Relato 15 – CARPE DIEM

Capítulo 15

Culturas precolombinas alrededor del lago Titicaca

El Lago Titicaca, ubicado a 3.810 metros de altitud entre Perú y Bolivia, fue cuna de diversas culturas precolombinas cuya ocupación se remonta a tiempos muy antiguos. Evidencias arqueológicas indican presencia humana continua en sus riberas desde c. 10.000 a.C., con el desarrollo sucesivo de sociedades complejas que dejaron un rico legado cultural hdl.loc.gov. A continuación se presenta una cronología detallada de las civilizaciones del área Titicaca, desde los primeros asentamientos formativos hasta la incorporación del territorio al imperio incaico en el siglo XV. Se destacan las sucesiones y superposiciones entre las principales culturas (Chiripa, Pukara, Tiwanaku) y los reinos aymaras posteriores (Colla, Lupaca), incluyendo información sobre sus centros urbanos, restos arqueológicos notables, lugares sagrados, organización social, cultos religiosos, conocimientos astronómicos y cultura material.

Cronología prehispánica en la cuenca del Titicaca

Asentamientos tempranos (antes de 3500 ap.) – Poblamiento humano desde el Holoceno temprano (c.10.000-7000 a.C.), con comunidades de cazadores-recolectores adaptadas al altiplano hdl.loc.gov. Hacia el III milenio a.C. se documentan aldeas agrícolas incipientes y domesticación de camélidos andinos en el área del lago Titicaca trekero.com. Estos asentamientos arcaicos sentaron las bases para culturas formativas posteriores.
Cultura Chiripa (3500 – 2200 ap.) – Primera gran cultura aldeana en la ribera suroriental del Titicaca (península de Taraco, Bolivia). Desarrollo agrícola con camellones (campos elevados) hacia 1000 a.C. es.wikipedia.org y construcción de templos semisubterráneos. Contemporánea en su fase final con el surgimiento temprano de Tiwanaku es.wikipedia.org.
Cultura Pukara (c.500 a.C. – 300 d.C.) – Civilización formativa tardía en la cuenca noroccidental del Titicaca (Puno, Perú). Alcanza organización estatal incipiente y amplia influencia regional en.wikipedia.org en.wikipedia.org. Declina a inicios del período Clásico, coincidiendo con el ascenso de Tiwanaku en.wikipedia.org.
Civilización Tiwanaku (c.300 – 1000 d.C.) – Principal civilización del período Clásico en el altiplano sur andino. Centrada en la urbe monumental de Tiwanaku (suroeste del lago), expandió su influencia por Bolivia, sur de Perú, norte de Chile y noroeste de Argentina es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Colapsa hacia el siglo XI d.C., fragmentándose en reinos locales.
Reinos aymaras Colla y Lupaca (c.1100 – 1460 d.C.) – Señoríos pos-Tiwanaku en la cuenca del Titicaca. Los Colla (Qolla) dominan la cuenca norte y occidental, mientras los Lupaca (Lupaqa) ocupan la zona sur (Chucuito, Puno). Sociedades segmentarias gobernadas por curacas, enfrentadas entre sí, hasta su conquista por el Inca en el siglo XV en.wikipedia.org en.wikipedia.org.
Incas en el Titicaca (c.1450 – 1532 d.C.) – El Imperio Incaico (Tahuantinsuyo) incorpora el altiplano del Collao bajo el suyu llamado Qullasuyu en.wikipedia.org. Los incas dominan a collas y lupacas, establecen centros administrativos e importantes santuarios en torno al lago (ej. Isla del Sol), hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.

A continuación, se profundiza en cada cultura o periodo, describiendo sus características principales y legado arqueológico.

Cultura Chiripa: los primeros templos del lago (1500 – 200 a.C.)

La cultura Chiripa es una de las más antiguas del área Titicaca y marca el periodo Formativo Temprano en la región. Se desarrolló entre aproximadamente 1500 a.C. y 100 a.C. (otras fuentes extienden su fase final hasta c.200 d.C.) en la orilla sureste del lago, principalmente en la península de Taraco (actual departamento de La Paz, Bolivia) es.wikipedia.org id.scribd.com. Los hallazgos de Chiripa se distribuyen desde Taraco por el sur hasta Santiago de Huata por el norte, e incluso en la península de Copacabana es.wikipedia.org, indicando una presencia amplia alrededor del lago menor.

Organización social y asentamientos: Chiripa consistía en aldeas agrícolas sedentarias. Su principal sitio eponónimo, Chiripa, presenta evidencias de un incipiente urbanismo: un conjunto habitacional y ceremonial organizado alrededor de un montículo central es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Las viviendas eran rectangulares, con muros dobles y pequeñas hornacinas (alacenas) en los espacios entre muros, posiblemente para almacenaje ritual es.wikipedia.org es.wikipedia.org. En los pisos de las casas se hallaron entierros humanos simples, lo que sugiere prácticas funerarias domésticas es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Aunque era una sociedad aldeana, Chiripa muestra los inicios de una diferenciación social: la construcción de un templo comunitario sugiere la existencia de una autoridad religiosa central o una organización comunal avanzada.

Centros ceremoniales y arquitectura: El rasgo más notable es el complejo ceremonial de Chiripa. En el sitio principal se halla un montículo artificial de 60×55 m que contiene un templete semisubterráneo central, uno de los más antiguos de los Andes circumlacustres es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Este patio hundido, construido en piedra, estaba rodeado por estructuras rectangulares a modo de recintos o “casas ceremoniales” sobre la plataforma. Las investigaciones datan la construcción inicial del templete hacia ~1000 a.C., durante la fase Chiripa Media, mientras que las estructuras alrededor se ampliaron hasta ~600-200 a.C. en la fase Chiripa Tardía es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Las paredes del templete semisubterráneo exhiben pilastras de piedra colocadas a intervalos (imitando un zócalo de madera) y suelos de arcilla pulida es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Este diseño de patio hundido rodeado de recintos habría servido para rituales comunitarios. De hecho, se considera que Chiripa formó parte de la tradición religiosa Yaya-Mama, caracterizada por monolitos líticos con iconografía dual (masculina-femenina) encontrados en varios sitios del Titicaca id.scribd.com id.scribd.com. La presencia de pequeñas estelas talladas y esculturas en piedra asociadas al culto Yaya-Mama sugiere que la religión de Chiripa enfatizaba la fertilidad y la complementariedad de género como ejes rituales.

Economía y cultura material: Los chiripa fueron agricultores pioneros en el altiplano lacustre. Desarrollaron la técnica de camellones o waru-waru (campos elevados rodeados de canales) para aprovechar los suelos húmedos de las orillas. Se han encontrado camellones datados por radiocarbono hacia 600 a.C., probando que Chiripa fue precursora en la agricultura intensiva de la región es.wikipedia.org trekero.com. Cultivaban papa, quinua y otros tubérculos, complementando con pesca lacustre, caza de fauna local y pastoreo de camélidos. Su alfarería inicial es tosca, pero hacia el Formativo Medio elaboraron cerámica utilitaria y ritual sencilla, con decoración incisa geométrica básica (influenciada por estilos amazónicos y andinos según intercambios mencionados) trekero.com trekero.com.

Astronomía y religión: Aunque la evidencia es escasa, la orientación de las estructuras de Chiripa parece tener significación astronómica. El patio semihundido posiblemente se alineaba con eventos solares (como solsticios) marcando ciclos agrícolas. Esta tradición de templos orientados solarmente iniciada en Chiripa continuaría en las culturas posteriores. Los chiripa veneraban probablemente deidades de la fertilidad vinculadas con la tierra y el agua del lago. Sus prácticas rituales en el templete (incluyendo ofrendas y entierros) habrían reforzado la cohesión social. Al final de su desarrollo (siglos IV–II a.C.), Chiripa coexistió con otros complejos formativos, y su influencia se percibe en la posterior cultura Pukara y en el mismo Tiwanaku naciente id.scribd.com. Hallazgos arqueológicos muestran que Chiripa influyó directamente en la arquitectura ceremonial de Pukara, sirviendo como modelo para templos posteriores britannica.com. En efecto, la fase tardía de Chiripa es contemporánea al surgimiento inicial de Tiwanaku, evidenciando una superposición cultural: Chiripa legó tradiciones religiosas (como el culto de patio hundido) que Tiwanaku adoptaría y expandiría es.wikipedia.org.

Cultura Pukara: primer reino del Altiplano (500 a.C. – 300 d.C.)

Hacia fines del Formativo, en la cuenca norte del Titicaca emergió la cultura Pukara (Pucará), considerada la primera civilización urbano-ceremonial del altiplano andino sur. Su desarrollo se ubica aproximadamente entre 300 a.C. y 300 d.C. (periodo Formativo Tardío y transición al Intermedio Temprano) britannica.com. El nombre proviene del gran sitio de Pukara, ubicado en la provincia de Lampa (Puno, Perú), cerca de la orilla noroeste del lago Titicaca. Pukara se asentó en la región cultural denominada Qullaw y llegó a abarcar numerosos pueblos y centros menores dispersos por la cuenca norte en.wikipedia.org.

Centros urbanos y restos arqueológicos: El sitio de Pukara (a 3.900 m s.n.m.) fue el principal centro político, administrativo y religioso de esta cultura es.slideshare.net. Destaca por su arquitectura monumental temprana: allí se ha excavado una gran estructura ceremonial de planta en forma de “U” (herradura) con patios y plataformas, posiblemente un templo o santuario mayor britannica.com. Este templo de piedra presenta escaleras centrales y recintos anexos, y es inusual por su forma curvada, lo que muestra una evolución respecto al diseño rectangular de Chiripa. En Pukara también se hallaron monolitos líticos y esculturas de bulto que representan figuras antropomorfas y zoomorfas de estilo vigoroso en.wikipedia.org. Las estelas Pukara muestran iconografía compleja de personajes con tocados y seres mitológicos (felinos, llamas, aves), preludiando motivos que luego veríamos en Tiwanaku. Algunos monolitos representan posiblemente a sacerdotes o deidades locales, y se cree que adquirieron gran valor ritual en.wikipedia.org. El sitio de Pukara, con sus templos, plazas y zonas residenciales, evidencia un urbanismo incipiente: una jerarquía de barrios y centros secundarios integrados bajo esta capital regional en.wikipedia.org. La esfera de influencia pukareña se extendió más allá del Titicaca: se han encontrado restos de cerámica estilo Pukara desde el valle de Cuzco por el norte hasta las inmediaciones de Tiwanaku por el sur en.wikipedia.org, indicando comercio e interacción a larga distancia.

Organización social: Pukara representó un estado regional temprano o señorío teocrático. Contaba con una sociedad estratificada, con una élite religiosa-militar concentrada en la capital y comunidades aldeanas subordinadas. La presencia de arquitectura ceremonial a gran escala implica trabajo comunitario organizado (mit’a) y la dirección de autoridades centrales. La sociedad pukara gestionó un sistema de ayllus (comunidades de parentesco) articulados en torno a centros locales menores, pero todos bajo la hegemonía de Pukara. Posiblemente existió un gobernante principal (sacerdote-jefe) en Pukara, apoyado por curacas en los asentamientos satélite. La evidencia de fortificaciones militares es escasa en esta fase; más bien Pukara prosperó mediante el control ideológico (religioso) y económico de la región. Su hegemonía duró varios siglos hasta que Tiwanaku emergente absorbió su legado hacia el siglo III d.C .en.wikipedia.org. De hecho, niveles estratigráficos tempranos en Tiwanaku contienen cerámica Pukara britannica.com, lo que sugiere que inmigrantes o influencia pukareña llegaron a Tiwanaku, contribuyendo a su desarrollo inicial. La decadencia de Pukara coincide con la expansión de Tiwanaku alrededor de 200-300 d.C., cuando este último pudo ocupar el sitio de Pukara y quizás considerarlo su paqarina o lugar de origen mítico, incorporando sus tradiciones sagradas en.wikipedia.org.

Economía y tecnología: Los pukara se destacaron por intensificar la producción agrícola en las tierras altas. Continuaron y perfeccionaron el uso de camellones (waru waru) heredado de Chiripa, combinándolo con canales de riego y pozas de sedimentación (q’ochas) para cultivar eficientemente en el altiplano en.wikipedia.org. Esto les permitió contrarrestar las heladas y aumentar los rendimientos de papa, quinua, kañiwa, etc. También domesticaron ampliamente la alpaca para fibra y la llama como animal de carga en.wikipedia.org. Pukara estuvo involucrada en redes de intercambio: obtenía pescado seco del lago, coca de valles y moluscos marinos a través de trueques interregionales. Su producción artesanal alcanzó alto nivel: fabricaron cerámica polícroma de estilo clásico Pukara, con acabados finos en rojo, negro y amarillo, representando seres míticos, sacerdotes y símbolos geométricos en.wikipedia.org. Esta cerámica ceremonial (vasos, copas, keros) ha sido hallada desde el sur de Perú hasta el norte de Chile, reflejando la amplia influencia pukareña en.wikipedia.org. Asimismo, desarrollaron esculturas monolíticas de gran tamaño y calidad, únicas para la época, y textiles con motivos emblemáticos.

Cultura religiosa y conocimientos astronómicos: La religión pukara parece haber sido heredera directa de Chiripa, pero evolucionada hacia formas estatales. El gran templo en herradura de Pukara probablemente estaba dedicado a una deidad principal, quizás un antecesor del llamado Dios de los Báculos (figura central andina con bastones) cuyo culto luego caracterizó a Tiwanaku. De hecho, Pukara es considerada precursora estilística de Tiwanaku britannica.com; las estatuas y cerámicas pukara muestran iconografía (personajes con tocados radiantes, cabezas trofeo, felinos alados) que preludia la simbología tiwanakota. Es probable que realizaran sacrificios rituales (posiblemente de camelidos y cuyes) y ceremonias estacionales vinculadas con el ciclo agrícola. Los arquitectos de Pukara tenían conocimientos astronómicos para orientar sus construcciones: el templo principal presenta alineaciones que pudieron marcar solsticios o equinoccios, integrando la observación solar en sus rituales agrarios. El control del calendario agrícola-religioso por parte de la élite reforzaba su autoridad. Entre las prácticas rituales resalta la posible veneración de cabezas trofeo – algunos relieves pukara las muestran – asociada a cultos de fertilidad y poder guerrero. En síntesis, Pukara consolidó en la cuenca norte del Titicaca un prototipo de estado teocrático andino, cuya cosmovisión, arte y tecnología serían la base sobre la cual Tiwanaku edificaría una civilización aún mayor.

Tiwanaku: imperio altiplánico y centro sagrado (300 – 1000 d.C.)

La civilización Tiwanaku (o Tiahuanaco en español antiguo) fue la cultura preincaica de mayor alcance alrededor del lago Titicaca. Se desarrolló en el Altiplano sur andino tras el ocaso de Pukara, alcanzando su apogeo entre ca. 500 y 900 d.C. y perdurando hasta c.1000–1100 d.C. Su nombre proviene de su capital, la ciudad sagrada de Tiwanaku, situada cerca de la orilla sur del lago (en la actual Bolivia, provincia de Ingavi). Tiwanaku constituyó un estado urbano y expansivo, cuya influencia abarcó gran parte de Bolivia, el sur de Perú, el norte de Chile y el noroeste de Argentina es.wikipedia.org es.wikipedia.org, integrando distintas etnias mediante el comercio, la religión y enclaves coloniales. Es considerada una de las altas civilizaciones andinas, coetánea del imperio Huari (Wari) en el Perú central, aunque con un modelo distinto de expansión basado en la integración económica y religiosa más que en la conquista militar directa es.wikipedia.org.

La ciudad de Tiwanaku y sus monumentos: Tiwanaku fue un centro urbano-ceremonial de gran escala, cuyo núcleo sagrado abarcaba templos monumentales de piedra, plataformas piramidales y plazas amuralladas. Entre los restos arqueológicos notables se encuentran:

La Pirámide de Akapana, un enorme montículo terraplenado de planta rectangular (aprox. 15 m de altura), conformado por siete terrazas escalonadas. En su cima existía un templo con estanque central, asociado a rituales acuáticos. Excavaciones en Akapana revelaron ofrendas de cerámica fina, metalurgia de bronce, huesos humanos y de camélidos, incluso depósitos de restos humanos descuartizados posiblemente ligados a sacrificios rituales es.wikipedia.org es.wikipedia.org, evidenciando el carácter sacro y ceremonial de este edificio.
El conjunto Kalasasaya, una gran plaza ceremonial amurallada con orientación astronómica. Dentro de Kalasasaya se encuentra la famosa Puerta del Sol, un portal monolítico tallado en un solo bloque de andesita loc.gov. Esta puerta muestra en relieve la figura central de un ser con báculos (identificado a veces como el dios Sol o Viracocha) rodeado de 48 figuras aladas, interpretación que algunos han vinculado a un calendario solar de 12 meses (los bloques podrían representar días o periodos, de ahí el apodo de “Portada del Calendario”). La monumental Puerta del Sol en Tiwanaku, tallada en un solo bloque lítico, con iconografía de deidades y posiblemente funciones calendáricas. La Puerta del Sol, alineada astronómicamente, marcaba los solsticios: cada equinoccio el Sol atraviesa su vano central iluminando la estela, funcionando como marcador calendárico para los sacerdotes tiwanakotas.
El Templete Semisubterráneo, un patio hundido adjunto a Kalasasaya, decorado con cabezas clavas empotradas en sus muros. Rememora la tradición constructiva de Chiripa, sugiriendo continuidad cultural. En Tiwanaku, este templete sirvió para ceremonias probablemente vinculadas al culto agrario y ancestral.
El complejo de Puma Punku, un templo de bloques megalíticos ubicado al suroeste de Akapana. Sus restos impresionan por el tamaño y precisión de los sillares, algunos de más de 100 toneladas, ensamblados con grapas de cobre es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Puma Punku demuestra el avanzado conocimiento de ingeniería y cantería de Tiwanaku, con cortes en piedra de altísima exactitud. Aunque hoy está parcialmente derruido, se cree que fue una plataforma ritual accesible por una rampa monumental, asociada a la cosmovisión terrenal (Akapana representaría la montaña, Puma Punku la tierra llana).
Otras estructuras: el Palacio de Putuni (posible residencia de la élite), el templo de Kantatallita, el conjunto de Keri Kala y sectores periféricos con residencias, talleres y necrópolis. La ciudad en su apogeo pudo albergar decenas de miles de habitantes, aunque muchos residían en las afueras inmediatas. Todas las construcciones mayores de Tiwanaku seguían una planificación dual (mitad elevada/mitad hundida, mitad seca/mitad húmeda), reflejando la cosmovisión andina de complementar opuestos es.wikipedia.org es.wikipedia.org.

Puerta del Sol

Organización social y política: Tiwanaku conformó un estado expansivo con características tanto teocráticas como coloniales. Se ha sugerido que era gobernado por reyes-sacerdotes (posiblemente con título equivalente a Cápac, señor poderoso) que reclamaban descendencia divina. El gobierno tiwanakota pudo haber sido una diarquía o sistema colegiado, reflejando la división socioétnica del altiplano (ej. mito de las mitades Urco y Uma). En la ciudad, la élite vivía en palacios (Putuni contenía tumbas reales) y manejaba los rituales estatales. La masa de la población se dedicaba a la agricultura intensiva en los campos circundantes, artesanías y comercio. Tiwanaku estableció colonias en diversos ecosistemas (valles de Cochabamba, costa de Moquegua en Perú) para obtener maíz, ají, pescado, conchas, etc. es.wikipedia.org, integrando así un sistema de complementariedad ecológica. Más que un imperio militar, Tiwanaku parece haber funcionado como un estado religioso-federal: ofrecía una ideología integradora (culto pan-andino), productos de prestigio, y mantenía alianzas con cacicazgos locales, asegurando lealtad a cambio de beneficios. Sin embargo, también existieron conflictos: se conocen fortines fronterizos y evidencias de hostilidades en zonas alejadas, lo que indica que Tiwanaku defendía sus rutas comerciales. La sociedad estaba estratificada en nobles, artesanos especializados, agricultores comunes y quizá esclavos de guerra. La presencia de lujosos objetos en tumbas de la élite (p.ej. keros decorados, textiles finos, joyería metálica) contrasta con entierros modestos del común, mostrando desigualdad marcada.

Economía, tecnología y cultura material: Tiwanaku alcanzó un florecimiento económico basado en una agricultura altamente productiva. Recuperaron y expandieron la red de camellones en extensas áreas del altiplano circundante, logrando alimentar a una población creciente. Domesticaron intensivamente llamas y alpacas, fundamentales para transporte y lana. Destacaron en cerámica polícroma: produjeron hermosos vasos rituales (keros) y qeros de madera, incensarios elaborados, esculturas cerámicas de camélidos y seres míticos es.wikipedia.org. Un hallazgo en la Isla de Pariti (Bolivia) descubrió más de 400 vasijas tiwanakotas finamente decoradas, fechadas c.1000 d.C., evidenciando la continuidad estilística hasta el final del estado es.wikipedia.org. En textilería, Tiwanaku desarrolló tapices y tejidos con camélidos de alta calidad; famosos son los gorros de cuatro puntas (ch’uku) con diseños geométricos, símbolo de estatus que incluso influyó en culturas vecinas como Wari es.wikipedia.org. Asimismo, Tiwanaku incursionó en la metalurgia de aleaciones de cobre y estaño para fabricar bronce arsenical: produjeron herramientas, armas y adornos, así como las grapas metálicas para unir bloques de piedra en sus templos es.wikipedia.org. La extensión de su influencia se reconoce por la difusión de su estilo artístico: cerámica tiwanakota y motivos iconográficos se han hallado desde la costa sur peruana (valle de Azapa) hasta la región de Salta en Argentina es.wikipedia.org. Esto indica dinámicas comerciales intensas a larga distancia.

Religión y astronomía: Tiwanaku fue ante todo un estado teocrático centrado en el culto a sus deidades andinas. La principal figura divina es el llamado Dios de los Báculos o Dios Sol, representado en la Puerta del Sol sosteniendo cetros y con lágrimas de lluvia en su rostro – posiblemente una fusión de deidad solar y de tormenta (se asocia con el dios creador Viracocha en tradiciones posteriores) commons.wikimedia.org. Alrededor de esta deidad central había una corte de seres alados (quizá semidioses o apus). Tiwanaku veneraba también a la Pachamama (Madre Tierra) y a los ancestros. Los ritos estatales incluían sacrificios de camélidos, ofrendas de cerveza de maíz (chicha) en ceremonias comunales y quizá sacrificios humanos en momentos críticos (como sugiere la evidencia en Akapana) es.wikipedia.org es.wikipedia.org. Las festividades seguían un calendario astronómico preciso: Tiwanaku construyó estructuras alineadas con el solsticio de invierno (21 de junio), fecha crucial en el altiplano, cuando el sol sale exactamente por esquinas marcadas en Kalasasaya. Los sacerdotes-astrónomos medían el año solar (aprox. 365 días) y ajustaban el calendario agrícola. De hecho, la Puerta del Sol pudo servir como un calendario litúrgico esculpido en piedra, con representaciones que algunos investigadores interpretan como un calendario lunisolar de Tiwanaku. Más allá de la astronomía solar, es probable que observaran a Venus y las estrellas para augurios agrícolas. Tiwanaku transformó el paisaje sagrado del Titicaca: se cree que las islas del Sol (Illa del Sol) y de la Luna en el lago ya eran consideradas sitios sagrados en su época, dado que hay restos arqueológicos tiwanakotas en ellas (templos y ofrendas). Además, la propia ciudad de Tiwanaku se volvió un centro de peregrinación pan-regional; tras su colapso, su memoria sagrada persistió entre los pueblos aymaras que ocuparon el área, quienes veneraban sus ruinas como obra de antepasados míticos.

Declive y legado: Hacia el siglo X–XI, Tiwanaku enfrentó una combinación de factores adversos – cambios climáticos severos (sequías prolongadas que afectaron la agricultura de camellones), posibles conflictos internos y presiones de grupos externos – que llevaron al colapso del estado alrededor de 1000–1100 d.C. Sus centros urbanos fueron abandonados y la unidad política se fragmentó. Sin embargo, el legado de Tiwanaku perduró: su iconografía ceremonial continuó usándose en la cerámica local hasta el siglo XIII d.C. estudioslatinoamericanos.pl, y los pueblos sucesores en la cuenca (aymaras) reclamaron descendencia de Tiwanaku para legitimar su poder en.wikipedia.org en.wikipedia.org. La caída de Tiwanaku dio paso a una era de señoríos regionales conocidos como Reinos Aymaras.

Reinos aymaras: Collas y Lupacas (1100 – 1460 d.C.)

Tras la disolución de Tiwanaku, el altiplano del Titicaca quedó políticamente fragmentado en múltiples señoríos aymaras, también llamados reinos lacustres, que dominaron la región durante el Periodo Intermedio Tardío (c.1100-1450). Entre estos, destacaron dos confederaciones rivales en torno al lago: los Colla (Qolla) al norte-oeste y los Lupaca (Lupaqa) al sur. Ambas fueron sociedades hablantes de aimara, con influencias culturales de la herencia tiwanakota y dinámicas de competencia y alianza entre sí.

Señorío Colla (Qolla): Establecido en la cuenca noroccidental del Titicaca (meseta del Collao, área de Hatunqolla y Azángaro en Puno), el reino Colla surgió hacia el siglo XII. Ocupaba unos 20.000 km² de territorio en.wikipedia.org, incluyendo la hoy zona de Juliaca, Sillustani, hasta probablemente el río Desaguadero. La sociedad colla era segmentaria, formada por muchas tribus o linajes locales que reconocían una identidad común (Qolla) y posiblemente se unían bajo líderes supremos en tiempos de amenaza en.wikipedia.org en.wikipedia.org. Tenían un sistema de diarquía: dos líderes principales (quizá representando mitades del reino). El título del gobernante era Qolla Kapac o Hatun Qolla, indicando “gran señor Colla”en.wikipedia.org. Según crónicas, el principal curacazgo colla se centraba en Hatunqolla (norte de Puno), donde residía su líder. La organización interna, sin embargo, parece haber sido más confederativa que centralizada – estudios arqueológicos sugieren un paisaje político fragmentado con numerosos pukaras (fortalezas en altura) defendiendo pequeñas entidades locales dentro del ámbito colla en.wikipedia.org en.wikipedia.org. Esto indica frecuentes conflictos inter-senasgores o contra enemigos externos (como los lupacas).

Señorío Lupaca: Al suroeste del lago, en la actual provincia de Chucuito (Puno), floreció el reino Lupaca desde c.1150 d.C. Tenía su centro original en Cutimbo (sitio cercano a Puno con numerosas chullpas), y más tarde en Chucuito durante la era incaica en.wikipedia.org en.wikipedia.org. Los lupacas controlaban varias poblaciones a lo largo de la orilla occidental y sur del Titicaca, incluyendo Ilave, Juli, Pomata, Yunguyo, Zepita en.wikipedia.org. Como los colla, se gobernaban mediante una diarquía de curacas mayores, y se destacaban por su habilidad político-militar. El cronista Cieza refiere que el curaca Cari fue uno de sus líderes notables en vísperas de la conquista inca. Los lupaca tenían extendidas redes de comercio: controlaban rutas hacia el Pacífico (Obteniendo productos marinos vía Moquegua) y hacia tierras bajas orientales. Su territorio lindaba al sureste con el reino Pacaje (otro señorío aymara en lo que hoy es La Paz).

Economía y sociedad de los reinos aymaras: Collas y lupacas compartían un modo de vida altiplánico de pastoreo y agricultura intensiva. Continuaron usando los camellones de la era tiwanaku en algunas zonas, aunque muchas se colmataron tras el colapso (hay evidencia de reocupación tardía de campos elevados). Cultivaban papa, quinua y cebada, y pastoreaban grandes hatos de llamas y alpacas, base de su economía (trueque de carne seca charqui, lana y transporte de mercancías). Practicaban la mitmaqkuna (colonias de familias) en distintos pisos ecológicos: por ejemplo, los lupaca tenían enclaves en valles como Crucero para maíz, o en la costa para pesquería. Socialmente, la estructura era de ayllus locales encabezados por curacas, bajo la soberanía nominal del reino. Había nobleza local (los principalios) que clamaba linaje antiguo (algunos decían descender de Tiwanaku o incluso del Sol). La evidencia arqueológica más distintiva de esta época son las chullpas – torres funerarias de piedra – utilizadas para enterrar a los antepasados de la élite. Sitios como Sillustani (territorio colla, al borde de la laguna Umayo) y Cutimbo (territorio lupaca) poseen decenas de chullpas impresionantes, cilindricas o prismáticas, que servían como mausoleos colectivos de linaje lonelyplanet.com. Estas torres funerarias, algunas de más de 12 m de alto, requirieron notables habilidades de cantería y simbolizan el poder de los curacas locales. Solían orientarse con sus puertas hacia el este (salida del sol), reflejando la creencia de renacimiento de los antepasados con el nuevo amanecer (conocimientos astronómicos básicos aplicados a ritual funerario). Chullpa funeraria en Sillustani (Puno), construida por los collas (y reutilizada por incas). Estas torres servían como tumbas de élite y estaban alineadas hacia la salida del sol, integrando culto ancestral con la astronomía solar. La presencia de tres estilos de chullpas (colla, lupaca e inca) en Sillustani indica que este sitio fue usado por diferentes dominios, atestiguando la superposición cultural: primero collas, luego lupacas e incas también erigieron torres alli lonelyplanet.com.

Cultos y lugares sagrados: La religión aymara pos-tiwanaku se centraba en el culto a los antepasados y a fuerzas de la naturaleza. Cada linaje momificaba a sus difuntos nobles en chullpas y periódicamente realizaba rituales de ofrenda para ellos (alimentación ceremonial de las mallki o momias). También adoraban a deidades locales (cerros tutelares o apus, el rayo Illapa, la Pachamama). Algunos santuarios naturales del Titicaca mantuvieron su sacralidad: por ejemplo, la Isla del Sol y de la Luna siguieron siendo veneradas por collas y lupacas, asociándolas con mitos de origen. También Copacabana en la península fue un centro ceremonial importante. Los collas afirmaban descender de Tiwanaku, por lo que las ruinas de Tiwanaku mismo quizá fungieron como santuario de peregrinación para ellos – se ha conjeturado que algunos curacas aymaras hacían libaciones en las antiguas estructuras para legitimarse.

Conflictos y relaciones mutuas: Collas y lupacas, vecinos en el altiplano, mantenían una relación ora comercial, ora bélica. Hubo enfrentamientos por territorios de pastura y control de rutas. Según los registros incas, justo antes de la conquista, los collas (ubicados geográficamente entre Cusco y los lupacas) impedían a los incas el contacto directo con estos últimos. El Inca Pachacútec o su predecesor Inca Viracocha supo aprovechar esta rivalidad: se aliaron con los lupacas contra los collas britannica.com. En efecto, cuando los incas iniciaron la expansión hacia el Collao (~1440s), persuadieron a los lupacas de unirse como aliados. Se dice que el curaca lupaca Cari ayudó a los incas a someter a los collas, quienes presentaron fuerte resistencia. En una batalla decisiva, los collas fueron derrotados antes de que el Inca tuviera que atacar directamente britannica.com. Así, hacia 1460 d.C., el poderoso reino Colla cayó bajo el dominio inca, seguido pronto por la sumisión de los lupacas al mismo imperio en.wikipedia.org en.wikipedia.org. No obstante, los orgullosos aymaras no cedieron sin lucha: años después de la conquista inicial, en 1471, collas y lupacas se rebelaron conjuntamente contra el imperio aprovechando la muerte (rumorada) del Inca Pachacútec. Fortificaron cerros con sus pukaras (fortalezas) pero el emperador Túpac Inca Yupanqui sofocó la rebelión, derrotando a ambos y capturando al curaca lupaca rebelde trekero.com britannica.com. Tras esto, la región quedó definitivamente incorporada al Tahuantinsuyo.

El incario en el Titicaca: integración y culto imperial (siglo XV – XVI)

Cuando los Incas extendieron su dominio sobre el Altiplano, la región del Titicaca pasó a ser el cuarto territorio imperial llamado Qullasuyu (por los collas). Bajo el Tahuantinsuyo, los collas, lupacas y demás reinos aymaras fueron reorganizados en provincias leales a Cusco en.wikipedia.org. A pesar de la conquista, los incas mostraron gran interés y respeto por el lago Titicaca, al que incorporaron profundamente en su cosmovisión imperial.

Administración y centros urbanos incas: Pachacútec y Túpac Yupanqui trasladaron o confirmaron autoridades locales (curacas) como gobernadores en nombre del Inca, a la vez que enviaron mitimaes (colonizadores cusqueños) para fundar centros administrativos. Uno de ellos fue Chucuito, que los incas establecieron como capital de la provincia Lupaca tras 1463 en.wikipedia.org en.wikipedia.org, con un gobernador local fiel (quizá de la misma élite lupaca que se alió con ellos). Chucuito prosperó como tambo y centro de recolección de tributos (especialmente de ganado). En Chucuito se conserva el sitio de Inca Uyu, un posible templo de la fertilidad con esculturas fálicas, que evidencia la mezcla de religiones andinas locales con cultos estatales incas. Los collas, por su parte, fueron administrados desde Hatunqolla y otros centros reorganizados. El Qollasuyu englobaba no solo a collas y lupacas sino a todas las etnias aymaras (Pacajes, Canas, etc.), usando el término “Colla” genéricamente para referirse a ellos en.wikipedia.org. La palabra “Colla” llegó a significar noble o rey en la lengua inca (que era el quechua), reflejando la alta consideración de esos señores aymaras.

Cultos religiosos y lugares sagrados incas: Para los incas, el lago Titicaca era un lugar sagrado fundamental. Según la leyenda incaica, del lago emergieron los primeros fundadores del linaje real: el dios Sol (Inti) hizo nacer de las aguas a Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes luego fundarían el Cusco trekero.com trekero.com. Otra versión habla del dios creador Viracocha surgiendo del Titicaca tras un diluvio para crear el Sol, la Luna y las estrellas desde allí. Por ello, en tiempos de Túpac Yupanqui, se construyó en la Isla del Sol (Illampu) un importante templo del Sol imperial. La Isla del Sol, ubicada en el lado boliviano del lago, fue transformada en un santuario de peregrinación pan-andino: allí los incas marcaron la Roca Sagrada (Titi Q’aqa, que da nombre al lago) como el lugar exacto de nacimiento del Sol. Se erigieron complejos de adoratorios y hospedajes para los peregrinos (como el Chinkana y el Palacio Pilkokaina), y se designaron acllas (vírgenes del Sol) encargadas del culto trekero.com. Frente a ella, en la Isla de la Luna (Coati), fundaron el Templo de la Luna o de las Acllawasi (mujeres sagradas), reforzando el simbolismo dual Sol/Luna. De este modo, el Titicaca se integró al circuito de sitios sagrados imperiales, equivalente en importancia al Coricancha de Cusco. Los incas también honraron a antiguos dioses locales: respetaron el culto a Copacabana, un santuario oráculo de fertilidad preinca (dedicado posiblemente a Mama Qucha, madre del lago), donde más tarde los españoles implantarían la Virgen de Copacabana. Además, permitieron que los curacas aymaras siguieran enterrando a sus muertos en chullpas, aunque incorporaron rituales estatales (como sacrificios de llamas negros al Sol en el lago).

Astronomía y ciencia inca en el Titicaca: La alta comprensión astronómica inca tuvo también manifestaciones locales. Es probable que en la isla del Sol los sacerdotes incas observaran los solsticios: de hecho, la Isla del Sol está alineada en dirección noroeste-sureste, y ciertos marcadores rocosos allí señalaban la posición del solsticio de junio. Los incas tenían columnas solares en Cusco; en Titicaca emplearon las propias islas y montañas como marcadores naturales del recorrido solar anual. También estudiaban las fases lunares reflejadas en las aguas del lago. La integración de los ciclos del lago (niveles de agua estacionales, migración de aves, etc.) pudo servir a los yachas (sabios) incas para afinar calendarios agrícolas en la región.

Legado material inca en el área: Arquitectónicamente, los incas dejaron menos huellas monumentales que Tiwanaku, pero su influencia se nota en la superposición de técnicas. Por ejemplo, algunas chullpas tardías en Sillustani muestran el característico aparejo poligonal inca en sus piedras (indicando que arquitectos incas colaboraron en su construcción o refacción). Los incas mejoraron caminos a lo largo de la cuenca (ramales del Qhapaq Ñan conectando Cusco con Collasuyu) y establecieron tambos (posadas estatales) en Pucará, Juli, Hatunqolla, etc., integrando plenamente la región a su red logística. Introdujeron nuevos cultivares como el maíz en microclimas propicios cercanos al lago (por ejemplo, en terrazas al reparo de ciertas quebradas). Sin embargo, en gran medida adoptaron la infraestructura agrícola existente – incluso revitalizando algunos waru waru abandonados para elevar la producción agrícola local y cumplir con los tributos. En síntesis, más que imponer una cultura totalmente nueva, el Incanato amalgamó las tradiciones locales aymaras con su propio culto solar y su sistema imperial. El resultado fue una región Titicaca próspera en la víspera de la conquista española, con poblaciones como Chucuito y Juli bien abastecidas y reconocidas por sus tejidos, carnes secas y metales (los lupacas, por ejemplo, eran famosos fundidores de oro y plata que entregaban al Cusco).

Conclusiones

El recorrido histórico-cultural por el área del lago Titicaca revela una continuidad milenaria en el desarrollo de sociedades complejas e innovaciones adaptadas al singular entorno altoandino. Desde las aldeas iniciales de Chiripa, que inauguraron la construcción de templos semisubterráneos y la agricultura de waru-waru, pasando por el primer estado regional de Pukara, artífice de cerámicas y esculturas pioneras, hasta la gloria de Tiwanaku, que erigió monumentos megalíticos alineados con el cosmos y articuló un imperio comercial en los Andes del sur, cada civilización aportó avances notables en organización social, religión y manejo del medio ambiente. Tras el ocaso de Tiwanaku, los reinos aymaras Colla y Lupaca mantuvieron viva la llama cultural del altiplano, expresada en sus imponentes chullpas y sistemas comunitarios, incluso mientras guerreaban y negociaban entre sí. La llegada de los incas supuso la síntesis final prehispánica: el Titicaca fue integrado simbólica y políticamente al orden andino mayor, consolidando sus antiguos lugares sagrados (como la Isla del Sol) dentro del culto solar oficial. Hoy, el legado de estas culturas perdura en los numerosos sitios arqueológicos que rodean el lago – desde Chiripa y Pukara, pasando por las ruinas monumentales de Tiwanaku hdl.loc.gov hdl.loc.gov, hasta las torres de Sillustani y Cutimbo – y en las tradiciones de las comunidades aymaras y quechuas actuales que aún veneran al lago sagrado. El Lago Titicaca sigue siendo, tal como fue en época precolombina, un epicentro cultural y espiritual de los Andes, testimonio vivo de las civilizaciones que florecieron en sus orillas.

Fuentes: Se han empleado referencias arqueológicas y crónicas modernas para reconstruir esta síntesis histórica, destacando datos de Wikipedia y Britannica, así como estudios especializados sobre la Cuenca del Titicaca es.wikipedia.org en.wikipedia.org hdl.loc.gov en.wikipedia.org britannica.com, entre otros. Todas las culturas mencionadas – Chiripa, Pukara, Tiwanaku, Colla, Lupaca e Inca – integran el rico mosaico que conforma la herencia precolombina del lago Titicaca. Cada una dejó huellas indelebles en la arqueología regional y contribuyó al desarrollo de los conocimientos agrícolas, astronómicos y arquitectónicos andinos que asombran hasta nuestros días.

Citas

Lake Titicaca. | Library of Congress