Capítulo 18
Civilizaciones Precolombinas de Sudamérica fuera del Ámbito Andino




Los primeros pobladores de Sudamérica desarrollaron diversas civilizaciones fuera de las regiones alto-andinas y altiplánicas, es decir, al margen de culturas como la incaica y sus predecesoras andinas. A continuación se presenta un análisis detallado, organizado por culturas y regiones no andinas, abarcando sus cronologías, territorios, manifestaciones artísticas monumentales (incluyendo arte rupestre), avances tecnológicos, centros ceremoniales, construcciones megalíticas, conocimientos astronómicos, prácticas funerarias (tumbas, dólmenes, menhires, etc.), objetos escultóricos enigmáticos (como esferas de piedra), tipos de asentamientos, sistemas simbólicos o de escritura si los hubo, y los enigmas o misterios que aún los rodean. Se incluyen comparaciones pertinentes entre culturas para resaltar similitudes y diferencias clave.
Civilizaciones Preincas de la Costa Peruana
Civilización de Caral (Norte Chico, Perú)
Cronología y territorio: Caral es la civilización más antigua conocida de América, floreciendo en el valle del río Supe (costa norcentral del Perú) durante el Arcaico Tardío, ca. 3000-1800 a.C.historia.nationalgeographic.com.eshistoria.nationalgeographic.com.es. Pequeños asentamientos agrícolas y pesqueros existían ya hacia 3000-2700 a.C., pero entre 2700 y 2550 a.C. se edificó la gran ciudad de Caral, de 66 hectáreas, con influencia que se extendió a otros valles vecinoshistoria.nationalgeographic.com.es. Caral y sitios contemporáneos (como Áspero en la costa y otros en Supe y Pativilca) formaron una sociedad compleja precerámica (sin alfarería) basada en agricultura de irrigación y pesca marítimahistoria.nationalgeographic.com.es. Se le considera la cultura madre de Perú por su antigüedad y por sentar las bases de la civilización andina costeñahistoria.nationalgeographic.com.es.
Arte monumental y rupestre: Caral destaca por su arquitectura monumental. El centro urbano incluye seis pirámides principales o montículos con plazas circulares hundidas, conjuntos residenciales y temploshistoria.nationalgeographic.com.es. Cada pirámide posee una gran escalera central; notablemente, estas escalinatas estaban orientadas hacia determinadas estrellas, lo que indica una planificación astronómica intencionalhistoria.nationalgeographic.com.es. No se ha registrado arte rupestre figurativo en Caral, pero la ciudad misma es una obra monumental: sus pirámides troncocónicas (como la Pirámide Mayor de 18 m de altura) y anfiteatros reflejan avanzados conocimientos arquitectónicos y simbólicos. Los constructores usaron técnicas como las shicras (bolsas de fibra llenas de piedras) para estabilizar las estructurashistoria.nationalgeographic.com.es. No se han hallado esculturas megalíticas ni estelas talladas, probablemente debido a la ausencia de piedra en la zona; predominó el uso de barro y canto rodado local.
Avances tecnológicos: A pesar de ser precerámica, Caral desarrolló agricultura intensiva (algodón, calabaza, frijoles, ajíes) sostenida con canales de riego y aprovechó recursos marítimos mediante el trueque con pescadores de la costahistoria.nationalgeographic.com.es. Los caralinos tejían redes de algodón para pesca, produjeron finos textiles y posiblemente quipus (se hallaron cordeles anudados que podrían ser un proto-quipu para llevar registroshistoria.nationalgeographic.com.es). También destacan sus instrumentos musicales: flautas traversas de hueso y antaras, evidenciando conocimiento acústico. Caral muestra ausencia de armas y de murallas defensivas, lo que sugiere una sociedad relativamente pacífica centrada en el comercio y la religión.
Centros ceremoniales y vida ritual: Caral y sus asentamientos asociados (como Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi) contaban con plazas circulares sunken y plataformas que funcionaban como templos y escenarios ceremoniales. Allí se realizaban rituales con fuego (se hallaron fogones y ofrendas), música (flautas) y posiblemente danzas. Destaca un altar de fuego central en la Pirámide Mayor para sacrificios simbólicos. La ciudad carece de evidencia de enterramientos suntuarios; más bien, los esfuerzos colectivos se invertían en las construcciones sagradas y ofrendas de bienes (objetos marinos, mates decorados, etc.). Esto plantea el enigma de la organización social: cómo, sin guerra ni riquezas ostentosas, movilizaron mano de obra para obras públicas de tal magnitudhistoria.nationalgeographic.com.es.
Astronomía y alineamientos: La orientación de las pirámides hacia cuerpos celestes sugiere conocimientos astronómicos avanzados. Según investigaciones de la directora Ruth Shady, ciertas escaleras y ejes de Caral apuntan a la salida de estrellas específicas, indicando que la arquitectura servía para marcar fechas calendáricas o eventos astronómicos importanteshistoria.nationalgeographic.com.es. La civilización Caral habría usado estas alineaciones para regular ciclos agrícolas y ceremoniales. Este hallazgo –pirámides alineadas con astros– confirma que la observación del cielo jugó un papel central desde los albores de la civilización en Sudamérica.
Tumbas y enigmas: En Caral no se han encontrado tumbas reales ni evidencias de sacrificios humanos generalizados, a diferencia de culturas posteriores. Esto es inusual en una sociedad compleja, por lo que se especula que los entierros pudieron realizarse en otras zonas o de forma sencilla. Un enigma notable es la ausencia de cerámica: los caralinos suplían su utilidad usando mates (calabazas) decorados y contenedores de piedra, lo que plantea interrogantes sobre cómo evolucionó la tecnología sin alfarería. También es misteriosa la repentina desaparición de Caral hacia 1800 a.C.: se barajan hipótesis de cambios climáticos (sequías prolongadas) o conflictos internos que llevaron al abandono de los grandes centros urbanos.
Cultura Paracas (Costa Sur de Perú)
Cronología y territorio: La cultura Paracas se desarrolló ca. 700 a.C. – 200 a.C. en la península de Paracas y valles adyacentes (actual departamento de Ica, Perú). Es contemporánea tardía de Caral (pero mucho más al sur) y antecede a Nazca, con la cual comparte territorio. Se suele dividir en dos fases: Paracas Cavernas (fase inicial, caracterizada por tumbas en forma de pozos profundos con cámaras laterales) y Paracas Necrópolis (fase tardía, con cementerios comunitarios)es.wikipedia.org. Paracas controló un territorio costero desértico, desde Chincha hasta Yauca, aprovechando oasis de valle para agricultura y el mar para pesca.
Arte rupestre y arte monumental: Paracas es célebre por su arte textil, no por arquitectura monumental en gran escala. Sus sitios (como Cerro Colorado y Wari Kayan) tenían construcciones modestas de adobe y piedra para viviendas y tumbas, sin grandes pirámides. Sin embargo, Paracas legó un enigmático geoglifo: el Candelabro de Paracas, un enorme tridente grabado en la ladera de una colina frente al mar. Mide ~180 m de largo y su función es debatida: posiblemente un faro simbólico para navegantes o un símbolo religioso. Este geoglifo, visible desde lejos, se asocia frecuentemente a la cultura Paracas por la cronología (siglo III-II a.C.). En cuanto a arte rupestre, no se conocen pinturas paracas en cuevas, pero sus textiles sustituyen ese rol artístico: son verdaderas “pinturas” cosidas, con figuras de deidades, animales y símbolos. Los mantos paracas exhiben hasta 200 colores distintos y una fineza de hasta 500 hilos por pulgadaculturaparacas.website, representando felinos, aves, seres sobrenaturales, etc. –un derroche de iconografía que reflejaba su cosmovisión. Estas piezas se consideran de las más elaboradas del mundo antiguo.
Inventos y avances médicos: La cultura Paracas destaca por sus avances tecnológicos médicos. Fueron pioneros en la trepanación craneana: numerosas calaveras muestran perforaciones quirúrgicas para tratar lesiones o males, muchas con signos de cicatrización, lo que indica que los pacientes sobrevivían a la operación. Usaban cuchillos de obsidiana y técnicas asépticas con plantas medicinales; la tasa de éxito de las trepanaciones Paracas ha sido estimada en alrededor de 70%, superior incluso a la de cirugías craneanas en siglos recientesparc.com.pe. También practicaron la deformación craneal intencional desde la infancia (cráneos alargados), posiblemente como marcador de estatus social o identidad étnica. En cuanto a textilería, inventaron tintes resistentes y complejas técnicas de bordado, logrando mantos funerarios que aún conservan sus colores vivos. La embalsamación rudimentaria de cuerpos (envueltos en varias capas de textiles finos junto con ofrendas) fue otra práctica sofisticada, evidenciando conocimientos en preservación de tejidos orgánicos.
Centros ceremoniales y prácticas funerarias: Paracas no construyó templos monumentales; su espiritualidad se enfocó en necrópolis y rituales asociados a la muerte y la fertilidad. En la Necrópolis de Wari Kayan se hallaron grandes cámaras subterráneas comunitarias donde depositaban fardos funerarios extremadamente elaborados: cada momia envuelta en hasta 40 textiles ricamente bordados, acompañada de cerámicas, alimentos y objetos de oro. Estas tumbas colectivas indican culto a los antepasados y ceremonias periódicas de remoción de momias para exhibirlas con sus mantos. Los fardos Paracas con sus colores y tocados seguramente eran exhibidos en rituales públicos, dado su detalle. Los santuarios Paracas quizá fueron al aire libre o en construcciones modestas de adobe con patios. No se han identificado dólmenes ni menhires; en cambio, la momificación, la trepanación y la confección de mantos eran en sí actos rituales y técnicos destacables.
Astronomía y alineamientos: No hay evidencia directa de observatorios astronómicos en Paracas. Sin embargo, el geoglifo del Candelabro podría tener connotación astronómica o náutica (algunos investigadores sugieren alineación con la constelación de la Cruz del Sur o un punto de ocaso solar, aunque no es concluyente). Los Paracas, como agricultores en zona desértica, dependían de ciclos estacionales; es probable que observaran el cielo para predecir lluvias en los Andes que alimentan los ríos. Sus textiles contienen símbolos astrales (por ejemplo, estrellas de cuatro puntas) que insinúan un conocimiento cosmológico, aunque expresado de forma artística más que en alineamientos arquitectónicos.
Enigmas y misterios: La cultura Paracas dejó preguntas abiertas. El propósito exacto del gigantesco Candelabro en la costa sigue debatido: ¿fue un símbolo religioso (relacionado quizá con el mito del dios Kon o con plantíos alucinógenos como el cactus San Pedro), o una referencia a constelaciones o puntos cardinales? Igualmente intrigante es la excelencia de sus textiles: ¿cómo obtuvieron tal variedad de tintes y perfección técnica en aisladas comunidades costeras? También, la razón de las trepanaciones craneanas –¿terapéuticas (reducir presión tras traumatismos) o rituales para “liberar malos espíritus”?– permanece en discusión. Finalmente, el destino de los Paracas es misterioso: hacia 200 a.C. su cultura “desaparece”, probablemente absorbida por grupos emergentes (proto-Nazca) o forzada a migrar por cambios climáticos. Sus necrópolis parecen haber sido profanadas en la antigüedad (quizá por los propios Nazca), lo que sugiere conflictos o transformaciones culturales aún no bien entendidas.
Cultura Nazca (Costa Sur de Perú)
Vista aérea del famoso geoglifo “El Colibrí” en las Pampas de Nazca, uno de los más grandes y enigmáticos diseños trazados por la cultura Nazca en el desierto sureño de Perú.commons.wikimedia.org
Cronología y territorio: La cultura Nazca (o Nasca) se desarrolló ca. 100 a.C. – 600 d.C. en los valles del actual departamento de Ica, costa sur del Perúes.wikipedia.org. Sucede a Paracas incorporando su legado cultural. Su centro ceremonial principal fue Cahuachi, ubicado en el valle del río Grande (provincia de Nazca)es.wikipedia.org. El territorio Nazca abarcó desde Chincha por el norte hasta las cercanías de Arequipa por el sures.wikipedia.org, incluyendo valles como Nazca, Palpa, Ica y Acari. Esta cultura prosperó en un entorno desértico gracias a la agricultura de oasis e ingeniosas obras hidráulicas.
Arte monumental (geoglifos) y arte rupestre: La civilización Nazca es mundialmente conocida por las Líneas de Nazca, un vasto conjunto de geoglifos monumentales trazados en la pampa desértica de Jumana. Son más de 800 figuras entre líneas rectas, formas geométricas y dibujos zoomorfos de enorme escalaen.wikipedia.orgen.wikipedia.org. Destacan diseños como el Colibrí, el Mono, la Araña, el Cóndor, el Perro, entre otros, algunos de hasta 300-400 metros de longituden.wikipedia.orgen.wikipedia.org. Estas líneas fueron creadas removiendo la capa superficial oscura de piedras para exponer la arena clara debajo, logrando un contraste visibleen.wikipedia.org. Debido al clima extremadamente seco y estable, los geoglifos se han conservado casi intactos por unos 1500-2000 añosen.wikipedia.org. El propósito de las Líneas de Nazca sigue siendo un misterio: las teorías más aceptadas proponen funciones rituales ligadas al agua (caminos ceremoniales para invocar lluvias en un ambiente árido), y también usos astronómicos o calendáricos. De hecho, investigaciones clásicas de Paul Kosok y María Reiche demostraron alineaciones astronómicas en algunos trazos: en 1941 Kosok observó que una de las líneas principales apuntaba exactamente al punto del horizonte donde se ponía el sol en el solsticio de inviernowroken.com, lo que le hizo exclamar que Nazca era “un calendario gigante”. Asimismo, María Reiche documentó que al menos 18 figuras de animales corresponden a posiciones de estrellas específicas; por ejemplo, la figura del colibrí se alinea con el cúmulo de las Pléyades durante el solsticio de inviernowroken.com. Estos datos sugieren que los Nazca usaban los geoglifos para marcar ciclos agrícolas en sincronía con eventos celestes, integrando astronomía y religión de forma única.
Además de los geoglifos, los Nazca produjeron cerámica policroma de altísima calidad artística, considerada entre las mejores de las Américas prehispánicas. Sus vasijas pintadas muestran una paleta de hasta 15 colores vivos y representan escenas mitológicas, fauna, flora e incluso figuras humanas mutiladas (posiblemente alusiones a sacrificios)es.wikipedia.org. En textilería continuaron la tradición Paracas, aunque en general sus tejidos, si bien finos, son menos exuberantes que aquellos de Paracases.wikipedia.org. Respecto a arte rupestre, no se han registrado grandes pinturas murales en Nazca (dado que sus construcciones eran principalmente de adobe), pero sí existen petroglifos en la zona (por ejemplo, en el valle de Palpa) que podrían asociarse a su cultura o a precedentes. Sin embargo, la máxima expresión artística nazca está en los geoglifos y la cerámica, no en la escultura lítica ni la arquitectura monumental tradicional.
Ingenería hidráulica y tecnología: En el aspecto técnico, los Nazca hicieron aportes notables en hidráulica. Construyeron los puquios, un sistema de acueductos subterráneos y pozos en espiral que captaban el agua del subsuelo andino y la conducían a las tierras de cultivo en la pampa. Muchos de estos puquios (como los de Cantalloc) aún funcionan en la actualidad, evidenciando la pericia nazca para gestionar agua escasa. Asimismo, continuaron desarrollando la metalurgia a pequeña escala: trabajaron oro, cobre y probablemente aprendieron a alearlos, aunque sus metalurgistas no alcanzaron la calidad de la orfebrería Moche o Chavínes.wikipedia.org. La tecnología textil y cerámica fue sobresaliente: lograron hornos de cocción controlada para fijar pigmentos multicolores en cerámica, y dominaron técnicas de hilado y tejido complejas en algodón y lana de camélido. Cabe mencionar su conocimiento geológico para elegir suelos adecuados para los geoglifos y su entendimiento del entorno para trazar líneas rectas perfectas a gran escala sin vista aérea (mediante alineamientos con postes o cordeles).
Centros ceremoniales y asentamientos: A diferencia de otras civilizaciones, los Nazca no construyeron ciudades masivas. Su mayor centro fue Cahuachi, que funcionaba principalmente como centro ceremonial y de peregrinación (más que una urbe habitacional permanente). Cahuachi abarcaba unas 24 hectáreas e incluía grandes recintos y montículos de adobe; allí se han hallado numerosas ofrendas (cabezas trofeo, cerámica fina rota ritualmente, instrumentos musicales) pero curiosamente pocos indicios de población residente permanente. Se cree que Cahuachi era visitado por clanes Nazca durante ciertas épocas para ceremonias, luego quedaba semivacío. Otros asentamientos eran aldeas agrícolas dispersas en oasis de valle, y puestos de pescadores en la costa. La estructura social nazca parece haber sido segmentada en señoríos locales, unidos por una religión común centrada en Cahuachi. En sus rituales, los “cabezas trofeo” jugaron un rol importante: se han encontrado cráneos humanos con orificios y amarraderas, evidenciando la costumbre de decapitar enemigos o individuos rituales y conservar sus cabezas como ofrenda o amuleto de fertilidad. Estas prácticas se representaron tanto en cerámicas como se confirmaron arqueológicamente, vinculadas al culto a la fertilidad de la tierra.
Tumbas y prácticas funerarias: Los Nazca enterraban a sus muertos en fosas simples o tumbas subterráneas, a menudo con fardos funerarios modestos comparados con Paracas. No conocemos grandes mausoleos; sin embargo, en las necrópolis nazca se han hallado momias con sencillos tejidos y cerámicas como ajuar. Un hallazgo excepcional es la momia conocida como “La Doncella de Nazca”, envuelta en textiles y con tatuajes bien preservados, pero en general la aridez del desierto ha expuesto muchos restos a la intemperie. No usaron dólmenes ni construcciones líticas para enterramientos. Sí aparecen los mencionados “cabezas trofeo”, que probablemente eran exhibidas en los rituales y finalmente depositadas en contextos sagrados o funerarios. Es posible que los líderes nazca fueran enterrados en Cahuachi, pero hasta ahora no se ha identificado ninguna tumba real opulenta; esto contrasta con culturas del norte como Moche.
Enigmas y legados: La cultura Nazca nos legó uno de los mayores enigmas arqueológicos: ¿cuál es el verdadero significado de las Líneas de Nazca? Si bien la teoría del calendario astronómico cuenta con cierto respaldo (alineaciones solares y estelares comprobadaswroken.comwroken.com), también se considera que muchas líneas se orientan hacia cerros sagrados o acuíferos, lo cual apoyaría la hipótesis de ritos para invocar agua en un entorno desértico. Es muy posible que cumplieran múltiples funciones: procesionales, calendáricas y simbólicas. Otra pregunta es cómo podían coordinar el trazado de figuras gigantescas con tal precisión sin vista aérea; los arqueólogos suponen métodos de medición con estacas y cuerdas desde puntos elevados naturales. El declive de Nazca hacia el siglo VI d.C. también es intrigante: se asocia a cambios climáticos severos (se ha detectado una mega-sequía en esa época) y a la presión de la emergente cultura Huari (Wari) de las sierras, que pudo haber conquistado o absorbido a los nazcases.wikipedia.org. El legado nazca perduró en tradiciones agrícolas (algunos puquios siguieron en uso) y en su indeleble huella artística. Sus geoglifos, hoy Patrimonio de la Humanidad, siguen fascinando y son objeto de protección, aunque recientemente han enfrentado peligros por asentamientos ilegales y vandalismo que amenazan con deteriorarlosen.wikipedia.org. La necesidad de conservar este gigantesco “libro en la tierra” es uno de los llamados actuales de los investigadores.
Cultura Moche o Mochica (Costa Norte de Perú)
Cronología y territorio: La cultura Moche prosperó en la costa norte del Perú aproximadamente entre 100 d.C. y 700 d.C., mucho antes del surgimiento de los incases.wikipedia.org. Se desarrolló inicialmente en el valle del río Moche (La Libertad), expandiéndose luego a una franja de valles costeros desde Lambayeque por el norte hasta Huarmey por el sur. Los Moche no constituían un imperio unificado, sino varios señoríos teocrático-militaristas distribuidos por valles (Sechín, Santa, Moche, Chicama, Virú, Lambayeque, Piura, etc.), que compartían cultura y estilo artístico. Esta cultura es precedente a otras importantes de la costa norte como la Sicán (Lambayeque) y Chimú, a las que influyó fuertementees.wikipedia.orges.wikipedia.org.
Asentamientos y arquitectura monumental: Los Moche construyeron complejos ceremoniales monumentales en adobe, conocidos como huacas. Sus capitales regionales contaban con grandes pirámides truncas de adobe decoradas con relieves polícromos. Las más célebres son la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna en el valle de Moche, que formaban un centro ritual-administrativo de primer ordenes.wikipedia.org. La Huaca del Sol alcanzó unos 40 metros de altura, siendo la mayor pirámide de adobe de América (aunque parcialmente destruida por saqueos coloniales). Sirvió probablemente de residencia del gobernante y centro político. La Huaca de la Luna, por su parte, actuaba como templo religioso principal: en sus patios y altares se hallaron vestigios de sacrificios humanos (principalmente prisioneros de guerra ofrecidos al dios Ai Apaec) y murales con deidades y criaturas míticas. Estas huacas estaban ricamente decoradas con murales en alto y bajo relieve pintados de vivos colores –rojo, amarillo, negro, blanco, azul– representando dioses como el Decapitador (Ai Apaec), animales sagrados (felinos, serpientes, peces) y escenas ritualeses.wikipedia.org. El estilo narrativo y detallado de los murales es notable: servía para plasmar mitos y cosmovisión en las paredes de los temploses.wikipedia.org. Los asentamientos moche combinaban estos centros ceremoniales con áreas urbanas de viviendas, talleres de artesanos, almacenes y canales de irrigación. Aunque no tenían “ciudades” en el sentido moderno, complejos como Cerro Blanco (Moche), Pampa Grande (Lambayeque) o San José de Moro congregaban a miles de habitantes en torno a las huacas, conformando verdaderos proto-urbanismos.
Inversiones y avances tecnológicos: La sociedad Moche destacó por grandes obras hidráulicas y avances tecnológicos en agricultura y metalurgia. Construyeron extensos canales de riego y represas que ampliaron la frontera agrícola en los valles desérticoses.wikipedia.org. Un ejemplo es el canal de Ascope que unió los valles Chicama y Moche, hazaña de ingeniería hidráulica de decenas de kilómetros (aunque finalmente no concluido). Cultivaban maíz, frijoles, ají, maní, calabaza, algodón, etc., y desarrollaron técnicas de andenería en quebradas y uso de guano de islas como fertilizante. En metalurgia, los Moche fueron pioneros: dominaron la orfebrería en oro, plata y cobre con técnicas como martillado, soldadura, repujado y chapadoes.wikipedia.org. Supieron crear aleaciones (como tumbaga) y destacaron en la fabricación de joyas, narigueras, orejeras, coronas y estandartes ricamente decorados. Emplearon el método de cera perdida para fundir metales en moldes, alcanzando un nivel artístico insuperable en América prehispánica de su tiempo. También desarrollaron posiblemente el bronce arsenical (aleando cobre con arsénico) para herramientas. En cerámica, los Moche son considerados los mejores ceramistas del antiguo Perúes.wikipedia.org: sus famosos huacos retratos –vasijas escultóricas con rostros humanos extremadamente realistas– muestran un dominio técnico y artístico asombroso. Hicieron también cerámica pintada con escenas complejas (llamada “estilo de línea fina”) que narran mitos, rituales de sacrificio, cacerías, etc., constituyendo casi un sistema pictográfico narrativo. Estas representaciones han permitido a los arqueólogos interpretar aspectos de la religión y sociedad moche (por ejemplo, la “Ceremonia de la Sacrificación” descrita en huacos fue luego confirmada por hallazgos en Huaca de la Luna).
Vida ceremonial y religión: La religión moche era muy rica en ritos y sacrificios. Rendían culto a fuerzas de la naturaleza (sol, luna, mar) y a deidades terroríficas como Ayapec (Ai Apaec), el dios decapitador con colmillos, asociado a montañas y la fertilidad. Sus ceremonias principales involucraban sacrificios humanos: en plazas ceremoniales de la Huaca de la Luna se han encontrado restos de decenas de jóvenes guerreros varones sacrificados, probablemente para propiciar lluvias en eventos climáticos adversos (se cree que ofrecían sangre a la tierra tras fenómenos El Niño devastadores). La Ceremonia del Sacrificio, plasmada en cerámica, muestra a prisioneros entregando su sangre en copas a un sacerdote (el Sacerdote Cangrejo) y a una sacerdotisa (la Señora de Cao, posiblemente). Justamente, uno de los grandes hallazgos es la Tumba de la Señora de Cao en Huaca El Brujo: una mujer de élite (posible gobernante-sacerdotisa) enterrada con abundantes joyas de oro, tocados, cetros y los cuerpos de una joven sacrificada y un guardián, lo que confirma que también las mujeres podían ostentar poder. Otra tumba excepcional es la del Señor de Sipán (en Huaca Rajada, Lambayeque): un gobernante moche del siglo III d.C. enterrado con un riquísimo ajuar de oro, plata y piedras turquesas, acompañado de varios individuos sacrificados (esposa, concubina, guardias, un niño, un llama)es.wikipedia.org. Estos hallazgos de tumbas reales muestran la estratificación social moche: una élite teocrática-militar gobernaba sobre artesanos especializados, agricultores y pescadores. Las huacas eran a la vez templos y palacios de esta élite, centros de redistribución económica y escenario de rituales estatales.
Astronomía y conocimiento científico: Los Moche dependían de la agricultura, por lo que debieron observar los astros para calendario agrícola, aunque la evidencia directa es escasa. No obstante, su arte muestra simbolismos astrales (la Luna era deidad femenina importante, el Sol masculina menor para ellos). Posiblemente identificaron constelaciones andinas y registraron los solsticios/equinoccios en la arquitectura, pero las huacas moche no evidencian alineaciones tan claras como las de Caral o Nazca. En cambio, su “ciencia” destacó en medicina tradicional (usaban plantas medicinales, por ejemplo, representaron escenas de curaciones en cerámica) y en hidráulica (conocían bien ciclos hídricos; algunas obras como canales en zigzag sugieren manejo de flujos). Un misterio científico es si los Moche desarrollaron algún sistema de proto-escritura: sus pictografías cerámicas son tan detalladas que algunos las consideran una forma de registro narrativo; sin embargo, no se ha hallado escritura formal (glifos) ni nada parecido a un quipu en contexto moche. Por tanto, su conocimiento se transmitía oralmente y visualmente.
Enigmas y colapso: La cultura Moche desapareció hacia el siglo VIII d.C. aproximadamente, dando paso a nuevos poderes regionales. ¿Qué ocurrió? La teoría principal apunta a cataclismos climáticos: evidencias geológicas muestran mega-eventos El Niño entre 560-650 d.C. con lluvias torrenciales e inundaciones seguidos de décadas de severa sequíaes.wikipedia.org. Esto habría devastado la agricultura costera y socavado la fe en los dirigentes-sacerdotes (incapaces de aplacar a los dioses). Sumado a conflictos internos, se generó una fragmentación política. Adicionalmente, la expansión de la cultura Wari desde la sierra habría llevado guerras e introducido nuevas élites foráneas en la costa norte hacia 700 d.C. El resultado fue el fin del estilo moche clásico; sus tradiciones fueron transformándose en culturas posteriores (Sicán/Lambayeque, Chimú). Otros enigmas incluyen la identidad exacta de ciertas figuras representadas (¿mito o realidad?), por ejemplo: los murales muestran seres medio humanos, medio felinos o pulpos, cuyo significado profundo aún debatimos. También sorprende la crudeza ritual de los Moche: ¿fue esta violencia religiosa (sacrificios) un factor de su caída al volverse insostenible socialmente? Finalmente, la ausencia de escritura formal nos deja interpretaciones basadas solo en iconografía y contextos materiales. Aun así, el legado moche perduró: dejaron un corpus artístico incomparable y avances tecnológicos que las culturas sucesoras heredaron (los Chimú, por ejemplo, adoptaron mucho de la metalurgia, ingeniería hidráulica y urbanismo moche).
Cultura Chimú (Costa Norte de Perú)
Cronología y territorio: La cultura Chimú se desarrolló en la costa norte peruana tras la era Moche, aproximadamente 900 d.C. – 1470 d.C. Fue la civilización dominante en el Intermedio Tardío de la costa hasta su conquista por el Imperio Inca hacia 1470. Su reino, conocido como Reino de Chimor, abarcó valles desde Tumbes por el norte hasta aproximadamente Huarmey por el sur, con centro en el valle de Moche (La Libertad). Los chimúes consolidaron un estado expansionista y centralizado más vasto que el moche, incorporando Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa y otros valles.
Ciudad de Chan Chan y arquitectura: El logro más emblemático de los Chimú es Chan Chan, su capital ubicada cerca de la actual Trujillo. Chan Chan es la ciudad de adobe más grande de América prehispánica, con ~20 km² de extensión. En su apogeo (siglo XV) llegó a albergar una población estimada de 30 a 50 mil habitantescuscoperu.com. La ciudad constaba de diez grandes ciudadelas amuralladas, cada una construida por un gobernante chimú diferente. Estas ciudadelas rectangulares (de hasta 500 x 400 m) tenían muros de adobe de 8-12 m de alto profusamente decorados con frisos en relieve representando peces, aves, olas, figuras geométricas y el símbolo recurrente de la “ola doble” o rombos entrelazadosperu-explorer.comandeangreattreks.com. Dentro de cada ciudadela había plazas, residencias reales, depósitos, talleres y un mausoleo donde se enterraba al gobernante junto con abundantes ofrendas y víctimas sacrificadas. Entre las ciudadelas, Chan Chan contaba con barrios populares, áreas agrícolas y sistemas de canales que llevaban agua desde ríos lejanos. La arquitectura chimú se distingue por su funcionalidad y decoración: usaban adobes estándar pero los muros eran inclinados (batea) para estabilidad sísmica y decorados con paneles de barro modelado con motivos marinos –reflejando la importancia del mar para esta cultura. Otros sitios chimú importantes incluyen la Fortaleza de Paramonga (en el límite sur del reino), Pacatnamu y centros administrativos en cada valle conquistado. La Huaca del Dragón (Arco Iris) y la Huaca Esmeralda son templos chimúes destacados en la zona de Chan Chan, con frisos policromos de arcoíris y seres mitológicos.
Tecnología e infraestructura: Los chimú heredaron y ampliaron la tecnología moche. Construyeron canales de irrigación monumentales para unir valles y aumentar la tierra cultivable; uno famoso intentó conectar el río Chicama con el río Moche (Proyecto La Cumbre), aunque no tuvo éxito completo. Implementaron un sistema estatal de almacenes para granos y pescado seco, evidenciando planificación económica. En orfebrería y artesanía, sobresalieron: su orfebrería era refinada, produciendo objetos de oro y, especialmente, plata (los incas llamaron a Chan Chan la “ciudad de la plata” por la abundancia de ese metal). Innovaron en técnicas de platería a gran escala y elaboraron magníficos rituales con máscaras, cuchillos ceremoniales (tumis) y vasos (queros) de aleaciones diversas. La cerámica chimú, a diferencia de la policromía moche, se caracteriza por ser monocroma negra o gris, altamente pulida (huacos chimú), con formas escultóricas (destacan las vasijas de forma de botella con asa estribo representando animales, frutas o escenas). Este color negro pudo lograrse mediante cocción en atmósfera reductora, una técnica deliberada. En navegación, se cree que perfeccionaron el uso de balsas de madera y cabotaje costero para comercio con Ecuador y quizá Colombia, intercambiando Spondylus, oro, esmeraldas, etc.
Centros ceremoniales y religión: La religión chimú enfatizaba la adoración a la Luna (Si) por encima del Sol. Consideraban a la Luna más poderosa porque “ve de noche”, de ahí que la casta sacerdotal lunar tuviera gran peso. También rendían culto al mar (Ni) y a estrellas. Chan Chan tenía templos dedicados al mar, donde se hacían ofrendas de peces y mariscos. Los chimú mantuvieron oráculos famosos, como el de Pachacámac (en la costa central), al cual respetaron y enviaron ofrendas aun tras conquistar esa región. Cada valle mantenía huacas sagradas locales integradas al panteón chimú. En la capital, tras la muerte de cada Cie-quich (rey), su ciudadela era sellada y se convertía en mausoleo administrado por servidores, mientras el sucesor construía una nueva –esto refleja el principio de “herencia dividida” que impulsaba la expansión continua para obtener nuevos recursos. Los ritos funerarios reales implicaban sacrificios humanos masivos: cronistas españoles narran que al enterrar a un gobernante chimú, se sacrificaban decenas de concubinas, servidores y hasta animales para que lo acompañaran en la otra vida. Arqueológicamente, en Chan Chan se han hallado sepulturas secundarias con restos de mujeres jóvenes con las manos atadas, corroborando estos relatos. También se han encontrado entierros de ofrenda en los muros (por ejemplo, fila de niños enterrados en la base de un muro, quizás consagración de la construcción). Los chimú no dejaron inscripciones, pero su arte iconográfico –aunque más esquemático que el moche– muestra escenas de pesca abundante, redes, olas, evidenciando un culto a la prosperidad marina.
Astronomía y megalitismo: No se conocen observatorios chimúes específicos; sin embargo, dada su preocupación por la Luna y mareas, es probable que tuvieran astrónomos encargados de llevar el calendario lunisolar y pronosticar eclipses (que podían considerarse eventos nefastos a aplacar con ritos). A diferencia de otras culturas, los chimú no erigieron megalitos ni alinearon sus ciudadelas astronómicamente de forma evidente. Su cosmovisión se expresaba más en la planificación urbana (Chan Chan está orientada ligeramente noroeste-sureste, quizás alineada con la salida del solsticio de verano sobre el mar). Un elemento notable es que no tuvieron escritura, pero usaron los quipus (adoptados de la tradición andina) para administración: en sitios chimú se han hallado quipus, sugiriendo que llevaban contabilidad con cuerdas anudadas, un saber que luego integraron los incas.
Comparaciones y final de Chimú: La civilización chimú representa la cúspide de las culturas costeras preincaicas, formando un estado expansionista complejo con economía centralizada, similar en organización a los incas pero en contexto costeño. A diferencia de sociedades amazónicas o sureñas más pequeñas, los chimú lograron urbanismo denso (Chan Chan) y conquistas territoriales amplias. Fueron finalmente sometidos por los incas bajo el emperador Túpac Yupanqui alrededor de 1470 d.C., integrando su territorio al Tahuantinsuyo. El legado chimú subsistió: los incas llevaron a Cusco a los mejores artesanos chimú (orfebres, tejedores) para trabajar al servicio imperial, y adoptaron técnicas chimú de administración costera. Los españoles, a su llegada, encontraron Chan Chan ya abandonada en gran medida, pero quedaron maravillados por sus muros y abundantes reliquias de metales preciosos (que en su mayoría fundieron). Chimú ofrece como enigmas el estudio de su administración (no tenemos registros escritos de cómo gobernaban) y ciertas prácticas sociales: por ejemplo, ¿cómo funcionaba exactamente la sucesión real con la creación de nuevas ciudadelas?, ¿qué rol tenían los comerciantes mindalaes que iban por mar hasta tierras lejanas? Y notablemente, la resiliencia costera: desarrollaron una civilización compleja en un desierto costeño, demostrando la capacidad humana de adaptación, en contraste con las igualmente complejas sociedades de la selva tropical o montañas.
(Nota: Existen más culturas preincaicas costeras –Cupisnique, Vicús, Lima, Chincha, etc.– pero por brevedad nos centramos en las principales. A continuación, pasamos a revisar culturas de otras regiones de Sudamérica no andinas.)
Civilizaciones de la Costa de Ecuador y Norte de Sudamérica
Cultura Valdivia (Litoral de Ecuador)
Cronología y territorio: La cultura Valdivia (costa suroccidental de Ecuador) es una de las primeras sociedades neolíticas de Sudamérica, activa aprox. 3800 a.C. – 1500 a.C. durante el Formativo Tempranoes.wikipedia.org. Se desarrolló en las tierras bajas costeras de la actual provincia de Santa Elena y áreas vecinas (Guayas, Manabí, Los Ríos), incluyendo la península de Santa Elena y la Isla Punáes.wikipedia.org. Es contemporánea de Caral en Perú, pero independiente geográficamente. Los valdivianos establecieron aldeas cerca de estuarios y manglares, aprovechando tanto agricultura incipiente como recursos marinos.
Asentamientos y modo de vida: Valdivia se caracteriza por ser una de las primeras sociedades sedentarias con cerámica de Américaes.wikipedia.org. Sus aldeas (ej. Real Alto, Loma Alta, Agua Blanca) consistían en casas comunales ovaladas o rectangulares construidas con materiales perecederos (bahareque, madera y techo de paja). No se han encontrado templos ni pirámides: la organización parecer haber sido aldeana igualitaria al principio, aunque hacia fases tardías surgen evidencias de jerarquía (diferencias en tumbas y en la complejidad de sitios). Practicaban agricultura (maíz temprano, mandioca, fréjol, maní, algodón) combinada con pesca y recolección marina (moluscos, peces) y caza menor. La combinación de costa y valles permitió a Valdivia una dieta variada y una población creciente, que quizá por ello pudo asentarse y florecer.
Arte y simbolismo: La aportación más famosa de Valdivia es su cerámica temprana, entre las más antiguas de América (fechada desde ~3500 a.C.). Valdivia produjo vasijas sencillas al inicio, pero luego desarrolló estilos distintivos con decoración incisa y aplicada. Lo más notable son las “Venus de Valdivia”, pequeñas figurillas de barro cocido representando mujeres estilizadas desnudas, con tocados y diversos peinadoses.wikipedia.org. Estas estatuillas (de ~20 cm) posiblemente tenían función ritual relacionada con fertilidad o ancestros femeninos. Aparecen fragmentadas en contextos domésticos, quizás intencionalmente (como ritual de “matar” la figurilla). También tallaron algunas figuras en piedra (una conocida estatua de piedra muestra rasgos femeninos simples). Aunque no hay escritura, estas Venus y ciertas marcas en vasijas reflejan un incipiente sistema simbólico para Valdivia, tal vez venerando a la “madre tierra” o diosas de fecundidad.
Tecnología y sociedad: Valdivia logró la “revolución neolítica” en el ámbito andino: fue de las primeras en fabricar cerámica, adoptar sedentarismo pleno y depender de la agriculturaes.wikipedia.org. No obstante, la tecnología lítica continuó siendo importante: usaban piedras pulidas como azadas y morteros para procesar alimentos, y obsidiana y sílex para puntas de proyectil (hay indicios de intercambio de obsidiana de la Sierra, lo que sugiere contactos a larga distancia). Sus herramientas demuestran habilidades técnicas básicas. La cerámica valdiviana fue inicialmente tosca pero hacia la fase media presentaba acabados pulidos rojizos y negros logrados por control de atmósfera en la cocción. Esto implica experimentación y transmisión de conocimiento técnico. Socialmente, se cree que Valdivia empezó como aldeas tribales y hacia el final evolucionó a cacicazgos incipientes con centros mayores como Real Alto (que en la fase final muestra planificación con una plaza central y montículos bajos alrededor, posibles plataformas ceremoniales). No obstante, no hay evidencias de grandes diferencias de riqueza; la cohesión tal vez provenía de rituales compartidos en la plaza (donde se hallaron fogones comunales y ofrendas).
Ritos y enterramientos: En Valdivia, algunas sepulturas se han excavado mostrando ajuares modestos (cerámica, conchas Spondylus, hachas pulidas). Enterraban a los muertos bajo o cerca de las viviendas, en posición flexionada. No se conocen tumbas monumentales ni cementerios apartados. Un aspecto interesante es el uso de concha Spondylus (ostra espinosa) en adornos, indicando conexiones comerciales con regiones más al norte (Spondylus se recolecta desde Ecuador hasta México y era valorada). Valdivia pudo ser origen de una tradición de comercio marítimo de conchas que más tarde se intensificó en culturas posteriores. La presencia de Spondylus en contextos funerarios sugiere que tenía significado ceremonial (relacionado con lluvias y fertilidad en los Andes). También, algunas figurillas “Venus” se hallaron en supuestos contextos de entierro, reforzando la idea de culto a la fertilidad/maternidad en la cosmovisión valdiviana.
Enigmas y legado: La cultura Valdivia plantea el enigma de su posible origen transoceánico. En los años 60-70 se postuló una teoría controvertida: similitudes entre cerámica valdiviana temprana y la cerámica Jomon de Japón llevaron a proponer contacto transpacífico (Thor Heyerdahl y otros sugirieron que navegantes asiáticos pudieron llegar a Ecuador). Sin embargo, la mayoría de arqueólogos sostiene un desarrollo autóctono independiente para Valdivia. Aun así, la cronología de Valdivia (cerámica ~3500 a.C.) es muy temprana y casi simultánea a la mesoamericana, lo que alimenta debates sobre cómo se propagó la tecnología cerámica en las Américas. Otro misterio es la función exacta de las figurillas femeninas: ¿representaban diosas, ancestros, madres? Su abundancia indica un culto extendido, pero sin escritura es difícil interpretarlo con certeza. El legado de Valdivia perduró en culturas ecuatorianas posteriores: fue sucedida por fases como Machalilla y Chorrera, que heredaron la cerámica y ampliaron la complejidad social. Además, es probable que la cultura Mayo-Chinchipe (interior amazónico de Ecuador/Perú) tuviera intercambios con Valdivia, evidenciado por objetos compartidos. En síntesis, Valdivia marca el inicio del desarrollo cultural complejo en la costa ecuatoriana, siendo para esa región lo que Caral fue para Perú –un fundamento temprano–, aunque a menor escala y con énfasis en cerámica y simbolismo femenino.
Cultura Tumaco-La Tolita (Costa Pacífica de Colombia y Ecuador)
Cronología y territorio: Esta cultura, a veces dividida en Tumaco (lado colombiano) y La Tolita (lado ecuatoriano), floreció aprox. 500 a.C. – 500 d.C. en la costa del Pacífico sur de Colombia (Departamento de Nariño) y norte de Ecuador (Provincia de Esmeraldas). Se desarrolló en el delta del río Mira y estuarios costeros, en una zona de manglares, islas y selva tropical húmeda. Su principal centro ceremonial fue la isla de La Tolita (Ecuador), pero hubo numerosos sitios a lo largo de la costa de Tumaco.
Arte y objetos enigmáticos: Tumaco-La Tolita es famosa por su orfebrería y cerámica figurativa extremadamente sofisticadas. Produjeron joyería de oro de alta pureza utilizando la técnica de cera perdida, incluso a pequeña escala: destacan diminutas figurillas de oro (de 2-3 cm) con detalles finísimos representando sacerdotes, músicos, animales y seres míticos. También incrustaron platino en el oro –un hecho notable, pues el platino tiene punto de fusión altísimo; lograron martillarlo e incrustarlo, convirtiéndose en los primeros en el mundo en usar platino en metalurgiadspace.uce.edu.ec. Sus diademas, narigueras y pectorales de oro exhiben iconografía compleja (serpientes bicéfalas, jaguares, figuras humanas). Igualmente en cerámica hicieron estatuillas y vasijas antropomorfas con realismo sorprendente: representaciones de ancianos con arrugas, mujeres embarazadas, personajes con expresiones faciales detalladas, etc. Este realismo rivaliza con el de los Moche, aunque independiente. Entre los objetos más enigmáticos están unas máscaras funerarias de cerámica pintada y figurillas deformes que podrían aludir a chamanes bajo influencia alucinógena o a enfermos. También moldearon silbatos y ocarinas cerámicas.
Arquitectura y asentamientos: Poco se conoce de la arquitectura, ya que el ambiente tropical húmedo no preservó construcciones. Sin embargo, hallazgos de montículos artificiales en zonas bajas sugieren que construían plataformas habitacionales elevadas para protegerse de inundaciones. En La Tolita (isla), excavaciones revelaron montículos con evidencia de uso ceremonial y habitacional, y necrópolis ricas (tumbas con abundantes ajuares de oro y cerámica). Las viviendas ordinarias serían de bahareque sobre pilotes. La densidad de población en Tumaco debió ser alta: se estima que la región albergó decenas de miles de personas, articuladas en cacicazgos. Los ríos y esteros servían de vías de comunicación –usaban balsas y canoas en la costa.
Ingestigación y sociedad: Se evidencia una sociedad estratificada: la presencia de suntuosos objetos de oro en ciertas tumbas indica élites (cacicazgos teocráticos), mientras que la mayoría de la gente tendría ajuares modestos. La metalurgia avanzada implica especialistas y minería de oro en las estribaciones andinas o aluviones. El arte sugiere prácticas chamánicas: por ejemplo, figuras de chamanes metamorfoseándose en felinos o aves, muy similares al concepto del “transmutación chamánica” en otras culturas. También hay escenas de partos y enfermedades, lo que indica interés por la condición humana y quizás un complejo sistema de creencias sobre la vida y la muerte. La cultura Tumaco-La Tolita fue además un nodo comercial: su ubicación costera intermedia facilitó intercambio de Spondylus (desde Ecuador), esmeraldas (desde Colombia), obsidiana y quizá influencias ideológicas. Algunos estilos cerámicos parecen tener influencia andina (de la cultura Bahia o Chorrera en Ecuador, y de Cali/Calima en Colombia).
Centros ceremoniales y funerarios: En La Tolita se han encontrado hornos para cerámica y talleres de metal, posiblemente relacionados a un centro ceremonial donde se ofrendaban dichas piezas. Las tumbas de personajes importantes eran elaboradas, a veces cámaras de madera revestidas de arcilla. En ellas se depositaban las joyas, herramientas de cobre/oro, caracoles marinos, y cerámicas pintadas. Se cree que practicaron deformación craneal (hay cráneos alargados en la zona) y quizá la escarificación o tatuaje (por las figurillas que muestran patrones en la piel). Todos estos detalles hablan de complejidad ritual. La falta de estructuras monumentales pétreas es notable: no hay pirámides ni megalitos en Tumaco, lo cual contrasta con la alta complejidad artística. Esto sugiere que su inversión cultural prefería las artes portátiles de prestigio sobre la arquitectura.
Enigmas: Tumaco-La Tolita plantea preguntas: ¿Cómo pudieron lograr esas miniaturas de oro con microscópico detalle? (Se especula uso de lupas de cristal natural o simplemente excelente pulso y tradición gremial). ¿Qué motivó la aparición de una orfebrería tan refinada en un entorno tropical? Posiblemente el acceso a oro de aluvión y la demanda de símbolos de poder en competencia entre caciques. Otro enigma es la repentina desaparición de la cultura hacia 500 d.C.: pudo deberse a cambios ambientales (movimientos tectónicos, tsunamis –la zona es sísmica–) o a absorción por grupos vecinos (quizá conexiones con la cultura Bahía y luego Manteño en Ecuador). Lo cierto es que la tradición orfebre continuó en los Andes del norte (los Quimbaya en Colombia desarrollaron otra orfebrería notable siglos después, quizá influida por Tolita). Hoy, los impresionantes tesoros de Tumaco-La Tolita (como las figuras de “danzantes de Tolita” en oro) son testimonio de una civilización costera de altísimo nivel artístico que sigue bajo investigación para entender su lengua, organización política y cosmovisión completa.
Cultura Manteño-Huancavilca (Costa de Ecuador, Período Integración)
Cronología y territorio: La cultura Manteño, asociada a los Huancavilcas, dominó la costa central y sur de Ecuador aprox. 500/800 d.C. – 1530 d.C. (época de contacto español). Ocupaba las provincias de Manabí, Santa Elena y Guayas. Los Manteños (norte) y Huancavilcas (sur) eran grupos afines que heredaron tradiciones de culturas anteriores (Bahía, Guangala) y fueron los principales pueblos costeros al llegar los incas y luego los españoles.
Economía y asentamientos: Los manteños se destacaron como grandes navegantes y comerciantes marítimos. Controlaban la obtención y comercio del Spondylus princeps (concha rojo-anaranjada muy apreciada), la cual intercambiaban tierra adentro por oro, plata, textiles y otras mercaderías. Según crónicas, sus balsas de vela de algodón surcaban la costa hasta México. Sus asentamientos principales (como Cerro Jaboncillo cerca de Manta, y Salangome en la Isla La Plata) tenían arquitectura sencilla: montículos bajos de piedra y tierra con estructuras de caña, plazas y posibles templos abiertos. Sin embargo, una característica singular fueron los “asientos de piedra”: en sitios manteños se hallaron monolitos tallados a manera de tronos o sillas con respaldos ornamentados, probablemente utilizados por caciques en ceremonias. Estos asientos tallados (algunos con figuras humanas estilizadas) son casi la única obra lítica monumental de la costa ecuatoriana, indicando símbolos de poder. También construyeron tanques de piedra para almacenar agua de lluvia en zonas secas (evidencia de manejo hidráulico básico).
Arte y tecnología: Los manteño-huancavilca fabricaron cerámica utilitaria robusta y vasijas decoradas con engobe rojo y negro, aunque menos fina que en culturas previas. En metalurgia, fundieron cobre en forma de herramientas (hachas moneta, cascabeles) e incluso aleaciones con plata (tumbaga). Producían objetos de oro martillado, pero en menor escala que los quimbaya o tolita; su distintivo fueron grandes discos pectorales de metal que usaban los jefes. Además, tejían algodón teñido y obtenían tintes de múrice (caracol púrpura). Una invención interesante es la de “Balsas de dos cuerpos con vela” –los cronistas describen que navegaban en balsas de troncos con velas triangulares y quillas móviles (centerboards de madera), un avance notable en náutica indígena. Esto les daba ventaja en comercio marítimo.
Religión y ceremonias: Los manteños veneraban a dioses asociados al mar y la fertilidad. El Spondylus en su cosmovisión era ofrenda para atraer lluvias (similar a cómo se usaba en los Andes). Tenían templos donde ardía fuego sagrado; por ejemplo, cronistas españoles mencionan el templo de Pájaros en Manta con una llama eterna. Sus chamánes posiblemente usaban plantas alucinógenas (como jímson weed o Floripondio mencionada en la región). Los asientos de piedra hallados en círculos sugieren consejos rituales de caciques o juicios ceremoniales. Enterraban a sus muertos con urnas cerámicas y conchas; en Salango se hallaron tumbas con fardos y figurillas, indicando cultos funerarios elaborados.
Interacción e historia final: La cultura manteña mostró gran capacidad de adaptación a medio árido costero mediante comercio. Resistieron fuertemente la conquista Inca: la región Huancavilca fue una de las pocas que los incas (Huayna Cápac) no lograron someter completamente, famosa por la belicosidad de sus guerreros. Solo con la llegada de los españoles (1526 en adelante) se perdió su autonomía; aún así, dieron problemas a los conquistadores (los huancavilcas capturaron y ejecutaron a Francisco Pacheco, enviado español, en 1538). Tras la conquista, el comercio de Spondylus colapsó y la población diezmó por enfermedades, terminando así esta cultura. Enigmas de los manteños incluyen la ausencia de estructuras piramidales pese a su complejidad social –¿fue su sociedad más igualitaria, o simplemente construían en materiales perecederos?– y su sistema de gobierno confederado, ya que los españoles mencionan “señoríos” como el de Jocay (Manta) sin un imperio centralizado. Su legado más visible hoy son los asientos de piedra (tronos) y tolas (montículos) dispersos, junto con la tradición de navegación en balsa que asombró a los europeos. Fueron, en suma, los fenicios del Pacífico sudamericano, cerrando el ciclo de altas culturas costeras antes de la hegemonía incaica.
Culturas del Interior de Colombia (Quimbaya y otras)
(Nota: Aunque muchas culturas colombianas se desarrollaron en los Andes (Muiscas) o cordilleras, aquí enfocamos las de tierras bajas o valles interandinos que no pertenecen al Altiplano andino estricto.)
Cultura Quimbaya (Valles del Cauca y Quindío, Colombia): Los Quimbaya habitaron los valles interandinos del Cauca y alto Magdalena (occidente de Colombia) ca. 200 a.C. – 1000 d.C. Su territorio cubría zonas de selva tropical baja y piedemonte (actuales departamentos Quindío, Risaralda, norte del Valle). Se les conoce sobre todo por su orfebrería excepcional. Las piezas quimbayas clásicas (~300-600 d.C.), como el famoso Tesoro de los Quimbayas, incluyen poporos (recipientes de cal) de oro martillado con formas estilizadas, figuras humanas sentadas en postura de meditación, vasos rituales y joyas exquisitas. Los Quimbaya usaron aleaciones de oro y cobre para lograr tonos rojizos (tumbaga) y un acabado pulido. Sorprendentemente lograron soldaduras invisibles y vaciados perfectos. Entre los artefactos más enigmáticos están los llamados “aviones quimbayas” –pequeños colgantes de oro con forma de animales alados que tienen perfil aerodinámico semejante a aviones modernos. Si bien la mayoría de arqueólogos interpreta que representan peces voladores o aves estilizadas, su similitud a aeroplanos genera especulaciones populares de conocimiento aerodinámico avanzado o contacto extraterrestre (estas teorías no son aceptadas científicamente, considerándose coincidencia de forma).
En cuanto a asentamientos, los Quimbaya no construyeron ciudades grandes; vivían en aldeas dispersas en los valles fértiles. Cultivaban maíz, yuca, frutas y extraían oro de los ríos (bateas). Su cerámica tenía formas elegantes (ej. vasijas alargadas “tipo Quimbaya clásico” de color naranja pulido) pero es su arte en oro el que define la cultura. Socialmente, eran cacicazgos que a veces guerreaban entre sí. Tumbas shaft (pozo profundo con cámara lateral) se han encontrado, en las que depositaban los tesoros de orfebrería junto con cerámicas y restos humanos –de ahí provienen la mayoría de piezas, descubiertas por guaqueros en el siglo XIX. Una pieza icónica es la Poporo Quimbaya, hoy en el Museo del Oro: un contenedor de cal para el ritual de coca, en forma de fruto globular con una varilla, todo en oro, símbolo de estatus. Este objeto formó parte de una ofrenda funeraria y demuestra la sublime técnica y estética de esta culturaes.wikipedia.orges.wikipedia.org.
Los Quimbaya no dejaron arquitectura perdurable ni escritura. Se sospecha que hablaban lengua caribe o un isolate. Hacia el 1000 d.C. la sociedad Quimbaya había cambiado; puede que conflictos con vecinos (Pijao, Caribes) o la reorganización comercial tras el auge Tolima/Muisca alteraron su cultura. A la llegada española (siglo XVI), los quimbayas ya no tenían la abundancia de oro de épocas previas (mucho había sido enterrado en ofrendas). Un enigma es el uso que daban a algunas de sus figuras; por ejemplo, ¿por qué elaboraron figurillas masculinas agachadas sosteniendo recipientes (probablemente poporos) en actitud introspectiva? Podría reflejar chamanes en trance o jefes consumiendo coca ritual. También es enigmático su colapso: la cultura material quimbaya declina sin señales claras, quizás por agotamiento de placeres auríferos o por integración en nuevas federaciones.
Culturas relacionadas: En Colombia hubo otras culturas no altiplánicas con paralelos. Por ejemplo, Calima (Yotoco) en el Valle del Cauca (0-1200 d.C.) también produjo excelente orfebrería (piezas similares a Quimbaya pero más planas, como pectorales en forma de murciélagos), cerámicas con figuras sonrientes y construyó viviendas sobre plataformas. Más al suroccidente, la Cultura San Agustín (1000 a.C. – 800 d.C.) se desarrolló en las montañas del Alto Magdalena (departamento Huila) y es destacable por sus monumentos megalíticos: grandes estatuas de piedra tallada, dólmenes y sarcófagos líticos. Aunque San Agustín se sitúa en estribaciones andinas, muchos la consideran aparte por su singular estilo escultórico y porque su territorio es la ceja de selva. En San Agustín, tallaron colosales monolitos antropomorfos (de 1 a 4 metros) que custodiaban tumbas colectivas, representando deidades o chamanes transformados (rasgos felinos, picos de ave, etc.). También construyeron terrazas y montículos ceremoniales. Esta tradición megalítica es única en Sudamérica norte y su iconografía comparte elementos con culturas amazónicas (ej. figuras sosteniendo bebés jaguares). Los enigmas de San Agustín incluyen la falta de información étnica (no sabemos qué pueblo exacto lo hizo) y su repentino fin. Pese a estar en zona montañosa, no son culturas andinas clásicas; su inclusión aquí es para resaltar que aun fuera del altiplano surgieron estilos megalíticos.
En el oriente de Colombia y Venezuela, otras culturas bajas (por ej. los Piaroa, los Barrancoid del Orinoco) desarrollaron tempranamente cerámica (el estilo Saladoide, ca. 500 a.C., migró desde el Orinoco a Antillas) y grandes poblados en palafitos sobre ríos, pero con menos rasgos urbanos o monumentales. Sus legados son más etnográficos (cestería, cerbatanas, etc.) que arqueológicos vistosos.
Comparación: A nivel general, las culturas colombianas de tierras bajas se distinguen de las andinas por una menor construcción de arquitectura permanente (debido en parte a climas húmedos y materiales perecederos), pero con un énfasis en arte portátil (oro, cerámica). Mientras Mesoamérica o los Andes levantaron pirámides, en regiones tropicales de Colombia-Ecuador vemos tumbas ricas y estatuaria menor. Aun así, comparten rasgos pan-regionales: culto a la fertilidad, chamanismo con plantas psicoactivas, intercambio de bienes suntuarios (concha, oro, coca). Cada cultura aportó su estilo único al mosaico sudamericano prehispánico.
Sociedades Precolombinas de la Amazonía y Tierras Bajas de Sudamérica
A diferencia de las civilizaciones costeras o andinas, las culturas de las tierras bajas tropicales de Sudamérica por mucho tiempo fueron subestimadas. Sin embargo, investigaciones recientes revelan que la Amazonía y las sabanas adyacentes albergaron sociedades complejas y densas, capaces de grandes obras de ingeniería en tierra, arte rupestre notable y conocimientos ambientales avanzadostiboko.comtiboko.com. Estas civilizaciones no dejaron pirámides de piedra, pero sí otras evidencias: enormes geoglifos, montículos artificiales, calzadas, canales y hasta megalitos alineados. A continuación describimos algunas de las principales.
Cultura Marajoara (Isla de Marajó, Amazonia de Brasil)
Cronología y territorio: La cultura Marajoara floreció en la Isla de Marajó (desembocadura del río Amazonas, Brasil) aproximadamente entre 400 d.C. y 1300 d.C., aunque con raíces en ocupaciones anteriores desde 1500 a.C.pueblosoriginarios.comes.wikipedia.org. Marajó, la isla fluvial más grande del mundo (aprox. 47.000 km²), presenta un ecosistema de planicies inundables y selva. Los Marajoara se concentraron en las zonas bajas alrededor del lago Arari, aprovechando áreas periódicamente inundables pero fértilespueblosoriginarios.com. Estudios sugieren que la sociedad Marajoara alcanzó su apogeo entre los siglos VIII y XIV d.C.es.wikipedia.org, pudiendo haber tenido continuidad hasta la era colonial temprana (siglo XVI) en fases tardías llamadas Aruánpueblosoriginarios.com.
Asentamientos y arquitectura de tierra: Los Marajoara desarrollaron notables obras de ingeniería en tierra para adaptarse al terreno anegadizo. Construyeron montículos artificiales (tesos) de gran tamaño: plataformas elevadas de arcilla y tierra de hasta 10 metros de altura y 200 m de longitudpueblosoriginarios.com, sobre las cuales establecían sus aldeas, campos de cultivo, cementerios y centros ceremoniales. Estos montículos les permitían vivir por encima de las inundaciones estacionales. Se han identificado decenas de montículos dispersos en Marajó; algunos formaban complejos con poblados encima, conectados por calzadas elevadas a través de los pantanos. La construcción de montículos requería movilizar enormes volúmenes de tierra, evidenciando organización social avanzada y población numerosa (se estima que la isla pudo albergar decenas de miles de habitantes, quizás hasta 100.000 en el picoes.wikipedia.org). Para sustentar a tanta gente, hay indicios de que emplearon el método de “terra preta”: suelos negros antrópicos enriquecidos con carbón y compost para mejorar la agricultura tropicales.wikipedia.org. Esta técnica de suelo fértil les habría permitido altos rendimientos de mandioca, maíz u otros cultivos, fundamental en un entorno de suelos naturales pobreses.wikipedia.org. Las casas eran probablemente de madera y palma, organizadas alrededor de plazas sobre los montículos.
Arte y objetos rituales: Marajoara es célebre por su cerámica sofisticada y de gran tamaño, considerada entre las más finas del Amazonas. Producían enormes urnas funerarias, cuencos, platos y esculturas cerámicas adornadas con intrincados diseños geométricos simétricos, grecas laberínticas y figuras zoomorfas y antropomorfaspueblosoriginarios.com. Usaban técnicas de pintura polícroma (rojo, blanco, negro) y decoración incisa y en relieve. Muchas vasijas grandes presentan representaciones estilizadas de animales de la selva (lagartos, serpientes, ranas) e incluso combinaciones antropo-zoomorfas que pueden reflejar mitos. Un objeto típico es la “tanga” marajoara: pieza triangular cóncava de cerámica fina, con perforaciones en las esquinas, que se cree las mujeres usaban como prenda pubiana en rituales de pubertadpueblosoriginarios.com. Estas tangas, decoradas, se encuentran en contextos funerarios femeninos y sugieren simbolismos de fertilidad o estatus de doncella. La escultura marajoara también incluyó figuras modeladas en arcilla de personajes con tocados y rostros elaborados, posiblemente deidades o antepasados. No trabajaron piedra (la isla carece de piedra naturales.wikipedia.org), de modo que su arte es básicamente cerámico y algo de madera (no conservada).
Sociedad, rituales y tumbas: La evidencia apunta a una sociedad estratificada en cacicazgos. Los grandes montículos centrales podrían haber sido sedes de caciques o jefes religiosos. Se han hallado entierros secundarios en urnas: practicaban una forma de doble entierro donde primero descarnaban el cuerpo, luego colocaban los huesos limpios en grandes urnas cerámicas decoradas, a veces con tangas y otras ofrendas, y las enterraban en los montículos funerariospueblosoriginarios.compueblosoriginarios.com. En algunos casos agrupaban varias urnas en la superficie de montículos menos elevados. Este ritual indica creencias en la otra vida y veneración de ancestros. No hay menhires ni megalitos en Marajó; en cambio los montículos mismos son monumentos y las urnas decoradas servían de “tumbas” artísticas. Los Marajoara probablemente realizaban ceremonias comunales en las plazas altas, con danzas y consumo de chicha. Su cosmología se intuye por motivos en la cerámica: figuras de anfibios y serpientes podrían aludir a espíritus de la tierra y el agua, por ejemplo. Asimismo, la presencia de objetos como flautas de hueso sugiere música ritual.
Tecnología y enigmas: Además de terra preta, los Marajoara produjeron herramientas líticas traídas de fuera (pues Marajó no tiene roca; todas las piedras venían por intercambio)es.wikipedia.org, demostrando redes comerciales con el continente. La cerámica de gran formato implicó hornos eficientes y control de temperatura. Un enigma debatido es el origen de la cultura Marajoara: la arqueóloga Betty Meggers propuso que fue introducida por migrantes andinos (notando similitudes con cerámica andina), mientras que Anna Roosevelt demostró con excavaciones que pudo originarse localmente de poblaciones previas en la islaes.wikipedia.org. La balanza hoy se inclina a un desarrollo autóctono con influencias externas limitadas. Otro misterio es cómo administraban una población tan grande en ambiente de várzea: sugiere una administración centralizada (quizá un cacique supremo coordinando varios montículos). Su declive hacia 1300 d.C. pudo deberse a cambios ambientales en el régimen de inundaciones o a la irrupción de nuevos grupos (posiblemente guerreros de lengua tupí) que habrían desplazado o asimilado a los Marajoara; de hecho, las fases tardías Aruán corresponden a recién llegadospueblosoriginarios.com. A la llegada europea (1540s), la isla estaba habitada por etnias Aruá y Caribe, herederas de esta tradición. En resumen, Marajoara demuestra que la Amazonía tuvo al menos un caso de sociedad “urbana” precolombina con arquitectura de tierra y alta artesanía, rompiendo el mito de una Amazonía intocada por la civilizacióntiboko.comtiboko.com.
Complejos Hidráulico-Ceremoniales de los Llanos de Moxos (Amazonia de Bolivia)
Cronología y territorio: La región de los Llanos de Moxos (o Mojos) en el Beni (Amazonia suroccidental de Bolivia) alberga los restos de una notable cultura prehispánica desarrollada ca. 500 d.C. – 1400 d.C., identificada actualmente con la tradición Casarabenature.comnature.com. El territorio son vastas sabanas inundables y bosques islas atravesados por ríos (sistema Mamoré). En un área de unos 45.000 km² se extendió esta cultura, con múltiples sitios interconectadosnature.com. Tradicionalmente se pensó que la zona era escasamente poblada, pero investigaciones recientes (especialmente mediante tecnología LiDAR) revelaron una densa red de asentamientos y agricultura intensiva en la época precolombinanature.com.
Asentamientos y urbanismo disperso: La cultura Casarabe construyó grandes aldeas y centros urbanos dispersos, caracterizados por estructuras de tierra. LiDAR ha revelado al menos 26 sitios Casarabe, incluyendo dos ciudades mayores de 147 y 315 hectáreas cada una, conectadas por una jerarquía de asentamientos de cuatro nivelesnature.com. Estas dos ciudades, hoy conocidas como Landívar y Kotoca, presentan plataformas elevadas y pirámides troncónicas de hasta 22 m de alturanature.com, lo cual es extraordinario para la Amazonía. Sobre las plataformas mayores se observan estructuras en U (posiblemente plazas hundidas con templos), montículos rectangulares y montículos cónicos (pirámides)nature.com. Alrededor de las ciudades se disponen sistemas de fosos y taludes concéntricos poligonales, a modo de anillos defensivo-ceremonialesnature.com. Las ciudades servían como nodos centrales, conectados por una red de calzadas elevadas y canales que se extienden kilómetros, uniendo sitios menores y controlando la circulaciónnature.com. Además, la infraestructura hidráulica incluye campos elevados (camellones) para cultivo en zonas inundables, canales de drenaje, reservorios y lagunas artificiales, configurando un paisaje altamente modificado para la producción agrícola y la navegacióntiboko.comnature.com. En síntesis, existió un urbanismo de baja densidad tropical, con poblados interconectados por calzadas, en un mosaico selva-sabana.
Tecnología y economía: Los habitantes de Moxos mostraron gran ingenio adaptativo: sus campos elevados (camellones) les permitieron cultivar raíces y maíz evitando anegamientos; los diques y canales controlaban el nivel de agua tanto para riego en secas como para drenaje en lluviastiboko.com. La pesca fue importante (evidencia de estanques piscícolas). También domesticaron plantas amazónicas útiles y tuvieron ganadería de semi-domesticación (existían corrales para capibaras o lagartos?). La cerámica Casarabe tenía estilo polícromo tardío, con cuencos, urnas y vasos pintados en rojo, blanco y negro con diseños geométricos, y figurillas femeninaspueblosoriginarios.compueblosoriginarios.com. Hallazgos cerámicos en sitios como Montículo Velarde y Hernmarck indican secuencias estilísticas del 600 al 1500 d.C., con influencia de la tradición amazónica polícromapueblosoriginarios.com. También se han encontrado piezas como tubos de huso (indicando tejido de algodón) y adornos. La presencia de tetrápodos cerámicos, trípodes y urnas en distintas fases sugiere continuidad culturalpueblosoriginarios.compueblosoriginarios.com. No se sabe de metalurgia local (probablemente no la hubo), pero es posible algún intercambio con Andes cercanos por conchas o plumas exóticas. La sociedad parece haber sido organizada en jefaturas teocráticas, capaces de orquestar la construcción de obras comunales gigantescas (una red de diques y camellones que se extiende por miles de km).
Centros ceremoniales y rituales: En los montículos monumentales (como Loma Salvatierra y Loma Mendoza, excavados recientemente) se hallaron plazas ceremoniales con depósitos de ofrendas (cerámica fina fragmentada, restos de banquetes). Algunas pirámides pudieron sostener templos de madera. También hay evidencia de uso funerario: por ejemplo, en ciertos montículos se encontraron tumbas humanas con ajuar, aunque muchas pueden haber sido saqueadas o destruidas por erosión. En general, los montículos grandes combinaban funciones habitacionales (en la cima vivían élites) y ceremoniales (plazas frontales para rituales públicos)correodelsur.com. No se han identificado esculturas monumentales ni petroglifos mayores en Moxos; su legado material es más sutil (diseños en cerámica, patrones de asentamiento). Aun así, los geoglifos también aparecen: se han registrado zanjas circulares y cuadrados gigantes en partes de Benibolivia.wcs.org, similares a los geoglifos del Acre, lo que indica un aspecto ritual de demarcación sagrada del paisaje.
Enigmas y legado: El descubrimiento de este “urbanismo amazónico” es reciente (publicado en 2022) y está revolucionando la comprensión de la Amazoníanature.comnature.com. Quedan muchas preguntas: ¿Cómo se llamaban estas sociedades y qué lengua hablaban? (Se sospecha de familias Arawak, ya que los moxeños actuales son arawak y podrían descender de esta tradición). ¿Qué causó su declive hacia el 1400? Posiblemente, fluctuaciones climáticas (periodos de inundaciones extremas o sequías) afectaron su agricultura intensiva, y la llegada de enfermedades tras contacto indirecto con europeos en el siglo XVI remató la despoblación. Otra cuestión es la función precisa de los geoglifos y terraplenes concéntricos: podrían haber sido observatorios astronómicos horizontales (marcando el horizonte solar/lunar), cercos ceremoniales, o fortificaciones simbólicas. Hoy se considera que esta región fue un paisaje construido comparable en complejidad a otras civilizaciones antiguas, derribando la idea de que la selva tropical impide la formación de sociedades avanzadastiboko.com. El legado de los Llanos de Moxos se percibe en la población moxeña actual (que en la colonia reocupó algunos lomas antiguos) y en el vasto sistema de canales que aún es visible por satélite, un recordatorio de una civilización ecológicamente ingeniosa.
Geoglifos del Suroeste de la Amazonía (Acre, Brasil)
Cronología y descripción: En el estado de Acre, en la Amazonía occidental de Brasil (frontera con Bolivia y Perú), el avance de la deforestación desde la década de 1970 reveló un fenómeno arqueológico sorprendente: cientos de geoglifos gigantes excavados en la tierra. Estos geoglifos son fosos rectos o curvos de hasta 11 m de ancho y 1-4 m de profundidad, que vistos desde el aire forman figuras geométricas enormes: círculos perfectos, cuadrados, rectángulos, U y combinaciones complejasen.wikipedia.orgen.wikipedia.org. Se han documentado más de 410 geoglifos en Acre distribuidos en unos 300 sitiosen.wikipedia.org, ocupando un área de selva baja interfluvial. Dataciones han indicado que fueron construidos aproximadamente entre 2500 y 1000 años atrás, es decir entre ca. 500 a.C. y 1400 d.C. (algunos datan específicamente 100 a.C. – 400 d.C. como fase principal)pueblosoriginarios.com. Estos geoglifos son llamados por locales “tattoos da terra” (tatuajes de la tierra).
Posible función astronómica y ceremonial: Muchos geoglifos tienen formas simétricas y a menudo entradas o aberturas orientadas en direcciones cardinales o astronómicas. Uno de los sitios de Acre, Rego Grande (Calçoene, Amapá, ver más abajo), tiene un diseño circular con alineación solsticial, sugiriendo un observatorio solares.wikipedia.org. En Acre, estudios de arqueoastronomía en algunos geoglifos (ej. en el sitio Jacó Sá) encontraron alineaciones de las aberturas con la salida del sol en solsticio. Esto sugiere que al igual que Nazca en Perú, estos geoglifos amazónicos pudieron servir para marcar fechas solares importantes relacionadas con el calendario agrícola o ritual. Los arqueólogos creen que los geoglifos eran espacios ceremoniales comunitarios al aire libre, probablemente con empalizadas o palisadas de madera en las bermas de tierra, donde se reunían las gentes para rituales ligados a cosmología y a la naturaleza. Una teoría local dice que eran “portales al mundo de los espíritus”abc.esabc.es: en 2017 arqueólogos brasileños propusieron que podían delimitar áreas sagradas para comunicarse con ancestros o con seres de la selva. Cabe resaltar que no todos son contemporáneos; habría diferentes fases de construcción a lo largo de más de un milenio, quizás por distintas etnias.
Asentamientos asociados: Curiosamente, cerca de algunos geoglifos se han encontrado vestigios de aldeas: cerámica (a menudo estilo Barrancóide/Arawak), terra preta, pozos de poste. Esto indica que había población viviendo en las cercanías, pero no dentro de los geoglifos (no hay restos domésticos en el interior, lo que refuerza su uso ceremonial). La construcción de estas zanjas implicó remover miles de metros cúbicos de tierra, una labor comunitaria considerable que revela coordinación. Además, la tierra extraída a veces se usó para hacer plataformas o montículos adyacentes. Es notable que la abundancia de geoglifos coincide con áreas de bosques raramente inundados –lo que habría sido tierra agrícola de buena calidad gracias a la intervención humana (terra preta también se ha hallado en relación). Tras el abandono de estos sitios (posiblemente hacia el 1300-1400 d.C.), la selva los cubrió hasta su redescubrimiento por satélite y avioneta.
Misterios: Los geoglifos de Acre aún plantean varios misterios: ¿Fueron construidos por la misma cultura Casarabe/Moxos u otras relacionadas? Acre está al norte de Moxos, y hay hipótesis de que la tradición constructora de geoglifos se difundió entre pueblos de lengua pano o arawak locales. ¿Qué rol preciso jugaban? Si bien la hipótesis astronómico-ceremonial es fuerte (los lugareños actuales les atribuían historias sagradas incluso antes de ser excavados, llamándolos “ciudades de los antepasados”), no se descarta funciones prácticas adicionales: por ejemplo, corrales para ganado silvestre (pero la forma geométrica perfecta debilita esto), o demarcaciones territoriales ceremoniales entre grupos. Otra incógnita es cuántos quedan por descubrir bajo la selva intacta; se estima que podría haber cientos más. Un impacto actual es cómo protegerlos: la deforestación ilegal y agricultura mecanizada ya han dañado algunos geoglifosdialogue.earth. Con todo, su existencia refuerza la visión de que la Amazonía precolombina fue un paisaje culturalmente manejado, con monumentos comparables a “henges” o círculos rituales de otras partes del mundo.
Megalitismo en la Amazonía: El “Stonehenge” de Amapá y otros sitios
La noción de megalitos en la Amazonía parecía fantasiosa hasta hace poco. Sin embargo, en el estado de Amapá (extremo norte de Brasil) se confirmó un impresionante sitio megalítico: el Crómlech de Calçoene o Parque Arqueológico do Solstício, apodado el Stonehenge amazónico. Se trata de un círculo de 127 monolitos de granito de hasta 4 m de altura, dispuesto en un diámetro de ~30 m sobre una colina en la ribera del río Rego Grandeen.wikipedia.orgen.wikipedia.org. Fue excavado en 2005, aunque lugareños y científicos como Emilio Goeldi ya lo habían notado desde el siglo XIXen.wikipedia.org. Una de las piedras presenta un orificio de 30 cm a ~3 m de altura y, notablemente, durante el solsticio de invierno el sol proyecta rayos que atraviesan este orificio perfectamentees.wikipedia.org. Además, los monolitos están alineados de tal manera que una determinada piedra no proyecta sombra en el día del solsticio, sugiriendo una función de observatorio astronómico para marcar los solsticioses.wikipedia.org. Estudios de radiocarbono de cerámicas asociadas sitúan la construcción entre 500 y 2000 años de antigüedad, probablemente alrededor del siglo I d.C. como fecha más aceptadaes.wikipedia.orgen.wikipedia.org. El sitio de Calçoene es hasta ahora único en las Américas (no se conocía otro círculo de piedra prehispánico semejante)es.wikipedia.org.
La presencia de este cromlech amazónico abre muchas preguntas: ¿qué cultura lo erigió? Podría estar relacionado con pueblos Arawak de la costa norte o con tradiciones barrancoides del bajo Amazonas. La zona también tiene geoglifos y asentamientos fortificados reportadoses.wikipedia.org. Los arqueólogos piensan que servía como centro ceremonial multiuso: calendario solar, lugar de ofrendas (quizá entierros también, dado que megalitos en otros lados son tumbas). De hecho, excavaciones en Rego Grande hallaron cerámica ceremonial y fragmentos de ofrendas, mas no entierros aún. También existen reportes de sitios megalíticos en la vecina Guayana francesa y Pará: rocas graníticas dispuestas en línea o semicírculo en montes, investigadas por Mariana Petry y otrostiboko.com. Esto indica un patrón regional de megalitismo en la Guayana oriental. Por ejemplo, en el río Oyapock se mencionan bloques dispuestos alineados astronómicamente, aunque pocos han sido excavados.
Estos megalitos amazónicos señalan que incluso en la selva se llegó a la monumentalidad en piedra cuando el material estaba disponible (Amapá tiene afloramientos graníticos). Probablemente eran lugares sagrados para observar cielos, realizar ceremonias estacionales y enterrar a personajes importantes (como analogía, en megalitos del Rupununi, Guayana, se hallaron restos óseos). La tradición megalítica amazónica es tardía comparada con Europa, pero sin conexión alguna; emergió de necesidades locales. Un enigma mayor es cómo encaja esto en la cronología regional: pudo ser obra de una cultura aún sin nombre, distinta de Marajoara pero contemporánea, con influencia sobre pueblos amazónicos actuales (¿tal vez ancestros de los Palikur o Karib costeros?). Además, los monolitos muestran pocas tallas (no hay petroglifos elaborados en ellos, son toscamente labrados para tener forma columnar), así que su simbolismo residía en la disposición y probablemente en rituales orales asociados.
En resumen, el Stonehenge amazónico de Amapá y sitios similares demuestran que el conocimiento astronómico y la construcción megalítica también existieron en las tierras bajas sudamericanas, en formas adaptadas al entorno (granito disponible, colinas estratégicas). Contrasta con la ausencia de megalitos en muchas partes de los Andes, lo que recalca que el desarrollo cultural no siguió un solo camino.
Tradiciones del Cono Sur: Sambaquis y Megalitos del Sur de Brasil
En las latitudes más australes de Sudamérica (Brasil meridional, Uruguay, Argentina), las sociedades precolombinas tempranas no alcanzaron la complejidad urbana de las culturas mencionadas, pero dejaron evidencias notables de adaptación y simbolismo.
Tradición Sambaqui (Litoral de Brasil, 6000 a.C. – 1000 d.C.): Sambaqui es un término tupí que significa “montículo de conchas”. A lo largo de la costa atlántica de Brasil (desde Santa Catarina hasta Espírito Santo) existen miles de montículos artificiales compuestos principalmente de conchas de moluscos, huesos de pescado y restos de ocupación humana. Algunos sambaquis alcanzan tamaños enormes: 30 metros de alto por 100+ m de diámetro. Los más antiguos datan de hace ~6000-5000 años (Arcaico temprano) y continuaron formándose hasta la llegada de culturas ceramistas agro-pescadoras (por ~1000 d.C.). Los sambaquieiros eran grupos de cazadores-recolectores-pescadores sedentarios que erigían estos montículos gradualmente, depositando desechos de alimentación pero también enterrando a sus muertos dentro de ellos. Así, los sambaquis funcionaban a la vez como basureros ritualizados y cementerios comunitarios. Se han encontrado en ellos entierros humanos con ajuares: collares de conchas finamente trabajadas, instrumentos líticos pulidos, y estatuillas talladas en hueso o concha (como la famosa figurilla de “pájaro de Sambaqui”). En algunos sambaquis, los enterramientos parecen haberse dispuesto cuidadosamente formando capas o figuras. Esto sugiere un entendimiento simbólico del acto de acumular conchas: quizás un culto a los ancestros, donde cada comida de mar dejada en el montículo reforzaba el vínculo con la tierra y los difuntos. No hay escritura ni megalitos en los sambaquis, pero sí monumentalidad, al crear colinas artificiales visibles a distancia, posiblemente como marcadores territoriales y rituales en la costa.
Tecnológicamente, los grupos sambaqui dominaban la costa con canoas, recolectaban toneladas de moluscos, pescaban con anzuelos de concha y arpones, y tallaban eficientemente herramientas de piedra para cortar y raspar. A pesar de no ser “civilización” agrícola, su impacto en el paisaje costero es equivalente: transformaron ecosistemas construyendo montes duraderos. Los sambaquis más grandes (ej. Sambaqui de Joinville en Santa Catarina) evidencian planificación: algunos tienen forma elíptica con plazas en alto, lo que llevó a interpretaciones de que servían para ceremonias de gran escala (tal vez intercambios matrimoniales, rituales estacionales). Su misterio es entender la mente simbólica de estos pueblos: ¿Veían los montículos como “vivos”? ¿Cada concha arrojada tenía un significado? Son aspectos difíciles de dilucidar, pero la gran cantidad de figurillas de animales en concha halladas sugiere un arte y mito conectado a la fauna marina.
Megalitismo en el sur de Brasil (Tradición Taquara/Itararé, ca. 1000–1500 d.C.): En el altiplano meridional de Brasil (campos de Santa Catarina y Rio Grande do Sul), los antepasados de los actuales pueblos Jê del sur desarrollaron prácticas megalíticas funerarias. Investigaciones arqueológicas han identificado sitios donde se erigieron círculos de piedras y alineamientos monolíticos asociados a enterramientos. Por ejemplo, en SC-PR-AP-01 (región de Lages, SC) se hallaron estructurales circulares con fosos y montículos, y cerca, piedras verticales clavadas formando círculos de hasta 30 m de diámetro, fechados entre 1000 y 1400 d.C.scielo.brscielo.br. Estas construcciones se relacionan con la tradición Taquara/Itararé, grupos agricultores de habla Jê que vivían en aldeas de casas semi-subterráneas y construían túmulos para sus muertos. Muchas tumbas consisten en urnas cerámicas grandes enterradas bajo pequeños montículos señalizados con lajas. En algunos sitios, varias lajas se disponían en círculo quizás para delimitar el espacio sagrado. Los monolitos no son muy altos (1-2 m típicamente), pero su disposición deliberada marca un ritual. A veces aparecen en las llanuras de pastizal sin contexto de aldea cercano, sugiriendo lugares de encuentro inter-comunitario ritual. Estas gentes también elaboraron en piedra grandes petroglifos (como en Torotoro, RS, hay lajas planas con círculos y huellas grabadas asociadas a tumbas).
El fenómeno megalítico Jê es menos conocido, pero indica que incluso en el Cono Sur se llegó a expresar territorialidad y cosmovisión con menhires y cromlechs modestos. Posiblemente estos círculos servían para ceremonias astrales: los Jê meridionales tenían conocimientos detallados de estrellas (sus mitologías registran constelaciones), y los círculos pueden haber ayudado a observar salidas de astros en el horizonte de la campos gerais. Además, dado que eran pueblos agro-pastoriles, quizás alineaban sus rituales a solsticios (como sugiere la arqueoastronomía en sitios de Argentina cercanos).
Patagonia y otros: En la Patagonia, los pueblos cazadores (tehuelches, selknam) no formaron “civilizaciones” con arquitectura, pero dejaron arte rupestre muy rico: ejemplo destacado es la Cueva de las Manos (Argentina, Río Pinturas), con cientos de pinturas de manos en negativo y escenas de caza datadas ~7300 a.C., evidencia de rituales simbólicos tempranos. También los selknam de Tierra del Fuego realizaban ceremonias del Hain (iniciación) con representaciones corporales pintadas, pero sin legado material durable salvo lo etnográfico. Estas manifestaciones completan el panorama mostrando que incluso en los extremos australes inhóspitos existió expresión artística simbólica de los primeros pobladores, aunque nunca llegaron a erigir centros urbanos ni estados.
Comparaciones y Conclusiones
El recorrido por las civilizaciones precolombinas de Sudamérica fuera del foco andino-altiplánico revela una diversidad enorme de adaptaciones culturales, todas capaces de logros notables en sus propios contextos. Mientras las culturas andinas (Incas, Tiwanaku, etc.) levantaron imperios de piedra en las montañas, en las costas áridas se erigieron pirámides de adobe (Caral, Moche, Chimú), en las selvas se moldearon la tierra y la cerámica (Marajoara, Amazonia), y en las sabanas se trazaron geometrías colosales visibles solo desde el cielo (Nazca, Acre). Algunas comparaciones transversales dignas de resaltar:
- Monumentalidad Adaptativa: Cada cultura alcanzó monumentalidad con el material disponible. Los costeños usaron adobe y piedra (pirámides de Caral, templos Moche), los amazónicos usaron tierra y vegetación (montículos, geoglifos, caminos)tiboko.comnature.com, los patagones pintaron en roca (arte rupestre) en ausencia de materiales constructivos. Incluso sin construcciones pétreas, muchas obras de tierra (Montículos de Marajó, calzadas de Moxos) son tan impresionantes en volumen como las andinas, señalando organización laboral complejaes.wikipedia.orgnature.com.
- Agricultura y Gestión Ambiental: Contrariamente al mito, los primeros sudamericanos transformaron activamente sus entornos. Ejemplos: campos elevados y canales en Beninature.com, terra preta en Amazonía centrales.wikipedia.org, camellones en Guianas, oasis irrigados en Nazca (puquios) y riego fluvial en Mochees.wikipedia.org. Vemos soluciones divergentes: intensificación hidráulica en sabanas inundables vs pozos subterráneos en desiertos, pero un mismo ingenio subyacente.
- Conocimientos Astronómicos y Simbolismo Celeste: Sorprendentemente difundido. Caral orientó pirámides a estrellashistoria.nationalgeographic.com.es, Nazca alineó geoglifos a sol y constelacioneswroken.comwroken.com, Amapá erigió megalitos para marcar solsticioses.wikipedia.org, los círculos Jê posiblemente apuntaban a astros. Incluso sin escritura, estas culturas lograron calendarios y cosmovisiones astrales precisos, integrando cielo y tierra en arquitectura. Muchas ceremonias solían ocurrir en solsticios/equinoccios (Incas heredaron esto pero no fue exclusivo de ellos).
- Ausencia de Escritura Formal: Ninguna de estas culturas no andinas desarrolló un sistema de escritura convencional (glifos o inscripciones). Su comunicación simbólica fue a través de arte visual (iconografía en cerámica Moche, textil Paracas, esculturas San Agustín) y quipus en algunos tardíos (Chimú). Esto contrasta con Mesoamérica donde varias escrituras surgieron. Sin embargo, no significa falta de registro: por ejemplo, la cerámica moche es tan narrativa que permite “leer” ritualeses.wikipedia.org, y los geoglifos nazca podrían considerarse un gigantesco “texto ritual” sobre el desierto.
- Estructura Social: Varió desde aldeana igualitaria (Valdivia temprana) hasta estados centralizados (Chimú). Pero inclusive en selva hubo jerarquías: Marajoara tenía caciques y posible estratificación (100 mil personas requieren autoridad)es.wikipedia.org, Casarabe organizó ciudades con cuatro nivelesnature.com. Las prácticas de sacrificio humano aparecen en Moche, Nazca, Chimú, quizás entre amazónicos (evidencias en urnas infantiles en Amapá). Indica que el poder político-religioso se legitimaba de maneras similares (ofrendar vidas a los dioses) en entornos distintos.
- Tecnología y Arte: Algunas áreas “periféricas” fueron punteras en ciertas tecnologías: la orfebrería de Colombia/Ecuador igualó o superó a la andina (platinum de La Tolita, filigrana Zenú)es.wikipedia.orges.wikipedia.org; la náutica manteña rivalizó con polinesios; la neurocirugía Paracas fue asombrosamente avanzadaparc.com.pe; la cerámica marajoara y nazca son cumbres artísticas de sus regiones. Esto nos enseña que el talento innovador estuvo repartido geográficamente. Cada cultura resolvió problemas específicos: trepanar cráneos, fundir platino, construir en inundación, etc., expandiendo el acervo humano.
En conclusión, las sociedades precolombinas sudamericanas fuera de los Andes forjaron civilizaciones dinámicas que supieron transformar sus paisajes y expresar ideas complejas a través del arte, la arquitectura y la planificación. Desde las ciudades de adobe bañadas por el sol del desierto hasta los círculos de piedra ocultos en la jungla, pasando por los montículos que emergen de las aguas amazónicas, todas son manifestaciones de la creatividad y adaptabilidad humana. Quedan misterios por resolver: ¿qué relatos cosmogónicos en detalle guiaron el trazado de las líneas de Nazca o la erección de los monolitos de Rego Grande? ¿Cómo se llamaban a sí mismos los constructores de geoglifos de Acre o los ingenieros de Moxos? La arqueología continúa buscando pistas –una inscripción, una analogía etnográfica, un ADN antiguo– que iluminen estas preguntas. Pero el panorama actual ya nos permite apreciar que la civilización en Sudamérica no tuvo un único foco, sino múltiples, y que los “primeros pobladores” en diversos entornos alcanzaron logros civilizatorios comparables en ingenio a los de sus más conocidos pares andinos. Cada cultura, dentro de su ecosistema, desarrolló respuestas originales a las necesidades de sustento, espiritualidad y organización, dejando un legado que hoy empezamos a reconstruir pieza a pieza.
Fuentes: Las afirmaciones y datos expuestos se respaldan en investigaciones arqueológicas contemporáneas y hallazgos reportados en fuentes académicas y divulgativas. Por ejemplo, la cronología de Caral y su arquitectura orientada a estrellas ha sido descrita por Ruth Shadyhistoria.nationalgeographic.com.eshistoria.nationalgeographic.com.es; los estudios clásicos de Reiche y Kosok sobre las líneas de Nazca evidenciaron alineamientos astronómicoswroken.comwroken.com; las excavaciones en Marajó por Meggers, Evans y Roosevelt documentan los montículos y la sofisticada cerámicapueblosoriginarios.comes.wikipedia.org; la investigación en Llanos de Moxos con tecnología LiDAR publicada en Nature reveló el urbanismo Casarabe con plataformas y pirámidesnature.comnature.com; el descubrimiento del cromlech de Amapá fue reportado con su alineación solsticiales.wikipedia.org; la Wikipedia y publicaciones del Museo del Oro de Bogotá compendian información sobre las culturas Quimbaya, Zenú y otras (p.ej., población de Finzenú y obras hidráulicas zenúes.wikipedia.orges.wikipedia.org). En suma, un cúmulo de evidencias interdisciplinares sustenta esta visión amplia de las civilizaciones sudamericanas no andinas, reconociendo su importancia e ingenio en la historia antigua del continente.
Citas
Caral, una gran civilización en el norte de Perú
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/caral-gran-civilizacion-norte-peru_14823Caral, una gran civilización en el norte de Perúhttps://historia.nationalgeographic.com.es/a/caral-gran-civilizacion-norte-peru_14823Caral, una gran civilización en el norte de Perúhttps://historia.nationalgeographic.com.es/a/caral-gran-civilizacion-norte-peru_14823Caral, una gran civilización en el norte de Perúhttps://historia.nationalgeographic.com.es/a/caral-gran-civilizacion-norte-peru_14823Cultura paracas – Wikipedia, la enciclopedia librehttps://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_paracasᐉ Textilería de la Cultura Paracas | Mantos muy bellos ❤️https://culturaparacas.website/textileria-de-la-cultura-paracas/Qué Eran las Trepanaciones Craneanas de la Cultura Paracas – Parchttps://parc.com.pe/cultura/que-eran-las-trepanaciones-craneanas-de-la-cultura-paracas/File:Líneas de Nazca, Nazca, Perú, 2015-07-29, DD 52.JPG – Wikimedia 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