727 el reino de Dahomey se apoderó de este comercio en detrimento de los Allada y Xwéda que fueron reducidos y esclavizados (126).

Uno de los mayores negreros fue un brasileño Francisco Felix de Souza “Chachá” (el mejor o el primer amigo del rey) que gracias a una alianza con el rey Guezo en 1818 tuvo la exclusividad de este comercio durante casi medio siglo. Se dice que fue el hombre más rico del mundo en el siglo XIX. La mayoría de esclavos llegaban a Brasil y al Caribe. Hoy en día existe en Benin una dinastía apellidada Souza y se calcula que más de dos millones de personas descienden de Souza ya que llegó a tener un harén con 1000 esposas. Y conservan la dinastía y el título de “Chachá” . Muchos de los descendientes de esclavos volvieron de Brasil a Benin y son denominados “agudás” (127).

La religión Vudú a través del tráfico de esclavos llegó al continente americano y fue la base del Candomblé en Brasil, de la Santería en Cuba, del Vudú en Haití y del Hoodoo en el sur de Estados Unidos. En estas religiones también aparecen las serpientes como símbolos y así en el Vudú haitiano, el dios Simbi cuyo símbolo es una serpientes la deidad patrón de los manantiales, lluvia, y magos.

Figura 63. Templo de pitones en Ouidah, Benin

Figura 63. Templo de pitones en Ouidah, Benin

Figura 63. Templo de pitones en Ouidah, Benin

Figura 63. Templo de pitones en Ouidah, Benin

Figura 64. Representaciones de Dangwé en el Bosque sagrado de Kpassé y en una máscara de Vudú.

Figura 64. Representaciones de Dangwé en el Bosque sagrado de Kpassé y en una máscara de Vudú.

Existe otra diosa muy venerada en el Oeste, Centro y Sur de Africa que se llama Mami Wata (Fig. 65). También es una divinidad muy apreciada entre la población descendiente de africanos en el Caribe y Norte y Suramérica. Representa el espíritu del agua y es a la vez belleza, protección, seducción y peligro. Aunque en principio era representada mitad mujer mitad serpiente, también puede ser sirena. A veces puede tener la forma de una encantadora de serpientes y ser representada con una gran serpiente (símbolo de la divinidad). En su representación hay influencias de antiguos espíritus de aguas africanos, e sirenas europeas, de dioses y dioses hindús, y de santos cristianos y musulmanes. Es sexy, celosa, y seductora y existen muchas variaciones e identidades distintas como mami watas pero también en algunos casos como papi watas (128).

Mami Wata tiene sus raíces en la tradición y mitología del sudeste de Nigeria pero la podemos encontrar no sólo en África sino en otras muchas culturas como Haití, Brasil o República Dominicana como Lasirèn, Yemanja (diosa madre en la tradición Yoruba), Santa Marta la Dominadora, Oxún, La Baleine, Agwe, Simbi, Watra Mama, etc. Uno de sus atributos es la de atraer a la fortuna y por ello se cree que su presencia se ha ido desarrollando desde los siglos XV al XXI debido al aumento de comercio entre África y el resto del mundo.

En sus características puede representar a la madre nutricia, o la madre sexy, proveedora de fortunas, sanadora de enfermedades físicas y psíquicas, personificación de peligros y deseos, riesgos y cambios, sueños y aspiraciones, miedos y presentimientos. Es por tanto capaz de representar a la vez posibilidades de deseos infinitos y destrucción.

En algunas tradiciones puede estar asociada con el sexo y la lujuria en algunos casos unida a fidelidad o en otros como en la tradición nigeriana a las mujeres sexualmente promiscuas o a prostitutas.

Esta deidad ha asimilado espíritus acuáticos nativos en otras regiones de África también representados originariamente como serpientes y en la actualidad también como sirenas.

Figura 65. Representación de Mami Wata en una figura procedente de Nigeria y en una máscara de Vudú.

Figura 65. Representación de Mami Wata en una figura procedente de Nigeria y en una

máscara de Vudú.

5.2. AMÉRICA

5.2.1. América central: Mayas y Aztecas

5.3.1. Quetzalcóatl, la serpiente emplumada

En Centroamérica existían muchas civilizaciones como Toltecas, Mayas, Aztecas, Olmecas, Chichimecas, etc. pero fueron las culturas Azteca y Maya las que tuvieron mayor trascendencia. Los Aztecas se referían a sí mismos como los Méxica. A pesar de ser culturas distintas, el panteón Maya y Azteca era complejo y en muchas ocasiones se confunde.

La serpiente fue muy importante en su religión y hasta nuestros días has sobrevivido muchas esculturas de piedra representándola. La mayoría eran serpientes de cascabel representadas en la postura de preparación para el ataque. En nahuatl, el idioma de los Méxicas, serpiente es coatl y está asociada a diferentes dioses como Quetzalcoatl (Serpiente Emplumada), Xiuhcoatl (Serpiente de Fuego), Mixcoatl (Serpiente de Nube) o Coatlicue (la de la Falda de Serpientes) madre del dios Huitzilopochtli. También se tallaban serpientes como elementos de arquitectura como paredes de serpientes que delimitaban recintos sagrados de áreas ceremoniales como en el Templo Mayor de Tenochtitlán, capital de los Mexica (Figs.

66 y 70).

La serpiente era un símbolo religioso muy importante de fertilidad y de aguas dadoras de vida, de la sangre de los sacrificios, de la habilidad y de la astucia. La Serpiente Emplumada era el mismo dios y con la misma representación entre los aztecas y los mayas sólo que con nombres diferentes, Quetzalcóatl y Kukulcán repectivamente. En el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas quichés, el relato de la creación habla de Gucumatz o la “Soberana Serpiente Emplumada” dios del mar que llamó la atención con sus destellos azules de Huracán, dios del cielo, ambos grandes sabios y que poseían gran conocimiento. Resultado de su conversación surgió la vida y el mundo tal y como lo conocemos.

El nombre Quetzalcóatl se compone de dos palabras en náhuatl que pueden tener dos significados: Quetzal puede ser “pluma verde” o “preciosos” y cóatl “serpiente” o “gemelo”. Este doble significado como “serpiente emplumada” o “gemelo precioso” demuestra también el concepto de la dualidad característico de las deidades mesoamericanas en general. Es un dios del aire y del sol. Fue el fundador de la agricultura, metalurgia y otras artes, fertilidad, vida, sol, viento, agua, lluvia, trueno e iluminación. Se le creía el inventor del calendario ritual. Y, en forma de hormiga, es el que llevó la planta del maíz a los seres humanos. Podía adoptar formas simultáneamente y así podía ser el pájaro quetzal o bien una serpiente (129).

Quetzalcoatl era el único dios del panteón azteca que se podía reencarnar en la persona del príncipe monarca de Tollán y de aquí su asociación con el sabio gobierno y las cualidades regias. Los gobernantes se adornaban con plumas del pájaro quetzal y así se podían considerar como representantes del dios en la tierra. Era por tanto protector de los reyes y sus familias Considerado Dios y hombre, hombre y serpiente, era el dios de la dualidad. Su culto se remonta en la antigüedad y la imagen más antigua que se conserva data del año 800 a. C. siendo mucho tiempo antes que la contrucción de la pirámide templo del dios en Teotihuacan en el siglo III d. C.

La conexión con la fertilidad es muy clara en el mito azteca de su concepción y nacimiento. Quetzalcoatl nació de Cihuacóatl, diosa de la fertilidad y de la tierra cuyo nombre significa “mujer serpiente” y cuyo padre fue el dios de la caza Mixcóatl o “serpiente de nube” (130).

Quetzalcoalt está relacionado con la luz del día, el pensamiento puro y la vida sana y su enemigo era Tezcatlipoca vinculado a la noche, el engaño y los ciclos de violencia.

Finalmente éste le derrotó y la serpiente emplumada tuvo que huir por el mar, en lo que hoy es el Golfo de México, en una balsa formada por todas las serpientes de la zona pero con la promesa de volver y formar otra vez el glorioso reino de Tollán. Las predicciones situaron ese momento en el año I-Junco, que fue casualmente el año que Hernán Cortés llegó allí.

Los mayas de Yucatán adoraban a la serpiente emplumada como Kukulcán, el dios del viento, de la luz y de las aguas con ciertos atributos solares. Y se le honraba especialmente como el dios del trueno. En el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, era el dios del mar y se le adoraba como un dios de las aguas superficiales capaz de provocar inundaciones (131).

En la mitología azteca otra diosa importante es Coatlícue o la de la falda de serpientes, diosa de la tierra y de la luna y madre del dios de la guerra Huitzilopochtli y también de Queztalcoatl. También se creía que se apropiaba del cuerpo de los muertos (Fig. 69).

En la mitología maya a la diosa de la luna Ixchel consorte de Itzamná, señor de los cielos y dios de la escritura y los libros, se la representa como una mujer con una serpiente como tocado. Es la diosa del parto, del tejido y de la luna. También tenía una faceta negativa y representaba al agua como elemento destructor (132).

La Serpiente Emplumada también era la responsable de la creación del pulque que era una bebida alcohólica sagrada que se utilizaba en las ceremonias religiosas. Su objetivo era alegrar a los hombres y mujeres para que bailaran y cantaran al final de su trabajo. Así decidió regalar a los humanos una bebida que avivara sus espíritus. Incluso el cactus de la pita según la leyenda nació de las lágrimas de Quetzalcóaltl por la muerte de su amada Mayáhuel, diosa de la belleza encantadora (Charles Philips, p. 204-205).

Otra deidad frecuentemente representada con serpientes era Tlazltéotl, diosa madre de la fertilidad relacionad con el parto, las inmundicias, los excrementos y la lujuria (Fig. 68). Se le solía representar habitualmente en la posición de cuclillas (típica de parto) o montando la serpiente de la sexualidad (Charles Philips, p. 208-209).

En la mitología Tolteca, el cielo se simboliza con el dios del sol mirando hacia fuera de las fauces de una serpiente.

La importancia de la serpiente en la vida de mayas y aztecas era tal que nos encontramos múltiples representaciones siendo las más destacadas las construcciones de las pirámidestemplo como esculturas en piedra o pinturas en las paredes, en adornos regios y ceremoniales como máscaras, pectorales, cinturones, en cuchillos de sacrificio, etc. y también en códices que milagrosamente pudieron ser salvados de la destrucción de su patrimonio durante la época colonial. Los códices más famosos en los que encontramos imágenes son tanto de origen indígena como de los relatos de los colonizadores y son el Mendoza (hacia 1541), el de Dresde, el Fejérváry-Mayer mixteca-azteca, el Florentino (1575-1577), el de Madrid del periodo postclásico, el Borbonicus azteca, Cospi mixteca (1350-1500), Durán (1579-1581),

etc. (Figs. 67, 68 y 70).

Sin embargo, unas de las representaciones más impactantes se encuentran formando parte de las pirámides templo como en la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá (México, aprox. 525 d. C.), la número IV o de la Serpiente Bicéfala en Tikal (Guatemala) y la de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán (México, s. VI) y cabezas de serpiente custodiaban el Templo Mayor de Tenochtitlán, capital de los méxicas.

En Chichén Itzá en la gran pirámide de Kukulcán se puede contemplar el descenso de la serpiente (juego de luces y sombras que crean la ilusión óptica que permite ver el cuerpo de una serpiente que repta desde la cima de la pirámide hasta la cabeza de la serpiente emplumada en la base) durante cinco horas el 21 de Marzo y en el equinoccio de otoño, el 22 de septiembre. La pirámide es en realidad un calendario (Fig. 71).

Mayas y aztecas seguían dos calendarios entrelazados, uno de 365 días y otro de 260 días. El de 365 o xiuhpohualli (“cuenta de los años”) constaba de 18 meses de 20 días, más 5 días al final del año. El de 260 días o tonalpohualli (“cuenta de los días o del destino”) se dividía en 13 ciclos de 20 días y cada uno tenía un símbolo de un animal y un dios asociado. El día 5 era el de la serpiente y estaba asociado a Chalchiúhtlicue, diosa del agua (133). Y también algunos de sus números eran los números serpiente.

No hay acuerdo unánime de si los mayas tenían un zodiaco como el desarrollado en occidente. Sin embargo en algunos documentos hay pruebas a favor de esta idea y así en el códice de París aparecen representados animales colgados de una banda que representa los cielos. Estos animales son un escorpión, una tortuga y una serpiente de cascabel. La constelación de las Pléyades de la tradición occidental era denominada tzab o “cascabel de serpiente”.

Figura 66. Pectoral de turquesa, México s. XV-XVI.

Figura 66. Pectoral de turquesa, México s. XV-XVI.

Figura 67. Códice Dresde con imágenes de Quetzalcoatl y de Ixchel (izqda y dcha, respectivamente).

Figura 67. Códice Dresde con imágenes de Quetzalcoatl y de Ixchel (izqda y dcha,

respectivamente).

Figura 68. Tlazltéotl , Códice Madrid.

Figura 68. Tlazltéotl , Códice Madrid.

Figura 69. Coatlícue, la de la falda de serpientes.

Figura 69. Coatlícue, la de la falda de serpientes.

Figura 71. Pirámide de Kukulkán en Chichen Itzá (México).

Figura 71. Pirámide de Kukulkán en Chichen Itzá (México).

5.2.2. América del sur: incas

La civilización de los Incas, cuyo centro fue los Andes Centrales y la región del Titicaca, fue una de las más brillantes de la Historia y de la Humanidad. En la actualidad a este espacio se le denomina Tahuantinsuyu, término rescatado de las antiguas crónicas. Tradicionalmente se habla del Imperio de los Incas, del Imperio de los hijos del Sol o del Antiguo Perú.

Los logros alcanzados son una de las cotas más elevadas de la civilización ya que desconociendo el hierro, la rueda, la escritura y el uso adecuado de los animales de carga, elaboraron una civilización que representó uno de los imperios más grandes del mundo.

Los incas eran una minoría que impuso su dominio sobre un conjunto de pueblos y una de sus mayores preocupaciones fue la legitimación de su poder. La figura del Inca sobre el que recaía el poder tenía que legitimar a su propia figura entre su pueblo y frente a los pueblos sometidos. Tanto en un caso como en otro se hizo mediante la selección de elementos religiosos e ideológicos que se expresaban como símbolos.

Una vez que moría el Inca, el poder se tomaba por la fuerza y había un tiempo de luchas entre los que tenían posibilidades de gobernar. La elección volvía a traer la tranquilidad. Y una vez nombrado el Inca disfrutaba de poder absoluto. Sin embargo algunos investigadores creen que la monarquía estaba organizada de forma dual aunque también hay referencias de un cacique principal y un segundo en el poder (134).

La religión fue elegida para la legitimación por su capacidad para otorgar carácter divino a todo aquello que toma bajo su protección. Hay numerosas crónicas que detallan las facultades mágicas del Inca, así como prodigios que realizan insistiendo sobre todo en el poder sobre las piedras.

Los atributos del inca eran el jaguar y la serpiente (Fig. 72). La leyenda cuenta que estos atributos fueron revelados a Pachacuti en una barra de cristal que vio caer en la fuente de Susurpuquio cuando volvía de Cuzco en donde su padre le había negado el derecho a defenderlo. Dentro de la barra apareció una figura que le dijo “No temas, soy el Sol tu padre; se que has de sujetar muchas naciones…”. De entre sus piernas salía la cabeza de un león o puma, mientras que otro le abrazaba los hombros y una culebra le corría por la espalda. La imagen correspondía al dios Ticci Viracocha Pachayachachi, el creador del mundo, el

verdadero Sol. Numerosos objetos como keros y pajchas o vasijas corroboran este relato que incluso forma parte importante del escudo incaico (135).

La serpiente aparece también en relatos como el que dice que el padre Sol había convertido a Atahualpa, preso por su hermano Huascar, en culebra y así pudo salir de prisión por un pequeño agujero.

Se podría por tanto resaltar la presencia de varias asociaciones simbólicas. En primer lugar Piedra/Inca, en segundo Puma/Inca/Victoria y tercero, Serpiente/Inca/Victoria. Incluso se podría ver en la aparición de la fuente una ceremonia de iniciación ya que el Inca Pachacuti se transforma en un hombre nuevo que se identifica con el dios Viracocha. Y en el caso de Atahualpa a través de la serpiente se remonta otra vez a este relato de la fuente (136).

Figura 72. Escudo del Inca Garcilaso, símbolo de la realeza cuzqueña. En la mitad derecha se aprecian los atributos de su descendencia materna el inti, la quilla, la mascaypacha y amaru (la serpiente) y Serie de los Incas, oleo de Marcos Chillitupac, donde se aprecian los atributos del Inca

Figura 72. Escudo del Inca Garcilaso, símbolo de la realeza cuzqueña. En la mitad derecha se aprecian los atributos de su descendencia materna el inti, la quilla, la mascaypacha y amaru (la serpiente) y Serie de los Incas, oleo de Marcos Chillitupac, donde se aprecian los atributos del Inca

Entre los atributos artísticos de los antiguos pobladores del Perú no sólo estaban la contrucción de imponentes ciudades de piedra, como Machu Pichu, con inmensos muros perfectamente tallados sino que también fabricaron joyas maravillosas. Además también realizaron los más finos y ricos tejidos de toda la América antigua y modelaron cerámicas muy variadas en formas y colores. Todo esto sin conocer el torno ni hornos cerrados y usando el barro como único material en gigantescas ciudades y templos.

El poder de los dioses se encontraba unido al poder político y se manifestaba en templos y tumbas monumentales. En Perú no existía escritura y el Arte se convirtió en vehículo de expresión y difusión de un muestrario de seres sobrenaturales que estaban presentes tanto en escultura y pintura asociada a la arquitectura como otros soportes completando el programa iconográfico (137).

Las primeras construcciones monumentales parecen ser templos y ya allí había representaciones de seres sobrenaturales con rasgos de felinos, serpientes, halcones, caimanes y otros animales y vegetales. Un ejemplo son los Templos Viejo y Nuevo de El Castillo (Fig. 73).

En arquitectura de adobe Chan Chan, capital del reino del Gran Chimú en la costa norte muestra muros de hasta nueve metros de altura y tres de espesor decorados con gigantescos frisos de motivos geométricos o animales esquemáticos.

Figura 73. Fortaleza de Kulap, Chachapoyas, Perú.

Figura 73. Fortaleza de Kulap, Chachapoyas, Perú.

Los textiles, fabricados en algodón y lana, también tuvieron una enorme importancia. Se fabricaban para ropa y también para mantos gigantescos funerarios decorados con sorprendentes seres mitológicos. Los más conocidos son los mantos Paracas-Nazca con dibujos de plantas, animales, figuras humanas, cabezas cortadas pero destacando la presencia de seres fantásticos mezcla de humanos y animales (Fig. 74).

Figura 74. Mantos funerarios de Paracas-Nazca

Figura 74. Mantos funerarios de Paracas-Nazca

La cerámica aparece en Perú en torno a 1800 a. C. y estaba hecha a mano. La forma más habitual era de botella con multitud de variantes. En la cerámica Nazca se decoraban con pinturas policrómicas de carácter simbólico con seres fantásticos como el ser mítico antropomorfo, el boto u orca, mítico, el gato moteado, el pájaro horrible, la criatura serpentiforme o la harpía. Los Nazca utilizaron la cerámica y textiles para transmitir sus creencias, de sus seres sobrenaturales relacionados con la naturaleza y con la agricultura y fertilidad. También hay otra tradición de cerámica escultórica en la que el cuerpo se convierte en una figura humana, animal o vegetal (Fig. 75). Este tipo de cerámica, junto con cerámica

pintada de tonos rojizos, era frecuente en la cultura Moche. Las escenas pintadas eran en movimiento y con un elevado realismo.

Los Sican y Chimú realizaban cerámicas monocromas cuya decoración era por medio de incisiones o modelado.

Los primeros datos de orfebrería se remontan a 1500 a. C. En Perú tenía características de metalurgia por su amplio conocimiento de metales y el dominio de las aleaciones de oro, plata y cobre. Para ellos el oro era el sudor del sol y la plata las lágrimas de la luna. Uno de los efectos buscados era dar impacto dramático a los edificios y se cubrían paredes enteras de templos y palacios con grandes láminas de oro o plata. Se utilizaban técnicas de martillado y repujado, aunque más tarde también la fundición al vaciado. Entre los objetos más detallados están las joyas del rescate de Atahualpa, las paredes de oro del Templo del Sol en Cuzco, el Coricancha con sus jardines de plantas y llamas en oro y plata. Y en tumbas se han encontrado narigueras nazca, láminas recortadas con cabezas de serpiente, collares del Señor de Sipán, orejeras y mosaicos de piedras preciosas. También vasijas de oro y plata similares a las botellas de cerámica de Sican de donde proceden también los tumis o cuchillos-hacha rituales (138).

Figura 75. Cerámicas con imágenes de serpientes, una de ellas con cabeza humana.

Figura 75. Cerámicas con imágenes de serpientes, una de ellas con cabeza humana.

En Perú también se han encontrado construcciones de tamaño descomunal y de forma de serpiente y cuyo origen no ha sido todavía determinado. Son las líneas de Nazca y la “huella de la Serpiente o Montesierpe todos ellos en la región de Ica.

La líneas de Nazca son dibujos de animales hechos con líneas realizadas por la técnica de barrido que se cree fueron hechos por los antiguos peruanos alrededor de 1000 d. C. utilizando métodos de escala con cuerdas para poder realizarlos a proporciones gigantescas. Casi la mitad de las figuras están constituidas por espirales y diseños concéntricos. En la categoría de reptiles hay un lagarto, una iguana y una serpiente.

La “Huella de la Serpiente” se ve también desde el aire y semeja una serpiente gigantesca que se arrastra por los cerros hasta las cumbres. Está a unos 145 Km. de las pampas de Nazca.

Esta constituida por hoyos circulares hechos en el suelo con diámetros que van desde los 80 cm a los 2 metros. Y tiene 2 Km. de largo por 15-18 m. de ancho. Hay más de 5000 hoyos unos circulares y otros cortados para delimitar el cuerpo de la serpiente. A última hora de la tarde la sombra de los hoyos hacen que tengan aspecto de escamas. Se han encontrado dos necrópolis con enterramientos y restos humanos y textiles al principio de la serpiente. Se cree que pertenecieron a una ocupación Inca tardía.

6. DEL SIGLO XIX A LA GLOBALIZACIÓN

“Aquellos fueron los años cuando los artistas sintieron la

necesidad de renacer. Para ello tuvieron que encontrar su camino

yendo hacia atrás, hacia la naturaleza otra vez, hacia lo

primitivo, y por encima de todo, hacia sí mismos”

Walter Sorell, Dance in its Time

6.1 CONTEXTO HISTÓRICO

Durante el siglo XIX la Revolución Industrial transformó drásticamente la sociedad del mundo occidental y durante la segunda mitad del siglo el cambio se hizo más evidente gracias a una serie de transformaciones sociales y culturales.

Las máquinas fueron sustituyendo al hombre y los sistemas de producción fueron mucho más eficaces. Se pasó progresivamente de un modelo económico basado en la agricultura a la industria lo que trajo el crecimiento de las ciudades. Se desarrollaron las comunicaciones y los transportes lo que modificó la apreciación del tiempo y del espacio y la percepción visual. Los progresos en Medicina disminuyeron la mortalidad y aumentaron los nacimientos con lo que la población aumentó de manera rápida.

En el último cuarto del siglo XIX surgieron numerosos inventos y descubrimientos que mejoraron diferentes aspectos de las artes como la película para fotos, cámara fotográfica, bombilla incandescente, máquina de coser, teléfono, fonógrafo, etc.

Los movimientos artísticos de este periodo fueron Arts &Crafts, Impresionismo, Japonismo, Escuela de Chicago, Naturalismo, Pos y Neoimpresionismo, Simbolismo-Arte Naïf, Art Nouveau, Nabis y Cloisonismo siendo el inicio de las vanguardias artísticas (139). En común, el espíritu de cambio y modernidad y la búsqueda de un estilo más en relación con la naturaleza y el ser humano.

Durante el siglo XIX se generó también una corriente de Orientalismo, resultado del proceso de colonización. Oriente se puso de moda y se traducen textos budistas e hinduistas, los museos mostraban colecciones de arte asiático, los teatros presentaban espectáculos chinos, filipinos, japoneses, etc., se fabricaban objetos de uso doméstico de inspiración oriental, e incluso en Nueva York se puso de moda la “danza del vientre” entre 1890-1900. Las Exposiciones Universales de Chicago, París o Londres mostraban danzas turcas, egipcias, hindús y objetos procedentes de exóticos países que aumentaron el interés y sirvieron de inspiración a artistas de la época.

Con estos antecedentes, el siglo XX comienza con una actitud muy optimista y con la idea de hegemonía del viejo continente desde el punto de vista técnico, artístico e intelectual marcada por el dominio financiero y colonial. La burguesía asentaba sus valores en el trabajo y el dinero y se confiaba que los avances técnicos y médicos supusieran la paz duradera. Sin embargo la primera guerra mundial hizo tambalearse el equilibrio mundial, económico, político y social pero sobre todo moral e intelectual y en Europa se redibujaron nuevos estados tras la desaparición de los Imperios alemán, ruso, astro-húngaro y otomano.

Fue una época de enfrentamientos ideológicos, de crisis económica e incertidumbre que fueron radicalizando posiciones políticas en gran parte de la población. En contraposición a la revolución comunista y obrera surgieron los movimientos nacionalistas con soluciones totalitarias. Y así el fascismo y el nazismo fueron tomando posiciones en la población de clase media conservadora y campesinos y obreros parados fruto de la Gran Depresión del 29. Y así Mussolini y Hitler instauran regímenes totalitarios en Italia en 1922 y en Alemania en 1933 que provocaron la II Guerra Mundial.

En el campo artístico el siglo XX da lugar a la ruptura de los valores tradicionales de belleza, color, forma y espacio. Los artistas buscan expresar un espíritu de modernidad y romper con los cánones clásicos. Por encima de todo se buscaba ser moderno y original y la verdadera función del Arte será la representación del mundo interior y de las emociones (140).

Entre 1905 y 1914 surgen las vanguardias históricas con el Cubismo, Expresionismo, Fauvismo, Abstracción, Dadaísmo, Surrealismo, etc. en los que priman la variedad de estilos y el carácter experimental aunque en todos ellos había una serie de características comunes como: a) la búsqueda de la innovación y de la libertad; b) una actitud provocadora; c) la liberación del color y ruptura de líneas, formas y perspectiva tradicionales; d) se pasa del arte figurativo al abstracto y e) la libertad de expresión alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando parámetros creativos.

El periodo que comprende el final del siglo XX y comienzos del XXI tiene una palabra que lo define y es globalización. El gran avance científico ha hecho realidad descubrimientos que han acelerado el cambio de la sociedad de una manera dramática y llevado al arte al posmodernismo con formatos multimedia en los que se combinan formatos como la pintura, escultura, fotografía con soportes audiovisuales como las tecnologías virtuales dando lugar a que las imágenes sean mostradas a través de cine, televisión, comics, graffiti, etc. e incluso a utilizar el propio cuerpo como soporte dando lugar a corrientes como el Body Art.

6.1. L’ART NOUVEAU

L’Art Nouveau es el nombre con el que se aglutinó a artistas de finales del siglo XIX de todas las tendencias que tenían en común un espíritu joven de modernidad y de cambio. Esta corriente artística aglutinó a pintores, escultores, arquitectos, joyeros, bailarines, coreógrafos, etc. de diferentes procedencias que dejaron huella no sólo en sus obras de arte sino en toda la sociedad ya que fueron motor de un nuevo pensamiento. En realidad este nombre era de una galería de arte que abrió en 1895 en París y que exponía obras de artistas jóvenes tanto pinturas como objetos decorativos y cuyo objetivo era mostrar las nuevas tendencias (141). Pero al final fue elegido para denominar a un movimiento internacional que tuvo su auge en la última década del siglo XIX y en los primeros años del XX aunque en diferentes países adoptó diferentes nombres como Modernismo, Secesión Vienesa, Jugendstil, Liberty Style, Style Métro, etc. Los objetivos de los artistas de este estilo eran romper con el arte académico y tradicional. Por un lado, querían innovar y evitar la repetición de los estilos de épocas anteriores y, por otro, crear un estilo que encajara con la naturaleza.

Una característica importante que le distingue de otras corrientes es que hace que los elementos decorativos sean autónomos dentro el trabajo artístico. En los estilos tradicionales de pintura, arquitectura y artes aplicadas los valores formales siempre habían tapado los elementos decorativos mientras que en el Art Nouveau se libera el puro atractivo visual del significado. En la mayoría de los trabajos los motivos son florales, con arabescos, con predominancia de líneas sinuosas o ritmos lineales complejos. Y entre ellas, el desarrollo de la espiral fue clave. Estas líneas tridimensionales curvas fueron definidas en color por los objetos de cristal de Tiffany o textiles de Obrist y Moser, entre otros.

En muchos casos la inspiración venía de Oriente y esto se reflejaba en patrones de dibujos y en pintores precursores del estilo. Siendo uno de los factores claves para el desarrollo de este estilo la Revolución Industrial, uno de los primeros países en los que aparecieron artistas precursores fue el Reino Unido. El pintor William Blake (1757-1827) creó un estilo basado en la decoración con líneas curvas y con figuras flotando en el espacio, crines de caballo que se convertían en llamas, plantas enroscándose, etc. En algunas de sus obras también se reflejaron temas en los que la serpiente tenía protagonismo como en los cuadros de la “Tentación de Eva” y “Eva y la Serpiente” (pintado en 1796) y en los que, a pesar de ser un tema clásico, las figuras y la actitud de los personajes ya reflejan el nuevo estilo (Fig. 76) (142).

Figura 76. La tentación de Eva, William Blake (ilustración para el Paraíso Perdido, 1808).

Figura 76. La tentación de Eva, William Blake (ilustración para el Paraíso Perdido, 1808).

La Exposición Universal de Londres de 1862 fue un momento importante en la expansión de este movimiento artístico fue que fue un escaparate para una amplia audiencia de todas las nuevas tendencias del momento. Dos hechos importantes: 1) fue el primer sitio donde se mostró mobiliario, cristal decorado y bordados inspirados en la Edad Media realizados por la compañía Morris Company y 2) lo que fue más importante, la mayor exhibición que se había visto hasta el momento en Europa de arte japonés. Estos objetos japoneses fueron inspiración oriental para muchos artistas y fueron el inicio de la fundación en 1875 de la tienda Liberty en Londres que se dedicó a artículos orientales de la mejor calidad siendo un importante promotor de Art Nouveau en el Reino Unido.

Dada la cantidad de artistas de diferentes artes representantes del estilo es muy difícil formular una única definición del estilo. Sin embargo en todos ellos había un nexo común. Se reaccionaba ante el realismo y naturalismo de los pintores tradicionales del siglo XIX y estaban influenciados por poetas que usaban el sonido, el ritmo y la palabra para reflejar emociones y sobre todo expresar en su trabajo los misterios de la imaginación.

En la decoración se volvió la mirada a la Naturaleza y se pretendía reflejar la energía rítmica y el crecimiento orgánico. Las líneas podían ser delicadas o agresivas, curvas, sinuosas, ondulantes y dinámicas.

Aunque fueron numerosos los artistas que formaron parte de L’Art Nouveau destacaré a continuación algunos nombres junto con sus obras en las cuales aparecen serpientes: 1- Gustav Klimt (1862-1918) uno de los pintores más importantes del movimiento y que fue la más importante personalidad de los artistas que formaron el Movimiento Secesionista Vienés.

Obras:

– Friso de Beethoven realizado para la XIV Exposición de la Secesión vienesa en 1902 y que causó gran escándalo. El friso representa la salvación de la humanidad a través el arte hasta culminar en la alegría y felicidad del paraíso. Se inspiró en la Novena Sinfonía de Richard Wagner en 1846 y en la letra del Himno de la alegría de Schiller. En una parte del friso está el gigante Tifeo y sus hijas las Gorgonas (una de ellas era Medusa y se representaban con serpientes en vez de pelo). A continuación están la Lujuria, la Inmundicia y la Desmesura y al final se observa, como fondo, imágenes sinuosas de serpientes (Fig. 77).

– Medicina de la trilogía Filosofía, Medicina y Jurisprudencia realizada por encargo de la Universidad de Viena en 1894. Estas pinturas fueron primero objetos de ataques por la prensa que las consideró pornográficas y acabó por retirarlas. Fueron adquiridas por coleccionistas privados pero finalmente fueron destruidas en la II Guerra Mundial por los nazis por considerarlas decadentes (Fig. 78).

– Nuda veritas que también escandalizó a la sociedad vienesa. Representa una mujer desnuda con una lámpara en la mano y una serpiente a sus pies.

2- Franz von Stuck (1863-1928) miembro del grupo de Secesión de Berlín. El pecado (Fig. 80).

3- Lucien Levy Dhurmer (1865-1953). Eva.

4- Paul Gauguin (1848-1903). Eva exótica.

5- Henri Rousseau (1844-1910). Eva y La encantadora de serpientes (Fig. 81).

6- Francisco Durrio (1868-1940) importante orfebre, escultor y ceramista que trabajó con Pablo Picasso y Paul Gauguin. Muy unido a la ciudad de Bilbao, para la exposición de su obra en el año 2013 en el Museo de Bellas Artes se eligió un broche de Cleopatra como logotipo.

Figura 77. Friso de Beethoven, Gustav Klimt (1902).

Figura 77. Friso de Beethoven, Gustav Klimt (1902).

Figura 80. El pecado, Franz von Stuck (1893).

Figura 80. El pecado, Franz von Stuck (1893).

Figura 81. La encantadora de serpientes, Henry Rousseau (1907).

Figura 81. La encantadora de serpientes, Henry Rousseau (1907).

6.2. DANZA LIBRE, BELLE EPOQUE Y SERPIENTES

La Revolución Industrial y el desarrollo tecnológico generó unos cambios profundos en la sociedad que se reflejaron en todos los ámbitos artísticos y, entre ellos, la danza no fue una excepción. Así como en la época en la que se desarrolla, se buscaba la esencia humana y se volvió la mirada a la naturaleza y a los principios ancestrales. Occidente se acercó a Oriente ya que las culturas orientales conservaron durante siglos modos de vida y filosofía relacionadas con la esencia humana primitiva (143). Y así surgió durante el siglo XIX el movimiento de “Danza Libre” que fue la base de la Danza Moderna y Contemporánea y que abogó por el movimiento orgánico basado en ondulaciones y movimientos serpenteantes. Las ideas fundamentales eran una nueva forma de entender el cuerpo, la liberación del cuerpo femenino y la educación corporal. Esto junto con un gusto por lo Oriental hizo que muchos espectáculos se basaran en

movimientos de las danzas orientales y que se inspiraran en temas como Salomé, Cleopatra, Ishtar, etc. en los que, en los decorados o en el vestuario de las artistas, muchos de los adornos fueran serpientes (Figs. 82 y 83).

Figura 82. Ejemplos de distintas joyas de la época de la Belle Epoque con motivos de serpiente.

Figura 82. Ejemplos de distintas joyas de la época de la Belle Epoque con motivos de

serpiente.

Figura 83. Sarah Bernhardt. Brazalete y fotografía como Cleopatra con una diadema en la forma de una serpiente.

Figura 83. Sarah Bernhardt. Brazalete y fotografía como Cleopatra con una diadema en la

forma de una serpiente.

Un aspecto a destacar es que estas artistas además fueron figuras importantes en cuanto a que también tuvieron relación con los movimientos filosóficos y artísticos de la época. Fueron además ejemplos de pensamiento libre, feministas, mujeres autosuficientes, que tuvieron gran influencia en la idea de una nueva concepción en el papel tradicional de la mujer.

La primera precursora de la Danza Libre fue Loïe Fuller (1862-1928) que innovó introduciendo entre otras novedades la teatralización de movimientos siendo pionera de lo que hoy en día se llama espectáculo multimedia o interdisciplinario ya que introdujo en la escena aspectos ópticos, químicos o eléctricos. Fue musa del Simbolismo y L’Art Nouveau y acabó por imponerse como la musa de la Belle Époque. El impacto de su danza en las artes plásticas fue muy importante y así pintores, escultores, arquitectos, fotógrafos, etc. se apropian de la imagen de la Danza Serpentina creada por ella y la trasladan a sus obras. De hecho el nacimiento del cine está muy ligado a esta danza ya que en 1896 Thomas Edison presenta en Nueva York la película coloreada a pincel de una danza serpentina aunque no bailada por Loïe Fuller. Y ese mismo año Louis Lumiére filmó también una danza serpentina (144).

Loïe Fuller tuvo además una influencia muy importante en figuras claves de la danza como Isadora Duncan y Ruth Saint-Denis que se quedaron impresionadas tras verla actuar en la Exposición de París de 1900.

A Isadora Duncan (1877-1927) se la considera el epicentro de la Danza Libre y la que prepara el terreno para la Danza Moderna del siglo XX creando un estilo que considera el cuerpo humano el instrumento de expresión emocional y a la danza como valor educativo. El movimiento se inspira en la naturaleza y su plástica es fluida, llena de curvas, ondulante y su ritmo obedece a la ondulación y continuidad del movimiento. Por otro lado simplifica trajes y decorados a la máxima expresión.

La tercera gran pionera de la Danza Moderna es Ruth Saint-Denis (1879-1968) que tuvo gran influencia y trabajó principalmente para el público norteamericano, al contrario de las dos anteriores cuyo trabajo se desarrolló principalmente en Europa. Desarrolló un trabajo estéticamente muy influenciado por la Danza Oriental tanto en el movimiento como en los decorados y vestuario. En la Exposición Universal de París pudo contactar con bailarinas de danza del vientre, derviches turcos, bailarines españoles, las danzas teñidas de Art Nouveau de Loïe Fuller y las pantomimas japonesas de Sada Yacco. Esa fue la inspiración para su primera danza oriental (145). Su primera inspiración fue la imagen de la diosa Isis en una caja de cigarrillos lo que inspiró en 1904 su primer espectáculo Radha basada en India. En 1906 presenta su famosa Suite india formada por varios solos uno de ellos llamado Cobras. En 1909 presenta su espectáculo Egypta donde interpreta a Egypta, a la diosa Isis y una bailarina de palacio. En 1923 presenta Las siete puertas de Ishtar en la que interpreta a la diosa babilónica.

Algunos de estos espectáculos los hará junto a Ted Shawn con el que fundó la Denishawn School of Dancing and Related Arts de la que saldrían artistas como Martha Graham y Doris Humphrey.

Sus danzas son reflejo de la danza oriental donde todo el cuerpo se moviliza con preferencia por los movimientos ondulantes y fluidos. Su estilo será ecléctico con gestos y elementos decorativos de culturas exóticas y remotas.

Carmen Tórtola Valencia (1882-1955) se inspiró primeramente en las danzas griegas antiguas de Isadora Duncan pero después las danzas de Oriente y de África fueron su motivo principal. Fue una artista muy imaginativa, misteriosa, sensual y exótica y que tuvo mucho éxito en todo el mundo. Tuvo gran relación con los intelectuales españoles de la época, como Rubén Darío y Pío Baroja, que incluso le dedicaron varios poemas (146). Emilia Pardo Bazán decía de ella que era la personificación de Oriente y la reencarnación de Salomé. Entre sus danza más famosas están la Danza del incienso, La bayadera, Danza africana, la Danza árabe y la Danza de la serpiente (Fig. 84). De ésta última se conservan varias fotografías en las que se puede ver a la artista con vestuario y decoración, tanto en joyas como corporal, en la que ella misma es la serpiente. Esta imagen es la que se muestra en la portada del trabajo.

Junto con otras contemporáneas como Isadora Duncan, Virginia Woolf y Sarah Bernhardt fue una pionera de la liberación femenina. Su independencia tanto artística como en su vida privada (fue vegetariana, abogó por la abolición del corsé que comprimía el cuerpo femenino e impedía la libertad de movimiento, tuvo una vida sexual libre, se declaró catalana y republicana y se hizo budista) y por ello fue rechazada por gran parte de la sociedad española de la época. Incluso llegó a ser satirizada por el semanario catalán humorístico Papitu y presentada como otra Mata-Hari.

Carmen Tórtola fue elegida como imagen de publicidad de la firma catalana de perfumería y cosméticos Myrurgia y por tanto aparece en multitud de carteles de estilo modernista como imagen de “Maja” uno de sus perfumes más emblemáticos.

Otras artistas importantes de la época y que tuvieron gran éxito realizando danzas serpenteantes e interpretando a personajes como Salomé o Cleopatra fueron Mata-Hari, Allan Maud y la Bella Otero. Allan Maud (1873-1956), fue también una figura importante que se convirtió en el prototipo de mujer fatal a raíz de su interpretación en La visión de Salomé en la que encarnaba todos los tópicos del personaje, sensualidad, perversidad y seducción.

Figura 84. Carmen Tórtola Valencia en La Danza de la Serpiente , 1914.

Figura 84. Carmen Tórtola Valencia en La Danza de la Serpiente , 1914.

6.3. VANGUARDIAS ARTÍSTICAS Y ÚLTIMAS TENDENCIAS

A partir de 1945 las artes plásticas van a dar lugar a numerosas corrientes artísticas como el Expresionismo, Pop-Art, Arte de Acción, Minimalismo, Povera, Arte Conceptual, etc. Además la

fotografía adquiere también carácter protagonista dentro del arte.

Numerosos artistas innovaron realizando obras claves en la cultura de la humanidad aunque cada uno con su estilo propio y dentro de diferentes corrientes estéticas Aunque en muchas ocasiones las obras de arte no representan imágenes evidentes de animales como las serpientes, algunos pintores como Dalí y Miró también las han representado en algunas de sus obras. Jo Baer, artista nacida en 1929 en Estados Unidos, considerada como la precursora del Minimalismo incorpora en sus últimos trabajos elementos orgánicos partiendo de esculturas y pinturas de la antigüedad incluso de la prehistoria. Sus trabajos figurativos siempre contienen elementos específicos como formas humanas, objetos o símbolos o conceptos (fig. 85).

Figura 85. Obra figurativa de la pintora minimalista Jo Baer.

Figura 85. Obra figurativa de la pintora minimalista Jo Baer.

Más recientemente nuevos formatos artísticos se han unido a los soportes clásicos y así la denominada cultura visual de masas es en la actualidad fuente de formas iconográficas de gran calado. El desarrollo de la comunicación masiva sobre todo en cuanto a la comunicación icónica ha supuesto una mutación tan importante que ha afectado a las raíces antropológicas de la sociedad y del conocimiento. Y un ejemplo muy claro son los graffiti que se originaron en Nueva York como género de expresión visual y que se ha difundido de manera fulminante a todas las ciudades del mundo (Fig. 86). Y a pesar de que el desarrollo económico y cultural es muy desigual en el mundo, la misma ropa, los mismos mensajes publicitarios de comidas y productos de consumo han ido solidificando fragmentos de una aldea global inconexa dando lugar a un nuevo contexto antropológico (147).

Figura 86. Mural de la ciudad de Nueva York.

Figura 86. Mural de la ciudad de Nueva York.

En la actualidad, la cultura visual que se difunde a través del conjunto de imágenes emitidas por los medios de masas tiene un papel crucial. En general estas imágenes se configuran en  muchas ocasiones en torno a expectativas estéticas, intelectuales y éticas mediocres, pero de gran calado. Su importancia es grande y su mensaje duradero ya que, por ejemplo, algunos logotipos comerciales han tenido una vigencia histórica importante manteniéndose invariables más de 100 años.

La cultura visual de masas convive también con otras manifestaciones artísticas más minoritarias como los cómics, revistas y folletos que desarrollan en su propio lenguaje y claves estéticas particulares. Al conjunto de aspectos culturales que se mueven en su entorno se le denomina cultura del fancine. A veces las imágenes de los medios de masas se hibridan con la cultura minoritaria del fancine y dan lugar a corrientes como el Pop Art y el Kitsch (148). Al conjunto de informaciones visuales que circulan en ese universo de los medios de comunicación masiva se les denomina iconosfera y abarcaría desde la imagen publicitaria, portadas de discos, envases de alimentos, fotografía de prensa, pin, etc. (Fig. 87). En todas estas imágenes están involucrados aspectos fundamentales del comportamiento cultural del hombre

contemporáneo y por ello además de ser objeto de estudio de la Historia del Arte suelen ser también objeto de la antropología, sociología, psicología, semiótica, etc.

Figura 87. Anuncios publicitarios de un bar de copas, de un zoo y de clases de yoga para niños.

Figura 87. Anuncios publicitarios de un bar de copas, de un zoo y de clases de yoga para niños.

La clave de su éxito ha sido la reproducibilidad, la mecanización de su producción, la fotogénesis de las imágenes y la ubicuidad del receptor de esa información. Esta ubicuidad ya no tiene límites desde la aparición de la imagen electrónica.

Durante el siglo XX el tremendo desarrollo e impacto de medios audiovisuales como la televisión modificó los hábitos de comportamiento y hasta generó la “ilusión” de este medio como fuente de verdad a pesar que ningún otro medio ha sido manipulado tan sutilmente por los poderes establecidos tanto en sus contenidos como en el concepto de fuente de ocio para gran parte de la población por lo que se convierte en su fuente de conocimiento primordial (149). Recordando la cita de Gregorio Magno “lo que los doctos pueden leer con su inteligencia en los libros, lo ven los ignorantes con sus ojos en los cuadros. Lo que todos tienen que imitar y realizar, unos lo ven pintado en las paredes y otros lo leen escrito en los libros”.

Ya más recientemente la imagen infográfica llegó a través del video-arte y el videojuego pero sobre todo mediante las técnicas de “realidad virtual” o nuevas redes de comunicación infográfica como Internet que se puede comparar al mito platónico de la caverna prometiéndonos otra realidad donde se pueden hacer reales todos los deseos en una ilusión de inocuidad. Estos medios pueden utilizarse como instrumentos de “alienación estupefaciente de la conciencia colectiva” o ser “enfocados hacia la lucidez liberadora” dependiendo de los poderes globales o de la dirección en la que seamos capaces de inclinar la balanza (150).

6.4. ICONOGRAFÍA CORPORAL: BODY ART

6.4.1. El tatuaje

Los diseños de tatuajes con imágenes de serpientes son bastante populares tanto en Oriente como en Occidente. La razón es que se pueden realizar en relación a los múltiples significados que puede presentar. A pesar de que se les considera símbolo de modernidad han sido utilizados en muchas culturas de la antigüedad y su práctica estaba asociada con motivaciones artísticas y también interpretaciones místicas o mágicas (en el sentido de buscar protección, suerte, etc.). La explicación más aceptada es que las motivaciones para tatuarse en la antigüedad podían ser para conectar con las divinidades, como tributo a sacrificio a una Deidad, como talismán o amuleto y como medio de protección mágica o de salud para quien lo llevaba (151).

Los datos más antiguos de los que se disponen pruebas son las marcas que muestra la figura de marfil del hombre-león de la cueva de Hohlenstein-Stadel (32000 años de antigüedad) en Alemania y la momia de Ötzi, el hombre de hielo que vivió hace 5000 años, que tiene varios tatuajes en su cuerpo se cree que con fines medicinales (152). La mayoría de ellos son líneas, en algunos casos serpenteantes.

En Egipto los tatuajes eran exclusivamente femeninos ya que todas las momias tatuadas encontradas han sido de mujeres. La más antigua que se conoce, Amunet, sacerdotisa de la diosa Hathor (diosa del amor y de la fertilidad) lleva tatuados motivos geométricos compuestos de líneas y puntos (Fig. 88). Y el dibujo más antiguo representa a Bes, dios/diosa lasciva de la diversión y de los músicos y las bailarinas (153).

Figura 88. Tatuajes de la momia egipcia de Amunet.

Figura 88. Tatuajes de la momia egipcia de Amunet.

Los maoríes y otros pueblos oceánicos han utilizado los tatuajes siempre como símbolo de la evolución y como la propia representación de cada individuo. El tatuaje comenzaba a muy temprana edad y se prolongaba toda la vida hasta que no quedaba una zona del cuerpo sin tatuar.

El tatuaje confería jerarquía y significaba el respeto comunal. Los maoríes utilizaban el tatuaje para la batalla ya que los dibujos contribuían a la estrategia de asustar a sus enemigos. Las expediciones de James Cook a la Polinesia fueron el origen del tatuaje en Occidente.

Hoy en día se siguen asociando a propiedades mágicas, los tótems u objetos de la naturaleza que son tomados como emblemas protectores de la tribu o individuo, y el deseo de identificación de la persona con el animal tatuado. Tanto el simbolismo de las culturas de la antigüedad como las imágenes utilizadas siguen teniendo muchos puntos en común, e incluso son las mismas (154). Aunque a medida que ha sido incorporado a la sociedad de hoy el papel ha pasado a ser puramente estético sin distinguir entre sectores sociales.

El tatuaje también tiene una connotación negativa importante ya que ha sido utilizado desde la época de las antiguas Grecia y Roma para marcar a los esclavos y también a aquellos considerados fuera de la ley y delincuentes.

Como otras formas de decoración/modificación corporal también se relacionaba con la sensualidad, el erotismo y aspectos emocionales. A nivel artístico se pueden encontrar dos tipos de tatuajes, los de inspiración geométrica y el tatuaje figurativo representando figuras reales, principalmente animales (Fig. 89).

Los simbolismos más habituales utilizados en los tatuajes de serpiente en la actualidad son:

– Dualidad: puede representar fuerza positiva o negativa, vida o muerte

– Sabiduría y conocimiento

– La creación del mundo

– Ciclo de renovación eterna, concepto de infinito, el ouróboros

– Relacionarla con el yoga y el concepto “Kundalini”

– Religiosos: representando diferentes diosas como la de la Luna o del misterio, de la fertilidad o de la muerte. Basándose en los mitos y leyendas de los indígenas norteamericanos, ser intermediarias de los espíritus del más allá y relacionarlas con los hombres-serpiente que viven bajo tierra y son guardianes del inframundo. En otras culturas como símbolo de creación como la Serpiente Arco Iris para los aborígenes australianos, Queztalcoatl para Aztecas o la Serpiente del Jardín del Edén en el Cristianismo.

– Relacionarlo con la salud representando el caduceo

– Como símbolo del zodiaco chino

– Representar el renacimiento y la inmortalidad

– Simbolismo sexual

Las especies más representadas suelen ser la cobra y la serpiente de cascabel, que son característicamente las más venenosas pero también las que se consideran más sagradas en

diferentes culturas.

La cobra es sagrada en la India. El dios Vishnú descansa sobre Ananta la serpiente cósmica que es una cobra de 7 cabezas y una cobra protegía también a Buda mientras meditaba o dormía.

Y ya en el Egipto antiguo, la cobra era el símbolo real, el uraeus.

La serpiente de cascabel es un símbolo muy importante para los Nativos Norteamericanos y para Aztecas y Mayas como símbolo de fuerza y fertilidad. Se le asocia con la lluvia y el agua, con la creación del mundo y de la vida y también símbolo de muerte y transformación. Su costumbre de agitar el cascabel antes del ataque era visto como símbolo de valentía. El objetivo del tatuaje es adquirir a través de él las características de lo representado, en este caso la serpiente. En general los efectos más buscados son el poder, la regeneración, la sabiduría, la fertilidad y en Occidente la tentación y el poder sexual femenino (155).

Figura 89. Tatuaje de serpiente en el brazo de un tatuador de la ciudad de Benidorm (España).

Figura 89. Tatuaje de serpiente en el brazo de un tatuador de la ciudad de Benidorm (España).

6.4.2. Cuerpo y arte en la posmodernidad

La posmodernidad como movimiento que rompe con las corrientes anteriores tuvo su origen a finales de los años 50 o principios de los 60 en Estados Unidos. Hasta ese momento, el Movimiento Moderno se había caracterizado como una forma de pensamiento dominado por la idea de la existencia de un sujeto único e indivisible (blanco, masculino y heterosexual) y caracterizado como la época de la historia, en contraste con la mentalidad antigua o primitiva, dominada por una idea naturalista y cíclica del curso de las cosas.

En la Posmodernidad las categorías de lo nuevo y de la superación no tienen vigencia. La modernidad rechazaba la periodización lineal y eso ha sido considerado por los posmodernos como una vía que pone en peligro la heterogeneidad y la posibilidad de convivir bajo el signo de lo diferencial dentro de un modelo lógico y cerrado que dificulta las probabilidades de transformación social (156).

Se destruyen las dicotomías propias del modernismo como entre interior y exterior, represión y catarsis, se diluye la angustia de la alineación pero surgen la ansiedad posmoderna, dicotomía entre lo virtual y real, reflejada en un sujeto multiplicado espacial y temporalmente.

Es el reflejo de una sociedad postindustrial en las que las relaciones de propiedad, hegemonía de la razón instrumental y el capital burgués, tal y como se conocía hasta el momento, se rompen y dan lugar a la sociedad de la información y los servicios, dónde surgen las políticas de identidad y diferencias (feminismo, etnias). Surge un complejo entramado social provocado por la descolonización y globalización originando nuevas interacciones con los medios de masas así como nuevas organizaciones empresariales como las multinacionales. Se incorporan a la iconografía posmoderna aspectos que antes eran considerados subcultura, desde lo Kitsch, a lo popular, a las imágenes de los medios de comunicación de masas o publicidad. El proceso no intenta depurar sino de atrapar su esencia. En el arte corporal se refleja una reflexión del posmodernismo sobre la influencia de hechos distantes sobre acontecimientos locales, el acceso a la información y visión de cualquier parte del mundo en tiempo real, las redes sociales con sus mundos virtuales y la aparición de un nuevo ser humano, el cyborg, que cuestiona lo orgánico, lo humano y los propios límites de la ciencia. La mezcla de sofisticación técnica, movimientos étnicos, incluso sociedades medievales, arte moderno, feminismo, etc. crea la necesidad de adquirir una capacidad catalizadora y selectiva de la información.

Las expresiones del arte posmoderno estarán dominadas por la ambigüedad entendida como multiplicidad de sentidos. También surgen expresiones artísticas de carácter antisocial y

reivindicativo en las que el cuerpo será el campo de manifestación de imágenes y acciones sexualmente violentas y de gran crudeza psicológica, simbolizando la manipulación y la reducción a un mero instrumento sufrida por el cuerpo por parte de la cultura económica dominante (157).

El cuerpo es el centro de focalización de una nueva cultura visual a través de la que se van a expresar de sectores sociales oprimidos, excluidos, como es el caso de las mujeres. Se plantean procesos de transformación, de exploración, de experiencia del cuerpo, dónde se mezclan lo ritual, lo popular y lo didáctico abriendo el campo de posibilidades y los encuentros entre diferentes géneros (teatro, danza, música, plástica, deporte, etc.). Se intenta crear una red de manifestaciones en torno al cuerpo en las que conviven las formas más arcaicas del ritual y el mito, el esteticismo y transgresión de los shows modernos y la reflexión sobre la experiencia corporal. Aparece como centro de debate y manifestación de las paradojas de la sociedad actual y casi como un lugar de resistencia política.

En este contexto en muchas manifestaciones de Body Art se desarrollan propuestas artísticas que implican al cuerpo de las mujeres. De esa manera se utiliza como un espacio de reivindicación en un intento de superar la invisibilidad y exclusión a la que generalmente estamos condenadas como colectivo. El cuerpo se convierte en un formato para narrar y expresar deseos inconscientes, esperanzas y sueños, y plasmar la realidad y falsedad de los roles femeninos.

La mayoría de artistas utilizan la danza y la performance posmoderna para establecer un medio en el que el cuerpo funciona como puente hacia la mirada mostrando desde lo mínúsculo a lo cósmico, desde el cuerpo a la mente, desde lo masculino a lo femenino y, en definitiva, la dualidad de la existencia. Todos los formatos utilizados por mujeres tanto para performance como para danza o teatro generalmente recrean un espacio múltiple, transformable y variable. Y una de las consignas que plantean es la experiencia corporal como forma transgresión al patriarcado que puede llegar incluso al castigo corporal o a la modificación física del propio cuerpo. Una de las artistas más conocidas es ORLAN que realiza una agresiva y directa aproximación hacia la violenta forma en que el cuerpo de la mujer es manipulado y agredido por los imperativos de la sociedad actual sometiéndose a operaciones estéticas continuas (Fig. 90). Este formato hereda planteamientos de las teorías del cibercuerpo, el cyborg, híbrido entre lo

orgánico y lo inorgánico, lo humano y lo artificial (158).

Figura 90. ORLAN, African Self-Hybridization, Old Ejagham Dance Crest with face of Euro- Stephanoise Woman (papel fotográfico, 2000).

Figura 90. ORLAN, African Self-Hybridization, Old Ejagham Dance Crest with face of Euro-Stephanoise Woman (papel fotográfico, 2000).

6.6. ICONOGRAFÍA Y POSMODERNIDAD EN LA DANZA ORIENTAL: ENCANTADOR@S DE SERPIENTES EN EL SIGLO XXI

El acercamiento entre Oriente y Occidente de los siglos anteriores ha dado como resultado una cultura de la integración, la globalización. Occidente, en la búsqueda de la primitiva esencia humana, adopta de Oriente todos aquellos valores y expresiones artísticas que había perdido. Y, de manera recíproca, los artistas y pensadores de Occidente han conservado expresiones artísticas que en sus países de origen se habrían perdido por falta de interés. El dualismo representado por Occidente y Oriente muestran una polarización pero a la vez una atracción mutua natural (159).

Y en el ámbito de la danza la expresión, esencia, emoción y globalidad de las artes escénicas orientales se aúnan con la sistematización de la didáctica occidental dando como resultado la presencia del símbolo de la serpiente en diferentes representaciones iconográficas de una generación de artistas que utilizan la imagen de la serpiente y las danzas serpenteantes.

Occidente rescata los valores humanísticos ancestrales a través de Oriente pero aporta la transmisión y difusión del conocimiento, la sistematización de la enseñanza y nuevas formas de expresión englobadas en el término Fusión. Las posibilidades son ilimitadas y así cada artista puede elegir diferentes fuentes que pueden proceder de danzas o expresiones artísticas de cualquier país del mundo y así pueden converger, por ejemplo, aspectos de la danza Odissi de India con el Raqs Sharki de Egipto y el Flamenco en España.

Patricia Passo, en su libro “Fusión, el universo que danza. Visión antropológica de la Danza en Oriente y Occidente” en el que hace un recorrido por la evolución del arte de la danza en Occidente y Oriente plantea brillantemente las bases comunes y universales que pueden dar como resultado la integración, la fusión que se plantea como el futuro de las artes y en una necesidad del artista de hoy en día. En el tiempo de la globalización es el tiempo de la mezcla y el intercambio cultural que de lugar a una nueva forma de fusionar los diferentes movimientos pero entendiendo las culturas que los han desarrollado y aproximándose a los pensamientos profundos y formas de entender el mundo que les dieron lugar. Fusionar no sería juntar movimientos de diferentes danzas sino mezclarlos y disolverlos unos en otros. Estos principios sustentan el método Oriental Fusion que la escuela Patricia Passo desarrolla en diferentes países del mundo (Fig. 91) (160).

En las corrientes de posmodernidad de la Danza Oriental estarían las llamadas Danza Tribal, Danza Fusión Oriental y Danza Oriental Teatral. En todas ellas con un objetivo común rescatar los valores humanísticos ancestrales tanto de Occidente como de Oriente y también de las culturas primitivas como los Nativos Americanos, Tribus africanas, etc. evolucionando a nuevas formas de expresión en las que se intuyen los objetivos artísticos descritos dentro del Body Art. En el American Tribal Style, que surgió en los años 70 en Estados Unidos de la mano de Carolina Nericcio, y que ha sido pionera y referente, la estética incluye el uso de cholis de la India, faldas de estilo gitano, pantalones bombachos de estilo oriental, joyería y adornos Bereberes o Beduinos y también es muy frecuente usar tatuajes (161).

En la Danza Oriental Teatral, Wendy Buonaventura, bailarina y coreógrafa ha llevado a escena personajes míticos como Salomé interpretando una poesía en escena sin utilizar música, un formato novedoso. Escritora de libros de referencia sobre la danza como “Serpent of the Nile: Women and Dance in the Arab World” y “I put a Spell on You: Dancing Women from Salome to Madonna” es un claro ejemplo del concepto de fusión de la Danza Oriental de hoy en día.

Hoy en dia, y dado que internet es la más potente red de comunicación infográfica es una fuente inimaginable de imágenes y es ampliamente utilizada no sólo como medio de publicidad y sino también de docencia. Y es ahí donde nos encontramos frecuentemente imágenes de serpientes asociadas a la iconografía de las Danzas Orientales mostrando características positivas en la relación con la figura femenina como son la sabiduría, fuerza y salud, características que ya se asociaban con las diosas de la antigüedad.

En este aspecto una de las figuras claves iniciadoras de este estilo es Rachel Brice (Portland, Oregón, USA) claro exponente del American Tribal Style. Su programa de sistematización y docencia basado en los 8 Elements y su herramienta virtual denominada Datura online es una herramienta tremendamente útil para el aprendizaje (Fig. 92). Como logotipo utiliza una serpiente formando la figura del número ocho. Su estilo está enraizado en la Fusión Tribal, el Tribal Americano y American Cabaret Belly Dance, así como danzas étnicas y contemporáneas y el viniyoga (162).

En nuestro país el American Tribal Style tiene ejemplos destacables como Ilham Tribal ATS que además de tener un programa homologado de docencia es responsable de espectáculos artísticos multimedia del nivel de “The two Fridas” junto a Isabel Lorenzo.

Otras propuestas en esta misma línea han llegado a la Danza Oriental desde el País Vasco a través de artistas como Amancay Gaztañaga (Alima Danza, Zestoa) que desarrolla su actividad desde una formación que abarca desde las Artes Escénicas y la Música a un conocimiento de diferentes culturas que imprimen ese carácter de fusión. Incorporando registros de corrientes innovadoras que van desde la utilización de música indie a utilizar registros teatrales en sus coreografías, consigue lograr un resultado visual sorprendente (Fig. 93) .

La Danza Oriental también se está enriqueciendo como expresión cultural con la aparición de artistas que proceden de la Danza Contemporánea como Illan Rivière que, siguiendo la estela de Rachel Brice, realiza unos espectáculos que son un referente hoy en día. Con su grupo Imajaghan ha realizado trabajos multimedia realmente muy interesantes, como “Chaque Oiseau a la Couleur de son Cri…” (163), en los que el arte corporal aplicado a la Danza Oriental da una clara visión del avance de la posmodernidad en las danzas serpenteantes (Fig. 94). En definitiva, la Danza Oriental de la posmodernidad recoge la iconografía y la herencia de las danzas serpenteantes (no sólo en movimientos sino a veces en cuanto a los personajes) fusionándola con los principios fundamentales del Body Art. En este concepto la serpiente ha

recuperado su poder universal como símbolo positivo representando la sabiduría, la fuerza y el poder.

Figura 91. Patricia Passo en el cartel del espectáculo Femme Poison de Danza Fusión Oriental (Madrid, 2013).

Figura 91. Patricia Passo en el cartel del espectáculo Femme Poison de Danza Fusión Oriental (Madrid, 2013).

Figura 92. Logotipo del programa de enseñanza 8 Elements de Rachel Brice.

Figura 92. Logotipo del programa de enseñanza 8 Elements de Rachel Brice.

Dibujo

Figura 93. Amancay Gaztañaga (Alima Danza).

Figura 94. Illan Riviere, “Chaque Oiseau a la Couleur de son Cri...”.

Figura 94. Illan Riviere, “Chaque Oiseau a la Couleur de son Cri…”.

7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

“Quien quiera que niegue la existencia del inconsciente,

supone, de hecho, que nuestro conocimiento actual de la psique

es completo. Y esta creencia es, claramente tan falsa como la

suposición de que sabemos todo lo que hay que saber acerca del

universo. Nuestra psique es parte de la naturaleza y su enigma

es ilimitado…Por lo cual, completamente aparte de las pruebas

acumuladas por la investigación médica, hay firmes bases

lógicas para rechazar afirmaciones como “No hay

inconsciente”. Quienes dicen tales cosas no hacen más que

expresar un anticuado “misoneismo”: miedo a lo nuevo y lo

desconocido”

Carl G. Jung, El hombre y sus simbolos

Desde la antigüedad imágenes de serpientes han sido encontradas en centros religiosos y públicos grabados en piedras, pinturas, frescos, y en el ámbito privado en joyas y ajuares domésticos.

La serpiente ha sido y es un símbolo universal importante en todas las culturas del mundo. En Occidente, fue muy valorada en las épocas griega y romana, y según las conclusiones de James H. Charlesworth, especialista en Antiguo Testamento y manuscritos del mar Muerto, fue admirada especialmente en la época del Antiguo Testamento y el periodo del Segundo Templo (164). También fue un símbolo muy apreciado en Oriente y en otros países del mundo.

En este estudio se ha podido comprobar que puede presentar multitud de significados y que muestra dualidad ya que podemos encontrar simultáneamente tanto aspectos positivos como negativos, vida y muerte, salud y enfermedad, creación y destrucción, etc. Todas estas características pueden ser relacionadas con sus características físicas y biológicas. Su capacidad de encontrarse en muy diferentes hábitats y de introducirse en la tierra lo que le confiere un aspecto misterioso y la creencia de la capacidad de comunicación con el inframundo o el “más allá” lo que la relaciona con el mundo espiritual. Simbolizaría lo que es ubicuo e inexpugnable. También tienen venenos que pueden producir la muerte en segundos y una gran boca que permite tragar a sus presas enteras lo que causa temor.

Su naturaleza inquietante ha fascinado a la humanidad desde la antigüedad y se ha visto como un ser telúrico y primigenio a la par que misterioso y temible. Su mirada hipnótica con la que seduce a sus víctimas, es la mirada de la vida que se renueva pero también de la muerte. La serpiente puede aparecer representada con varias cabezas siendo bastante habitual que estén en un número de siete (Fig. 95). También es frecuente encontrarla como híbrido combinada con otros animales, seres o atributos adquiriendo entonces rasgos distintivos de ellos. Y así vemos la imagen de la serpiente a menudo mezclada con características humanas y muchas representaciones que van desde época egipcia hasta obras de arte contemporáneo tienen rostro humano, siendo así frecuentemente representada la serpiente del Jardín del Edén en el Cristianismo. Cuando aparece con perilla o barba denota sabiduría y astucia. Algunas pueden tener piernas, orejas y/o pico de ave. Puede ser la cola de un león o perro o parte de un león o un toro. Junto al toro constituye un símbolo de la fertilidad que fue adoptado por las representaciones de los reyes. Incluso Nabuconodosor II dedicó la puerta de Ishtar al itinerario

procesional del dios Marduk con la inscripción “…dedico la puerta de Ishtar que yo construí con ladrillos esmaltados en azul a Marduk, mi dios y señor, robustos toros de bronce y poderosas serpientes…” (165). Con alas denotaría la viveza, movilidad y su capacidad de ser esquiva.

La serpiente de manera real o mitológica puede aparecer como un monstruo. Hombres y Gigantes aparecen frecuentemente con piernas formadas por serpientes representando la habilidad de ser escurridizas así como así como moverse rápidamente por todas las superficies en la tierra o en el agua. También pueden aparecer como el falo de un dios. Puede estar erguida como el uraeus, en círculo como el ouróboros y cara a cara con otra serpiente como en el caduceo. Puede convertirse en un bastón, ser parte de una rama o árbol o enrollarse en ellos.

A pesar de la multitud de significados a lo largo del estudio se ha podido comprobar que hay importantes similitudes en la iconografía de diferentes culturas de países en todo el mundo. Por ejemplo, muchos significados como su relación con el agua, la salud y símbolo de una vida renovada coinciden en diferentes culturas distantes en tiempo y lugar, como en los antiguos pueblos Sumerios y Mesopotámicos, Griegos y Romanos o en culturas indígenas de América. Y no sólo la idea sino el detalle bien sea en escultura, cerámica, arquitectura, joyas, etc. es común incluso en culturas enfrentadas como los Griegos y los Persas. Y, como se ha podido comprobar en la documentación analizada a lo largo del trabajo, en todas ellas hay dioses y diosas que son híbridos de serpientes o que tienen serpientes como atributo y mitos y leyendas que relatan sus vidas.

Fig. 95. Serpiente de siete cabezas en la Iglesia de San Lorenzo, Vallejo de Mena, Burgos.

Fig. 95. Serpiente de siete cabezas en la Iglesia de San Lorenzo, Vallejo de Mena, Burgos.

Podríamos decir que la serpiente es un símbolo muy complejo dado que su multivalencia y dualidad, con aspectos positivos y negativos de una misma propiedad complican su interpretación. También se ha comprobado que para acercarnos al significado del símbolo se tienen que hacer continuas referencias a aspectos religiosos, filosóficos y antropológicos en cada una de las culturas que pretendamos analizar. Es por ello que entender el símbolo desde el desconocimiento de la cultura del que procede puede dar lugar a errores de interpretación o falta de entendimiento de su significado real. Y así lo corroboran numerosos

textos de autores expertos en símbolos y mitos y en iconografía que también resaltan que hay que tener en cuenta que a veces los símbolos y sus lecturas son manipulados en beneficio de intereses particulares (166).

La serpiente significaba el mal y la muerte pero también lo bueno, la vida, la salud, la curación y el rejuvenecimiento. Puede representar temor o peligro, pero también a una diosa o conceptos como divinidad, vida, salud, curación, belleza y vida nueva. Con tantas opciones la interpretación puede resultar difícil y a veces contradictoria: el artista que representó la serpiente en su día pudo haber elegido uno o varios significados y el que ve la obra puede entender o añadir nuevos. A esto hay que añadir que el “ojo del siglo XXI” que mira la obra de arte realizada en otras épocas parte ya “a priori” de unos condicionantes culturales muy diferentes que hacen difícil la correcta interpretación si no hay textos de esa época que orienten hacia ella (167).

Como resultado de la información recopilada en este trabajo, y para la coherencia de la discusión, se ha considerado oportuno hacer dos apartados: por un lado, analizar los símbolos universales del ouróboros (serpiente que se muerde la cola) y del caduceo (dos serpientes enfrentadas) como representativos tanto en presencia como significado en culturas de todo el mundo y, por otro, la relación serpiente/mujer en cuanto a enaltecimiento y degradación del símbolo a través de la representación iconográfica de la serpiente del Árbol del Jardín del Edén y la representación de la lujuria como pecado a través de la “femme aux serpents”. En ésta segunda sección se analizará especialmente como ha evolucionado el símbolo a través de las danzas serpenteantes orientales hasta llegar a la corriente de Body Art en el que el cuerpo se utiliza como formato visual.

El ouróboros o serpiente que se muerde la cola El ouróboros en representación del eterno devenir o la vida eterna se encuentra tanto en Occidente como en Oriente y en culturas de todos los continentes y épocas (Fig. 96).

Según Heinrich Zimmer, que realizó estudios profundos de los mitos y leyendas en la India, la serpiente es la fuerza vital que determina nacimientos y renacimientos, por lo cual se identifica con la Rueda de la Vida. Esta idea también estría gráficamente expresada en la mitad clara y la oscura en el símbolo chino del Yang-Yin, lo que expone la ambivalencia esencial del símbolo y su pertenencia a los dos aspectos (activo y pasivo, afirmativo y negativo, constructivo y destructivo) del ciclo.

Figura 96. Imágenes de ouróboros en textos de diferentes culturas de todo el mundo y esculpido en un canecillo en la iglesia de San Lorenzo de Vallejo de Mena, Burgos.

Figura 96. Imágenes de ouróboros en textos de diferentes culturas de todo el mundo y

esculpido en un canecillo en la iglesia de San Lorenzo de Vallejo de Mena, Burgos.

En algunas representaciones el ouróboros se mezcla con otros símbolos como se puede ver en un disco grabado con dos serpientes en círculo y entrelazadas datado en 1200-1600 a. C. y que se descubrió en Alabama. Según Joseph Campbell, autoridad mundial de referencia en el estudio comparativo de las culturas de todo el mundo, significarían el poder de la reencarnación y los nudos las puertas de Oriente y Occidente, del ascenso y descenso, y las apariciones y desapariciones en el ciclo eterno. En el centro se muestra una palma de una mano con un ojo que si se interpretara en términos orientales sería el símbolo de “ahuyentar el miedo” (abhayamudra) con “el ojo de la compasión” que vendría a significar la compasión como fuerza impulsora del universo que trasciende y supera el dolor. Esta forma de representación es un motivo muy repetido en la tradición americana (168). También lo podemos intuir en la “mano de Fátima”, amuleto de protección muy utilizado en Marruecos y países de influencia islámica

(Fig. 97).

Figura 97. Círculo de piedra encontrado en Alabama procedente de culturas Nativas Americanas (1600-1200 a. C.) y “mano de Fátima” de Marruecos (2013).

Figura 97. Círculo de piedra encontrado en Alabama procedente de culturas Nativas

Americanas (1600-1200 a. C.) y “mano de Fátima” de Marruecos (2013).

La explicación de las múltiples similitudes que parecen unir distintas culturas alejadas geográficamente puede implicar muchos factores y, en base a los estudios de Joseph Campbell y de otros antropólogos, pueden ser interpretados como brotes culturales que en épicas tempranas se trasladaron de un lugar a otro (ej. de Eurasia a Mesoamérica) o como lo que muchos antropólogos han denominado “convergencias” que son semejanzas a las que han llegado de manera accidental pueblos sin ninguna comunicación entre sí. La idea más aceptada es que si las similitudes no son estrechas explica un desarrollo independiente pero, si las similitudes incluyen componentes inesenciales o arbitrarios (adornos, números escogidos al

azar, nombres) entonces hay que descartar un desarrollo independiente porque esas características no coincidirían por casualidad ni en un millón de veces (169).

Existe otra manera de explicar estas similitudes a través de las teorías de Rupert Sheldrake sobre los campos morfogenéticos que son campos que no llevarían energía sino información siendo utilizables a través del espacio y del tiempo, sin pérdida alguna de intensidad desde su creación. Según Sheldrake, la forma de las sociedades, ideas, cristales y moléculas dependerían de la manera en que tipos similares han sido organizados en el pasado. Esta idea iría más allá de la teoría mecanicista en la que los organismos vivos son considerados como máquinas físico-químicas y todos los fenómenos vitales explicados mediante leyes físicas y químicas. Esta teoría no está aceptada por los científicos ortodoxos que le han “acusado” de

“introducir la filosofía en la ciencia” (170).

El caduceo o serpientes enfrentadas

Otro caso de similitudes en los motivos y que demostrarían que las ideas básicas subyacentes en diferentes culturas debían ser las mismas es la imagen del caduceo. Una de las primeras y más conocida representaciones aparece en la copa ritual de libación del rey Gudea de Lagash en Sumeria datada en el año 2000 a. C. en la que dos animales híbridos (león-pájaro) abren las puertas de un santuario de donde surge el dios serpiente Ningishzida en su aspecto dual como un par de serpientes copulando. Están entrelazadas en torno a un eje axial de una manera similar al caduceo del dios griego Hermes (utilizado como símbolo de la medicina y en ocasiones como guía al renacimiento de la vida espiritual) y también a la representación del despertar de la serpiente del conocimiento y vida espiritual o concepto yoga de la kundalini (Fig. 98).

El símbolo del caduceo también aparece en sellos sumerios datados en el 2350-2150 a. C. en el que un dios le ofrece a su fiel una copa de una bebida inmortal (representación típica de la época), situada debajo de la barca lunar celeste. Detrás aparece otro personaje que es el guardián de las puertas del palacio que está tocado con un gorro en forma de serpiente y que lleva un cubo de ambrosía en la mano (imagen tradicionalmente asociada con los guardianes del árbol de la vida). En cado lado del sello hay un caduceo (Fig. 99). Algunos de los objetos que aparecen en este sello se han encontrado en otros lugares como en Sri Lanka. Allí, en la entrada de un templo budista, y con la función de proteger las puertas de acceso hay una representación del rey serpiente que lleva en la mano derecha una rama floreciente del Árbol de la Vida y en la izquierda una jarra del licor de la inmortalidad (amrita en sánscrito y ambrosía en griego), y según algunos autores estos mismos regalos son los que tenía la serpiente del Edén para Adán y Eva en el Árbol de Conocimiento del Bien y del Mal (171). Aquí ya se puede observar la diferencia entre el significado mitológico de la serpiente como salud física y espiritual (caduceo) frente al de corrupción que es el de la Biblia.

Figura 98. Copa ritual de libación de rey Gudea de Lagash. Sumeria, 2000 a. C.

Figura 98. Copa ritual de libación de rey Gudea de Lagash. Sumeria, 2000 a. C.

Figura 99. Sello de “El dios del caduceo”. Sumeria, 2350-2150 a. C.

Figura 99. Sello de “El dios del caduceo”. Sumeria, 2350-2150 a. C.

En el continente americano, en la cultura Azteca, también existen pruebas iconográficas de caduceos como el encontrado en el emplazamiento de la Venta aproximadamente en el 1200-800 a. C. La imágenes representan el caduceo o a la serpiente en distintas actividades principalmente recibiendo ofrendas (Fig. 100). Y entre los indígenas norteamericanos también existía esa representación Ya que Jeff King, chamán navajo, le contó a Joseph Campbel que había pinturas ancestrales en una cueva de una montaña sagrada para ellos de las que obtenía el polen con el que hacía pinturas rituales. Él las definía así “había en la piedra un grabado de dos serpientes entrelazadas, cuyas cabezas miraban al este y al oeste” que claramente recordaban a la imagen del caduceo (172).

Figura 100. Caduceos azteca precolombino y románico (San Lorenzo de Vallejo de Mena, Burgos).

Figura 100. Caduceos azteca precolombino y románico (San Lorenzo de Vallejo de Mena,

Burgos).

No sólo podemos encontrar alguno de estos símbolos por separado sino que también ejemplos en los que podemos ver varias representaciones a la vez. En el complejo cultural del Mississippi datado en el mismo período aparecen diferentes representaciones de serpientes en carrusel giratorio, otras que recuerdan a los guardianes de la puerta presentes en la copa del rey Gudea o al caduceo, otras con una calavera (símbolo de muerte) en contraposición a un círculo con un cruz dentro (vendría a representar el sostén y centro impulsor del mundo que en México era el símbolo de Quetzalcoatl) en el que incluso se observan un par de bailarines ornamentados que salen de una serpiente cascabel, interpretándose el motivo como la serpiente que muda la piel símbolo universal de la renovación de la vida que se despoja de la muerte,

aunque no sea representado en la forma general del ouróboros (Fig. 101).

Figura 101. Imágenes del complejo cultural del Mississippi.

Figura 101. Imágenes del complejo cultural del Mississippi.

Aunque hemos visto que la misma imagen está en diferentes culturas eso no significa necesariamente que tengan el mismo simbolismo y de hecho se ve también que el mismo símbolo puede representar ideas diferentes o que la misma idea se puede representar por diferentes símbolos. Por ejemplo en la India, la energía evolutiva del ser humano o kundalini aparece como un caduceo.

El despertar de la serpiente kundalini (de energía psíquica), habitualmente dormida y enroscada y localizada en un centro de la base de la columna vertebral, a través de la adquisición de conocimientos y de la práctica del yoga, hace se despliegue hacia la cabeza y que el individuo desarrolle elocuencia, intuición y talento literario. Y algunos autores establecen relación de este concepto con pasajes bíblicos como el que se relata en el libro del éxodo cuando la vara de Moisés se transforma en serpiente, éste dice: “Por favor, Señor Yo no he sido nunca hombre de palabra fácil…sino que soy torpe de boca y lengua” pudiendo dar a entender que había despertado a la kundalini (173).

Y Carl Jung señala que los gnósticos asimilaban la serpiente al tronco cerebral y la médula, constituyendo un excelente símbolo de lo inconsciente que expresa su presencia repentina, inesperada, su interposición brusca y temible. Añade que, psicológicamente, es un síntoma de la angustia y expresa una anormal animación del inconsciente, de una reactivación de su facultad destructiva.

Resulta interesante destacar que en la cabeza de una figura de piedra encontrada en Göbelik Teke, Turquia, (Fig 18, apartado 2) de la primera religión organizada de la que hay constancia y también en máscaras de Vudú en Benin (Figs 64 y 65, apartado 5), se representa una serpiente ascendiendo por ella.

Según Joseph Campbell la práctica del yoga y el concepto kundalini podría ya intuirse en una imagen encontrada en el valle del Indo datada en el 2000 a. C. lo que explicaría esas múltiples referencias y similitudes en patrones iconográficos posteriores (Fig. 102).

Figura 102. Deidad con adornos y serpientes. Valle del Indo, 2000 a. C.

Figura 102. Deidad con adornos y serpientes. Valle del Indo, 2000 a. C.

Podríamos concluir por tanto que se deben tomar con cautela las interpretaciones generales de los símbolos ya que la representación puede ser la misma en diferentes culturas pero tener diferente significado o encontrarnos modificaciones sobre el mismo tema. Las similitudes de representaciones que se han encontrado en culturas mesopotámicas, hindúes, del sudeste asiático y de nativos americanos descritas anteriormente se cree que tienen su origen en las tribus protoindoeuropeas adoradoras del Sol y la Serpiente que llegaron a la India y de ahí se dispersaron al sudeste asiático y muy probablemente al continente americano (174).

Serpiente y figura femenina

La serpiente ha estado íntimamente ligada a la figura femenina desde la antigüedad como se ha demostrado a través de numerosas pruebas arqueológicas. Y así se han encontrado numerosas diosas serpiente o diosas cuyos atributos son serpientes asimilando las facetas positivas del símbolo como vida, fertilidad, salud y también belleza y sensualidad.

Resulta interesante destacar dos facetas en las que la mujer y la serpiente tenían especial relación. Por un lado, se ha demostrado que en la antigüedad la mujer era la principal responsable de la realización de los ritos religiosos y sociales y que las sacerdotisas utilizaban serpientes en sus ceremonias. Eso les permitía ponerse en contacto con los dioses, diosas y el “más allá”. El papel de la figura femenina era tan importante que en el culto a Cibeles los sacerdotes se vestían como mujeres, se dejaban el pelo largo y se autocastraban como ceremonia de iniciación. Por otro lado, la salud en muchas culturas primitivas era

responsabilidad femnina y los chamanes eran mujeres u hombres “afeminados” que se vestían como mujeres o que se sometían a tratamientos para feminizarse. Y como hemos visto unas de las más importantes características de la serpiente era como mensajera del más allá, la fertilidad y la salud ya que de ella se obtienen muchas sustancias terapéuticas.

Hay un momento de la historia de Occidente crucial en el que la consideración de la serpiente, y en paralelo la de la mujer, cambió radicalmente, y este fue el Cristianismo. La serpiente pasaría de ser adorada como símbolo de la fertilidad y la vida a ser relacionada con el pecado y el Mal y como consecuencia en una de las principales representaciones del Diablo. En el Cristianismo la serpiente se convierte en protagonista de la primera desobediencia humana y de la expulsión de un jardín idílico, el del Edén, de Adán y Eva. Y ya en el Génesis se cita a la primera pareja humana, dos árboles, un jardín situado en Oriente y un animal que habla. Es el reptil quien convence a la mujer de romper la prohibición de comer del árbol del Conocimiento, del Bien y del Mal. Y es ahí donde se convierte en el animal más impío de la tierra y antagonista demoníaco de la divinidad y sus fieles.

En el Génesis se convierte en el símbolo del mal y en la figura de Satán y allí aparecen tres aspectos básicos del símbolo como son: a) juventud ya que se le otorga un conocimiento esotérico de la vida; b) sabiduría sobrenatural ya que se da a entender que la serpiente había sido creada con anterioridad y que conocía el árbol y sutilmente convence a Eva que es tan sabia como ella y la invita a compartir esa sabiduría y abrir el camino para el conocimiento y la verdad que pretende cerrar Dios con la prohibición de comer del árbol; y c) caos ya que asume la culpa de la destrucción del orden y de ser símbolo del demonio. Además ensucia la relación entre el hombre y la mujer. Estos aspectos también aparecían en las culturas del antiguo Oriente como Mesopotamia y Egipto (175).

A la serpiente en las creencias populares siempre la han considerado un animal astuto e inteligente a la vez que temido por ser inquietante. Y así como en el poema de Gilgamesh éste es engañado por la serpiente que le roba la hierba de la vida eterna, instituyendo la muerte en el mundo, de la misma manera la serpiente es la encargada de tentar a Eva. Para muchos autores el ofidio es un trasunto de la propia Eva, o de la mujer misma y de su poder vivificador. Eva sería en definitiva la diosa serpiente de la vida a la que se quería despojar de prestigio simbólico (176).

Desde entonces la serpiente se presenta asociada a la mujer a través de la figura de Eva, que con su falta acarreó la muerte y el pecado y, para muchos autores, es la base en la que se fundamenta el ideario de misoginia que se ha desarrollado durante siglos hasta la actualidad. Así mujer y serpiente simbolizan el Mal, por tanto la serpiente en el ideario cristiano tiene que ser vencida en el mundo de lo sobrenatural y, en paralelo, en el mundo material, la mujer dominada y vigilada por el varón (177). De esa visión se derivó un desprecio que se traducía en la atribución genérica a la mujer de una serie de defectos y faltas que, de no ser controlados, podían causar graves daños a la comunidad. Ese control debía estar en manos de padres, hermanos o maridos.

Esta visión no era exclusiva del pensamiento cristiano sino que también en el mundo Oriental, en Egipto, en pueblos mesopotámicos y persas se desarrolló el mismo ideario de la idea del Mal y así se dio forma al sistema de dominio y explotación de la mujer, alimentado a través de las creencias religiosas. Este es un hecho común desarrollado en todas las religiones centradas en lo masculino como el Judaismo, Islam y Cristianismo.

En esta misma dirección gira la imagen de otra mujer, Lilith que, según el Alfabeto de Ben Sira, existió antes que Eva, que fue la primera esposa de Adán. Según cuenta el relato Lilith se rebeló porque Adán quería tratarla como a cualquier otro animal del Paraíso, en especial quería imponerle una postura de inferioridad en el acto sexual. Lilith se negó y escapó del Paraíso seduciendo al mismo Yahveh. Se escondió en una cueva y tomó por amantes a los demonios del mundo. En venganza, Yahveh mandó a tres ángeles que exterminaron cada día a 100 de sus hijos ante su negativa a volver y quedar sometida al varón. Desde entonces, ella procuraba la muerte de los recién nacidos de los humanos. El mensaje es claro, “la mala esposa que no se somete a la voluntad de su marido sólo puede esperar convertirse en un monstruo sanguinario enemigo de la descendencia legítima” (178).

En los primeros siglos de Cristianismo, algunos Padres de la Iglesia y monjes en los monasterios a través de sus textos y de la iconografía fueron difundiendo y consolidando la trilogía mujer-pecado-serpiente pero no fueron los primeros sino que ya estaba organizada en el ideario cultural de Grecia y Roma. También allí se utilizó la figura de la serpiente con el objetivo de devaluar la figura femenina. Así por ejemplo, con el mito de la lucha entre Apolo y Pitón, diosa serpiente, se representaba la victoria de la divinidad masculina sobre un culto telúrico representado por la serpiente, imagen de la tierra, y de la mujer. También el mito de Poseidón y Atenea refleja bien el desplazamiento de la feminidad en la primitiva religión griega. Cecrops, primer rey del Ática, mitad humano y mitad serpiente, decidió que Atenea debía tener hegemonía sobre la zona ya que su descubrimiento del cultivo del olivo era mejor

para la humanidad que el mar de agua salada que hizo brotar Poseidón en la Acrópolis. La furia

de Poseidón le llevó a inundar todo el Ática y Cecrops temeroso condenó a las mujeres atenienses quitándoles el derecho a votar, prohibiendo que los hijos llevaran el nombre de sus madres y despojándolas del título de ciudadanas. Y no era mejor en el terreno social y filosófico que también devaluaron a la mujer como ser social, sujeto pensante e incluso persona física (179).

La mujer será deseada y estimada a la par que despreciada. Una de las explicaciones que se ha dado a este miedo y temor a la mujer, especialmente en el Cristianismo, es que en el pueblo hebreo y otros pueblos semitas se creía que a la mujer le estaban reservadas experiencias religiosas trascendentes y que tenía una especial predisposición para entrar en contacto con lo misterioso de una manera sencilla y natural. Incluso en el Antiguo Testamento aparecen mujeres con capacidad de profetizar (Débora, María, Julda, Noadias y Maher) y cuya presencia probablemente se apoyaba en sacerdotisas y adivinas de pueblos vecinos. Un ejemplo está en Samuel (1, 28, 13-14) en el que relata que el rey Saúl consultó a la nigromante de Endor que actúa como medium evocando al espíritu que habla a través de ella y que predice la muerte de Saúl y el futuro reino de David. A esta mujer se le denominaba pythonissa (180).

Está demostrado que con el Cristianismo, y como se ha hecho en muchas religiones, se fueron sustituyendo dioses y diosas por personajes propios y se sabe que durante mucho tiempo Mitra y Esculapio, dioses representados con serpientes, fueron rivales importantes de la figura de Cristo. Según Mircea Eliade, que junto con Joseph Campbell es uno de los más prestigiosos estudiosos de símbolos y mitos, también se ha visto en Eva la heredera de una diosa fenicia arcaica del mundo subterráneo personificada por la serpiente y que fue el origen de que se representara a todas las demás deidades mediterráneas llevando una serpiente en una o ambas manos.

Curiosamente durante los primeros siglos del Cristianismo la serpiente no fue siempre maligna y, al contrario de lo que se piensa, no fue sustituida sino que se deslizó en el ideario cristiano permaneciendo con su significado positivo. Por ejemplo en forma de vara de Moisés que se convierte en serpiente ante el faraón (éxodo 4, 1-5) y que más tarde utiliza para golpear una roca en el desierto de la que salió agua que es un elemento unido a la serpiente como restauradora de vida (Números 20, 7-11). O para salvar a los israelitas de la picaduras de las serpientes en el desierto. Este sería otro ejemplo de la dualidad del símbolo, capaz de provocar vida y muerte.

En el libro de los Reyes 18 se habla de que en el templo de Jerusalén se adoraba una serpiente de bronce llamada Nejustán, que bien podría ser la fabricada por Moisés. El rey Ezequías (719-691 a.C.) destruyó la estatua pero más adelante, durante la época de los Macabeos (siglo II a.C.) la serpiente se había incorporado a la propia imagen de Yahvé. Y durante una época la “buena serpiente” estaba en el culto de los primeros cristianos. Existen muchos problemas al analizar estas representaciones iconográficas de esa época ya que fueron muy variadas y a veces contradictorias para un mismo personaje con lo que es

difícil establecer su significado exacto. A esto hay que añadir que durante los primeros años del Cristianismo no era bien visto representar imágenes por una prohibición divina establecida en

el Éxodo 20, 4. Curiosamente esa misma prohibición está en la Sura 5:92 del Corán.

Durante los primeros siglos del cristianismo y lo que según Campbel sería “una de lasvictorias de la perspicaz serpiente del Edén sobre el dios que la había despojado de su jardín y su árbol”, existieron las sectas cristianas de los ofitas (del griego oftx, serpiente) que veneraba a la serpiente del jardín como la primera aparición del Salvador. En su aparición como serpiente habrían “instado al hombre a que desobedeciera al dios recién llegado al jardín que ahora quería guardar para sí el fruto del árbol de la vida eterna”. Otra secta era la de los peratas (del griego peratox “del otro lado” que corresponde al sánscrito paramita “de la otra o lejana orilla”) y que también adoraban a la serpiente como símbolo de Yahvé.

Incluso en el Génesis para Isaías las serpientes aladas son agentes de salud, de la purificación y de la redención divinas, además de representar majestad y soberanía, dominio y protección (181).

Se han encontrado numerosas pruebas de culto a la serpientes en Palestina y Próximo Oriente, siendo común entre los Cananeos y territorios vecinos y cuyo culto perdura desde el final del Calcolítico a la época persa (182) Según diferentes autores se cree que tienen asociaciones sexuales con divinidades femeninas de Babilonia, Egipto, Asiria y Fenicia y que en Israel se introdujo por influencia de la tierra de Canaán, donde la serpiente aparece rodeando la zona genital de las diosas atribuyéndole el poder de la vida de la Naturaleza que emerge desde la tierra y emana de la diosa, representando un símbolo fálico. También en Palestina y zona limítrofes se les relaciona con el agua, fuente de vida y en muchos vasos litúrgicos, santuarios y decoraciones hay serpientes ascendiendo por jarras. Y en Babilonia en Año Nuevo

los ritos eran presididos por un ídolo en forma de serpiente, que se trasladaba procesionalmente

(183).

A pesar del pensamiento que demonizaba a la serpiente y a la mujer y como prueba que “la buena serpiente” ha estado presente a través de los siglos en obras de autores occidentales  podemos encontrar representaciones que, con el tema central del Jardín del Edén, parecen mostrar ciertas discrepancias con la corriente “oficial”. En especial son destacables aquellas en las que la serpiente con cabeza femenina muestra una actitud amable y de compasión hacia Eva (Figs. 105 y 106); representaciones en las que Adán no parece ser inocente del Pecado Original (Fig. 104); otra en la que la serpiente parece que intenta defender a Eva frente a la muerte (Fig. 104); las que en la escena se completa con inscripciones con doble sentido (fig. 103) o en las que el árbol es una planta alucinógena (Fig. 108). Incluso podemos observar en el Jardín del Edén, de El Bosco, cómo la serpiente está en un árbol pero lejos de Adán y Eva (Fig. 107). Y,

según algunos expertos en iconografía, Miguel Ángel en la Capilla Sixtina dejó su opinión discrepante con la ideología eclesiástica oficial a través de algunas imágenes de sus frescos como por ejemplo en la recreación de Minos o Midas, juez de las puertas del infierno que es representado con orejas de burro en relación al juicio que hacía y con una serpiente mordiéndole los genitales indicando su condición de “castrati” muy del gusto de los papas de esa época (Fig. 106) (184).

Figura 103. Pátera de Vidrio de Augsburg (350 d. C.) En la inscripción con un doble mensaje “VIVAS IN DEO P(ie) Z(eses)” que admite dos traducciones “Vive en Dios piadosamente y vivirás” si se hace referencia al latín o “Vive en Dios, bebe, y vivirás” si se hace al griego.

Figura 103. Pátera de Vidrio de Augsburg (350 d. C.) En la inscripción con un doble mensaje

“VIVAS IN DEO P(ie) Z(eses)” que admite dos traducciones “Vive en Dios piadosamente y

vivirás” si se hace referencia al latín o “Vive en Dios, bebe, y vivirás” si se hace al griego.

Figura 104. Eva y la muerte y Adán y Eva de Hans Baldung Grien, 1531.

Figura 104. Eva y la muerte y Adán y Eva de Hans Baldung Grien, 1531.

Figura 105. Serpiente con cabeza humana de Jacopo della Quercia 1425-28 y Paolo Ucello 1431-36.

Figura 106. Capilla Sixtina. Miguel Ángel, 1509-10. Adán y Eva y Midas-Minos, el juez de las puertas del infierno.

Figura 106. Capilla Sixtina. Miguel Ángel, 1509-10. Adán y Eva y Midas-Minos, el juez de las puertas del infierno.

Figura 107. El Jardín de las delicias, El Bosco. Detalle de la serpiente en el árbol y de Eva y Adán.

Figura 107. El Jardín de las delicias, El Bosco. Detalle de la serpiente en el árbol y de Eva y

Adán.

Figura 108. Árboles del Jardín del Edén de la Iglesia de Plaincourault (Francia, s. XII) y de Sant Sadurni d’Osormort (Osona, España).

Figura 108. Árboles del Jardín del Edén de la Iglesia de Plaincourault (Francia, s. XII) y de Sant Sadurni d’Osormort (Osona, España).

En Oriente, las representaciones similar sería la imagen del Árbol de la Vida como el que se observa en la (Fig. 109). En la escena se observan dos personajes a cada lado del árbol y detrás de ellos dos serpientes alzadas en los laterales. Para Joseph Campbell la diferencia fundamental es que mientras Occidente comió del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y se centró en el conocimiento científico y en los conceptos de lo lícito e ilícito, en Oriente se comió del Árbol de la Vida y se dedicó a experimentar ese misterio (185).

Figura 109. Diosa del Árbol de la vida llamada Gula-Bau junto a su hijo-esposo Dumuzi, hijo del abismo (época Sumeria).

Figura 109. Diosa del Árbol de la vida llamada Gula-Bau junto a su hijo-esposo Dumuzi, hijo del abismo (época Sumeria).

Serpientes, mujeres y lujuria

En los siglos XII y XIII se produce una renovación teológica y pastoral que modifica de manera importante el aspecto del cristianismo occidental. Y es ahí cuando la figura de la lujuriosa o mujer con serpientes alcanza su protagonismo. La sexualidad en esa época es uno de los problemas que más preocupan y las mujeres son consideradas objeto de tentación y causa del pecado, cuando no agentes del diablo. Los sermones de la época insisten en inculcar miedo y repulsión hacia el género femenino advirtiendo de sus artimañas destinadas a embellecer su aspecto físico y así tentar a los hombres.

La “femme aux serpents” imagen de una mujer desnuda mordida en los senos por serpientes y sapos fue característica de la representación de la lujuria durante la Edad Media. El Pecado Original explica que sean serpientes y también el ideario de San Pablo en el siglo IV y libros de obispos como el de Rennes (1168-1178) que dice “sapos, culebras, y tortugas que cuelgan de las mamas desnudas. Ay! Cuán mal fueron entonces vistos los amoríos de las frívolas amantes”. Y no sólo en el Cristianismo sino que en el Islam el mismo castigo reciben también los libidinosos en el infierno, con serpientes y alacranes mordiéndoles dónde se hubieran besado (186).

La “femme aux serpents” fue una imagen muy difundida en Occidente y presente en multitud de templos románicos y de la Edad Media. La profesora de la Universidad del País Vasco Eukene Martínez de Lagos, cuyas publicaciones son referencia en este tema, sitúa el origen de esta imagen en las representaciones clásicas de Gea, Tellus o Madre Tierra, que era mostrada amamantando a todas las criaturas, y que se iría metamorfoseando por la cristiandad hasta llegar a la lujuria y su castigo. La mujer no amamanta a los animales sino que es atacada por ellos. Y según, así se va consolidando durante la Edad Media el pensamiento misógino y la imagen de la mujer como el pecado en sí misma. A menudo se la representaba junto a un “Green man” u hombre de los bosques, que era su pareja (Figs. 110 y 111).

Esta idea tuvo como mayores defensores a los monjes de los monasterios. Dado que la castidad era uno de sus principales votos, la lujuria era el objetivo a vencer. Y en el pensamiento de los grandes abades y reformadores de las órdenes monásticas se temía a la mujer “la mujer es casi tan poderosa como el demonio. Ella es su instrumento, y él la utiliza para ocasionar la ruina de los santos”. Y estaban tan seguros de sucumbir a su tentación que no querían que los monjes estuvieran expuestos a ella. San Bernardo decía “vivir con una mujer sin ceder al peligro es más difícil que resucitar a los muertos”. Incluso la regla de la orden de Cluny no permitía que ninguna mujer traspasara los límites del monasterio. Y en las reglas del Císter ni siquiera se les permitía acercarse a las puertas del monasterio y se rechazaba incluso la limosna de una mujer. Si una mujer entraba en la iglesia, el servicio religioso se

suspendía, el abad era castigado y los hermanos castigados a pan y agua (187).

Sin embargo, no se puede señalar como responsable de esa imagen de pecado sexual a la religión cristiana exclusivamente. La moral estoica del mundo clásico ya planteaba esta afinidad a la ideología cristiana en algunos aspectos con respecto al sexo. Los estoicos condenaban determinadas actuaciones o modelos de relación en base a una serie de principios sociales. Y en muchos cultos paganos la castidad o la abstinencia sexual ya existía como valor religioso. En los cristianos además se añadía la idea de que el sexo y la mujer acercaban al mal. Así, mujer, sexo y Satán aparecen íntimamente unidos.

Figura 110. “Femme aux serpents” y “Green man” Iglesia de San Nicolás en Teza de Losa.

Figura 110. “Femme aux serpents” y “Green man” Iglesia de San Nicolás en Teza de Losa.

Figura 111. “Femme aux serpents” y “Green man” Iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena

Figura 111. “Femme aux serpents” y “Green man” Iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena

Según los expertos en el tema los factores del mundo clásico implicados en que la serpiente y figura femenina adquirieran connotaciones negativas estaría la mostruología femenina (Hidra, Gorgonas, Lamia, Medusa) la magia y brujería (Hécate), los cultos fálicos (Hermes, Dionisos), misterios palingenésicos (Dionisos, Demeter) filósofos como Platón, Aristóteles y corrientes cómo los estoicos junto con ideas y estructuras patriarcales en el ámbito de la familia y legislación. Después vino el Judaismo con el tandem Eva/Serpiente y la idea del pecado y caída de los ángeles y finalmente el Cristianismo con San Pablo y la analogía Serpiente/Satán.

También en este aspecto, y durante un tiempo, hubo un reducto aparente en el que se refugió la antigua imagen de la feminidad que fue la herejía. Durante los primeros siglos del Cristianismo una de las más atrayentes fue la de los gnósticos que recuperaban muchos elementos de viejos cultos y creencias del pasado reciclándolos para el cristianismo. En un apócrifo gnóstico nos encontramos con este relato del Génesis: Entonces el Principio Espiritual femenino llegó (en) la Serpiente, la Instructora; y les enseñó diciendo, “¿Qué es lo que (os) dijo?”. ¿Fue esto: “De todos los árboles comerás; pero del (árbol) del conocimiento del mal y del bien no comerás”? La mujer carnal dijo “No sólo dijo”No comáis” sino “No lo

toquéis; porque el día en que comáis de él, de muerte moriréis”. Y la Serpiente, la Instructora, dijo: “de muerte no moriréis; pues por celos os dijo eso. En cambio vuestros ojos se abrirán y seréis como dioses, conocedores del mal y del bien”. Y el Principio Instructor Femenino abandonó la serpiente…(188).

En este texto es la feminidad la que insta a la rebeldía no para hacer caer a los humanos en desgracia sino para brindarles el conocimiento. Algunas escuelas gnósticas, no todas, se verán influidas por la idea de que tanto el hombre como la mujer estaban en igualdad y habían sido concebidos a imagen de Dios. Pero convertida la Iglesia en Imperio Católico, la herejía, junto con la serpiente, encarnación del demonio e imagen antigua de la feminidad divinizada, serán vencidas aunque no definitivamente aplastadas.

Mujeres, danzas y serpientes

En el Arte las serpientes no sólo han estado presentes en formatos como pintura, escultura, etc. sino que también han formado parte importante de movimientos en danzas de diferentes épocas y culturas. Es frecuente encontrar referencias de la antigüedad y pruebas iconográficas de danzas con serpientes o con movimientos serpenteantes en ceremonias religiosas o sociales. Esto se ha mantenido en Oriente en Danzas de Egipto, Persia, India, etc.

pero este movimiento no se ve en Occidente ni en el folklore ni en las danzas clásicas. En la mayoría de pueblos que han mantenido danzas ancestrales se observa que incluyen movimientos serpenteantes como un parte del movimiento natural orgánico y primario. Y estudiosos del tema han comprobado que este movimiento, al igual que el pélvico, es una característica universal de la génesis de la danza. Y siguiendo la definición de Patricia Passo, experta en la visión antropológica de la danza en Oriente y Occidente “La ondulación estaría claramente vinculada a la regeneración de la energía, al redondeo del ciclo constante, al movimiento infinito de la serpiente” (189).

El abandono en Occidente de ese movimiento probablemente fuera debido al desarrollo de la ideología que relacionaba lujuria/mujer/serpiente como trilogía del pecado y se veían como movimientos relacionados con el paganismo.

Durante la Edad Media las danzarinas musulmanas cuyas danzas eran orientales, y de las que hay imágenes en capiteles románicos y en textos de la época, eran consideradas también imagen y símbolo de la lujuria y el pecado (190). Estas danzarinas ya eran conocidas en la época fenicia relacionadas con el culto a Astarté que era la diosa de la vida animal y vegetal y del amor por su relación con la fecundidad y la maternidad, tanto en el aspecto familiar como en el sensual y voluptuoso. Fue la patrona de la prostitución sagrada, ejercida por hombres y mujeres en los templos. En la Biblia aparece como Astoret ya que esa inclusión de vocales procedentes de la palabra hebrea boset, vergüenza, fue usada para desprestigiar a las divinidades paganas. En España, se ha descubierto un santuario a Astarté en el Carambolo Alto (Camas, Sevilla) (Fig. 112).

Figura 112. Diosa fenicia Astarté,1200 a. C.

Figura 112. Diosa fenicia Astarté,1200 a. C.

La consideración que tuvo el cuerpo durante la Edad Media fue de “abominable vestimenta del alma” como lo calificó el papa Gregorio Magno. Heredada de concepciones de Platón, Aristóteles o de los primeros ascetas cristianos como Orígenes. Sin embargo, es el Cristianismo el responsable de dar impulso definitivo a la depreciación del cuerpo y de la sexualidad. De ahí la valoración de la virginidad y castidad que hace San Pablo: “Es bueno para el hombre abstenerse de la mujer”.

El desprecio al cuerpo encuentra justificación intelectual en San Agustín y San Isidoro de Sevilla que considera que “las actividades dirigidas al bienestar físico de los hombres son vanidades de la carne que distraen el alma de su búsqueda interior” Obviamente la parte carnal y sensual recae en la figura femenina y así es la mujer la representación de este pecado y la lujuriosa el motivo iconográfico más difundido. Y así la imagen de la serpiente y la figura femenina se establece en relación a la consideración que se tenía del cuerpo en esa época y se utilizó para transmitir mensajes acordes con las ideologías predominantes. Y durante toda la Edad Media en Occidente y a través de la ideología cristiana se va

asentando un pensamiento del cuerpo femenino como algo pecaminoso y que debe ser controlado.

No sólo en Occidente se han considerado pecaminosas las danzas serpenteantes sino que en algunos países orientales en los que rigen costumbres morales estrictas, como los países con influencia del Islam, aunque las danzas serpenteantes están presentes, sólo se ejecutan en el ámbito privado, sin mezcla de sexos y, si se hace en público, también se consideran un símbolo de la lujuria. En estos países la danza se ha intentado mantener en la esfera de lo ritual y privado, no sólo cómo actividad lúdica.

Sin embargo, durante el siglo XIX la Revolución Industrial ocasionó un cambio tremendo en la sociedad y dio origen a una serie de corrientes de pensamiento y figuras de artistas innovadores en el pensamiento y en el Arte en sus diferentes vertientes, pintura, escultura, danza, cultura audiovisual, etc. Coincide además con una época de “orientalismo” fomentada por la época colonial que acercaba a Occidente la cultura Oriental, y con ella a sus danzas serpenteantes. En este aspecto figuras innovadoras de la danza como Loïe Fuller, Isadora Duncan, Ruth Saint-Denis que desarrollaron la Danza Libre en la que utilizaban

movimientos orgánicos, serpenteantes, y en muchos casos procedentes de danzas orientales, fueron clave para llegar hasta la Danza Contemporánea. Y curiosamente en esas expresiones artísticas las mujeres implicadas fueron consideradas unas revolucionarias sociales. Y no sólo en la danza clásica sino también en las artes escénicas en general a través de artistas como Carmen Tórtola Valencia musa de la intelectualidad española de la época.

Desde finales del siglo XX hasta la actualidad, la Danza Oriental ha evolucionado en Occidente a formatos que condensan la cultura de la globalización como el American Tribal Style, Danza Oriental Teatralizada y Danza Fusión Oriental intentando rescatar valores humanísticos de culturas de todo el mundo y adquiriendo movimientos de distintas procedencias como de danzas egipcias, hindúes, de tribus africanas, indígenas americanos, etc. También en la pintura, artistas de diferentes corrientes han utilizado a la serpiente en sus obras dando idea de la contemporaneidad del símbolo. Podemos verla en autores de vanguardia como William Blake, Henri Rousseau, Gustav Klimt y otros, recuperando en muchas ocasiones temas clásicos como el Árbol del Jardín del Edén, Eva, mitos de la antigüedad, etc. pero con

imágenes muy diferentes de las que se veían en los siglos anteriores (Fig. 113). Se podría decir que eran las ideas de las corrientes consideradas “paganas” bajo el pensamiento cristiano las que se volvieron a recuperar y que, en general, la imagen de la serpiente es amable y aparece como compañera de Eva, más que como enemiga. Y aunque también se sigue representando con sus características negativas, en general la concepción positiva es predominante. Incluso artistas precursoras de corrientes minimalistas como Jo Baer en su última etapa incluyen en una de sus pinturas una serpiente con cabeza humana.

Dibujo

Hoy en día también es frecuente que la imagen aparezca en la publicidad de diferentes productos como se ha podido comprobar en la sección. Y este año de 2013, para la exposición de Francisco Durrio (1897-1961) en Bilbao se eligió para el cartel que la anunciaba el broche “Cleopatra” (Fig. 114) en el que se puede ver una serpiente que a su vez está enrollada enmarcando la escena.

Figura 114. Cleopatra, Francisco Durrio.

Figura 114. Cleopatra, Francisco Durrio.

En los últimos años podríamos destacar dos hechos fundamentales y que caracterizan el Arte de nuestra época: a) la globalización en el arte se nutre de manera continua de elementos procedentes de todas las culturas del mundo dando cómo resultado obras de arte que fusionan conceptos de todo el mundo y ya no se puede ver una separación iconográfica característica de Oriente y Occidente y b) un factor a tener en cuenta es que los medios audiovisuales y de comunicación de masas están omnipresentes y que, mediante la tecnología de alta definición y la realidad virtual, las imágenes no sólo no han perdido su poder y seducción sino que ha alcanzado cotas inimaginables. Los formatos actuales han cambiado y son graffitis, comics, tatuajes, video, etc. pero los conceptos y el simbolismo permanecen.

En una de las manifestaciones más actuales, el Body Art, se desarrollan propuestas artísticas que implican al cuerpo de las mujeres como un espacio de reivindicación y se convierte en un formato para narrar y expresar deseos y plasmar la realidad y falsedad de los roles femeninos.

En la actualidad, la mayoría de artistas utilizan la danza y la performance para establecer un medio en el que el cuerpo funciona de lo minúsculo a lo cósmico, desde el cuerpo a la mente y desde lo masculino a lo femenino, es decir, de manera dual, como la serpiente.

Una de las artistas más conocidas es ORLAN que, representante de la corriente del Body Art, lleva el formato de las artes visuales y de la consideración del cuerpo como formato visual al límite para utilizarlo como vehículo de protesta social. Realiza una agresiva y directa aproximación hacia la violenta forma en que el cuerpo de la mujer es manipulado y agredido por los imperativos de la sociedad actual sometiéndose incluso a operaciones estéticas continuas (191). Este formato hereda planteamientos de las teorías del cibercuerpo, el cyborg, híbrido entre lo orgánico y lo inorgánico, lo humano y lo artificial, y, en definitiva, lo dual. Y en algunas de sus obras más actuales las serpientes están presentes a través de estructuras acopladas a su cuerpo pero, curiosamente, en sus primeras épocas, como en la imagen de la

figura 113, la propia ORLAN adopta una postura que recuerda a una cobra erguida y que, automáticamente, me ha traído a la mente la imagen de las bailarinas de Guedra del pueblo

Tuareg (Fig. 114), y a las Ouled Nail de Argelia (Fig. 13), o a las danzarinas musulmanas de los capiteles románicos (Fig. 48) y cuyos movimientos pudieran quizás proceder de las sacerdotisas de Astarté, como en una expresión visual del eterno devenir, de la serpiente que se muerde la cola.

Figura 113. ORLAN, “In motion” Escultura corporal bailando con su sombra (papel fotográfico, 1965.

Figura 113. ORLAN, “In motion” Escultura corporal bailando con su sombra (papel fotográfico, 1965.

Figura 114. Mujeres Tuareg bailando Guedra en Guelmin, Marruecos.

Figura 114. Mujeres Tuareg bailando Guedra en Guelmin, Marruecos.

CONCLUSIONES

1- La serpiente está en el lenguaje iconográfico de todas las culturas del mundo presentando significados multivalentes y duales que se pueden explicar por la propia biología de los ofidios. Se le ha considerado símbolo de vida y muerte, encantamiento y sensualidad, sutileza y astucia pero también maldad y perversidad mostrando un continuo balanceo entre la bondad creadora pero también la maldad destructora. Y así la encontramos como motivo iconográfico con el significado de la vida eterna, de la salud, de la creación del universo, de la sabiduría, del pecado y del contacto con el “más allá” y el inframundo, entre otros.

2- Todas las civilizaciones referidas en el presente estudio tienen deidades y seres que se representan acompañadas de serpientes o en las que parte de su cuerpo es una serpiente y mitos y leyendas de las que forman parte. En muchas de ellas son híbridos de seres humanos u otros animales asimilando entonces también sus características. Una de la imagen más frecuentemente encontrada es la serpiente con cabeza humana que se puede encontrar en múltiples representaciones de la serpiente del Árbol del Jardín del Edén, en códices otomanos, en cerámica inca o en cuadros de pintores de vanguardia.

3- Los símbolos más frecuentemente encontrados en todo el mundo han sido el ouróboros, o serpiente que se muerde la cola, y el caduceo imagen de dos serpientes enfrentadas entre sí. Estos símbolos aparecen en diferentes culturas de todas las épocas pero no con el mismo significado por ello se debe poner como referencia la cultura de procedencia del símbolo para realizar una correcta interpretación de su significado. Y también tener en cuenta que la mentalidad del siglo XXI con la que observamos esos símbolos no es la misma que la de los artistas y la sociedad de la época en que se realizaron.

4- La relación serpiente y figura femenina se asentó en civilizaciones de la antigüedad donde fue muy venerada y se asociaba principalmente a numerosas deidades femeninas representando sobre todo a la Madre Tierra y relacionadas con la fertilidad, la salud, la belleza y la sensualidad. Esto cambió radicalmente a partir de los Griegos y Romanos y de las Religiones centradas en lo masculino como el Cristianismo, Judaísmo e Islam. En ellas, la serpiente y la mujer van a sufrir una demonización y se les relacionará a partir de ese momento con el pecado y la maldad. La necesidad de difundir este concepto, que partió de hechos bíblicos como el Pecado Original y fue desarrollado por los Padres de la Iglesia durante los primeros siglos del Cristianismo, ha dado lugar a multitud de representaciones del Árbol del

Jardín del Edén en las que Eva y la serpiente, casi siempre representada con cabeza femenina, son figuras complementarias o la misma.

5- El pecado de desobediencia en el Jardín del Edén se fue transmutando a lo largo de los años desde ciertas corrientes cristianas y a través de los monjes en los monasterios en un pecado “de la carne“. Así, en la Edad Media se desarrolló todo un patrón iconográfico concreto denominado la lujuriosa o “femme aux serpents” a través de una mujer mordida en los senos, orejas o sexo por serpientes, sapos u otros animales y que se encuentra en numerosas iglesias románicas de Europa. Este concepto del castigo en los lugares que se hubiera pecado está fundamentado tanto en textos cristianos como en hadices musulmanes. Se cree que la imagen es una metamorfosis de las representaciones de la Madre Tierra de la antigüedad que se representaba frecuentemente como una mujer amamantando animales.

6- El ideario difundido en Occidente a través de corrientes cristianas apoyadas por las representaciones anteriores y los textos fueron asentado durante siglos un pensamiento de misoginia que ya venía desarrollándose del mundo clásico a través de mitos griegos, de filósofos como Platón y Aristóteles, médicos como Hipócrates y Galeno y de las corrientes de los Estoicos. En todas ellas el nexo común era la consideración del cuerpo como algo pecaminoso y así lo reflejan numerosas obras de arte de esa época. Todo lo relacionado con la Naturaleza y los instintos queda relegado a la herejía y dentro de ella las mujeres, las serpientes y las danzas aparecen como un punto central. De esta manera las representaciones en capiteles románicos de danzarinas musulmanas en posturas de danzas orientales también se usaron como motivo iconográfico del pecado de la lujuria.

7- A partir del siglo XIX y partiendo del impulso de la Revolución Industrial se produce un deseo de cambio en el pensamiento anterior y hay una explosión de movimientos artísticos renovadores, modernistas, tanto en pintura, arquitectura, danza, etc. que coinciden con un gusto por lo oriental fruto del colonialismo. Artistas de diferentes tendencias vanguardistas e innovadoras siguen utilizando en sus obras temas relacionados con Eva o con serpientes con cabeza humana como vehículo de expresión. En danza se fomentan los movimientos orgánicos de las danzas orientales y se libera el cuerpo de ataduras para desarrollar en un primer momento la Danza Libre, y más tarde, la Danza Contemporánea y numerosas figuras de la Belle Epoque y de la Danza Clásica utilizaron no sólo la danza sino la estética oriental en sus espectáculos.

8- Durante finales del siglo XX hasta la actualidad el fenómeno de la globalización y el desarrollo de los medios audiovisuales de masas han producido un cambio tremendo en los formatos visuales. Las imágenes tienen más poder que nunca y son capaces de crear una realidad virtual que está siendo un paradigma antropológico cultural, pero que muchos artistas están utilizando precisamente para hacer visibles minorías y grupos de población oprimidos. En este aspecto, la utilización del cuerpo como formato visual ha desarrollado corrientes artísticas como el Body Art en el que muchas artistas tratan la visibilidad femenina a través de formatos novedosos y variados. Esta corriente renovadora también ha llegado a la danza a través de la fusión Oriente-Occidente dando estilos como American Tribal Style, Danza Fusión Oriental y Danza Oriental Teatralizada que son ejemplo claro de la iconografía de mujer-serpiente de la posmodernidad.

Las mujeres nos negamos a ser hojas

muertas

arrastradas por las oscuras sombras de

la vida.

Ven Ada Byron en nuestra ayuda

que tu espíritu sople en la red

un aliento de matemática poesía

que el software a tu nombre

juegue un solitario

con los sueños que no mueren

los que trenzan el encanto de los

números

a la música de doble hélice

que fotografió la olvidada Rosalind

Franklin

antes que Watson y Crick la imaginaran.

¿Qué tiene que ver la pena de muerte

y el destino de las ballenas?

Son el eje y el radio del mismo sino

en la telaraña global.

Carmen Campelo, La red de Shakti (2012)